Mario se cuela en la cama de su hermana Sara. (6)

Este relato es la continuación de una serie (están disponibles en esta misma página http://www.todorelatos.com/perfil/1345117/), para aquellos que no halláis leído los relatos anteriores os resumo a grandes rasgos:

Están protagonizados por dos hermanos Sara y Mario. Sara tiene 19 años, y Mario 18, conviven con sus padres y hasta hace unos pocos días a duras penas se soportaban mutuamente.

Todo cambió cuando a Mario se le pasa por la cabeza “extorsionar” a su hermana para conseguir de ella favores sexuales. Lo que Mario no sabe es que desde el primero de los encuentros Sara ha disfrutado tanto como él de esa relación prohibida.

Los encuentros que han tenido con anterioridad han sido básicamente masturbaciones y sexo oral.

RELATO :

Era lunes, todavía no había amanecido, serían en torno a las cinco de la madrugada, la casa estaba en silencio.

Mario estaba en su habitación, todos los lunes le pasaba lo mismo, se despertaba mucho antes de que sonara el despertador para ir al instituto. Odiaba los lunes, todos los lunes se sentía igual, sin ganas, sin fuerzas y sobre todo sin motivación para ir a clase.

No paraba de dar vueltas en la cama intentando recobrar el sueño pero no lo conseguía, en su celebro no dejaban de repetirse diferentes secuencias de lo que había vivido la tarde anterior con su hermana. Sobre todo no se le iba de la cabeza la imagen de Sara mientras le hizo aquella colosal mamada en la cocina.

Esos recuerdos provocaron una erección casi inmediata y que su cabeza abandonara de golpe de todos los pensamientos referentes a su mierda de vida.

Mario ya no podía pensar en otra cosa que no fuera volver a estar con ella, en volver a utilizarla para satisfacer sus deseos por barriobajeros que estos fueran. Salió decidido del cuarto y se dirigió por el pasillo hacia la habitación de su hermana, no sin comprobar al pasar por la puerta del cuarto de sus padres que estos estaban dormidos.

Entró en la habitación de su hermana, cerró la puerta a su paso lo más silenciosamente que pudo, y se aproximó a la cama lentamente, una vez allí se desnudó, sintió que su piel se erizaba del frio, levantó el edredón que cubría la cama y se coló en su interior.

Aproximó su desnudo cuerpo al de su hermana que estaba tumbada dándole la espalda, se pegó a ella y la abrazó desde atrás.

Sara llevaba unos instantes despierta sin embargo se hacía la dormida, su pulso y su excitación se aceleraban por momentos por lo que sabía que iba a pasar, se estremeció al sentir a su hermano totalmente pegado a ella, sentía el miembro de Mario pegado a su culo, lo notaba perfectamente pese a llevar puesto el pijama.  Respiró profundamente para intentar calmar sus pulsaciones y su excitación. Pensó en fingir que le rechazaba, pero en realidad estaba deseando otro encuentro, no quería perder el tiempo con falsas negativas.

Mario bajó el brazo que rodeaba el vientre de su hermana descendió un poco hasta su cintura buscando una obertura por donde introducir su mano, una vez pudo tocar la piel desnuda del vientre de Sara comenzó a ascender hasta llegar a los pechos. Cuando llegó a ellos comenzó a cogérselos y manoseárselos, a sentir en la palma de sus manos los pezones que se endurecían por momentos.

Sara excitada como estaba, no decía nada, comenzó a mover lentamente el trasero en pequeños círculos, degustando con ello la presión de la polla de Mario contra su culo. A cada círculo que dibujaba con su cadera notaba que aquella polla se endurecía aún más, lo que provocó que su sexo se lubricara.

-Tenía ganas de volver a sentir mi polla pegada a tu culo.-Le susurro Mario al oído al tiempo que llevaba una de sus manos hacia la cintura de ella, la introdujo por el interior de sus bragas, donde pudo sentir el vello recortado de su coño. En ese momento Sara abrió ligeramente las piernas para facilitarle que siguiera deslizando su mano en busca de su sexo humedecido.

-Deja que te coja el coño Sara, déjame tocartelo.

Mario moviendo sus dedos separó el pelo recortado del coño de su hermana para que estos tuvieran contacto directo con los labios vaginales, cuando lo logró comenzó a mover ligeramente su dedo corazón a lo largo de aquella raja humedecida.

