Marisa (10)

Al día siguiente cuando la señora se sentó en la mesa...

Al día siguiente cuando la señora se sentó en la mesa le fuimos a llevar un aperitivo Marisa y yo.

YO: Señora le presento a mi pareja Marisa.

SEÑORA: Que guapa, hacéis muy buena pareja.

MARISA: Muchas gracias, Javi y yo habíamos pensado que a lo mejor esta tarde le apetece hacer algo especial.

La señora nos miró abriendo los ojos pensando un momento.

SEÑORA: ¿Y qué me va a costar esa cosa tan especial?

YO: Nos vemos y usted decide el valor que tienes.

Nos miró a los dos con una sonrisa picarona.

SEÑORA: ¿A las cinco y media?

MARISA: Perfecto señora, buen provecho.

Por la tarde Marisa se puso un vestido bonito y yo una camisa y un pantalón de lino presentándonos en la habitación de la señora, cogió de la mano a Marisa sentándose con ella en el sofá.

SEÑORA: Javi, porque no nos preparas unas copas a todos.

Me puse a ello mientras ella se miraba a Marisa.

SEÑORA: Desde luego, entre tus tetas y su polla no tendréis tiempo de aburriros.

Marisa reía dejando que la señora le cogiera una mano, nos sentamos los tres brindando con las copas.

SEÑORA: ¿Y cómo es que empezasteis a hacer estas cosas?

MARISA: Pues por casualidad, antes de empezar a trabajar aquí no lo habíamos hecho nunca, un cliente nos pidió un “favor” haciéndonos una oferta y a partir de ahí, no sé, todo fue rodado.

La señora la miraba interesada en lo que le decía.

SEÑORA: Que guapa eres cabrona.

Yo sabía del día anterior que cuando empezaba a soltar palabrotas es que estaba cachonda.

SEÑORA: Me enseñas las tetas por favor.

Marisa le sonrió bajándose la cremallera de detrás del vestido dejando la parte de arriba en la cintura quitándose el sujetador, la señora le acercó una mano a una teta y la posó suavemente acariciándosela, a Marisa se le puso el pezón duro, la señora dejó resbalar su culo al inicio del asiento del sofá, bajando la cabeza para meterse el pezón en la boca, yo me arrodillé en el suelo acercándome a las piernas de la señora poniéndole mis manos encima, subiéndolas, acariciándoselas hasta meterlas por debajo de su vestido cogiéndole las bragas, estiré y se las quité, le abrí las piernas y le puse la lengua encima del agujero del coño, haciendo círculos con ella para abrírselo y metérsela dentro, dio un grito de gusto poniéndome la mano en la cabeza, apretándosela contra el coño para que le metiera la lengua lo más profundamente que podía.

Marisa se levantó dejando caer su vestido y se quitó el tanga, la señora apoyó la espalda entre el asiento y el respaldo con las piernas muy abiertas, para que yo siguiera comiéndole el chocho sin problemas, Marisa se subió al sofá colocando un pie a cada lado del cuerpo de la señora bajando el culo poniéndole el coño encima de la boca, las chupadas que le pegaba se podían oír, Marisa empezó a gemir juntándolos con los de la señora por mis lamidas encima del clítoris, que fui aflojando, esperando que las chupadas y lamidas de la señora en el chichi de Marisa hicieran efecto y se corrieran las dos a la vez, Marisa aceleraba los gemidos y gritos, yo movía con más fuerza mi lengua en el clítoris de la señora acelerándola también, se corrieron a gritos las dos a la vez, a la señora le brillaban los ojos de la pasión, se levantó cogiéndonos de la mano para llevarnos a la cama, me estiró a mí en medio y le dijo a Marisa que se pusiera a un lado colocándose ella al otro, me agarró la polla y se la metió en la boca pegándome unas succiones que me hicieron gritar, se la sacó y miró a Marisa.

SEÑORA: Como te envidio que puedas disfrutar de este pollón cada vez que te sale del coño cabrona.

