Marina, infiel consentida (06)

Siguen las aventuras con el doctorcito, ahora conozco a su novia y descubro mi lado bisex.

MARINA, INFIEL CONSENTIDA VI

LA NOVIA DEL DOCTORCITO

El doctorcito me había gustado, en las 3 sesiones sexuales, había aprendido a chupar, con mi guía había mejorado, aprendió a no ser torpe con la boca, con la paloma sí, que sea torpe, que la meta hasta el fondo suave o violentamente, como le plazca igual da placer, en realidad depende del momento y de la calentura, menos por el culo, ya dije que el sexo anal le andaba huyendo, así que lengua y paloma, por dos huecos, por el tercero solo los dedos.

Un días me arreglé de guerra, como en anteriores ocasiones, minifalda muy cortita, tacos aguja, blusa de volados y pintura de guerra, nada de joyas, solo reloj y algo ligero en el cuello. Cuando llegué, donde el doctorcito, entré como a mi casa, muy confiada y me encontré con una mujer joven, sentada en el sofá y conversando con el doctorcito muy amenamente, la verdad es que corté, no lo esperaba, no sé qué pensaba, debía darme cuenta que alguna vez tenía que encontrar algún cliente o amigo de él, en fin he debido poner cara de duda y él se dio cuenta, se paró y me recibió muy bien, un “Hola Marina” y un beso en la boca, muy suave y elegante y pasó a presentarme a la dama, “ella es mi novia, te hablé de ella…”

La novia es una morenita, de unos veinteypico años 22 quizás, delgada, de cinturita de avispa, buenas tetas, sin ser grandes por demás, suficientes, un poco más grandes que las mías, unas nalgas bien redonditos y como estaba de jean apretado, se le marcaba muy bien, un poco más baja que yo, por muy poco, el pelo más debajo de los hombros, algo lacio arriba pero con unos rulitos casi como bucles al final, unos ojitos chicos muy dulces. Estaba algo sorprendida por mi intempestiva entrada.

Nos saludamos con un beso de mejilla y me senté en el sillón del otro lado, le habló de los comentarios que le había hecho acerca mío, esto también me sorprendió, pero esta vez se veía que él tenía el mando, le dijo que “esta mujer es muy puta y te puede enseñar a tirar bien, tenes que aprender pues sos muy arrecha y quisiera que tires igual que ella”.

Sorpresiva la iniciativa del doctorcito, yo nunca había participado de sexo grupal, ni tríos ni intercambios, menos aún enseñar a una mujer a culear, me pareció un poco raro, pero mientras escuchaba lo que le decía la miraba y me comenzó a poner arrecha, me comenzó a gustar la idea, como venía muy arrecha, como de costumbre, comencé a analizar su cuerpo y sus tetas, se me hizo agüita la boca, entonces hice un cruce de piernas fenomenal y ella miró bien, yo no levaba calzón, solo vio mi pan con pelos cortitos y, seguramente, brilloso de la arrechura.

El doctorcito me invitó a enseñarle a tirar y, algo dudosa, le puse una condición, …”si queres que tu novia se vuelva tan puta como yo, tiene que ser de a tres, tengo que tenerla para mí también, .. “ La verdad es que salió sin pensar mucho, ella abrió los ojos y el quedó dudando, yo no sabía cómo reaccionar, pero ya estaba dicho, el doctorcito se le acercó y le susurró algo al oído, y comenzó, de inmediato a besarle en el cuello y las orejas, ella pasó de la sorpresa a la arrechura, muy suave, pero se le vio en la cara, fue suavizando la expresión y dejó entrecerrar los ojos.

Mientras pensaba en el sexo lésbico naturalmente descrucé las piernas y las volví a cruzar del otro lado, abriéndolas bien, ella vio todo, mi cocho con poco pelo y recortado, seguramente muy brillosos por mis jugos que ya estaban abundantes, me sobé una teta y, en eso, el se levantó, cerró la puerta y me llevo al sofá al lado de su novia y comenzó a masturbarme, me levanto la falda, el cojudo sabe que no llevo calzón, así que fue directo, me metió un dedo, hasta el fondo en mi sapo lubricado totalmente y me empujo sobre ella, con suavidad.

