Marifer, mi novia y Laura, mi cuñada (04)

Me peleo con Marifer y mi suegra va a intentar solucionar las cosas entre ella y yo, pero debido a un accidente las cosas toman otro camino.

Esta es la continuación del relato Marifer, mi novia y Laura mi cuñada

Como recordarán tanto Marifer, Laura y yo habíamos pasado un calenturiento fin de semana y cuando las dejé en su casa y me despedí de mi suegra, ella me dio un beso muy cerca de la boca, pero yo no le di importancia y me fui a descansar, ya que lo tenía bien merecido.

Pasó un tiempo todo tranquilo, Marifer y yo seguíamos teniendo nuevas experiencias sexuales y de vez en cuando Marifer invitaba a Laura para que se uniera, pero era en raras ocasiones, pero en ocasiones las cosas se vuelven monótonas, ya llevábamos cuatro años de andar juntos y pues ya en ocasiones era monótono el asunto, Marifer ya había conocido a mis padres y todo parecía ir bien, un día Marifer se acercó y me dijo que ya nos habíamos divertido mucho que su hermana dejaría de participar en nuestras relaciones, ya que podía Laura estar confundiendo el sexo con el cariño, yo dije que estaba muy bien, que por mi no había problema, que todo había empezado por ella y que si ella quería terminarlo estaba bien.

Un día cuando Laura fue a verme le comenté lo que me había dicho su hermana y dijo que estaba bien, que ya había sacado buen provecho que además ella también quería conocer a otras personas, había tenido relaciones con Rubén, pero terminaron muy pronto y bueno así.

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La complicación vino un poco después, ya que yo iría con el equipo de Tae-Kwon-Do a pelear y saldría supuestamente tres días, pero no fue así, ganamos el campeonato del CONADEIP (Comisión Nacional de Escuelas e Instituciones Particulares) y se quedarían a celebrar, pero yo no quise, así que me regresé un día antes, cuando llegué fui a la escuela a dejar unos papeles que el Profesor Rafael me pidió entregar y pasé por el campo de americano y cual fue mi sorpresa cuando debajo de las gradas vi a Marifer besándose con Carlos, un idiota que siempre he tenido riña con él, inmediatamente me acerqué y jale al tipo le di un fuerte golpe en el rostro que lo mande al suelo, me dolió la mano de tan duro que le pegue, luego volteé a ver a Marifer y le dije:

¡Pero qué te pasa babosa?, eso es lo que haces cuando yo no estoy- inmediatamente volteé a ver a Carlos que se levantaba y lo iba a volver a recetar, pero Marifer me aventó por la espalda y Carlos aprovecho para darme un fuerte golpe en los testículos, lo cual hizo que me doblara, ya en el suelo me pateo dos veces y me escupió, Marifer le dijo que se detuviera y se fue con él.

Yo me quedé un rato tirado, analizando lo que había pasado y además el golpe fue tan duro que no me pude parar inmediatamente, las lagrimas se me salían, tanto por el dolor del golpe como por el enojo de todo lo que había pasado. Al rato me incorporé, salí caminando un poco encorvado, el dolor era bastante fuerte, además las patadas había sido muy duras. Fui a la enfermería, el médico me pregunto que qué me había pasado le dije que por imbécil me había caído y un tubo me había dado en la entrepierna y que me dolía mucho, me dio un pomada y me puso jilocaína lo cual apaciguo el dolor, me dio además una bolsa con hielo y me dijo que la pusiera en mis pantalones, me palpó los testículos y dijo que el izquierdo estaba severamente inflamado, que antes no se había reventado, me dijo que no sabía si todo estaba bien, por lo que me mando a hacer análisis.

Afortunadamente la inflamación desapareció y los análisis confirmaron que todo estaba bien, ya había pasado una semana desde aquella ocasión, yo ni siquiera había visto a Marifer, ya que se había reportado enferma, yo tampoco la llame, estaba encabronado con ella, al que si veía todos los días era al idiota de Carlos, el cual se había encargado de decir que como yo no satisfacía a Marifer ahora ella andaba con él y que se la cogía cada que quería y que si faltaba era por que la había dejado muy cansada, además me buscaba pleito, yo me desesperaba y quería romperle la cara al muy idiota, pero aún me dolían los testículos, el lunes siguiente Marifer regresó, muchas de sus amigas les preguntaron que qué había pasado y ella no respondía, tampoco se acercaba a Carlos y cada que me veía agachaba la cabeza y se iba.