Movió la mano ofreciéndole mi manubrio a Marisa que con una sonrisa acercó su boca chupándome el glande, la sacó, volvió a metérsela por la mitad más o menos succionando fuerte, al sacarla me hizo dar un grito y mover el culo de gusto, las dos reían mirándome, Marisa de un golpe de cabeza se la metió entera en la boca cerrando los labios en la base succionando, me volvía loco gritando y moviéndome notando la polla en su garganta, la señora abrió los ojos no creyéndose lo que estaba viendo, la fue sacando lentamente de su boca con pequeñas succiones al ir subiendo la cabeza, cuando se la sacó del todo miró a la señora.

SEÑORA: ¿Pero cómo coño has hecho eso, cómo te has podido meter ese pedazo de polla entera?

MARISA: Venga, hazlo tú.

SEÑORA: Pero si no sé ni por dónde empezar coño.

MARISA: Vamos que te mueres de ganas pedazo de guarra, métetela y déjala pasar por la garganta hasta el final, aguanta la respiración y succiónale para que mi novio se lo pase bien.

La señora la miraba con los ojos muy abiertos, no sé si por pensar en meterse la polla entera en la boca o porque Marisa la llamó pedazo de guarra, se miró la punta y acercó los labios abriéndolos acogiendo mi polla, fue bajando la cabeza lentamente hasta un punto que parecía que ya no podría más.

MARISA: Aguante la respiración y abra la garganta.

La señora hizo un gesto con la cabeza acomodándose, Marisa le puso una mano encima del cogote empujándolo para que se acabara de tragar toda mi polla, abrió los ojos que parecía que se le iban a salir, cerró los labios apretándolos succionando un par de veces suavemente, grité exagerando un poco para que pensara que me estaba matando de gusto, se animó a volver a succionar más fuerte dándome el gusto de verdad haciéndome gritar, se la sacó de golpe tosiendo cayéndole un lagrimón.

MARISA (riendo): Muy bien señora, sin lagrimón no hay mamada.

Marisa se incorporó y la ayudó a ponerse a cuatro patas en el borde de la cama, me levanté y me puse detrás del culo de la señora apuntándole con la punta de mi polla en el agujerito del coño, moví mis caderas para metérsela lentamente hasta el final sin parar, haciéndole pegar un grito enorme, le fui aumentando el ritmo de la follada haciéndole gritar sin parar, entrando la polla con mucho roce hasta dilatárselo y mojárselo, de una manera que ya la podía meter y sacar a buena velocidad con suavidad y sintiendo el ruido de su coño con la humedad, se corrió pegando unos gritos terribles, mientras Marisa le acariciaba la cara dejándose caer en la cama respirando fuerte.

Puse a mi novia boca arriba levantándole una piernas, dejándole el chocho a un palmo de los ojos de la señora, para que viera un primer plano como le metía el pepino entero dentro de la vagina de un golpe, Marisa me miró a los ojos animándome a follarla con fuerza, le di un primer empujón de un golpe seco haciéndola gruñir de gusto, seguí sacándosela lentamente para metérsela de un golpe seco y duro cada vez, mi cariño gritaba en cada empalada y me excitaba a mí que cada vez chocaba con mis huevos con más fuerza en su coño, hasta hacer que se corriera saliéndole del coño todo el flujo disparado meándose, la señora volvió a abrir los ojos no creyéndose lo que veía, me aparte de Marisa y me metí en medio de las piernas de la señora que estaba de lado, volviendo a colocar la puta de mi picha en la entrada de su coño.

SEÑORA: No por favor más no.

