Marina, infiel consentida (07)
Me violaron, por puta, bien merecido y ... bien gozado
Marina, infiel consentida VII
ME VIOLARON, POR PUTA
Después de la experiencia bi con la novia del doctorcito y ella, pasé un buen tiempo sin aparecer, aunque tuve un encuentro callejero con otro tipo, pero fue un desastre, hay tipos que no andan y creen que es solo meter el palo y se acabó, con mi marido continuaba el ritmo de 2 o 3 veces a la semana y, si había viaje, normalmente culeabamos como descocidos, mejor aún si pillaba a quien coquetear, con la arrechura por las otras yo quedaba de beneficiada y si por ahí le contaba que me gustaba algún tipo el desenfreno era mayor, la verdad es que la pasamos muy bien.
Así que con esto fueron pasando los días y las semanas y uno de esos días me fui a visitarlos, con la esperanza de encontrar a ambos, me vestí sexy, solo dos prendas, hacia un calor terrible, así es estaba muy ligera, ropa delgada y sexy, subí al auto y enfile a la oficina de mis amantes.
Cuando llegué entré como de costumbre, sin detenerme y me encuentro con la oficina sin el doctorcito y, muy sentado en el sofá, con revista en la mano al chofer ordinario que me había piropeado, más de una vez, vestía un pantalón de esos con elástico en la cintura, muy propio de los gorditos, una camisa vieja, medio sucia y mojada por su transpiración, y eso que había aire acondicionado en la oficina, la verdad es que se lo veía bastante mal, grandote y fuerte
En cuanto me vio se paró y cerrando la puerta me dijo :
Buscando al doctor para una buena culeada?, bueno mejor que el estoy yo, ahora vas a saber lo que es culear, puta arrecha
Y se me abalanzó me tomó de la cintura, me hizo girar y me puso contra el respaldo de un sillón (es decir, la parte trasera del sillón) me empujó, obligándome a doblarme y levantar la cola, bien levantada y, como la faldita era muy corta, mi culo quedó al aire, sentí sus manos recorrer todo, las nalgas, el culo, el sapo, y subir a las tetas, solo suspendió, supongo para bajar el pantalón, pues, de inmediato, sentí su paloma contra mi trasero y comenzó a moverse de inmediato, sentía una paloma grande y durísima que no acomodaba en ninguno de los orificios, para el caso es que mi arrechura había reemplazado al susto, aunque me mantenía obligada a estar doblada sobre el sillón y apenas alcanzaba a apoyar mis manos en los brazos de este, yo me haya dejado hacer, pero esta era una violación a toda regla.
Dado que el hombre, en su arrechura y tener que mantenerme quieta en el sillón no le atinaba comencé a moverme de a poquito para ayudarlo, hasta que entró el aparatejo dentro de mi cocho, rápido hasta el fondo, grueso y medianamente largo, lo sentí que entró hasta la garganta, pues sus movimientos eran muy violentos, después de varios bombeos alocados (y que me tenían en la locura) se dio cuenta donde estaba y comenzó a decirme, entre otras cosas,
No puta, por ahí no quiero, lo que quiero es tu culo, ese culazo que tanto te he piropeado, acaso no lo entendiste cuando lo menabas al irte después de tus culees,..
Y lo sacó y buscó el otro orificio, yo me asusté de nuevo, si la paloma de mi marido me duele, como sería con este armatoste, pero no podía resistirme así que continué con la regla de la violación,
Si no se puede impedir, relájate y goza.
Solo ése momento me soltó para agarrarme de las caderas y acomodarme mejor, me levanto la cola y la llevó a su pelvis, de entrada acertó al orificio y lo encajó muy fuerte, su paloma ya lubricada por mis abundantes jugos vaginales entró muy fácilmente y yo pegué un buen grito, pues el dolor era muy fuerte, de verdad me dolía y el placer de unos instantes antes había desaparecido, el siguió con el trabajo de bombear y gritándome de todo.
Ves puta, esto es paloma, justo para tu culo, , te gusta culear? tu culo esta buenísimo, , sos una puta arrecha, conmigo vas a saber lo que es gozar, perra...
