Mario

Mi aventura con un hombre maduro

Esta historia me paso esta semana, totalmente digna de compartir.

Hace unos tres años, cuando pasaba todo mi día trabajando en la escuela, llego un señor de no más de 40 años, muy formal, con mucha presencia y lo suficientemente apuesto como para llamar mi atención; iba en busca de un servicio, pero mi tiempo no me permitía atenderlo puesto que siempre estaba ocupada en el salón de clase, muy amable se despedía y se marchaba. La situación se repitió un par de veces más y cada vez me apenaba más, no iba seguido, pasaba un lapso como de dos meces para que volviera a ir, en la última visita le dije que lamentaba mucho no poderlo atender pero que siempre nos manteníamos ocupados, que si quería podía hacer cita para después, me dijo que no era de la ciudad y que venía cada bimestre a dar unos cursos, que no me preocupara que no pasaba nada y que entendía perfecto, total, terminaba marchándose.

Pasaron al menos 3 meces y llego de nuevo, en cuanto lo vi hice cara de preocupación porque yo estaba a punto de entrar al salón con las chicas, le explique de nuevo que no podía atenderlo, pero en eso llego otra de las maestras y se ofreció atenderlo, el feliz dijo que volvía en unos minutos y dio las gracias. Entre yo al salón de clases y no supe más, aparte no era algo que me interesara saber que había pasado con el señor. Al salir de clases mi compañera de trabajo iba saliendo también pero no comento nada, en eso sale la persona, paga, hace una nueva cita para el día de mañana, da las gracias y se retira, ahora si la intriga me invadió y le pregunte que, si qué tal le había ido y me dijo que todo bien, que era una persona muy caballerosa y sumamente culta, que habían platicado de muchas cosas. Pasaron aproximadamente 30 minutos y llamo el preguntando por mi compañera, se la comunique, hablo unos minutos y cuando colgó el teléfono dijo “QUE LOCO” yo simplemente me reí y le pregunte que sí que había ocurrido, y me dijo que le habían hablado de su trabajo y que necesitaba regresarse mañana mismo a su ciudad y que no quería cancelar su cita así que iría nuevamente, solté una carcajada y opine lo mismo “QUE LOCO” jajaja.

Fue nuevamente y al salir de nuevo cuando se despidió de mi compañera, volví a morir de la risa y me la pasé burlándome de ella diciéndole que se había enamorado de ella y no se cuentas cosas más. Pasaron algunos meces y llega nuevamente, ahora lo primero que pensé fue un “¡ay no puede ser!” (volteando los ojos), paso y saludo muy amablemente a lo cual conteste de la misma manera, obvio no iba por mí y pregunto por mi compañera y le dije que ella no estaba, que solo la encontraría por las mañanas así que si quería verla tendría que venir por las mañanas, me dijo que solo iba a entregarle un libro que era todo, se lo recibí y me pregunta que si tenía tiempo de atenderlo, la verdad es que esta vez no estaba haciendo absolutamente nada y hubiera sido una grosería de mi parte no hacerlo, aparte era trabajo y  trabajo es igual a dinero y a mí me encanta ese pedazo de papel jajaja. Entramos y comienzo a trabajar con él, y coincidí con mi compañera, el hombre era sumamente agradable y tenía mucho tema de conversación, vaya, es de esas personas que puedes hablar de TODO con ellas y en toda platica encajan. Nos estábamos despidiendo y saca su teléfono para mostrarme unas imágenes, de esas cadenas que te envían con cosas positivas que a decir verdad me cagan la madre jaja y no porque sea una grinch ni nada de eso, solo que no lo se me dan equis. Obviamente como se trataba de un cliente mostré atención y amabilidad para ver lo que me estaba mostrando, como ser actriz se me da muy bien me dijo que sería algo bueno intercambiar esas imágenes (NOOOOOOOOO, pensé dentro de mi) a lo que respondí con un “claro” que dentro de mí fue un “claro… que NO”.

Me pidió mi número de teléfono y no supe que hacer, no encontraba la manera de decirle que no quería dárselo y más porque yo en ese momento tenía novio y estaba comprometidísima con él, total, se lo terminé dando. Al otro día que llega mi compañera de trabajo le entrego el libro y le platique que había venido su “admirador” a dejárselo jaja, volvió a responder “QUE LOCO” y dejo el libro junto con todos los demás que tenemos, hasta la fecha el libro sigue en el mismo sitio.

