Mariana y sus gordos placeres 05

Mariana tratará de sorprender a su par de amantes, pero la sorprendida será ella

Mariana y sus gordos placeres, parte 05

Resumen previo: Mi gordo y maduro director, moreno y feo con ganas, me desvirgó con una pasión animal en el sofá de su oficina, a la mañana siguiente me tenía en la cama de su casa gozando de un trío con su hermano, los cuales tras una buena regañada me pusieron en régimen de prevención de embarazos, quedando en deuda con ellos y buscando la forma de pagarla, comenzando con mi virginidad anal...¿que más me harán sufrir? ..¿o gozar?.


Mis dos amantes estaban roncando y me tenían apretujada entre sus carnes y abrazada de tal forma que no me podía incorporar. Pude notar que el cuarto estaba poniéndose oscuro, ya era tarde y no me importó dormir un poco más con estos gorilas. Al pasar un rato más ya en completa oscuridad mi celular sonó y sonó, seguramente me estaban buscando en casa, yo no pude contestar, el peso de sus cuerpos me lo impedía, su calor combinado se sentía muy rico y me mantenía adormilada.

Qué delicioso era sentirse plenamente entregada, me dolían un poco mis cavidades, pero la satisfacción de haberme convertido en una mujer gracias a este par de expertos sementales borraba cualquier duda que tuviera de haber venido aquí.

Solo me quedaba un poco de remordimiento que me decía que ya era suficiente y debía regresar a mi vida normal, pero ¿cómo le haría para despertar a semejantes mastodontes en pleno descanso?. Las cervezas que se tomaron a lo largo de la faena sexual fueron mis aliadas, ya que a los pocos minutos Don Enrique se despertó para ir a orinar, liberándome de su abrazo, su enorme peso moviéndose fuera del colchón despertó al hermano, a quien también le dieron ganas de usar el baño pero tuvo que esperar su turno y simplemente se dedicó a besar y acariciar sensualmente mis atributos.

El recuerdo de las llamadas perdidas en mi celular seguía molestándome en lo más profundo de mi conciencia, así que apechugando el disfrute que me hacia sentir mi gorila en estos momentos le pedí a Pedro que me alcanzara mi teléfono, y al tenerlo entre mis manos confirmé mis temores, tenía varias llamadas perdidas, las primeras eran de mis amigas pero la más reciente provenía de mi casa, de hace 15 minutos según la hora del reloj. Al principio lo tomé con ligereza por que mi cerebro aun no podía reaccionar apropiadamente, pero cuando tomé plena conciencia de lo que estaba leyendo en la pantalla del teléfono me asusté y las ganas de coger se perdieron por completo, pensé “Por dios, son las 9:00 pm, y yo todavía acostada y desnuda en una casa ajena”. En esta ciudad y dadas las ubicaciones de nuestras casas fácilmente me tomarían al menos 2 horas de transporte público para llegar con mis padres y nunca había llegado después de las 10:00 pm.

Pedro que seguía a mi lado notó mi reacción y me dijo:

“¿Que pasa Marianita?”

“Vea la hora que es, las 9:00 pm... ya tengo que irme a mi casa, me van a matar si llego muy tarde”

“Las 9:00… Jaja, sí que nos dejaste agotados mamasota, nunca me había tomado una siesta tan larga, pero que rico es tenerte así y despertar abrazado a una hembra tan hecha y derecha. No te apures, ahorita te llevamos en mi camioneta, solo deja que yo también vaya al baño”

En eso venía regresando Don Enrique del sanitario y lo pusimos al tanto de la hora y de la situación en la que yo estaba. Pedro se ausentó para realizar sus necesidades y platiqué brevemente con Don Enrique, quien mientras se vestía yo buscaba mis prendas que quedaron regadas por todos lados:

“Vaya, que cogidotas te dimos, ¿cómo te sientes?”

“Bien adolorida, sobre todo de aquí atrás, usted fué todo un bruto conmigo y al final se salió con la suya porque también me siento contenta, eso me confunde”

“Es natural, estas despertando a la perrita lujuriosa que todas las mujeres tienen escondida, esa a la que muchas tienen miedo y la reprimen toda su vida. Si te cuidas como aprendiste hoy puedes dar rienda suelta a tus sentimientos sin consecuencias. Y lo de tus dolores se te pasaran, ese es el costo de estrenar”

“Supongo… Oiga ¿y mis calzones y mi brasier?”

“Esos me los quedo de trofeo, son el recuerdo más querido que tendré de este dia, los voy a conservar junto con los cojines del sillón de mi oficina, recuerda que los dejaste todos manchados de tu virginidad perdida y tus orgasmos .. jaja”

“Qué morboso es usted…. Oiga...¿Y enserio le gustaron mis prendas?”

“Sí, te veías bien mamacita con ellos, más erótica… ya aprenderás…además tienen tu aroma, me podré masturbar pensando en tí cuando no estés. Así que ni modo, te toca irte sin ropa interior”

Nos acabamos de vestir cuando Pedro regresó del baño y me dijo que le hablara a mi mamá por teléfono para que no se apurara, que inventara alguna excusa para la tardanza. mientras tanto él se vestiría. Los hermanos usaron pantalones y suéteres deportivos puesto que para el viaje y la hora no ameritaba usar algo más formal.