Su dedo resbalaba perfectamente por el interior de aquel coño mojado, lo deslizaba a lo largo de su coño. Cuando notó que su dedo estaba empapado de fluidos buscó su clítoris y comenzó a acariciarlo suavemente, de vez en cuando sentía que su dedo no estaba totalmente empapado volvía a bajarlo para que se impregnara de los jugos que salían del interior del coño de Sara.

Ella respiraba profundamente y movía sus caderas al mismo ritmo con el que la estaban masturbando.

-Quítame los pantalones y las bragas- dijo ella levantando un poco la cadera para facilitarle la tarea.

Mientras Mario tiraba de los pantalones y las bragas ella se quitaba la parte superior del pijama. Una vez desnuda Sara se giró y se puso encima de su hermano, estaban cuerpo contra cuerpo, él podía notar sus tetas aplastadas contra su pecho. Mario llevó sus manos al culo de su hermana y comenzó a sobarlo.

-Quieres follarme Mario? Dime, quieres metérsela a tu hermanita?

-Ya lo creo, me muero por follarte ese coño de zorra que tienes.- A ella se el empapó más su sexo, excitada como estaba le gustaba que le dijeran guarradas y palabras obscenas.

Ella abrió las piernas todo lo que pudo y descendió el culo buscando la polla de él, se abrió los labios del coño con una de sus manos y pegó la entrada de su coño contra el enorme y caliente capullo de Mario. El cuando sintió la suavidad de la entrada del coño de su hermana subió las caderas para metérsela, pero ella elevó también la cadera evitando que la penetrara.

-Espera, espera un poco, deja que me frote un poco con tu polla para mojarme más, y enseguida me la podrás meter.

Sara se incorporó, quedándose sentada sobre la polla y comenzó a mover sus caderas de forma que su coño abierto se restregaba contra la polla de su hermano, lo hizo hasta notar que no podía estar más mojada ni excitada, entonces levantó su culo unos centímetros y cogió fuertemente la polla de Mario, dejó caer desde su boca un voluminoso escupitajo que dio de lleno en el capullo, y acto seguido llevó aquella polla a la abertura de su coño.

-Si eso es preciosa, métetela tu solita, siéntate sobre mi polla de una vez.- dijo Mario desesperado por follarse de una vez por todas a Sara.

Entre la saliva que llevaba la polla y los fluidos que salían del coño de Sara, el capullo se deslizó perfectamente en su interior. Sara dejo caer su peso de forma que la polla quedó metida hasta los huevos, su coño estaba totalmente lleno de polla, notaba el calor que desprendía el capullo de Mario en su interior.

Entonces comenzó a subir y bajar lentamente su coño notando como la polla de su hermano entraba y salía de ella. Apoyaba sus brazos sobre los pectorales de el presionándolos y manoseándolos con ansiedad.

Mario depositó sus manos en el culo de ella, y lo apretaba con fuerza contra él, al tiempo que separaba sus nalgas dejando el ojete de su hermana al aire.

A Sara el tener sus nalgas abiertas con su ojete expuesto mientras tenía una buena polla dentro le hacía imaginar lo bueno que sería que en ese momento viniese otro semental por atrás con la polla dura para metérsela por su culo virgen.

-Cógeme las tetas, me gusta que me cojan las tetas mientras me follan,- dijo mientras con sus caderas dibujaba ochos para sentir como la polla de el  rozaba todos y cada uno de los rincones del interior de su coño.

-Estas caliente, eh zorra? Ahora mismo te dejarías follar por cualquiera eh? Te gustaría que llamara ahora a todos mis amigos para que viniesen a follarte sin piedad?

Sara dentro de excitación le contestó:

-Sí, ahora me los follaba y se la chuparía a todos- En efecto la idea de tener a un grupo de dieciocho añeros  palilleros con las pollas duras a su disposición le gustaba, pensó que los pondría a todos en cola para ir chupándosela uno a uno.

-Cállate ya y fóllame duro, joder, métemela con fuerza, dame todo lo que puedas-dijo ella apretando todo lo que podía su cadera contra aquel maravilloso asiento en el que se hallaba.