La novia estaba esperando, acerqué mi cara a la suya y busqué el beso, primero muy suave y después con lengua, primera vez que besaba labios de mujer, suaves, muy diferentes al de hombre, su lengua buscaba la mía y yo a ella, era delicioso. El doctor seguía con la labor de pajearme y sacarme la ropa, como de costumbre muy fácil, solo la faldita de botones, adelante y la blusa también, me manoseó me chupó las tetas y su dedo bien incrustado sobando punto G, estaba arrechísima, cuando llegaba al borde, lo sacó y se fue al lado de la novia y comenzó con la misma labor, yo estaba desnuda, solo zapatos y reloj, me dedique a manosearla y besarle las tetas cuando las liberó, le besé el cuello y, cada tanto, regresaba a su boca, me gustó muchísimo besarle en la boca, me sigue gustando mucho el beso de mujer y el sexo lésbico, tanto como la paloma. El trabajo de desnudar a la novia no fue tan fácil, aparte de tener 4 prendas, usaba jean apretado y una blusa algo complicada, pero salió todo.

Cuando ella quedó desnuda, nos dedicamos, ambas a desnudarlo a él, normalmente es complicado desnudar hombres, pero colaboran mucho, como esta día, lo desnudamos mientras lo besábamos por todo lado, nos dedicamos enteros a él, cuando quedó desnudo, me hinque frente a él y comencé a pajearlo, la invite a ella a ayudarme, esto sabe hacerlo bien, nos turnábamos ella y yo, le echaba saliva con mi lengua y ella también, cada acto por turnos, pasamos a las lambidas y chupetones de la paloma, intercalando con besos entre nosotras, aunque en algunas de ellas beso y paloma incluida. El hombre estaba loca, su puta y su novia lo estaban mamando juntas. Ella parecía buena chupadora aunque recién aprendía a ayudarse con las manos.

Mientras le chupábamos, con mi mano libre me dediqué a sobarla a la novia, la espalda las tetas deliciosas, duras y consistentes, bajé a sus nalgas redonditas y le pasé por el culito, en esto respingo con mucha calentura, le gustaba el uso del culito, continué hasta el sapito, mojadísimos, le metí un dedo y jadeó fuerte, aunque seguía chupando con mucho ahínco. Me deslicé un poco y baje a chuparle el pan, primera vez que probaba jugos de mujer, bañé mi cara entera, delicioso, metí mi lengua y chupe su clica, chiquita y muy dura.

Mientras ejercía mi primer chupada lésbica, sentí las manos del doctor buscando mi pan, me acomodé arriba de ella para recibirlo, era un enredo yo estaba arriba de ella y ambas, medio de costado a él, muy incomodo, los malabares sexuales tienen su límite. La arrechura era genial, así que para seguir con la clase práctica me separé de ellos y me acomodé montando al doctorcito, acomodé su paloma me sumí hasta el fondo, la novia miraba con cara de putita, lujuria total de vez en cuando lo besaba y me miraba, yo seguía con la sacudida, después me di la vuelta y sentada me lo metí, nuevamente, seguí con la cabalgadura, gozaba al borde del orgasmo, cada vez que iba a terminar cambiaba de pose con un breve intervalo, donde aprovechaba para masajearla a la novia, besarla y chuparle las tetas, me andaba gustando el placer de Lesbos. Por último me eché de espaldas sobre el doctorcito me la metí en el coño y le pedí a la novia, que mientras yo me lo culeaba, ella la pegue unas lamidas a lo que quede de la paloma de él, mañosa yo pues de esa manera y de alguna forma me pasaría la lengua por la clica.

Así lo hicimos, me acomodé, la paloma entró hasta el fondo y ella se dedicó a pasar la lengua, ambos, el doctorcito y yo pasamos a jadear fuerte, yo me movía con calma, para no interrumpir las lamidas de la novia, que lo estaba haciendo muy bien, saboreaba paloma y clica y, … de vez en cuando se detenía en mi clítoris y lo chupaba, lo había entendido muy bien, de a poco llegamos al orgasmo, ambos, suave y profundo y terminé medio exhausta y satisfecha, pero sabía que faltaba mucho de la cátedra a la putita de la novia.

