Marilyn
Un chico joven que es violado y convertido en la mujercita de los presos
MARILYN
"Me llamo Rolando tenía 18 años. Me acusaban violar a una chica. Quede detenido y me llevaron a tribunales a esperar el traslado a un penal. Recién al otro día me subieron a un camión junto a otros detenidos y fuimos llevados a una cárcel. No sabía como seria la cárcel y que era la que me esperaba. En mi celda que era para diez personas había veinticinco.
- Quédate quietito. - Me dijeron mis compañeros de celda al poco de estar allí acorralándome contra la pared.
-Ya viene el jefe.
El jefe era un hombrón de cuarenta años que apareció al poco tiempo.
-Nene. Acá hay que pagar derecho de piso para vivir con nosotros.
- Pero yo no tengo dinero. – Dije y todos se rieron.
-Te propongo algo si aceptas sumisamente ser nuestra mujercita te trataremos bien casi como una princesa y si no lo aceptas la pasaras realmente mal. Hoy te voy a desvirgar te voy a hacer mi mujer y vas hacer todo lo que te diga.
Quise huir pero los hombres me sujetaron y entre todos ante mi desesperación me desnudaron. El jefe de esa horda se aproximo por atrás no podía creer lo que me estaba pasando
-No tengas miedo nenita, te va a doler un poquito al principio pero desde hoy en adelante vas a poder usar el culito. Hoy te desvirgo y a partir de mañana te vamos a poder coger todos los días sin problemas no sabes los polvos que te vamos a echar.
Su gente me sujeto de las piernas y los brazos ante mi desesperación me separaron las piernas abriéndolas lo más que pudieron.
Intente morderlos y sacudirme como una fiera gritando. El jefe se paro entre mis piernas con una mano abrió mis nalgas y con la otra apoyo su glande en mi ano el miembro comenzó a empujar para poder meterse el dolor se volvió tan grande que me hizo llorar. Sacaba su verga y otra vez la volvía a meter, el dolor era insoportable. El jefe se acomodo entre mis nalgas y empujo todo su cuerpo sobre el mío hundiéndolo de un golpe que me hizo gritar. En esos momentos comenzó a brotar chorros de semen de ese miembro. Después de un rato se fue incorporando y saco su verga de adentro de mi cuerpo que temblaba, casi no podía cerrar las piernas y el dolor cualquier movimiento lo empeoraba parecía partido en dos. Los hombres quisieron volver a tomarme sentí unas palmadas en mis nalgas. Con todo lo que grité y el ruido que ellos hacían, no entendía como los guardias no venían a ayudarme. Yo cerré con todas mis fuerzas las nalgas pero me pegaron tanto que las volví a relajar. Sentí como me untaban con algo el ano.
Uno a uno me violaron.
A la mañana siguiente estaba en una de las camas muy adolorido por las sucesivas violaciones cuando entro el jefe acompañado por sus hombres quise hacerme para atrás pero no me podía mover.
- Traigan a la nueva mujercita – Ordeno el jefe.
Los hombres se me acercaron. Yo gritaba histérico para que me dejaran pero no pude hacer nada me alzaron casi como una paloma frágil y me llevaron hasta el jefe.
-No voy a tener contemplaciones contigo nosotros le pedimos a los guardias que cuando llegara un muchacho lo mandaran aquí queríamos un culito joven para llenarlo de semen y pasarla mejor cuando volvemos del trabajo horrible que tenemos pero tenia que acceder de buena voluntad pero tu lo quisiste así. Ahora vas a aprender lo que es mamar.
Me hicieron arrodillar delante del hombre este se desabrocho su pantalón que cayo al suelo y lo aparto de una patada. Tomo su verga con la mano y fue acercándola a mi boca la apoyo en mis labios la punta del pene empezando a presionar para que entre pero yo no quería me sujeto la cabeza con la otra mano muy fuerte y yo en mi desesperación grite pero eso fue una mala idea porque su verga entro en mi boca le empezó a salir un poco de un liquido amargo y pegajoso. Cuando estaba por soportar otra arcada, el jefe empujó su cadera salvajemente contra mi rostro, enterrándome por completo el aparato hasta la garganta. Yo apenas podía respirar. Antes de que me ahogase, el jefe decidió terminar con mi agonía y liberar mi boca.Sólo pude tomar un poco de aire, porque unos segundos después, me agarró del cabello y me lo volvió a introducir, comenzando esta vez a taladrarme la boca violentamente. Mi rostro iba y venía, una y otra vez con vehemencia. Solo se oía el ruido de la succión. El jefe aceleró todavía más sus movimientos y descargó el esperma directamente en mi garganta, el cual no tuve otra opción más que tragarlo para no asfixiarme.
Desde ahora que eres nuestra mujercita - Los otros presos se rieron - Te tenemos que poner nombre de chica. Te llamaras Marilyn.
Yo me llamo Rolando. – Grite y el hombre me pego una cachetada.
-De ahora en adelante serás Marilyn y cada vez que nos hables nos dirás de “Amo” Como una sucia esclava. Que desea amo Esteban. Quiere una mamada amo Esteban. -El hombre me gritaba casi escupiéndome en la cara. – ¿Lo entiendes?
Si.
¿Como quiero que nos trates?
Me tomo del cabello con brusquedad.
Amo por favor.- Dije como quería suplicando casi llorando porque me estaba lastimando.
Así me gusta.
¿Jefe le podemos hacer una mamada a Marilyn?
Por supuesto.
No – Grite. Tratando de huir pero me agarraron entre todos.