En un par de ocasiones a Sara le pareció oír algún que procedía de fuera de su habitación, entonces dejaba de mover su culo quedándose inmóvil y escuchando atentamente por si alguno de sus padres se había levantado. Cuando se aseguraba que era una falsa alarma proseguía con el vaivén de sus caderas sobre la polla de Mario.

-Aguanta, no te corras aún, eh, no te corras- decía Sara de vez en cuando, no quería que su juguete nuevo se quedara sin pilas sin haberlo disfrutado más.

-Joder, que puta eres y que bien te mueves, no pares de follar.

-Úsame como quieras, pero no pares.

-Sigue, no pares, no te corras, no te corras, sigue follándome, dame fuerte.

Mario estaba tan salido que sentía que se iba a correr en cualquier momento, cuando lo que quería era prorrogar su excitación lo máximo posible.

-Ven, acércame tu coño, quiero comértelo ahora todo lo empapado que esta.-dijo remojándose los labios con la lengua.

Sara estaba en la gloria subida y cabalgando sobre el, pero aquella invitación era mucho más apetecible, así que se incorporó, se puso de rodillas sobre la cama, abrió las piernas y se llevó las manos a su sexo y se lo abrió para mostrarle a su hermano su coño con todo detalle.

-Quieres comértelo? Quieres comerme el coño cabrón?.

Mario se puso de rodillas en la cama, ella se puso de pie y se acercó hacia el, estaba con las piernas abiertas parcialmente flexionadas para que su coño quedara a la altura de la boca de su hermano, agarró con fuerza la cabeza de Mario y se la llevó a su coño. Cuando notó que la lengua de Mario se había introducido dentro de su empapado coño, comenzó a presionar la cabeza de su hermano contra ella, al tiempo que ella también hacia fuerza con su pubis para restregar su sexo contra la boca de Mario.

Sara estaba tan excitada y estaba sintiendo tanto placer que apretaba sin compasión aquella cabeza contra su coño, era como si quiera introducir la cabeza de su hermano dentro de su coño, y poco le importaba si para ello le hacía daño o no, ahora sólo pensaba en obtener placer ella, estaba como loca.

-Fóllame con tu boca, cómeme todo el coño, cómetelo todo hasta que me corra, y te juro que podrás hacer conmigo lo que quieras, pero no dejes de follarme con la boca, no pares.

Agitaba su culo y movía la cabeza de Mario para que la velocidad a la que la lengua de este chupaba su coño fuera lo más rápida posible, le importaba una mierda que este se asfixiara  o no, solo quería que la follara violentamente con su lengua hasta alcanzar una colosal corrida.

-Si quieres luego podrás follarte mi boca, mi culo, lo que quieras pero no pares, haz que me corra con tu lengua cabrón hijo de puta.

En ese momento Mario a quién le empezaba a faltar el aire comprendió que tenía que hacer que aquella zorra se corriera de una vez, así que hizo un último esfuerzo y sin apartar su boca comenzó a mover la cabeza todo lo rápido que pudo de un lado a otro, al tiempo que sacaba todo lo que podía la lengua y la movía dentro del coño de Sara.

Sara ya no podía más tenía todos los músculos de su cuerpo en tensión, apretaba todo lo que podía su coño para restregarse con la boca de Mario, al tiempo que abría bien las piernas para que su coño se abriera todo lo posible. Para Sara el sentir como aquella maravillosa lengua le estaba follando su encharcado coño, el sonido de los fluidos removidos por Mario, el olor a sexo, junto con el placer que sentía hicieron que alcanzase el orgasmo más violento y placentero que había tenido nunca. Se quedó inmóvil unos instantes sintiendo los últimos espasmos de su corrida y luego le soltó la cabeza a aquel hijo de puta que tan bien se había portado, y se dejó caer sobre la cama.

Mario con la mandíbula dolorida y llena de todo tipo de flujos, sintió que ahora era su turno, y encabronado como estaba de la excitación le dijo:

-Ven aquí, ahora me la vas a chupar tú.- Y tiro de los brazos de Sara haciendo que se incorporara quedando de rodillas.

