Mario

Mario un joven que descubre mucha cosas de su vida y en este relato lo van a descubrir

Mi nombre es Mario soy un chico tranquilo, buen alumno, buen hijo… en fin se podría decir que un joven modelo, o al menos eso pensaba yo hasta que empezaron a suceder cosas en mi vida que jamás las imagine, pero que ahora me encantan. Comenzare a contarles.

Todo comenzó una tarde en que mis padres iban a salir a una fiesta en la noche y me dejaron encargado con mi abuelo, como a las 8 me fui a dormir; unas horas más tarde me levante a tomar un vaso con agua y al salir de mi habitación escuche que el televisor de la sala estaba prendido, supuse que era mi abuelo, note que estaba viendo porno; me acerque con cuidado sin que me viera, mi abuelo se estaba masturbando.

En el segundo en que mi cerebro recibió la imagen de la verga larga, gruesa, dura, y venosa de mi abuelo; la mía estaba tan erecta que no soporte quedarme ahí parado viendo tan rica verga. Corrí de vuelta a mi habitación, me desnude y empecé a masturbarme, la excitación era muy grande; no dejaba de susurrarme a mí mismo

-qué rica verga!

-Como quisiera tenerla entre mis manos!

-Necesito una verga!

A la mañana siguiente me levante para ir al colegio; mis padres ya estaban en casa, mi abuelo ya se había ido, y me di cuenta que estaba lleno de semen y la verga aun tiesa. En ese instante recordé lo rico que me había masturbado por la verga de mi abuelo.

Jamás imagine que me excitaría tanto por una verga. Será que soy gay? Me pregunte a mi mismo… pero jamás me respondí solo me deje llevar.

Cuando llegue a casa tenía muchas ganas de ver otra vez una verga tan rica que me pare la mía, así que entre al internet y busque imágenes de hombres apuestos musculosos y con las vergas jugosas; encontré miles de imágenes pero ninguna me hacia excitar, luego seguí buscando y entre a una página donde solo habían hombres maduros y una gran cantidad de vergas.

Fue entonces que descubrí que solo me gustan las vergas largas y venosas de los viejos, con razón me excito tanto la de mi abuelo; mi verga se puso demasiado dura que tuve que masturbarme en ese momento; pero esta vez al ver esas vergas tan ricas y sin poder tenerlas sentí el desesperado deseo de tener algo dentro de mi culo, no dude en meterme el dedo fue la sensación más rica que había sentido hasta entonces, cuando me di cuenta estaba con dos dedos dentro de mi culo y con la otra mano masturbándome mientras mis ojos veían con hambre las vergas en el monitor.

Termine lleno de semen y aun mas asombrado conmigo mismo por la idea de tener algo dentro de mi culo, pero la verdad es que me encantaba meterme los dedos, es mas ya había botado todo el semen y aun tenía ganas de meterme los dedos en el culo, se sentía tan rico tener algo dentro.

Fui a mi cama, me acosté, abrí mis piernas y las levante, y lo siguiente que hice sin pensarlo dos veces fue meter mis dedos en mi culo, los lamí empapándolos de saliva y llevándolos directamente a mi recto que sensación más rica sentí que estaba en el paraíso mientras mis dedos se movían dentro de mí, empecé a moverlos más rápido, de adentro hacia afuera, mi culo cada vez se dilataba mas, al cabo de unos minutos mi culo estaba bastante abierto y eso me excitaba aun mas y sin darme cuenta había tenido otro orgasmo esta vez sin haberme tocado la verga.

Al día siguiente fui de nuevo al colegio y había llegado un nuevo profesor de Historia era de unos 57 años supuse yo, inmediatamente después de haberle calculado la edad empecé a imaginar cómo tendría la verga, en mi mente se dibujaba la imagen de una verga gruesa y venosa botando todo su semen dentro de mi culo. Pronto la idea de tener la verga de Julio, mi nuevo profesor, se volvió mi fantasía.

Cada momento e instante que estaba solo me daba la oportunidad de fantasear con Julio, me metía los dedos en el culo hasta botar todo mi semen e imaginando que cada vez que los metía era la verga rica y deliciosa de Julio.

Una tarde sentí el deseo de ya no solo masturbarme metiéndome los dedos, sentí que necesitaba algo más grande y más grueso que se asemeje mas a la verga de Julio; lo único que se me vino a la mente fue coger un pepino, cubrirlo de lubricante y empezar a meterlo en mi culo.

Primero lo empecé a rozar la punta en la entrada de mi culo esa sensación me estaba matando de placer, luego introducía una pequeña parte y lo volvía a sacar, entonces decidí que era hora de meterlo todo, sabría que me dolería pero quería que cuando por fin tenga una verga en mi culo sea un momento de puro placer, así que el dolor debería ser ahora. Agarre la almohada y la puse entre mis dientes y empecé a introducir el pepino; sentía claramente cómo iba rompiendo mi culo, me dolía tanto pero mi mente no dejaba de imaginar que era una verga lo que me estaba rompiendo y enseguida mi verga se paro.