No le hice ni puto caso, metiéndosela de golpe haciendo que girara la cabeza para taparse la boca con la sabana y apagar un poco el alarido de gusto que dio, empecé follándola a buen ritmo sin dejar que ella parara de gritar, se lo fui aumentando y cuando pensé que estaba a punto de correrse le froté con la mano el clítoris a buena velocidad, dejándola sin aire con los ojos muy abiertos pegando un grito enorme antes de empezar a correrse y mearse de gusto, aguanté hasta que acabó con su orgasmo y le saqué la polla haciéndome una paja porque estaba a punto de correrme, Marisa me la cogió metiéndosela en la boca succionando siguiendo con la paja por la parte de abajo, me hizo empezar a correrme gruñendo como un animal, cayéndole por la comisura de los labios la leche encima de la señora sin dejar de chuparla hasta que le dejé la última gota dentro de su boca, la abrió para enseñársela a la señora que le dijo que se la tirara en las tetas, Marisa la fue dejando caer mientras la señora se la repartía por todo el cuerpo, me bajé de la cama sentándome en el sofá para recuperarme de la corrida mirando a las dos que se pringaban con mi leche.

La señora se fue a duchar y después lo hicimos nosotros, nos encontramos fuera los tres vistiéndonos, la señora acabó primero, abrió un cajón sacando un sobre que le entregó a Marisa.

SEÑORA: Toma esto y espera, ha sido mucho mejor de lo que me esperaba.

Entró en su habitación y salió con un fajo de billetes entregándomelos a mí, Marisa y yo nos miramos riendo.

SEÑORA: Supongo que tendréis tiempo de llevarme a algún buen restaurante fuera de este hotel, me gustaría invitaros a cenar.

Fuimos a cenar y después nos tomamos unas copas volviendo al hotel a las tantas.

Fueron pasando las semanas y los clientes, sobre todo con Marisa todo hay que decirlo, no habían tantas señoras que quisieran mis servicios, un día al entrar a trabajar en el comedor me encontré al Sr. Felipe sentado en una mesa acompañado de una señora de unos cuarenta y poco años, mientras caminaba para saludarlo pensé que igual se había liado con alguna para hacer sus cosillas, pero no.

FELIPE: Hola Javi, ¿cómo estáis tú y tú bonita novia?, te presento a mi hija pequeña Estefanía, vivo con ella y su marido se ha ido esta semana de viaje de negocios, la he convencido para venir a pasar unos días aquí en vez de estar en casa aburriéndonos.

YO: Muy bien Sr. Felipe, estamos muy bien y me alegro de verle tan bien de salud.

Le di la mano a su hija saludándola y presentándome, llegó Marisa que nos vio desde lejos, Felipe se levantó y le dio dos besos a mi novia mirándoselo su hija extrañada.

YO: Su padre es una gran persona y muy querido en este hotel.

ESTEFANIA: Ya lo veo, está aquí como en su casa, no me lo esperaba.

FELIPE: ¿Por qué no pasáis esta tarde por nuestro bungalow y tomamos algo juntos?

ESTEFANIA: Papá no les molestes hombre.

MARISA: No es molestia, su padre siempre ha sido muy amable y no nos cuesta nada hablar un rato con vosotros.

Por la tarde fuimos dando un paseo hasta su bungalow, Estefanía estaba sentada en el porche y Felipe caminando a la sombra de unos árboles, Marisa se fue a hablar con su hija y yo me acerqué a Felipe saludándonos.

FELIPE: Que esté paseando por aquí no es por gusto, quería hablar contigo lejos de mi hija.

YO: Muy bien, pues usted dirá.

FELIPE: Mira, es verdad que el gilipollas de su marido está de viaje, pero que estemos aquí es por una idea que tengo en la cabeza.

Me miró con dudas de decirlo.

YO: Va señor Felipe, tenemos confianza para lo que sea.

FELIPA: Yo veo que mi hija no es feliz con ese hombre Javi, te lo voy a decir sin tapujos, lo que me gustaría es que le pegarais un buen repaso a mi hija, haber si la espabiláis y se da cuenta de que está perdiendo el tiempo con el tonto de su marido, ¿cómo lo ves?, por supuesto os retribuiré vuestro trabajo.

YO: Bueno, déjenos que coqueteemos con ella esta tarde a ver cómo responde y le decimos algo.

Entramos en la casita, su hija con Marisa estaban abriendo una botella de cava, pasó un rato y Estefanía se disculpó para ir al lavabo, nosotros nos levantamos para salir a tomar el aire y fumar un cigarro, aproveché para decirle a Marisa lo que habíamos hablado con Felipe.