Ahora era Sara la que estaba arrodillada sobre la cama, Mario se puso de pie frente a ella, retiró con una de sus manos parte de las babas y flujos que tenía por toda la boca y los depositó en su polla. Comenzó a pajearse delante de ella, su polla estaba a escasos centímetros de la cara de su hermana que todavía no se había recuperado de su violento orgasmo y respiraba agitadamente.

Mario  estaba totalmente ido por la excitación y por la forma en la que Sara le había usado, así que cogió su polla, se la escupió, la volvió a pajear un poco para asegurarse que no bajaba absolutamente nada y la aproximó a la boca de su hermana. No esperó a que esta la abriera la presionó contra sus labios hasta que esta abrió la boca, en cuyo momento y sin ningún tipo de miramiento la introdujo hasta los huevos.

-Venga chúpamela, cómetela entera, cómetela como una zorra.

Ahora era su turno, no quería que Sara le hiciera una mamada, quería follarle violentamente la boca de la puta de su hermana, y así lo hico. Metía y sacaba la polla de su boca como si fuera un coño, quería reventarla, quería atravesarla con su dura polla, metérsela hasta los huevos.

-Eso es, abre bien la boca, quiero follártela, te voy a reventar la garganta puta- decía con rabia.

Sara abría todo lo que podía la boca quería complacerle, pero pronto comenzó a sentir arcadas, los ojos comenzaron a llorarle y le comenzaban a colgar de la barbilla espesas babas que iban cayendo sobres sus tetas, y de ahí se deslizaban por su vientre hasta llegar a su coño. Estaba completamente impregnada de esa mezcla de flujos.

Cuando Sara sentía que iba a vomitar, ponía sus manos contra los muslos de Mario y hacía fuerza hacia atrás para disminuir la presión, pero el, enseguida cogía su cabeza y la apretaba con fuerza contra él.

-Déjate follar esa boca de puta, que tu bien que te has corrido antes contra la mía, ahora me toca a mí.- Y seguía con su follada de boca, no le importaba ni el roce de los dientes de Sara, al contrarío hacia que se encabronase más y se la metiera más fuerte.

Cuando Mario sintió que yo podría más y que iba a correrse en la boca de aquella puta, volvió a presionar todo lo que pudo la cabeza de su hermana contra su entrepierna al tiempo que metía la polla hasta lo más profundo de su garganta, y allí la dejó unos segundos apretando el culo contra ella y haciendo fuerza. Sentía que su capullo topaba contra algo del interior de la garganta de Sara pero le importaba una mierda, ahora lo que quería era explotar dentro de ella, soltarle su chorro de lefa y notar como esta pasaba directamente a su estómago.

Sara luchaba por sacar aquella polla de su garganta, no podía respirar ni por la boca ni por la nariz que estaba totalmente aplastada contra el vientre de su hermano.

Al final en pocos segundos Mario notó que se corría, notaba como un chorro de semen circulaba a lo largo de su polla, para que saliera más violentamente, contrajo su ojete dos o tres veces que fueron los dos o tres chorros de semen que soltó dentro de la garganta de Sara. Y solo después de notar que había soltado hasta la última gota de leche fue cuando le soltó la cabeza.

Ella lo primero que hizo después de sacarse la polla de Mario de la boca fue coger una gran bocanada de aire buscando recuperar el aliento, y acto seguido comenzó a darle puñetazos en el vientre de Mario.

-Cabrón, hijo de puta, casi me ahogas- decía escupiendo una mezcla viscosa  de semen y babas.

Mario reía satisfecho y totalmente extasiado.

-Ven aquí que te has puesto perdida,- y le retiró algunos pegotes de esa sustancia viscosa que le colgaban de la barbilla y las tetas.

Sara se llevo las manos a la boca y cogió una gran cantidad de esa sustancia y luego se limpió la mano contra los muslos de Mario.

LOS DOS ESTABAN AGOTADOS, CON LAS MANDÍBULAS DOLORIDAS, SUS BOCAS LLENAS DE UNA MEZCLA DE FLUJOS Y BABAS, Y TENÍAN LA MUSCULATURA DEL CUELLO RESENTIDA POR AQUELLOS ESFUERZOS, PERO HABÍAN DISFRUTADO COMO UNOS AUTÉNTICOS HIJOS DE PUTA.

Nota: Como siempre espero vuestras valoraciones, comentarios o ideas, espero que os haya gustado. Un saludo.