Entre dolor y placer ya había introducido el pepino hasta su parte más ancha así que deje de seguir metiéndolo y empecé a pelar mi verga hasta que me llene una vez mas de semen, me saque el pepino y lo llene de todo el semen que había botado y luego volví a meter el pepino para sentir todo ese semen dentro de mi culo.

Después de tan delicioso orgasmo, me quede acostado en m cama y mire por mi ventana, y note que mi vecino de enfrente me había estado mirando todo este tiempo mientras me masturbaba con el pepino y no solo eso, sino que él también se había estado masturbando mientras me veía y para mi buena suerte era viejo tal como a mi gustaban.

Mi mente voló en ese instante, Julio pasó a ser un vago recuerdo en mi vida sexual, y ahora mi vecino de enfrente era mi nuevo amor.

Desde aquel día empezamos a tener nuestros encuentros a distancia, cada vez que llegaba del colegio nos poníamos cada uno frente a frente desde la ventana; me empezaba a desnudar y él sacaba su verga, al verla mi culo se dilataba, y mi verga empezaba a lubricarse; a él le encanta que me meta el pepino en mi culo y yo disfrutaba como no tienen idea que él se masturbe por mí, casi que podía sentir como su verga entraba y salía de mi culo; yo pasaba toda la tarde metiéndome el pepino frente a su ventana para que él se masturbe mirándome y bota toda su rica leche, la cual me moría por probar.

Un día me levante y era Domingo, mis padres habían salido, me encontraba solo en casa; como de costumbre sentía unas ganas locas de masturbarme; sentía que se había vuelto mi nueva adicción, pero como no hacerme adicto a tanto placer, si se sentía delicioso cada vez que algo entraba en mi culo; fue entonces cuando decidí terminar con todo eso de masturbarme y sentir al fin una verga real en mi culo, así que sin pensarlo más; salí de mi casa y fui directo a la casa de alado, me escabullí por el patio trasero, logre entrar a la casa y ahí estaba él; acostado en su cama, dormido, con unos shorts y la verga erecta, supe en ese instante que mi sueño se haría realidad que era ahora o nunca.

Me desnude y me senté en una silla que había frente a la cama de mi amor prohibido empecé a sobarme la verga; no quería tocar mi culo para nada, quería que él se adueñe totalmente de mi, que su verga hiciera de mi lo que desee. Empecé a deslizarme lentamente hacia su cama y me concentre en su pubis, abrí sus shorts y lentamente saque su verga gruesa y pesada, él despertó, se sorprendió un poco pero no me dijo nada, yo sabía que ambos lo deseábamos, me miro a los ojos, yo le sonreí, agarre su verga y la metí a mi boca, él volvió a recostarse botando un gemido de placer; yo no paraba de saborear su rica verga, la chupaba, la lamia, deslizaba mi lengua de arriba hacia abajo, luego metió sus bolas también en mi boca y fue cuando empecé a gemir mientras se lo chupaba. Luego él me agarro del cabello levantando mi cabeza, se acerco a mi oído y me dijo que me castigaría por haber entrado sin permiso a su casa, yo me sentía tan feliz de que me haya dicho eso aunque al mismo tiempo me asustaba un poco; luego él me hizo poner en cuatro en su cama mirando hacia la ventana que daba a mi habitación mientras me decía

-Si vez hacia allá? En esa habitación… si vez?

-¡ahhh! Siiii!... si veo!

-allá siempre hay un chico con un rico culo que le encanta meterse pepinos y se muere por que lo culee,.. tú crees que debo darle mi verga a ese chico?

-si!, dásela… se muere por tu verga!

Fue lo último que recuerdo haber dicho antes de sentir una gran presión acompañada de un gran placer en mi culo, él había metido toda su verga de una dentro de mí, me cogió de mis caderas y me movía fuertemente hacia su cuerpo. La excitación se apodero de mí y no dejaba de gemir y gritar diciendo…

-Me encanta que me den verga!

-ahhhhh...Ahhh...Ahhh que rica verga tienes! Rómpeme el culo!

-soy maricon y me encanta la verga! ahhh me gusta que me culeen

Él me pidió que gimiera agudamente casi como una mujer y a mí me gustaba hacerlo de esa forma, el placer hablaba y gemía por mí, no podía creer que eso estaba realmente sucediendo.

Unos momentos después me acerco a la ventana y me dijo que siga viendo hacia mi habitación desde su ventana; saco su verga la agito unas cuantas veces y lleno de leche todo el vidrio de la ventana por la que él siempre me miraba; como si hubiera estado sediento me lance hacia el vidrio enlechado y empecé a lamer toda la leche que había a mi paso, no quería que se quedara nada, lo quería todo para mí. Por último mi amor vino y volvió a meter su verga en mi culo y me termino adentro.

Al terminar él me dejo solo y fue a ducharse yo agarre mi ropa me vestí y regrese a mi casa; esa noche recibí un mail de parte de mi nuevo amor que decía que le había gustado mucho y que de ahora en adelante seré su esclavo y que le serviré para cada vez que él quiera culiarme.