Nos desprendimos con calma, la única que no había terminado era la novia, tenía una carita de lujuria insatisfecha, me levanté y les pedí que nos fuéramos a la cama, en la habitación contigua, a la novia la llevé de la mano, mientras el doctorcito acomodaba música y luz suave, la acosté en la cama y comencé a besarla, en el cuerpo, las tetas, bajé al ombligo, la mujercita estaba a mil, sudaba y se sacudía, cuando llegué al pan comencé a mover la lengua como me lo hacia mi marido, suave por el contorno de los labios, los tomaba cada uno y los chupaba con suavidad, subía a la clica y le pasaba la lengua, cuando comencé chuparla se llenó de jugos vaginales y explotó en un orgasmo descomunal. El doctorcito ya estaba al lado, cuando ella terminó su orgasmo me apartó y le abrió las piernas, la penetró y comenzó con un metisaca fuerte, no sé como la tenia nuevamente dura, pero se la metió a fondo y con fuerza la movía de adentro para afuera, hasta que ambos, muy rápidamente terminaron corriéndose y cayeron agotados en la cama.

Descansamos los tres echados en la cama, ella al centro, conversando sobre el sexo (que más íbamos hablar) un poco para saber cuál era el problema con la putita de la novia, si solo le faltaba práctica, pues las ganas y el arte le nacían del alma, era una puta hecha y derecha.

Mi primera experiencia lésbica había estado bien, podía seguir, aunque nunca me había puesto a pensar en el asunto era hora de que lo haga y replantee mi heterosexualismo y vea un posible bisexualismo, el tiempo lo dirá.

Volviendo con la cátedra, ellos se fueron recuperando, entre arrumacos y besos, se fueron calentando y … cuñado no, yo también y recomenzamos, ahora tiempo de que todo el trabajo lo haga ella, que comenzó por subirse y cabalgar, algo que ya lo conocía, cambió de posición, fue girando y arrechándose, a momentos le venía el orgasmo, era hora de explicarle que de tanto acabar se iba a agotar, era bueno controlarlo, retirarse, continuar con juegos diversos y recomenzar por otro lado, las chupadas intermedias ayudan, se puso de perrito, el doctorcito envistió rápido, ya lo conocían, la verdad es que sabía de todo, tenía un buen profesor, solo era que se suelte un poco y su sexualidad se libere y lo estaba haciendo muy bien.

Cuando él se puso, nuevamente de espaldas, ella lo montó y yo subí a la cara de él, que comenzó a chupar mi concha, yo me dediqué besarla pues estábamos de frente y resultaba algo cómodo hacerlo, así que el ritmo de los tres se fue acelerando, sentía la lengua del doctorcito moverse por mis labios y mi clica, metía un dedo en mi culo y lo movía como un maestro, cuando me venía el orgasmo, ambos comenzaron a sacudirse y jadear fuerte, le prendí un beso fuerte ala putita, ella me agarró mis tetas y nos perdimos en jadeos y gemidos terminando tumbados en la cama de forma desordenada, yo había quedado al borde, casi cayéndome.

La sesión múltiple de sexo fue larga, desde el sofá hasta la cama, estaba satisfecha, aunque haya querido terminar con la paloma adentro, pero para eso estaba mi marido, en la noche lo sacudiría bien, aunque solo le contaré el tema al terminar, pues de la arrechura se me puede venir muy rápido, en fin, me vestí, me arreglé lo mejor que pude y me despedí con beso a ambos, después de pasarle bien la lengua, a la putita de la novia, le dije “podes andar bien, te titulaste y el puterío te puede quedar bien, además tenes un buen macho, para marido…”

Me fui moviendo las caderas, afuera estaba el choquito de la otra vez, ordinario como siempre y con un piropo de la misma calidad, ordinario pero, la verdad, que muy arrechante.

En la noche nos sacudimos duro con mi marido el que se entusiasmo por conocerla a la novia putita, a lo que me negué.

Marina

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