Cada lunes, miércoles y viernes (aún lo hace) me enviaba en la mañana una imagen motivacional y una leyenda que me decía que tuviera buen día, realmente nunca es como que nos pusimos a charlar o algo así. Pasados los meces, esta vez fue el doble de tiempo, volvió a ir y me toco a mi atenderlo y la verdad es que ya me gustaba hacerlo porque como dije anteriormente, tiene una mera de hablar que realmente me era muy grata, si ya su pinta daba a ser alguien muy interesante, cuando lograbas hablar con él lo confirmabas y era mejor de lo que uno creía. Conversamos mucho esa vez, de todo, se marchó y así siguieron los mensajes por las mañanas. Un día me manda un mensaje saludándome (sin ninguna imagen de por medio), y me pareció algo extraño pero conteste el saludo, me decía que vendría para mi ciudad el día de mañana y que le gustaría ir a desayunar o cenar conmigo, yo no sabía cómo decirle que no, porque vuelvo a recordar que yo estaba en una relación y que me vieran con él no iba a ser bueno para mí, no sabía que inventar o decir, así que termine aceptando ir a cenar. Llego el día y yo moría de los nervios que alguien me fuera a ver con él, una porque todos sabían que yo estaba en una relación con mi ex novio y dos porque pues que estaría haciendo una “niña” como yo con un señor jaja… no lo sé, pero pensaba muchas cosas, llega la tarde y salgo de mi trabajo, me quedaría ahí esperando a que llegara la hora de vernos, en eso me manda un mensaje y se disculpa porque no podremos vernos debido a trabajo extra que salió, para mí fue un alivio máximo y le comente que yo entendía y que ya sería en otra ocasión.

Volví a verlo después de eso, y le platique que ya no estaría más en la escuela, que me iría a vivir a otra ciudad un unos meces y regresando tenía un proyecto para comenzar algo por mi cuenta, me felicito y me dijo palabras muy sabias que hasta la fecha no las olvido, me dijo que aun así seguiríamos en contacto y que deseaba que me fuese muy bien. Yo tenía apenas unos días que mi ex había terminado conmigo y me sentía muy mal, el me envió una imagen la cual fue como directo para mí por la situación en la que me encontraba y le di las gracias por eso, me pregunto si estaba bien y le comente que había terminado mi relación, pero solo eso, me dio ánimos y fue todo. Pasaron los meces y no volví a verlo, obvio sus imágenes seguían ahí tres veces por semana, pero si antes no les prestaba atención ahora menos. Habían pasado aproximadamente unos 6 a 8 meces y me manda un mensaje diciéndome que estaba en la ciudad y que quería saber si había oportunidad de vernos al día siguiente, esta vez yo era libre y podía hacer lo que quisiera, no le debía cuentas a nadie así que acepte. Llegue al hotel donde se hospedaba y me quede fuera de él, no quise entrar para evitar malos entendidos ya que la mayoría de las personas que trabajan en ese hotel me conocen a mí y a mis padres, salió, me saludo y caminamos hacia un restaurante que estaba a unas dos cuadras, muy buena elección porque esta frente al mar, así que la vista era muy agradable, debo confesar que desde que lo conocí me pareció atractivo, pero ahora que yo estaba soltera y si me era permitido voltear a ver otros hombres, lo vi ahora mucho más atractivo a mi vista, y su mera de hablar pfffff…  ese hombre me coge y me hace tener orgasmos en el cerebro cuando habla. Nuestra platica fue muy amena, hablamos de muchísimas cosas y nos sinceramos en muchas igual, nos platicamos cosas muy íntimas como de familia y eso, que ha decir verdad aún sigo sin saber si es una persona casada, divorciada, en una relación, si tiene hijos o no, o algo así. A mí me apenaba mucho el saber ya tantas cosas de él tan intimas y no recordaba a que rayos venía a la ciudad o porque, ya me lo había comentado, pero no le había tomado atención, le pregunto y rio de una manera muy sutil, me dijo que era abogado (si recordaba eso) y que venía a una institución de gobierno a dar cursos puesto que en la Ciudad de México es dueño de un colegio de abogados que tiene casi 10 años, lo primero que pensé yo fue “ahora entiendo su súper intelecto”.