Y así sucesivamente, se descargaba de boca y los bombeos violentos, y en la medida que continuaba el dolor fue cediendo y la arrechura fue volviendo, yo ya no gritaba, solo jadeaba y transpiraba peor que él, trataba de acomodarme mejo, pero me tenía muy bien asida de las caderas, así es que seguía haciendo como el quería, la violación seguía.
Después de unos buenos minutos, que me parecieron una eternidad, descargó toda su leche, parecía una manguera suelta, me llenó el culo de semen, yo grité de placer por mi orgasmo, la verdad es que fue muy fuerte y él se dio cuenta de mi placer.
Cuando pensé que la violación había terminado, me levanto de la cintura, me llevó al sofá, me sentó a su lado y mostrándome su paloma, llena de semen, me dijo;Chupa puta, límpiamela bien... así es que me dispuse hacer algo más placentero y voluntario, como limpiarle la paloma con la lengua.
Lo tomé con ambas manos y lo puse en mi boca, fui lamiendo cada milímetro de esa paloma, gorda y no muy larga pero que no me entraba bien en la boca como me gusta, pero era más que suficiente, con cada lamida mi cocha chorreaba más y mi arrechura subía al cielo, la paloma no aflojaba, con mi chupada seguía erguida, y bien erguida, le lamía el tronco, las bolas sin asco al hombre desconocido, asqueroso y ordinario, que había provocado varias veces sin pensar en lo que iba a caer.
El jadeaba y seguía con la perorata de
puta por aquí, puta por allá, etc.
Se levantó del sofá y se acercó más a mí, de manera que su paloma quedó a la altura de mi boca y continué con la mamada, deliciosa del glande a las bolas y nuevamente arriba. Mientras lo mamaba fui tocando mi clica, y la vagina, esta chorreaba como una catarata, la calentura me tenía a 1000, mis tetas necesitaban de un par de manos y, el desgraciado ni las tocaba, me puse a masturbarme y con la otra mano me sobaba las tetas, e iba intercambiando por la lubricación que le daba mi sapo a mis tetas, mientras seguía chupando esta paloma dura que se mantenía firme, como ya había descargado, aguantaba mucho.
Fui acelerando el ritmo y nada, no soltaba su semen, claro si recién había terminado y yo deseaba que me culee, así es que tomé la decisión y me levanté, me quité rápidamente el vestido y me eché en el sofá, no me habrá tomado mas de 3 segundos, así que lo agarré al descuido.
Le dije fuerte;
Hijoe puta, culeame, meteme tu paloma hasta adentro con toda tu leche
Se me abalanzó, me levantó y me puso a montarlo y me metió su armatoste hasta adentro, no sin que yo emita el quejido de placer de la metida violenta y se dispuso a bombearme, fuerte como antes, pero ahora ya estaba cómoda y con las piernas bien apoyadas en el sofá, así que mientras me chupaba las tetas me dedique a moverme como corresponde a una buena puta.
Parece que se cansó del menee de la manera que estábamos, así que con la fortaleza que tenía me levantó y me obligó a girarme, quiso volver a meterla por el culo, pero esta vez ya tenía, yo, el dominio de la situación, pues a pesar de la arrechura, sentía el ardor-dolor dentro, así que me moví levemente y me clavé sobre su paloma, hasta el fondo, nuevamente y me fui moviendo, como para que el loco arrecho este no lo vuelva a intentar, me dedique a subir y bajar, sentir la paloma en el fondo, en el borde y sus manos que acompañaban las nalgas.
La culeada duraba larga, perdí la cuenta de los orgasmos, yo solo dejaba que el hombrezote siga y termine, fue un placer largo y violento, hasta que descargó su leche, no tanto como la primera vez, pero fue bastante.
Terminada la labor, por fin, el hombre se echó al otro lado del sofá y se desarmó, yo satisfecha por la violación me levanté me vestí, me sequé el sudor, arreglé mi cabello y salí, antes me di la vuelta y, como si haya pasado nada le pregunté su nombre,
Gregorio, putae mierda me dijo y dándome la vuelta y meneando la cola, como la puta que era, me fui.
La verdad es que costaba caminar, el culo me dolía, las nalgas me ardían y las mandíbulas estaban flojas del aparatejo que me había comido, pero mi cocho estaba satisfecho, era el más feliz de los tres orificios, solo pensé por puta, me violaron
Marina