MARISA: Vale, me voy a insinuar un poco más a ver qué pasa, pero me parece que tú tendrás más éxito con ella, creo que te ha mirado un par de veces la entrepierna.

Volvimos a entrar haciéndole un gesto con la cabeza a Felipe, para que supiera que ya habíamos empezado nuestro plan, Marisa se acercó más a Estefanía hablando con ella flojito y más íntimamente, las dos reían, a Felipe se le escapaba una sonrisilla mirándome moviendo la cabeza aprobándolo, nos juntamos en el porche para despedirnos.

MARISA: Mañana podríamos volver a vernos, traeremos algo para merendar.

Estefanía iba a decir algo y…

FELIPE: Me parece una gran idea, me lo he pasado muy bien esta tarde con vuestra compañía.

ESTEFANIA: Sí, eso mismo iba a decir yo también.

Felipe nos miró sonriendo y no despedimos hasta el día siguiente.

Al medio día cuando se despidieron después de almorzar Felipe me apartó a un lado un momento mientras Estefanía se adelantaba.

FELIPE: Esta tarde cuando vengáis nos propones ir a dar un paseo por el bosque, yo os diré que no tengo muchas fuerzas para ir y tú aprovechas para darlo con ella, Marisa se quedara conmigo para que podáis estar solos.

YO: Caray señor Felipe, la cabeza la tiene muy lúcida usted.

FELIPE: La tengo bien para lo que me interesa amigo.

Se fue riendo con su hija que lo estaba esperando, Estefanía me miró fugazmente a los ojos, pensé que con aquella mirada alguna oportunidad podría tener con ella.

Se lo expliqué a Marisa y nos acercamos por la tarde.

YO: Bueno, Estefanía ya ha visto lo bonito que es el jardín con el bosquecillo, podríamos ir a dar un paseo.

FELIPE: Es verdad Estefanía, será mejor que no te lo pierdas porque es precioso, yo no tengo hoy muchas ganas de moverme.

MARISA: Ir vosotros, yo me quedo a darle palique al señor Felipe para que no se aburra.

Miré a Estefanía a los ojos y me pareció que la idea no le desagradaba.

YO: Vale, ¿vamos Estefanía?

ESTEFANIA: ¿Papá estás bien?

FELIPE: Sí hija tranquila, yo me quedo aquí con Marisa para que me explique algunos cotilleos y vosotros pasarlo bien.

Nos despedimos y fuimos adentrándonos por el caminito del bosque bien cuidado, íbamos en silencio esperando que se rompiera el hielo.

ESTEFANIA: Mi padre debe estar contento.

YO: ¿Por qué dices eso?

ESTEFANIA: Vamos, no me digas que no te has dado cuenta como le mira las tetas a tú novia.

YO: No le culpo, a mí me vuelven loco.

ESTEFANIA: La verdad es que tiene unas buenas peras la tía.

La miré y bajó la cabeza avergonzándose de lo que había dicho.

YO: Las tuyas tampoco están mal.

Giró la cabeza rápido, mirándome con mala leche.

YO: Perdona, perdóname, he dicho lo primero que me ha venido a la cabeza sin pensarlo, disculpa por favor.

Se le escapó una sonrisilla y seguimos paseando.

ESTEFANIA: Se os ve muy bien como pareja.

Recordé lo que me dijo Felipe de su marido, pensé que ella no debía estar muy bien con él.

YO: Sí, nos compenetramos muy bien.

ESTEFANIA: Y os queréis mucho, ayer me fijé como os miráis y se nota. Dime una cosa, que crees tú que hace que seáis felices, ¿cuál es el motivo por el que necesitáis estar juntos?

En ese momento nos desviábamos por un caminito que llevaba a una fuente natural.

YO: El sexo.

Se paró mirándome.

ESTEFANIA: ¿El sexo?

YO: Sí, el sexo, estoy convencido que ninguna otra chica me haría disfrutar tanto con el sexo como ella.

Se puso roja de vergüenza y siguió caminando.

