Marina (04: nunca el amor fue tan dulce)

Convertiamos en relidad todas nuestras fantacias y nos encantaba el imaginar alguna situación y luego convertirla en relidad.

Capitulo IV

Marina: Nunca el amor fue tan dulce:

En nuestra relación nunca hubo tabues, siempre nos manejamos con total libertad de criterios, solo respetabamos la premisa de que nada debia se violento o que causara mas dolor del que acompaña al placer.

Convertiamos en relidad todas nuestras fantacias y nos encantaba el imaginar alguna situación y luego convertirla en relidad.

Una mañana en que ibamos asia un hotel, se me ocurrio una idea. Pare el coche y ingrese en un mercedo donde compre varios productos.

Marina, no entendia que me proponia, pero estaba segura que algo se me habria ocurrido y no dudaba a esas alturas que algun juego ibamos a practicar.

Cuando llegamos a la habitación, yo baje con mi bolsita con lo elementos y fue ahí donde me pregunto, con una sonrrisa complice, que me proponia, sin darle muchas explicaciones, empece a sacar y alistar mis implementos, primero un jarro para café de ceramica, una brocha de afeitar (como la que usaban nuestro abuelos), un pote de jabon de afeitar, una maquina descartable y un pote de dulce de leche.

Cuando vio los elementos, comezo a reirse y a preguntar que me proponia hacer, le explique, que si bien adoraba su conchita peludita como ella la usaba, siempre soñe con verla totalmente depilada y que me proponia afeitarsela todita.

Me va a picar luego, se quejo, pero le roge que me diera el gusto y por ese entonces

jamas se negaba a un pedido mio.

Esperamos a que la habitación tuviera una temperatura agradable y comence a preparar el esenario, traje del baño unos toallones, que coloque sobre la cama, llene el jarro con agua tibia, la desnude y la recoste sobre la toalla.

La brocha debia jugar un roll fundamental, ya que al ir enjabonado todas sus partes intimas debia producir una sensación muy suave y probocar en ella un gran placer. Por lo que la deje en el agua para que se fuera suavisando y tomando una temperatura agradable.

Luego comece a poner un poco de jabon en la parte superior de su pubis y comence a hacer espuma con la brocha, la sensación debia ser muy rica, ya que ella empezo a gemir al solo rece de la brocha en su intimidad, a medida que el jabon hacia mas espumas, yo le iba cubriendo mas zona, hasta dejar todo su bello cubierto con la blanca espuma.

Lenta y suavemente comece a afeitar de afuera hacia dentro toda su conchita, cuando le hacia abrir las piernas para pasar la maquina podia ver como sus labios ya estaban hinchaditos y la humedad de su interior empezaba a rebalzar, esta era una situación altamente exitante para los dos, yo porque podia ver sus encantos mas intimos y ella recibiendo las caricias de la brocha con espuma y mis manos que a compañaban a la maquina de afeitar refrescando cada centimetro de su piel, despues de ser afeitadas.

Con mucha delicadesa y sin haber probocado, ni un solo corte, fui terminando mi obra de arte. La hice girar, para que quedara boca abajo y yo poder terminar de afeitar todo su culito, al terminar nuevamente la puse boca arriba para limpiarla adecuadamente.

Es dificil el poder explicar el placer que me provoco esta situación, cuando termine de limpiar con una toalla humeda toda su emtrepierna y pude contemplar mi obra, quede como hipnotizado.

Nunca la habia visto totalemete depilada, era como el pubis de un angel, suave, rosadito, y fundamentelmente mio. Era hermoso, su vientre plano, ya sin la frontera del bello, se extendia para terminar en el monte de venus que se elevaba orgulloso, para luego convertirse en el acantilado donde nacian sus labios mayores, protectores y custodios del clitoris que podia observar en plenitud por primera vez.

Pero si la visión del frente, me impacto, como trasmitirles la impresión que tube al verla acostada boca a bajo.

Cuando le pedi nuevamente que se girara, ella se recosto y abrio levemente las piernas sacando cola. Yo me encontarba parado a los pies de la cama. La visión de sus largas piernas, que como dos flechas dirigian mi visita hasta su culito era espectacular. Su cadera ancha y parada, oficiaba de marco a su entrepierna que dajaba ver su vulva en planitud, talves por haber sido recian afeitada se veia tan rosadita. En ese momento me convenci de que la naturalesa hiso a la mujer para ser penetrada por detrás, ese espacio que queda entre la cola y las piernas marca justo el lugar por el que pija debe ingresar en el mas sublime templo de amor.

