Mario borracho fuerza a su madre en el baño.Parte5
Mario llega borracho a casa un sábado por la noche, una vez allí comienza forzando a su madre, pero termina siendo esta la que más goza sintiendo como el fruto de su vientre la folla sin compasión.
Era Domingo por la tarde, el momento más odiado por Mario ya que significaba que el fin de semana estaba llegando a su fin, faltaban pocas horas para tener que volver a esa tortura que se llamaba instituto.
Sin embargo no todo era malo, hacía escasamente una hora se había corrido en la cara de su hermana Sara (narrado en el anterior relato), sin embargo otro pensamiento más excitante aún le vino a la cabeza y fue lo que sucedió quince días atrás.
Dos sábados atrás Mario había estado en el cumpleaños de un buen amigo, tomó más copas aún que cualquier otro sábado por la noche. Estaba tan borracho que una vez en la puerta de su casa el intentar abrirla fue poco menos que una tarea imposible.
Marta, la madre de Mario estaba en la cama con su marido cuando unos ruidos que provenían de la puerta la despertaron. Como era sábado enseguida supuso que era Mario que habría bebido otra vez y tenía problemas con la cerradura.
Se levantó sigilosamente para no despertar a su marido, ya que este habría entrado en cólera y se habría montado la marimorena, como ya había ocurrido en otras ocasiones.
Se incorporó de la cama, se puso una bata de seda sobre el camisón y salió al pasillo cerrando la puerta del dormitorio tras su paso. Ya frente a la puerta de la casa Marta acercó un ojo a la mirilla, efectivamente era Mario, que venía bastante perjudicado.
Marta abrió la puerta y Mario entró como un toro saliendo de los burladeros, este casi se estrella contra los muebles pero Marta consiguió cogerlo antes, apenas podía con el peso de su hijo.
-Menuda tajada traes, anda ven que….- pero Mario la interrumpió enseguida.
-Estoy mareado, voy a vomitar- Mario se salió corriendo hacia el cuarto de baño, saliendo su madre tras él.
Cuando Marta llegó al cuarto de baño vio que a Mario con la cabeza metida en el retrete vomitando, estaba en un estado lamentable. Marta se dio cuenta que Mario llevaba la camisa y su pecho manchados y pegajosos.
-Dúchate antes y no te metas así en la cama o la pondrás perdida, además te vendrá bien para despejarte un poco.- Pero conforme le decía estas palabras Marta se dio cuenta de que si dejaba a Mario solo en la ducha terminaría en el suelo con la cabeza abierta. Así que se dispuso a ayudarlo.
Mario entró en el plato de ducha, allí su madre le ayudo a desvestirse ya que el no atinaba con ningún botón, bastante tenía con mantenerse en pie y no caer de bruces. Marta le quitó la camisa lanzándola al suelo en un rincón del baño, luego le desabotonó el botón de los vaqueros, bajó la cremallera y ayudó a Mario a quitarse los pantalones y calzoncillos, ya desnudo Marta cogió la esponja y comenzó a enjabonar a su hijo.
Mario, estaba borracho, pero no tanto como para no dejar de mirar el gran escote de su madre, a través del cual se balanceaban unos enormes pechos. Marta inclinada como estaba y centrada en las piernas de Mario, no se daba cuenta de cómo este le miraba fijamente las tetas.
Cuando Marta fue subiendo desde las piernas hasta la entrepierna se dio un pequeño susto al ver que su hijo tenía una erección.
-Y esto? Jajaja, estas malo solo para lo que quieres eh, joder con el niño. –Intento no darle importancia, pasando de largo hacia el pecho de Mario.
Este con el mayor de los descaros cogió la mano ocupada por la esponja de su madre y le llevo hacia su entrepierna.
-Pásamela también por ahí, ya que estamos.-Su madre pasó la esponja sobre los huevos y acto seguido sobre el pene de Mario, estaba sorprendida por la belleza de ese pene, tan erecto y brillante, ahora cubierto de espuma. Marta sintió envidia de las chicas que pudieran disfrutar de su tan bien dotado hijo.
