Mario, mi amigo desde niño. (2)

Segunda parte sobre la historia que me ocurrió con Mario.

Entonces se la metió en la boca, despacio, pude notar como el calor me invadía lentamente. Se la sacó de la boca y se acostó sobre mí, puso su polla en mi boca mientras que engullía la mía, me metí la suya en la boca lo que le hizo parar de chupar, seguimos así durante un rato, luego me subió las piernas a sus hombros, iba a penetrarme.

  • Mario cuidado, es la primera vez.

  • Tranquilo Andrés, sé lo que me hago.

Notaba como su capullo estaba en la entrada de mi culo, empujó, en un principio me dolió tanto que solté un pequeño chillido, él paró hasta que me acostumbré, cuando lo creyó oportuno siguió lento, despacio, podía notar que mi culo se iba abriendo a medida que él empujaba, el dolor se había ido para dar paso al placer, al cual me enganché. Estuvimos así durante un tiempo, no puedo decir con exactitud cual porque no lo contaba, sólo me centraba en disfrutar de Mario, cuando cambiamos de posición él se acostó en la tumbona y con su polla tiesa me senté encima de ella, comprobé que mi culito virgen ya era una bestia deborapollas, entraba con mucha facilidad y el placer era indescriptible, mientras me iba follando el culo me acerqué a él para besarle, tenía que sentir otra vez esos labios, rosados, carnosos. Él me pajeaba mientras seguíamos en la misma postura, noté que me corría y así se lo hice saber.

  • Ma-Mario me corro, ¡me-me corro Mario! -Mi voz temblaba debido al tremendo orgasmo que estaba teniendo.-

Aumentó el ritmo de la paja al escucharme decir eso, varios chorros de semen saltaron manchando su cara, su pecho y llegando incluso a su boca, al mismo tiempo él se corrió dejándome lleno de semen, rebosante. Me metí dos dedos en mi culo que aún tenía su leche y me los llevé a la boca, su semen tenía un sabor salado, algo amargo, era el néctar de los dioses, ahora mismo estaba en la gloria, lo miré y me eché a su lado.

  • Siempre se ha dicho que la primera vez es especial, ¿no?

  • ¿Y lo ha sido ésta? -Me respondió él mientras yo acariciaba su pecho aún recubierto de mi semen.-

  • Sí, me has gustado desde que te conocí y siempre he querido esto. ¿Y tú?

  • Nunca creía que pudiera a experimentar algo así, la verdad esque me ha gustado mucho.

Tras esto nos dimos una ducha juntos, en donde los besos y roces no faltaron, nos vestimos y nos fuimos al salón a comer algo y ver la TV, al pasar más de una hora llegó mi madre.

  • ¿Qué tal se lo han pasado chicos? ¿Estaba buena el agua?

  • Buenísima, íncreible -Respondimos Mario y yo a la vez, luego nos empezamos a reír.-

Mi madre nos miró extrañada, luego subió las escaleras a su cuarto.

  • Hombres... no hay quien los entienda. -Susurró mientras subía.-

Hoy no me encuentro muy bien y tampoco estaba muy inspirado para escribir, espero que os guste y ya veré si sigo con la historia de Mario o empiezo otra, que todavía estamos en el primer día y nos queda otro para que llegue su madre.

Cualquier crítica es aceptada mientras sea constructiva. ¡Muchas Gracias!

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