MARIBEL: LA ABUELA DEL VERANO (Intro).
Maribel es una viuda de 68 años que conocí el verano pasado y que hasta hacerlo por primera vez conmigo, llevaba once años sin follar ni follarse a nadie...
La vida no es sencilla. Cuando nacemos, lo hacemos sin un manual de instrucciones que nos oriente a lo largo de ella y todo lo vamos aprendiendo en el día a día. Pero lo hacemos en un contexto de reglas y formalidades que más que ayudarnos, nos angustian. Uno de los campos más confusos en nuestras vidas es el de las atracciones, las emociones, el erotismo en general y nuestra sexualidad en particular. Así por ejemplo, y por pura convención social, en el terreno sentimental tendemos a relacionarnos con personas de nuestra edad o al menos, de nuestra misma generación. Ese había sido mi caso, al menos hasta ahora...
He tenido diferentes parejas todas de mi misma generación y he pasado por muy buenos momentos con ellas. Sin embargo, al cumplir los 40, tuve la oportunidad, no buscada, de conocer a una mujer de 55 años con la que descubrí y experimenté sensaciones hasta entonces desconocidas. Fue una experiencia deliciosa en la intimidad de las cuatros paredes de su dormitorio que estuvimos compartiendo durante semanas y que cambiaría radicalmente mis gustos y preferencias en cuanto al perfil de las mujeres con las que deseaba follar.
Ahora con 46 años recientemente cumplidos, toda mi atención e interés, se centran en conocer y disfrutar de la amistad, de la compañía y de los placeres, de las mujeres maduras. Y es que aquel primer encuentro con Lola (mujer española de 55 años), cambió mi perspectiva a la hora de hacer realidad mis deseos y fantasías sexuales. Desde entonces había mantenido relaciones de forma periódica con mujeres que cumplían una regla: Tener más de 50 años. De esta forma, he tenido el placer de conocer durante estos últimos años a varias, algunas de las cuales han coincidido simultáneamente en el tiempo lo que a su vez ha requerido de un despliegue de encantos y habilidades para hacerlas creer que eran la única pareja con la que mantenía relaciones. Cada madura tiene en mi memoria un espacio reservado que me acompañará el resto de mi vida, con recuerdos deliciosos que me han permitido disfrutar con ellas en todos y cada unos de los momentos de placer compartidos con todas ellas.
Dejo como guinda de esta introducción por mí pasión por las maduras, a las que han sido las dos últimas relaciones que he mantenido durante este último año. Se trata de Mayte, de 65, y de Maribel con 68 recién cumplidos. El de Mayte es un caso especial, porque se convirtió en mi primera madura. Curiosamente me envió hace unos días un mensaje de felicitación del año nuevo que me ha servido como excusa para volver a retomar el contacto con ella. Personalmente ha sido todo un inmenso placer poder descubrir el sexo con mujeres de más de 60 años. Gracias a ellas se ha abierto en mi vida un nuevo camino para seguir adentrándome y conocer todavía con mayor intensidad, el placer de disfrutar follando con GILFs.
Este año 2022, ha cambiado la regla para seguir disfrutando con las mujeres mayores: Deben tener más de 60 años. Y si son más de 65 años, como Mayte, todavía mejor. Así ha sido con mi segunda madura, Maribel. Una viuda de 68 años, que conocí el verano pasado y que hasta hacerlo por primera vez conmigo, llevada más de once años sin follar ni follarse a nadie...