Mario estaba excitado y borracho como iba no tenía ningún pudor, alargó una de sus manos y cogió uno de los enormes pechos de su madre, que pese a llevar camisón y bata, estos eran tan finos era casi como cogerlos desnudos.
-Que haces Mario? Te estas pasando, para- Para entonces Marta ya estaba frotando la parte superior del cuerpo de su hijo, intentó apartar la mano de este pero al hacerlo, entre que perdió el equilibrio y que Mario la empujo hacia si terminó introduciéndole dentro del plato de ducha, quedando instantáneamente mojada por el agua y mostrando todo su cuerpo a través de los tejidos ahora transparentes del camisón y la bata.
-Me cago en tu madre, que no se quién será- Le dijo recriminándole.
-Ja, ja, ja,… si tu no lo sabes,-Dijo Mario- Anda ven aquí y Mario apretó a Marta contra su cuerpo y le llevó las manos al culo.
-Estas borracho Mario, es que no ves quien soy, soy tu madre idiota- dijo ella sin gritar, ya que le daba pavor que su marido se encontrase con esa escena, realmente temía por la paliza que le habría propinado a su hijo.
Marta intentaba despegarse de su hijo, pero no podía hacer mucha fuerza ya que la superficie era muy resbaladiza y corría el riesgo de caerse.
Mario no la escuchó, empujó a su madre contra una de las paredes de azulejos y le levanto la bata y el camisón de un solo movimiento quedando estos pegados a su espalda, luego cogió las muñecas de su madre y las llevo contra la misma pared a la altura de la cabeza quedando los brazos de ambos en alto.
-Mario déjame, te lo ruego soy tu madre, no sabes lo que haces- volvió a decir controlando el tono para no alzar la voz.
Mario tenía inmovilizada a su madre contra los azulejos, eso le daba sensación de poder, el agua caía sobre la cabeza de ambos, tenía el esplendido culo desnudo de ella delante de el, a escasos centímetros, metió una de sus rodillas entre las piernas de ella y con un par de movimientos laterales consiguió que las piernas de ella se abriesen, acto seguido se acercó a aquel apetitoso culo.
Mario Estaba viendo como su polla erecta se acercaba a la raja del culo de su madre, pero no podía cogérsela para guiarla mejor ya que con las manos estaba inmovilizando los brazos de ella, así fue con movimientos de cintura como puso su miembro en la entrepierna de ella.
Marta que estaba inmovilizada y con las piernas abiertas notó como aquel enorme miembro duro y caliente hacia un primer contacto con su sexo mojado por el agua, pero solo lo restregaba, no daba con la entrada, además ella no se lo ponía fácil, movía el culo para evitar la penetración, con lo que provocaba que el glande de su hijo se estaba restregando a lo largo toda su raja.
-Pero que estas haciendo, como me la vas a meter, no lo hagas Mario, déjame, soy tu madre, suéltame- decía ella, sin gritar.
Marta se sorprendió, el decir aquellas palabras le hicieron pensar en lo que estaba pasando, su hijo, el que había gestado, el que había salido de su interior, al que tantas veces había bañado, y limpiado su pene diminuto de niño, ahora quería meterle una enorme polla erecta. Aquel chaval de apenas 18 años, atractivo que tenía a su alcance jovencitas con tipazos quería fallársela a ella.
Para colmo lo que sentía entre sus piernas resbalar y presionar por todo su sexo, estaba mucho más erecto y duro que la polla de su marido a la que en los últimos años le faltaba vigor.
Todas esas ideas pasaron en segundos por la mente de Marta y provocó algo que la molesto e irritó profundamente, tuvo un escalofrío de excitación.
-Un poco, déjame solo un poco mama, -
Mario movía su cadera hacia delante buscando la entrada del coño de su madre, no lo conseguía, pero tan solo el ver como su polla se perdía entre las piernas de su madre y el rozamiento con el exterior de su sexo bañado por el agua de la ducha le estaba dando placer.
Marta, estaba aprisionada contra los azulejos con las piernas abiertas, sus enormes pechos chocaban contra los fríos azulejos, lo que hacia que los pezones se le endureciesen, sentía una enorme polla entre sus piernas buscando introducirse dentro de ella, y había un atractivo chaval de 18 años detrás de ella loco por follarla, Marta había comenzado a disfrutar de esa situación y su sexo comenzaba a humedecerse por sus propios medios.