Teminado mi trabajo, tome el pote de dulce de leche y empece a untar su culito, los cachetes, la rajita y por su puesto el anito rosadito. Todo el duce fue cubrindo su cuerpo y luego como un goloso, que soy, empece a comer el dulce chupando y succionando cada centimetro de su piel.

Una ves que termine con el culito la gire nuevamente y comence a depositar mas dulce en los pesones, en su pancita y por su puesto su clitios. Asi estube lamiendo todo el nectar que formaban el duce de leche y sus jugos, hasta que la lleve un un hermoso y muy muy dulce orgasmo.

Era tal la exitación que yo tenia despues de haber afeitado todo su coño, y haber cubierto su cuerpo con dulce, que mi pija parecia que hiba a reventar.

Cuando ella reacciono de su acabada y vio mi polla como un mastil, me recosto en la cama y la cubrio con abundante dulce de leche, primero la empezo a lamer como quien come un helado, con la lengua bien abierta y de abajo hacia arriba. Asi fue quitando la mayor parte del dulce, para luego meterce la polla en la boca dejando muy pocos centimetros sin cubrir, se la trabaja hasta la base y volvia a sacarla, yo ya no podia mas, pero ella cuando la sacaba de la boca, me decia lo rica que se sentia la mescla del dulce con mis liquidos pre seminales y nuvamente, se la volvia a meter en la boca. Yo ahuyaba de placer y Marina con maestria me apretaba con su mano la base de mi pija para que retardara mi explosión.

Se detubo por un momento y me volvio a untar, pero esta vez, las bolas y el culo, me puso en cuatro, con la cabeza apoyada en el colchon y el culo en popa. Ella arrodillada detrás de mi, comenzo a lamerme las bolas, con grandes lambetazos, fuertes, hasta dejarlas limpitas y relajadas, para luego ir subiendo, hasta llagar a mi ojete, el que se encontraba cubierto de dulce, cuando empezo a lamerme el culo y a limpiarlo, metiendo su lengua en la entrada, yo crei que enloquesia, fue espectacular,

Yo ya estaba al borde del orgasmo, no podia agunatar mas, la sesion de lamidas que estaba recibiendo y la imagen de su conchita depilada, vista desde atrás, me estaban enloquesiendo, asi que con todo el dolor del alma la hice detener.

La puse en cuatro para primero deleitarme con la visión de culo y concha lisitos y como un poseido la penetre por la concha, con toda la fuerza que me quedaba, tengo que reconocer que fue todo menos sutil mi envestida, ya que de un solo envion se la meti hasta lo mas profundo.

Los dos estabamos esperando ese momento, cogimos como endemoniados, todos los juegos previso nos habian predispuesto ha un profundo y acalorado polvo, ahuyabamos como lobos, los dos estabasmo al maximo, necesitabamos eso, coger con fuerza, mas adentro, mas rapido, mas fuerte, mas, mas, mas, gritando cada sensación, cada contracción.

La tenia tomada de la cintura y la penetraba con todas mis fuerza, ella arqueaba la espalda y hechaba su cabeza para atrás y gritaba que me queria, que le gustaba, que ya venia, ahora, ahorrrrrrrrraaaaaaaaaaaaa, mas por favor mas, mas, si, si, siiiiiiiiiiiiiii ya, ya viene otro, si ahora siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Yo senti venir mi leche desde los mas profundo de mis bolas, el pito me dolia de duro y por los terribles empujones que le estaba dando, pero estabamos calientes como nunca y no queria que aquello terminara, mas aceleraba mi movimiento y mas me pedia ella. Freneticos los dos estabamos en un climax de alto nivel hasta que llego la explosion, recuerdo que ella se hecho para atraz clavandose mas si fuera posible y sus manos apretaron el colchon con fieresa, mientras yo arremetia con mi ultimo envion y sentia como brotaba mi semen, liberando una tensión casi magica.-

Cuando terninamos, me desplome sobre ella y asi quedamos los dos, uno sobre el otro jadeando, traspirados, pegajosos, pero con una felicidad infinita. (eran dias muy felices)

Nos quedamos asi un buen rato hasta que nos fuimos a bañar para sacarnos el pegote que teniamos encima.

El haber afeitado a Marina fue una de las experiencias mas exitantes de mi vida, no se por que, pero, aun hoy recuerdo esa imagen de ella recien depilada, boca abajo y la extraño profundamente.