ESTEFANIA: Yo pensaba que me dirías algo más profundo, el amor, el levantarte enamorado cada día de ella, no sé, algo así.

YO: Tú me has preguntado el motivo por el que necesitábamos estar juntos, el motivo es el sexo, eso no quiere decir que no nos queramos, claro que estamos enamorados y nos queremos mucho, pero eso también lo podríamos sentir sin estar juntos, yo adoro y quiero muchísimo a mis padres pero no necesito estar junto a ellos siempre, nosotros necesitamos estar juntos para follar, para disfrutar del sexo en todas sus formas.

ESTEFANIA (roja de vergüenza): ¿En todas sus formas, que quieres decir?

YO: Que no siempre tiene que ser entre nosotros…

ESTEFANIA: ¿Perdona?

YO: Pues eso, el sexo es sexo, los dos lo tenemos claro, no es patrimonio de uno o del otro, si estamos de acuerdo hacemos lo que queremos, siempre hablándolo antes claro, traiciones no por favor.

La veía alarmada por lo que estaba escuchando.

ESTEFANIA: Traiciones no dice, pero tú te estás escuchando, si follas con otra persona la estás traicionando te guste o no tío.

YO: ¿Por qué? Si estamos de acuerdo, si ella se quiere follar a cualquiera que le guste y le dé la gana porque tengo yo que prohibírselo o enfadarme con ella.

Se iba enfureciendo porque veía que no me convencía de su postura.

ESTEFANIA: Hostia porque sois pareja, si cada uno hace lo que le sale del coño, ¿qué tipo de pareja es esa?

YO: Una pareja que se quiere y se respeta…

ESTEFANIA: Una mierda tío, como os vais a respetar follando cada uno con quien quiere.

YO: Porque el respeto y el cariño no tiene nada que ver con el sexo coño.

Nos paramos en medio del camino uno delante del otro desafiándonos con la mirada.

YO: Si te cojo una mano o te doy un beso en la cara no pasa nada, pero si te toco el culo o te doy un morreo entonces sí que estoy traicionando a mi pareja, la puta educación de la sociedad hipócrita, hasta aquí está bien pero si te pasas un poco ya es pecado.

ESTEFANIA: Claro, es mejor hacer cada uno lo que le salga del higo como los salvajes.

Nos íbamos acercando más uno al otro acalorados por la discusión.

YO: Exactamente, eso es, que cada uno tenga la libertad para hacer lo que quiera sin molestar al otro.

ESTEFANIA: Ja, es decir que podríamos enrollarnos ahora mismo tú y yo y ¿no pasa nada?

YO: Y no pasaría nada porque mi novia sabe que me encantaría follar contigo, ¿por qué te crees que nos ha dejado venir a pasear solos?

Tenía sus labios a un palmo de los míos, ella me miraba a los ojos en silencio, le puse una mano en el cuello acariciándole la cara con el dedo pulgar, como vi que ella seguía mirándome los ojos sin inmutarse, enganché mi cuerpo al suyo besándola, pasándole el otro brazo por la espalda para apretarla contra mí, ella me abrazó pasándome las manos por el cuello abriendo la boca para sacar la lengua y jugar con la mía, bajé la mano de su espalda agarrándole el culo, notando la tela de sus bragas debajo de la falda, la cogí de la mano y salimos del medio del camino adentrándonos en el bosque, parando detrás de unos árboles, le apoyé la espalda contra uno volviendo a besarla, metiéndole una mano por debajo de la falda subiéndosela por el muslo hasta contactar con su entrepierna, la paré justo que le rozaba el chocho sin llegar a tocárselo, acariciándole la parte interna de los muslos, con un dedo le rozaba muy poco él chichi.

ESTEFANIA (muy excitada): Me vas a meter mano en el coño de una puta vez, o vas a estar tonteando por encima de las bragas poniéndome cachonda cabrón.