-No lo hagas, por favor, para, esto no esta bien
En un par de veces Marta sintió como el hinchado glande de la polla de su hijo se introducía dentro de su coño, dándole un enorme placer aquella sensación, sin embargo cuando eso ocurría inmediatamente después, ya sea por la borrachera o por la inestabilidad del sitio donde estaban se volvía a salir de su interior.
Marta notaba la ansiedad que tenía aquel chico, su chico por poseerla, de meterle esa preciosa, endurecida, ardiente y brillante polla en su interior, le hacía recordar sus años de juventud. Cuando miraba para arriba Marta veía sus muñecas cogidas por unos musculazos brazos que nada tenían que ver con los de su marido, al igual que el vientre que notaba chocar contra su culo, era un vientre duro, sin un gramo de grasa y con los músculos perfectamente perfilados.
-Mario nos vamos a matar aquí dentro, salgamos, o cierra el agua por lo menos.- dijo ella volviendo la cabeza, en ese momento pudo ver la cara desencajada por la excitación de Mario.
Mario, soltó una de sus muñecas para cerrar el agua, sin embargo Marta no apartó ese brazo de la pared, por lo que Mario, aprovechó también para coger su polla y meterla directamente y ahora si, sin contemplaciones dentro del coño de su madre que llevaba rato resistiéndosele.
-Ves, ves que bien entra-
Una vez con la polla dentro de su madre, la mano no volvió a la pared, la llevó a esos increíbles pechos que no dejaban de balancearse, cuando cogía uno, este rebosaba, no cabía en su mano.
Fue un placer indescriptible, el que procedía de su polla y el que procedía de su mente, estaba dominando a su madre, la estaba dominando para follársela, para disfrutar de ella sin ningún tipo de reparo, sin pararse ante sus negativas.
No fue menos placentero para Marta sentir toda aquella polla por fin dentro de ella, un macho joven la tenía insertada desde atrás, se la estaba metiendo todo lo profundo que podía, hasta sitios donde hacia tiempo no llegaba una polla, y esa polla era de un joven atractivo, era su hijo.
-Esto no esta bien Mario tienes que parar- dijo rezando para que no le hiciera caso.
Marta tenía todo el coño encharcado, pero ahora era una mezcla de los fluidos procedentes de su excitación y del agua de la ducha, pero fuera por lo que fuera estaba tan mojada y lubricada que la penetración le estaba dando un placer como el que hacía años no recibía.
Marta como no podía reconocer que estaba sintiendo un enorme placer animal de vez en cuando le decía a su hijo:
-Mario, para, me estas forzando, tienes que parar, esto no esta bien.- Marta siempre tubo entre una de sus muchas fantasías el ser forzada por un atractivo joven, y ahora se estaba cumpliendo, pero con el morbo añadido de que era su propio hijo quién tenía metida su polla en su interior, que era en su propia casa donde la estaban forzando, y que el entupido de su marido estaba en la casa mientras lo hacían sin enterarse de nada, Marta estaba perdiendo el control de tanta excitación.
-Déjate follar mama, déjame que te folle, estoy harto de oír como te folla el papa, son muchos años deseando ser yo quien te la metía y se corría en tu interior.- Marta se quedó perpleja, en otra situación le hubiera dado una bofetada a Mario, pero como estaba excitada aquellas palabras no hicieron más que mojarla más.
-Pero hijo…-se quedó sin palabras, y más aún cuando sintió como Mario había incrementado el ritmo de sus penetraciones y la intensidad de las mismas, ahora se la estaba metiendo bruscamente y hasta el fondo.
-Mario, me estas dando muy fuerte, vas a destrozarme.
Mario que estaba ya cansado de esta postura hizo que su madre saliera del plato de ducha, la puso de frente al lavabo e hizo que flexionase la espalda apoyada como esta en el lavabo de forma que quedó inclinada hacia delante ofreciéndole de nuevo su culo.
Marta en esa posición, y con las piernas abiertas esperaba a que Mario la empitonase por atrás, y sinceramente, era tal su excitación que le daba igual que su hijo se la metiera por el coño o por el culo, pero quería esa polla dentro de ella cuanto antes.
