Mario, mi amigo desde niño.

Historia donde Andrés y Mario tienen un encuentro después de varios meses sin verse.

Es el primer relato que escribo, la mayoría de los relatos que escriba serán ficticios, aunque con un toque inspirados en la realidad, espero que os guste.


Primeros días del verano, un tiempo caluroso y pegajoso con el que no daban más ganas que estar todo el tiempo metido en el agua de la piscina. Soy Andrés, 19 años, moreno, mido 1'80 y mi físico es aceptable, no muy mazado pero bastante marcadito.

Estaba frente al ordenador portátil conectado al messenger, ya era de noche y todos en casa estaban durmiendo, muy poca gente conectada y ninguna me interesaba, justo cuando ya iba a cerrarlo me salta una ventana ¡Era Mario! hacía tiempo que no hablaba con él desde que se fue de viaje a Lanzarote en mitad del curso, empezamos a hablar, lo típico:

  • Ey tío, ¿qué tal?

  • Bien, ¿tú qué tal Mario?

  • No me quejo, mañana voy ya para Madrid ¿lo sabías?

  • ¡No me jodas! -La ilusión que me hacía estar con él era enorme, aunque él no lo sabía me atraía desde hacía tiempo.- ¿A qué hora llegas? ¿Quieres que te vaya a buscar? -Pregunté.-

  • Llegaré temprano, sobre las 8 de la mañana, creo que no deberías venir, no quiero molestarte.

  • No es molestia, enserio Mario.

  • Pues nos vemos mañana tío.

Cerré el ordenador y me fui a dormir, no sin antes hacerme una paja en honor a Mario, hacía tiempo que no lo veía, ¿cómo estaría ahora? El cansancio se apoderó de mí y me dejé dormir.

Al día siguiente me levanté pronto, me duché y me vestí con unos vaqueros y una camiseta blanca que marcaba mis brazos, cogí el coche y llegué al aeropuerto, esperé en la puerta a que Mario llegara, cuando lo ví no lo reconocía, tenía ya más brazos que yo y un culazo de infarto que no podía dejar de mirar disimuladamente, lo llevé a mi coche y desde ahí fuimos a mi casa, su madre no llegaría hasta dentro de dos días y se tenía que quedar conmigo, ningún problema para mí.

Después de comer fuimos a la piscina de mi casa, estábamos nosotros solos ya que mi madre se había ido de compras con mi hermana, solían tardar bastante así que teníamos la piscina para nosotros toda la tarde. Cuando salió a la piscina y le ví, con ese bañador XTG negro y rojo que no dejaban nada a la imaginación, su polla marcada hacia la izquierda y unos huevos gorditos. Le invité a tirarse al agua y así lo hizo, se acercó a mí y sin yo esperármelo me da un apretón en la polla con su mano derecha, se va nadando y dice:

  • Ha crecido en el tiempo que he estado fuera.

  • Cabrón, ¿te gusta tocármela o qué? -Esperaba que su respuesta fuera sí, pues me había dejado duro.-

  • No sólo quería saber si la tenías más grande que la mía, antes de irme sí.

  • Y ahora también, lo sabes. -Respondí en un tono chulesco, intentando picarlo a sabiendas de que era mentira.-

  • Ven y toca, venga para que veas. -Se mandó un apretón como el que me hizo a mí.-

  • Venga, pero mira a ver que luego te gusta. -Me acerqué a él y se la toqué despacio de arriba a abajo, de repente noté como se le puso dura.- Pues va a ser verdad que te mola.

  • Anda ya no seas bobo, mira el que vino a hablar. -Me señaló mi polla que estaba dura y se rió.-

  • Tío eso es porque antes me la tocaste y...

  • Ya claro, ¿oye tío puedo estar desnudo en tu piscina? Esque en la mía siempre lo estoy.

  • Yo también suelo estarlo, pero como estabas tú pues no sabía si te molestaba. -Todo mentira, pero con tal de verlo desnudo lo que fuera, me quité el bañador y lo lanzé fuera de la piscina, él hizo lo mismo.-

Empezamos a jugar como niños pequeños, lanzándonos agua, tirándonos el uno al otro y demás, varias veces noté como su polla rozaba mi espalda, no le dí importancia porque estábamos jugando, salí del agua y me eché en la tumbona, el se tiró encima mío para escacharme, notaba nuestras pollas pegadas, y él tan cerca de mí... le besé, a lo que él respondió con otro beso bastante pasional, le agarré el culo con ambas manos, lo que tanto había imaginado ahora estaba pasando de verdad, empezó a bajar con sus besos por mi cuello, llegó a mis pezones y los mordió, alternando entre ellos, luego los chupaba y tiraba de ellos, me estaba poniendo burro. Siguió bajando con sus besos hasta llegar a mi polla, a la que le pegó un repaso con su lengua para luego darle un mordisco al glande.


Paro aquí, si os gusta me avisais y sigo publicando, si no lo borraré y empezaré otro.