Subí la mano a su barriga y la bajé metiéndola por dentro de las bragas, agarrándole el chocho con toda la mano haciéndole dar un gemido, le puse dos dedos encima del agujero frotándoselo, comprobando que estaba mojada de la hostia, con la palma de la mano le rozaba el clítoris, le temblaron las piernas y se sujetó con los brazos pasándolos para atrás en el árbol, me miró a los ojos avisándome que estaba a punto de correrse, pensé que la pobre debía ir muy necesitada, porque con solo tocarla con un poco de intensidad estaba gimiendo y cambiando la cara corriéndose apoyando su cabeza en mi pecho, me dejó toda la mano mojada, le agarré una de las suyas y me la puse encima del paquete para que comprobase como la tenía de tiesa, al hacerlo la dejó parada, luego la movió adelante y atrás comprobando el tamaño, me bajó la cremallera metiendo una mano dentro sacándomela pajeándola, después levantó la cabeza mirándome a los ojos.

ESTEFANIA: ¿Pero esto qué es Javi?

YO: Esto es lo que te vas a follar ahora.

Le di media vuelta sacándole el culo, se sujetó al árbol doblando el tronco hacía delante, le levanté la falda y le bajé las bragas a las rodillas abriéndole las piernas para que se le sujetaran tirantes, me puse detrás bajándome los pantalones un poco y le apunté la polla en el agujero del coño, apretando con las caderas metiéndosela despacio pero sin parar hasta el fondo, pegó un grito que salieron varios pájaros volando, la sujeté con fuerza por las caderas y la fui follando a un ritmo lento pero sin pausa aumentándolo poco a poco, ella no paraba de gemir y gritar, con un ruido de fondo que hacía mi polla cada vez que la penetraba por el roce de lo mojado que tenía el coño, yo aumentaba el ritmo y la fuerza y ella aumentaba sus gritos de gusto, acabé dándole golpes con mi pubis en su culo metiéndosela con toda la fuerza que podía, de golpe se hizo el silencio en el bosque, cogió aire y pegó un alarido corriéndose de una manera bestial moviendo todo el cuerpo, me dejé ir y le llené el coño de leche sin dejar de metérsela y sacársela hasta que se lo dejé todo dentro, respiramos un momento sin movernos para recuperarnos.

ESTEFANIA: ¿Y ahora como solucionamos la que hemos liado?

Le saqué la polla del coño y le subí las bragas, me la guardé dentro del pantalón y le puse el vestido todo lo bien que pude saliendo del bosque volviendo al camino.

YO: Solucionado, tú te empapas las bragas con la leche de mi corrida y te lo arreglas cuando llegues a tú habitación si quieres.

Se rió y me cogió de un brazo rodeándolo con el suyo.

ESTEFANIA: Que guarro que eres, estoy notando como me baja todo, ya verás cómo me empiece a bajar por las piernas.

YO: Si te baja por las piernas yo mismo te lo limpiaré con la lengua.

ESTEFANIA: Cállate coño que ya me has puesto bastante caliente por hoy joder.

Llegamos al bungalow, Estefanía entro directa a limpiarse, Felipe y Marisa me miraron con una sonrisilla sabiendo lo que había pasado.

FELIPE: Muy bien Javi, mañana podríamos volver a tomar algo juntos.

MARISA: Mañana usted se irá a tomar algo al bar de la piscina debajo de un sombrita, nosotros vendremos a tomar algo con su hija.

Felipe rio y nos despedimos volviendo caminando para nuestra habitación.

YO: ¿Qué le has hecho al abuelo Marisa?

MARISA: ¿Quién yo?

YO: Venga, que el hombre hacía una cara de felicidad de puta madre.

Se puso a reír pasándome un brazo por la cintura.

MARISA: Le he hecho una pajita, se la he mamado un poquito y se ha corrido como un bendito quedando muy relajado, ¿y tú a su hija?, porque la cara de satisfecha con la que ha entrado se le ha notado un montón, y seguro que las prisas por meterse en su habitación es porque debía de llevar tú corrida en la bragas, ¿no? sinvergüenza.

Me reí pasándole un brazo por el hombro.

YO: Te lo cuento cuando estemos dentro de la cama cariño.