Una vez que Mario la había penetrado de nuevo por su sexo desde atrás y le metía y sacaba con fuerza la polla, la miró a través del espejo. Lo que Mario vio le entusiasmó, veía como las tetas se balanceaban al ritmo de sus embestidas, pero lo que le gusto fue notar que le había cambiado la cara, ahora veía que su madre estaba concentrada en una respiración agitada, había conseguida que se excitara y comenzará a disfrutar.
- Ves mama, ves que bueno, deja que te folle el coño, vale, deja que disfrute un poco de el.
-Vale, pero me estoy haciendo daño, déjame que me ponga en otra postura- En efecto la embestidas de Mario hacían me Marta se golpeara el vientre contra el lavabo.
Mario ante esa petición le sacó la polla, cuando la sacó estaba impregnada de los flujos de su madres, se hizo un paso para atrás para ver que hacía su madre. Esta, se separó del lavabo y se arrodilló en mitad del baño, poniéndose acto seguido a cuatro patas, arqueando la espalda de forma que su culo estaba totalmente en pompa. Ella estaba caliente, estaba dispuesta a que su hijo la follase todo cuanto quisiera, como quisiera y por donde quisiera, eso si, no quería decírselo abiertamente.
Mario se dirigió hacia el culo de su madre, cuando estuvo justo encima, flexionó las rodillas para bajar en altura, y cuando tuvo su dura polla a la altura deseada la volvió a penetrar por su coño.
Marta, hubiera querido que se la hubiera metido por el culo, estaba excitadísima y hacia mucho que quería probarlo, pero tener la polla de su hijo en su sexo también le estaba dando placer.
-Te gusta así mama, te gusta fuerte- le dijo Mario dándole con todas sus fuerzas, no tenía ningún tipo de reparo, estaba follándose a su madre en mitad del baño, era como el león en medio de la sabana follándose a la hembra que le viene en gana como le daba la gana.
-Esto no esta bien Mario, esto no esta bien, - dijo ella, pero jadeando ligeramente.
-Venga mama, que se que te gusta, se que te gusta duro, he oído como se lo pedía así a papa un montón de veces.
-Eso no es verdad- Lo negó, como iba Mario a saber esas cosas?
-Y una mierda que no es verdad, se lo puta que puedes llegar a ser cuando follas con el, quiero que conmigo seas igual de puta o más.
No era posible, que sabía y que no sabía Mario, como se había enterado de esas cosas y como era tan bueno follando ese pequeño cabrón, pensaba Marta.
A Ella le hubiera gustado llevarse la mano al clítoris para masturbarse mientras la follaba, pero se contuvo, no podía mostrarle a Mario lo mucho que estaba disfrutando, de hecho en ese instante le hubiera gustado tener la polla de su marido en la boca para chuparla al tiempo que su hijo seguía metiéndole aquella delicia de polla hasta lo más hondo y de aquella forma tan violenta.
-Venga mama, venga, no creo que falte mucho para correrme, haces que se me ponga muy dura, dime, quieres que me corra, quieres que me corra en tu coño?- dijo Mario mientras cogía el pelo de su madre y tiraba de el de forma que la cabeza de Marta retrocedía.
-Te puedes correr dentro, no pasa nada, yo no soy como esas pequeñas zorras a las que te sueles follar, te puedes correr dentro de mama sin problemas.-En verdad Marta no era fértil desde hacía un par de años, y la idea de tener la leche de su hijo dentro le gustaba.
-Que zorra eres mama, quieres que me corra dentro de ti, quieres notar como te escupo la leche dentro, eh?
-Si, córrete dentro de mama, - Marta ya no podía disimular más su excitación y se le escapaban palabras que no quería pronunciar, Mario al oírlo se dio cuenta de la situación y quiso prorrogarlo un rato más para disfrutarlo.
-Estas caliente, eh mama, lo noto, lo noto en tu coño que esta encharcado, te gusta como te folla tu hijo? – dijo, mientras había descendido el ritmo ahora la estaba penetrando lentamente pero igual de profundo.