Paso otra semana, Carlos seguía de fanfarrón y el viernes a la salida me aventó por la espalda, yo lo había evitado, pero ahora ya estaba recuperado, volteé rápidamente y le di un gran golpe en la mandíbula inferior, donde se une con la superior , se oyó como la quijada se reventó y el tipo cayó desmayado, todos veía que el golpe que le había dado llevaba un gran odio y una gran fuerza, llegaron los paramédicos, a mi me llevaron a la dirección, comenté que ya llevaba dos semanas molestándome, cosa que todos en la dirección sabían y que no había hecho nada para evitar problemas, pero que ya me había hartado y por ello lo golpee, que no pensé haberle dado tan duro, pero que él se lo había buscado. La dirección fue condescendiente ya que tenía buen promedio y aún cuando peleaba muchas veces, nunca las había provocado yo, además sabían que Carlos me había estado provocando y diciendo muchas cosas, así que sólo me suspendieron tres días, por lo que me presentaría hasta el jueves a clases, me moleste un poco, pero no dije nada, no me moleste por que no fuera a la escuela, sino porque en esa clase de escuela toman mucho en cuenta las asistencias, además me dijeron que tendría que pagar el deducible del seguro que tendría que aportar la escuela debido a que la quijada de Carlos estaba rota, total le dije que lo depositaría el dinero el sábado temprano y que nos veíamos el jueves.

Al salir todos mis amigos me dijeron que qué había pasado, que cómo me había ido y cosas por el estilo, les dije que me suspendieron tres días y el pago del deducible. Vi cerca de Marifer por lo que me despedí de mis amigos y me fui a mi casa, ese día dormí tranquilo. El sábado temprano me levanté, me bañé, fui a depositar el dinero y renté unas películas para ver en casa, llegué hice palomitas y me senté en el sillón, ya eran como las dos de la tarde cuando alguien llamó a mi puerta, me asome por la ventana un poco molesto, como pensando y ahora quien diablos es, cuando me sorprendió ver a la mamá de Marifer en la puerta y un taxi partir.

Yo estaba en bóxer, por lo que puse rápido unos pantaloncillos cortos y fui a abrir la puerta.

  • Hola Lalo ¿cómo estas? – dijo la señora apenas me vio bajar las escaleras para abrirle.

  • Bien señora, pase.- dije mientras abría la puerta y le daba un beso de saludo, ella esperó a que cerrara la puerta y le indiqué que subiera las escaleras a lo que ella dijo

  • Prefiero quedarme aquí en el jardín- y camino hacía el jardín de la casa, así que tuve que seguirla.

¿Cómo ha estado?- dije mientras le ponía la silla para que se sentará la señora.

  • Muy bien Lalo, pero algo preocupada.

  • ¿Porqué señora?- dije aunque me suponía que venía a hablar de su hija y así fue.

Me preguntó que qué había pasado que si tenía una muy hermosa relación con su hija porqué habíamos terminado y luego me cambiaba el tema hablando de cosas que yo no tenía ni idea, como que fue a comprar no sé qué a una tienda y que los rayos del sol daban hoy calorcito y no quemaban como otros días, yo me disculpe y fui a preparar un jarra de limonada, le puse hielos, cuando bajaba vi a la señora, no me había percatado de cómo venía vestida, llevaba un traje blanco de falda corta, un sombrero que hacía juego y zapatillas de punta de alfiler del mismo color, ya se había quitado el saco y lo había puesto en la silla, la señora es de muy buen ver, tendrá unos 39 o 40 años, nunca me ha dicho su edad, se veía muy bien, tenía muy poca llantita, tenía un cuerpazo, sus pechos son firmes, muslos y pompas muy bien formadas y un rostro muy bello, no cabe duda de donde salieron sus hijas tan hermosas. Baje con el agua y serví dos vasos, seguimos platicando de algunas cosas sin interés y de pronto me dijo cortantemente:

  • Bueno Lalo, dime porqué Marifer y tú ya no se ven y no me digas que no es de mi incumbencia.