Fue todo, caminamos hacia su hotel, lo deje en la entrada de él, nos despedimos y me marche. Eso fue el año pasado a principios, los mensajes siguieron ahí como siempre pero ya no volví a verlo. De vez en cuando lo recordaba y no lo niego, me gustaba pensar en él, creo que su manera de hablar y ser fue lo que hizo que posara cierto interés en él. La semana pasada, como siempre, me mando una imagen y sus buenos días, yo le conteste los buenos días y quise intentar charlar con él, le pregunte que si como estaba y que ya me había extrañado que no viniera a la ciudad, me comenta que ha venido, pero a la ciudad próxima a la mía, y me dice que justo en la semana iba a venir solo faltaba que le confirmaran y que le daría mucho gusto saludarme, y lo mismo opinaba yo, realmente me apetecía verlo. Llega el día lunes y recibo un mensaje por la mañana de él diciéndome que llegaría a la ciudad en unas horas y si habría posibilidad de vernos en la noche cuando él se desocupara de sus asuntos, la verdad es que ese día no había tenido trabajo más que en la mañana, no estaba cansada y tenía tiempo, lo dude, pero dije “ no es alguien que ves todos los días, aparte… te gusta jaja “ quedamos de vernos en un punto a tal hora de la noche.

Casi era la hora de vernos y mi cabeza ya había planeado algo, quería… deseaba, estar con él. Me arregle con un jeans muy ajustado a la cintura que ceñía muy bien cada una de mis curvas y una camisa fajada sumamente escotada que dejaba ver un tercio de mis pechos, y si, no traía sostén. Salgo de camino al restaurante y él ya estaba ahí. Nos saludamos y nos dimos un abrazo amistoso, a ambos nos dio mucho gusto el volvernos a ver después de un año y medio. Nos sentamos y comenzamos a ponernos al tanto de todo, él es una persona sumamente respetuosa y note que le estaba costando demasiado trabajo no dejar de ver mi escote, así que trataba de no voltear mucho a verme mientras hablaba, cuando vi tal acción dije dentro de mi “ que estás haciendo, tú no eres así “ , me levante de la mesa para ir al baño, acomodarme los pechos y cerrar ese botón de mi camisa, al regresar a la mesa y volverme a sentar el por supuesto que noto que yo había cerrado el botón de mi camisa y me dijo “ gracias “y tomo mi mano  , yo no entendí de que me daba las gracias a lo que le pregunte y me dijo que lo estaba poniendo muy mal con mi escote, que le estaba costando mucho concentrarse para hablar conmigo, que no sabía lo que era pero que algo causaba en él, desde siempre yo me quede viéndolo a los ojos por unos segundos mientras el silencio fue el invitado de honor ese momento, no podía más, el cerebro de ese hombre me vuelve loca y me incline a besarlo, mmmh que sensación  fue como tomar agua después de no haberlo hecho por días, inmediatamente causo una excitación en mí y al despegar nuestros labios lleve mi mano a ese botón de mi camisa para desabrocharlo y tome una de sus manos para llevarla a uno de mis pechos, me miro a los ojos y me pregunto si quería que no fuéramos y le dije que sí.