-Eres un pequeño cabrón, y un cerdo, te estas follando a tu madre, y me estas tratando como a una cualquiera-
-Si mama, te trato como a una puta por que lo eres, lo se de sobra, se que te gusta la marcha, se lo mucho que te gusta que te la metan fuerte y con ganas, se que te gusta hasta los huevos, lo he oído muchas veces.
-Ah.., joder,….eres un cabrón, como sabes todo eso.
-Años detrás de la puerta cuando vosotros follabais, con ganas de entrar para metértela yo también. Pero ahora me voy a desquitar, te estoy follando como le pedías a papa, así que no me digas que no te gusta.
-Vale, entonces vamos a dejarnos ya de disimulos y fóllame, fóllame todo lo fuerte que puedas si tienes huevos, reviéntale el coño a tu madre.- Llevó una de sus manos a su sexo, y comenzó a masturbarse violentamente, estaba desatada.
A Mario aquella palabras le habían enloquecido de estación, comenzó a penetrarla todo lo fuerte que podía, los golpes de su vientre contra el culo de la madre sonaban en todo el baño.
-Eso es, dame fuerte joder, dale fuerte a la perra de tu madre, has conseguido ponerme caliente, ahora vas a tener que cumplir como un hombre y hacer que me corra como a mi me gusta, como una puta asquerosa.- Marta sacaba la lengua de vez en cuando y se relamía, le hubiera gustado tener una polla que chupar en esos momentos.
Mario movía las caderas lo más rápido que podía para follarla como esa puta le estaba pidiendo. A su vez, Marta estaba moviendo el culo de forma que incrementaba la fricción, movía el culo como una auténtica puta buscando la máxima introducción de la polla de su hijo.
-Venga, no querías follarme? A que esperas? Hazlo, fóllame, fóllame con ganas, fóllate el coño de tu madre.
-Métela, métela, métala fuerte joder…. Métela hasta el fondo y aprieta cabrón–decía Marta al borde del orgasmo.
-Joder, que guarra eres como no te calles me voy a correr ahora mismo en tu coño.
-Y a que esperas, correte dentro si quieres, correte en el coño de mami.
Marta subía y bajaba el culo, lo movía de izquierda a derecha, no le tenía quieto, quería notar la polla de su hijo por todos los rincones de su interior.
Llegó un momento en que tanta excitación provocó que comenzara a correrse, llevó sus manos hacia atrás y cogió el culo de su hijo, y lo apretó fuertemente hacia si, para que no volviera a sacar la polla de su interior mientras se corría.
-Me corro cariño me corro, mama se esta corriendo…… no te muevas déjala dentro pero apriétala dentro, apriétala todo lo que puedas contra mi, si joder… si…….-Hizo tanta fuerza que callo hacia delante, quedando tumbada en el suelo, con su hijo subido sobre su espalda,
Mario estaba a punto de correrse, tenía a su madre desnuda sobre el suelo, con las piernas abiertas, y su polla metida en el coño, puso los brazos en el suelo, y como si fuera a hacer flexiones comenzó a metérsela y a sacársela.
-uf, uf. Uf, que bueno, mama, que coño más bueno y que gusto me esta dando- decía Mario preparándose para correrse.
-Correte, cariño correte con mama, correte dentro de mami, dentro de mami te puedes correr las veces que quieras hasta llenarme de tu leche.
Mario no podía más miro hacia abajo, y mientras veía su polla perderse por el coño de su madre dejó salir su leche violentamente, era sublime notar como se corría dentro de aquella puta asquerosa que estaba hecha su madre.
-Si cariño, que bueno, correte, déjala salir toda, que salvaje, como te he notado, me has llenado entera.
Mario se separó de Marta, se incorporó y se remojo la cara en el lavabo, estaba mareado de tanto esfuerzo.
Marta se había quedado sentada en el suelo, se sentía viva, había disfrutado como nunca, miraba el cuerpo joven de su hijo con admiración del gusto que le acababa de proporcionar. TENÍA GANAS DE MÁS, SI POR ELLA FUERA SE PASARÍA LA NOCHE FOLLANDO Y CHUPÁNDOSELA A AQUEL JOVEN SEMENTAL QUE ERA SU HIJO.