  • Yo no le diría eso señora, es su hija y bueno le preocupa, pero creo que debería de preguntarle a ella, pero no quiero ofenderla, imagino que ya lo habrá hecho—ella asintió con la cabeza- bueno pues le diré que paso...

Le conté todo lo que había sucedido, la pelea con Carlos y que ella me empujo y que por ello me distraje y el tipo me había lastimado muy fuerte en los testículos, le enseñe el informe médico, ella puso cara de preocupación, se sorprendió de lo que había hecho su hija y luego se quedó callada y me preguntó:

  • ¿Y ya estas bien? – dijo señalando con la barbilla hacía mis testículos.

  • Por lo menos no me duele y según yo si funciona todo. – conteste, pensaba que lo que la señora hacía era preocuparse por mi como si fuese un hijo.

  • ¿Cómo que crees?.

  • Bueno, ya no me duele...

  • ¿Y todavía eyaculas? – me dijo interrumpiéndome y sorprendiéndome.

  • No sabría decirle, bueno si a lo que se refiere es que si ya me he masturbado o he tenido relaciones con alguien, pues no, no lo he hecho, me dolía mucho pero ya no me duele y yo me siento bien.

  • Lalo eso es una parte muy delicada, debes de ver como esta todo eso, puedes quedarte estéril por un golpe de esa magnitud.

  • Espero que no haya sido así.

  • Y podrías quedar hasta impotente.

  • Eso si no lo creo- dije mirándome la entrepierna y sistemáticamente me palpé los testículos como viendo que pasaba, luego vi a la señora y dije- lo lamento, es que si me preocupo lo que me dijo.

  • Pues es que no es para menos Lalo, debes de cuidarte muy bien,- luego dijo- yo estudié algo de medicina déjame ver.- Cuando dijo esto ya se había inclinado y me palpaba los testículos y me dijo- Ándale desabróchate el pantaloncillo, así no puedo ver.

Yo me sentía confundido, pero hice caso, la situación era bastante morbosa, la señora bajo mis pantaloncillos y luego mis bóxer, dejando mi pene flácido ante su cara, aunque yo me sentía ya algo excitado, tomó mi pene con su mano y palpó mis testículos como revisándolos, luego vio mi pene lo movió un poco hacia los lados y luego me dijo:

  • Parece que todo esta bien, aunque no se puede estar segura hasta que tengas una eyaculación o mínimo una buena erección.

  • Eso creo- dije pensando que ya todo había terminado, ella seguía agachada frente a mi, así que extendí mi mano para ayudarla y dijo

  • Todavía no terminamos, quiero estar seguro de que todo esté bien- me miro a la cara y sonrío.

Yo me quedé anonadado, no entendía lo que sucedía, o bueno pensaba que lo que creía estaba mal, pero no fue así, nuevamente la señora tomó mi pene y comenzó a moverlo de arriba abajo y se quitó el sombrero tirándolo a un lado y soltándose el pelo, mi pene ya comenzaba a eructarse y dijo.

  • Mira parece que si funciona, pero esto es muy lento.

Después tomó mi pene y lo dirigió a su boca, comenzando a mamarla, yo la tomé de la cabeza y comencé a seguir su ritmo de la mamada, excitándome al por mayor. Luego ella se levantó y dijo.

  • Bueno por lo menos esta bastante erecta, pero como que ya subió el calor

aquí ¿no lo crees?.

  • Sí, ya lo creo, pero aún no estoy seguro de que pueda eyacular- le dije, la señora sonrío y dijo

  • Bueno tendremos que asegurarnos, pero busquemos un lugar un poco más fresco.

Diciendo esto se volteo y se dirigió hacia la piscina, poco a poco fue dejando caer su camisa, luego su sostén y luego la falda, caminaba provocativamente, yo ya iba detrás de ella y me quite las sandalias que llevaba puestas, la señora debajo de la falda traía un tanga blanco, que se metía por su trasero y no se había quitado las zapatillas, lo que la hacía verse muy excitante.