Salimos del restaurante y mientras íbamos caminando hacia mi coche, parecíamos adolescentes, pegados, besándonos como si no hubiese un mañana. Llegamos al coche y le dije que, si a donde quería ir, me propuso irnos a su hotel y me pareció una idea perfecta. Entramos en la habitación y en cuanto cerró la puerta me acorralo en la pared para besarme intensamente y bajar su cara hacia mi escote. Yo estaba demasiado excitada y de mi boca lo único que salían eran gemidos, me encantaba la manera en la que me estaba tratando, era dominante, pero a la misma vez delicado, me toma de la mano y nos acercamos a la cama, él se sienta mientras yo quedo parada frente a él y comienza a desabotonarme la camisa, uno a uno los botones, toca mis pechos, los masajea lentamente y se embebece viéndolos, a lo que yo respondo ¿son muy grandes no? Y él me responde, “ bastante, y me encantan “, se lleva uno de ellos a su boca y juega con el pequeño piercing del pezón, me tenía loca, lo admito, mientras me comía los pechos empieza a desabrochar mis jeans y a bajarlos lentamente hasta dejarlos al límite de la base de mis glúteos, los  toca de una manera suave y delicada, los aprieta, estruja, besa mi abdomen mientras juega con mis glúteos, sigue bajando mis jeans hasta quitarlos por completo, me quedo únicamente con mi bikini el cual él lo deja y me jala hacia el para recostarnos en la cama. Me besa intensamente mientras con la yema de sus dedos dibuja mi silueta, yo me subo arriba de el para seguir besando sus labios e ir bajando por su cuello, su pecho; comienzo a desabotonar su camisa y con cada botón va una caricia con mis labios, quito su camisa y empiezo a comerse todo su pecho, confieso que tengo fetiche por los pezones, creo que esa es la razón por la cual me perfore uno así que comienzo a jugar con los de él, sé que le extraño bastante pero jamás puso resistencia a nada  de lo que quise hacer y eso me encanto. Estando arriba de él empiezo a sentir como su pene empezó a crecer, ya que mi sexo estaba pegado al de él, sin perder tiempo, baje a quitar su pantalón y sus boxers, y me encuentro con mi premio mayor, me encantaba lo que mis ojos veían, lo único que diré es que es la mejor con la que he estado hasta ahora.

La llevo a mi boca muy lentamente para que comience a sentir la humedad de mis labios, la meto entera y mi lengua comienza a jugar con todo su tronco mientras esta dentro de mi boca, mmmh que sensación, solo de acordarme siento que me invade la humedad en mi entrepierna, mientras se la sigo comiendo mis manos juegan con sus huevos y sus piernas, le estaba encantado mi mamada, lo sé porque me empujaba mi cabeza hacia su pene para que llegase más adentro, me jala hacia el para comerme los pechos, los mordía ligeramente y eso me volvía loca, me encantaba, una de sus manos baja por mi entrepierna y comienza a tocarme sobre mi ropa interior, yo moría por sentir sus dedos dentro de mi o su mismo miembro, pero me volvía loca lo que estaba haciendo, me hacía comer ansias porque yo bien sabía lo que me esperaba, sin quitarme ese pedazo de tela, empieza hacerla a un lado para confirmar lo que el sabia: estaba muy mojada, yo moría de las ganas que me la metiera ya, que me partiera en dos, sentirlo muy adentro, pero no lo hizo aun. Comenzó a hurgar dentro de mí, yo sentía sus dedos recorrer todo lo largo de mis partes íntimas, ya no pude más y le dije que me comiera toda, que quería sentir su lengua, parecía que justo estaba esperando a que le dijera eso porque inmediatamente me quito la única prenda con la que me tenía y hundió su cabeza en mi entre pierna, ahora entiendo porque siempre se dice que la gente mayor está llena de sabiduría y experiencia, eso es TOTALMENTE CIERTO, me lamia con una intensidad que no daba crédito a la delicia que estaba sintiendo, cargo mis caderas para elevar mis glúteos y comer la entrada de mi ano, uffff que sensación, me gusta que  me hagan eso y ambos lo estábamos disfrutando mucho. Se recuesta a un lado mío y sin pensarlo me subo arriba de él y estaba tan excitada con tal situación que no paraba de brincar sobre su pene, de esa manera tuve mi primer orgasmo, el nuevamente baja y me come todos aquellos fluidos que salían de mi interior, acomoda mis piernas sobre sus hombros y comienza a penetrarme nuevamente, sentía como sus embestidas cada vez se hacían más fuertes, mas rápidas, estaba al mil tanto el como yo, inclusive sentía como sus huevos chocaban con parte de mis glúteos, me acomoda en posición de cucharita y él se queda sobre sus rodillas, empuja su pene para que entre en mí y comienza nuevamente a darme.