Llegamos a la piscina, la señora se volteó y yo la tomé por la cintura acariciándole las nalgas y dándole un gran beso en la boca, mientras pegaba mi pene a su abdomen, luego ella se separó de mi y vi sus deliciosos pechos, vencidos un poco por la gravedad y la edad, pero muy bien formados aún, luego se quito las zapatillas y se arrojo al agua, yo hice lo mismo, ella comenzó a nadar, yo iba por debajo del agua, me emparejé a ella y vi por debajo como se le trasparentaba la tela de la tanguita llegamos a la otra orilla y ella salió y se sentó en la orilla, yo salí justo frente a ella, y ella me abrazó con sus piernas, separándolas dejándome ver su puchita, yo jale la tanguita hacia abajo y ella me facilitó el trabajo alzando las caderas, se había depilado casi todo y sólo una pequeña mata de pelos cubría su intimidad, formando un pequeño triángulo, yo comencé a lamerle su panocha abriéndole con una mano su vágina y con la otra acariciándole un seno, luego la baje nuevamente al agua, ella me abrazó con sus piernas dejando su puchita a la altura de mi pene, me besaba fuertemente, su pelo estaba mojado y se veía muy excitada, luego tomó mi pene con su mano y lo acomodó en la entrada de su vágina y me dijo:

  • Cógeme, méteme toda tu verga en mi

Así que comencé a meter poco a poco mi verga en esa cueva y comencé a cabalgar a mi exsuegra, como era mi costumbre comencé a meterle un dedo en el anito moviéndome fuertemente dentro de ella, ella se arqueaba hacía atrás disfrutando mis embestidas, con una mano le exploraba el ojete, el cual ella fruncía y con la otra le tomaba sus pechos alternándolos, ella terminó muy pronto y me abrazó y dijo:

  • Si que tienes aguante Lalo, déjame reponerme tantito y le seguimos, pero vamos a tu cuarto.

Salimos de la piscina, vi su culito expuesto, mi pene aún estaba parado y ya que ella había comenzado no le daría tregua, la tomé por la cintura, ella se volteó y me dio un gran beso, la dejé sobre el pasto y comencé a besarle las tetas, mientras que con mi dedo se lo metía por la puchita, luego ella abrió las piernas y me puse sobre ella, comencé a metérsela poco a poco, para luego dejarle ir toda mi verga dentro de ella, se veía en su respiración lo excitada que estaba, me abrazó con sus piernas y me decía:

  • Si, así dale duro a esta mujer.

  • Más bien a esta putita- dije, ella abrió los ojos, pero su respiración era más y más fuerte y dije- ¿o no eres mi puta?.

  • Sí, si soy tu puta, Anda dame más, dame más.

Yo seguí moviéndome más rápido y ella termino nuevamente, yo me salí de ella y dijo:

  • Se ve que tienes aun para rato, déjame ahora sí tomar aire, anda vamos a tu cuarto para estar más cómodos.

Subimos las escaleras y fuimos a mi cuarto, ahí le serví una copa de coñac a la señora se sentó en la cama, la tomó con tranquilidad, ya eran pasadas de las cinco, mientras ella tomaba su copa yo acariciaba su cuerpo y sobre todo su trasero, se veía que era virgen del culito y pues si ya había desvirgado del ojete a sus hijas, porqué no a la madre, así que se lo acariciaba mucho. Cuando ella terminó su copa, se hincó en el suelo y comenzó a mamarme la polla lentamente, disfrutándolo y descansando un poco, luego se subió y me tocó a mi volverle a comer su rajita, yo le metía un dedo en la puchita mientras intentaba meterle uno por detrás pero se fruncía mucho, luego me dijo:

  • Ven, métesela a tu putita.

Yo ni tarde ni perezoso hice caso, apunte nuevamente mi pene hacía su raja y lo metí rápidamente, puse sus piernas sobre mis hombros, haciendo que la penetración fuera más profunda y tomando control de la situación, luego le dije:

  • Ponte como la perra que eres.

Ella me obedeció, al parecer le excitaba que la tratara como a una puta, comencé a metérsela nuevamente a su puchita y a darle unas nalgadas mientras le decía:

  • Muérete, ándale putita, mueve esas caderas.