Me hacía como quería, me sentía una muñeca de trapo porque me acomodaba a su antojo, pero yo nunca dije nada, me encantaba como me estaba tratando, nunca había estado en una situación como tal y me enloquecía, yo no le decía que no a nada, al contrario, quería que me hiciese todo lo que a él se le antojara. Yo moría porque me lo hiciese por detrás, y sabía que probablemente él no me diría nada, así que tome la iniciativa y me puse a cuatro y le dije que quería que me partiera en dos, me pregunto si estaba segura y a lo cual conteste “hazlo”, le debió poner demasiado que le dijera eso puesto que comenzó a comerme el culito muchísimo mejor de lo que ya me lo había hecho, se paró de la cama y llevo su pene a la entrada de mi agujerito, yo sabría que me dolería bastante así que respire y me relaje, poco a poco sentí como algo empezó a darle paso a mi interior, me dolía sí, pero era un dolor sumamente placentero, estaba donde quería y con quien quería, ¿qué hay mejor que eso?. Fue muy delicado al principio para no lastimarme y que así pudiese yo disfrutar, mientras estaba haciéndomelo lento llevo sus dedos a mi clítoris para que me relajase mucho más, eso me puso al mil y le pedí que me diera más fuerte, que me hiciera como él quisiera, que no se preocupara por lastimarme; empezó a darme mucho más fuerte y rápido y apretar mis glúteos y aruñarlos, me tomaba fuerte de la cintura para que su penetración fuese mucho más profunda y fuerte, nuevamente llego, mi segundo orgasmo, la verdad mi culo ya había quedado hecho pedazos, pero seguía tan excitada, tan zorra, que lo único que pensaba era en que me siguiera dando, me dio tregua y dejo mi culito, hicimos un 69 para seguirnos dando placer mutuo pero más tranquilamente, aquí fue donde vino mi tercera explosión, yo quería seguir y seguir, pero mis partes ya me pedían tregua, estaban tan sensibles que sabía que a la mínima caricia volvería a explotar.

Se recostó y yo me subí arriba de el para estarme penetrando por mi vagina, incline mi cuerpo hacia atrás y comenzó a estimular mi clítoris, realmente yo ya no podía más, mi cuerpo se contraía y temblaba, ni mis piernas ni mis brazos me respondían, sentía como una descarga electica en todo mi cuerpo, lo bese, esta vez de una manera muy suave y cariñosa, baje por su cuello, pecho, abdomen y llegue a ese pedazo de carne que había logrado enamorarme y lo meto a mi boca, comienzo a comerlo como si estuviese hambrienta de días, me dice que está a punto de correrse y le digo que se venga en mi boca y así lo hace, abro mi boca para que sus líquidos escurran por mi cuello y lleguen a mi pecho, nos besamos y acostamos unos minutos para después entrar ambos a la ducha, de una forma muy tierna él se encargó de ducharme, debo decir que jamás nadie me había duchado, fue extraño pero me gusto, me acariciaba y me daba pequeños besos a manera tierna, salimos de la ducha y yo me siento sobre la cama para tratar de recuperarme un poco, mientras lo observo, veo como seca su cuerpo y comienza a cambiarse, tiene muy buen físico, no creo que sea de los hombres que van a gimnasio o algo así y menos por la vida tan ocupada que tiene pero tiene un físico muy conservado y muy buena genética, vaya, es un cuerpo apetecible a la vista.

Ve como lo estoy observando y viene hacia mí a darme un pequeño beso en la frente y me dice “me encantas “, yo me levanto y comienzo a juntar mi ropa para vestirme, cuando ya la tenía sobre la cama para comenzar a ponérmela, me toma de la mano y me dice “no, yo te la quite, yo te la voy a poner”, lo confieso, morí de la risa por dentro, se me hizo súper cursi y yo odio todas esas cosas. Empezó a ponerme mi ropa interior mientras me besaba las piernas, mis jeans, mi camisa, la abotono mientras me seguía besando y me dio un abrazo. Nos despedimos y me retire del hotel, no dejaba de pensar en cómo paso todo, me encanto, jamás había vivido algo como tal, ese hombre no solo me coge el cerebro, si no también sabe cómo tratar mi cuerpo, es como si supiera donde me gusta y como me gusta. Llegue a mi casa con una sonrisa tan grande como el universo, me volvió loca es lo único que puedo decir.