Ella obedecía en todo, yo le apretaba las tetas fuertemente mientras la embestía del mismo modo, ella se excitaba demasiado, tuvo dos orgasmos en esa posé, estaba rendida, yo veía su culito y sabía que no se iría sin rompérselo, comencé a meterle un dedo, ahora ya no se fruncía tanto, luego dos, poco a poco se lo fui dilatando, luego ella volteó y me dijo:

  • ¿Así te coges a mi hija?, se la metes por el ano.

  • Así es señora, a su hija se lo meto por el ano, pero se oye mejor culito, se la meto lentamente y su hija se vuelve loca cuando tiene mi verga dentro de su hoyo.

  • Bien métemelo entonces, ya que soy tu putita y puedes hacer conmigo lo que quieras

  • Le va a doler al principio, pero verá que le gustará al final, pon tus codos en la cama y con una mano ábrete las nalgas.

Obedeció al instante, yo saqué un poco de lubricante y se lo unté, seguí dilatándolo un poco más y luego puse mi punta de la verga en su ojete y comencé a penetrarla, al principio le dolió mucho, pedía que me detuviera, pero seguí metiéndosela y le decía:

  • Eres mi puta y harás lo que te diga.

Luego le daba una nalgada y ella asentía que siguiera, luego que la tuvo toda dentro, comencé a moverme lentamente, luego comencé a moverme cada vez más y más rápido al principio la señora se quejaba mucho, luego comenzó a jadear y gemir de excitación y me decía:

-Si Lalo, dame más, dame como le das a mi hija, dale a la puta de tu suegra. Dame como le das a mi puta hija y quiero que le des también a Laura y a todas las mujeres de mi familia.

Yo sonreí para mis adentros, Laura ya había sido mía, y lógico que no le daría a todas las mujeres de su familia, aunque hay varias que me atraen.

Luego la señora llegó a su orgasmo, yo me contuve un poco y la volteé, luego le puse mi pene entre verga entre sus pechos y me hice una rusa terminando en sus pechos y llegando a caer de mi esperma en su cara el cual ella tomó y se lo metió a la boca, luego me recosté a su lado y ella dijo:

  • Bueno, ya vimos que si se te erecta y que eyaculas bien – luego sonrío y se restregó el resto del semen en su pecho.

Luego bajamos al jardín y recogimos su ropa, su tanga estaba muy mojado y cuando se lo puso yo la tomé e hice que se metiera en su culito y entre sus labios vaginales, ella lo vio y sonrío, yo acaricie sus labios y luego hice su tanguita a un lado, yo seguía desnudo, mi pene estaba erecto otra vez, alcé su pierna y lo dirigí hacia su puchita nuevamente, comenzamos a movernos.

Ella alzó su otra pierna y me abrazó con ambas mientras la hacía saltar de mis embestidas, luego la llevé hacia la mesa e hice que se recargará en la mesa, quedando en escuadra con el culito parado, removí el tanga de atrás y dirigí mi pene hacia su anito y ella se abrió las nalgas para facilitar la entrada, comencé a moverme y ella gemía fuertemente, con una mano acariciaba una teta y con la otra estimulaba su clítoris, luego termine dentro de ella, la bese y la ayude a vestir, se arreglo el pelo, tomó su sombrero y llame un taxi, mientras esperábamos me hizo una mamada espectacular y termine nuevamente en su boca, casi al instante llegó el taxi (ya que hay un sitio de taxis cerca de donde vivo) y la llevé al taxi, lógico que ya traía un pantaloncillo y una playera, luego me despedí de ella con un beso en la mejilla y dijo ella

  • Por cierto, piensas volver con mi hija.

  • No lo sé señora, lo que hizo estuvo mal y bueno...

  • Hazlo por mí – y sonrío pícaramente.

  • Bueno con tal de que se vuelva a repetir esto – dije, ella sonrío y asintió con la cabeza, luego se subió al taxi y se alejo.

Yo no podía creer la suerte que tenía, tres mujeres de la misma familia habían pasado por mi verga y tres culitos había desvirgado, me senté en la silla del jardín y vi la alberca recordando lo que había pasado, volteé a ver las cámaras de vigilancia y fui por el casete, no mostraba mucho, pero es un buen recuerdo.

Lo demás lo platicaré después.

CONTINUARÁ...