Ya era una costumbre que al andar con las amigas se me hiciera más tarde de lo planeado, por eso mi madre siempre me pedía llegar a las 8:00pm sabiendo que llegaría entre 9 y 10, así que ya mas o menos tenía pensado que mentira decirle a mi mamá, lo que me apuraba era el modo de regresar y exagerar el permiso. Todo salió bien con la excusa expres, mamá se quedó aliviada de que siguiera sana y salva y supuestamente a medio camino de retorno (le dije que me encontraba en el baño del metro y que no le había contestado con anterioridad porque al estar entre tanta gente en los vagones no me había percatado de su llamada, y procuré regresarsela hasta que llegara a un sanitario para estar a solas).

Dado el trabajo que tiene uno de mis gordos como tapicero, tenía en la cochera un camión pequeño de mudanzas que usa para entregar los muebles renovados a los hogares de los clientes. Así que mi escape de esa zona habitacional sin que se dieran cuenta los vecinos chismosos fue perfecta, sobre todo por que después de tantos gritos de pasión que me sacaron, aunados a sus bramidos sexuales, seguramente más de un miron estaria al pendiente de ver a la prostituta que contrataron estos poco agraciados hombres.

El camión de mudanzas era de esos que la caja de atrás está completamente cerrada y fabricada a la medida, excediendo la altura de la cabina del conductor, contenía un espacio adicional que va sobre la parte frontal, como esos de las casas rodantes donde colocan la cama. Al principio pensaron en meterme a la caja (por eso me aprendí muy bien su forma), pero se dieron cuenta que sería muy incómodo, y de todos modos yo tenía que indicarles el camino para llegar a mi casa, así que finalmente el plan era que los tres subiriamos a la camioneta en la cabina, con Pedro manejando, Don enrique en la otra puerta y yo enmedio de los dos, ya que no confiaban en que uno solo realizara el viaje y nos perdiéramos en alguna calle olvidada para ser usada antes de llegar a mi casa. Esa idea me parecía bastante excitante pero no era el día ni la hora para hacerlo.

Antes de salir de la cochera me ordenaron que me agachara para que ningun vecino me pudiera ver desde afuera, así que al quedar con mi rostro sobre la entrepierna de Don Enrique me puse a oler su esencia, tras un día de sexo tenía un aroma penetrante a macho que me volvía loca.

Después de los cinco minutos que nos tomó salir de la colonia me dijeron que ya me podía sentar normalmente, pero lo que hice fue bajarle los pantalones deportivos a mi director, simplemente bastaba con jalar del cordón con que iba amarrado, él tampoco se puso calzones así que tenía libre acceso a sus genitales y comencé a lamer sus testículos. El entonces dijo:

“Mira carnal, solita se puso a mamar ”

“No chingues, así no se vale, yo voy manejando”

Al escuchar la queja me incorporé y le dije:

“Ahorita que acabe acá, te atiendo”

Con este comentario les saque unas sonoras carcajadas y regresé a relamer la entrepierna de Don Enrique, engullendo cada una de sus bolas y jugando con ellas una por una con mi lengua, simulando mordiscos y estirando su escroto, todo esto para estimular a su pene, el cual no tardó en reaccionar, abandoné a sus gemelos para atragantarme ahora con su falo, sus manos me presionaron contra su pubis hasta hundirme toda la herramienta en la garganta. Succioné con ahínco hasta que se vació en mi boca. Esta experiencia no duró mucho ni obtuve mucha leche, él ya estaba muy gastado por el día de placer que me dieron, pero esta era la propina por el viaje.

En el siguiente semáforo en rojo se cambiaron de lugar para que ahora atendiera a Pedro y no chocaramos por perderse en un orgasmo al volante, repetí lo mismo con él y lo dejé bien seco. Yo ya no busqué autosatisfacer a mi vagina pues mi rajita estaba hecha trizas, sin hablar de que mi culito estaba recién desvirgado y no quería más guerra por el momento.

Al faltar una cuadra para llegar a mi casa Don Enrique detuvo la marcha del camión en una zona donde el alumbrado público no funcionaba, ahí nos agasajamos los tres con una última sesión de besos apasionados y manoseos a mi figura, cuando tocaron mi monte de venus y vieron mi reacción negativa comprendieron que ya no podía recibir más placer, aparte comprobaron que sus penes tampoco reaccionaban, finalmente había dejado sin energía sexual a estos sementales, lo que hace unas horas parecía una tarea imposible.

Intercambiamos numeros de telefonos y quedamos en repetir estas sesiones cada semana, con mayor mesura en los tiempos, me pidieron les informara sobre la segunda prueba de embarazo a media semana y les prometí continuar tomando mis pastillas para poder gozar de nuestros encuentros desmedidos. Me dejaron descender del camión para realizar mi ultima caminata ante sus ojos, esperaron a que arribara a la puerta de mi casa, vigilaron a lo lejos en todo momento para que su dama no sufriera de algún secuestro y violación por algun dejenerado que circulara por la zona... jeje, que irónico pensamiento.

Al llegar ví mi celular y noté que eran las 10:10 pm, logré mi objetivo de no excederme tanto en el horario del permiso, salude a mis padres y me retiré para bañarme, con la excusa de que tanto caminar con mis amigas había sudado bastante, y combinado con compartir espacio con la gente apestosa del metro me sentía sucia. Al terminar mi aseo personal y recostarme en mi cama pensé que soñaría con mis amantes pero el cansancio me noqueó por completo, me quedé profundamente dormida hasta que mamá me despertó a las 9:00 porque se le hizo raro que no le ayudara con los deberes matutinos del hogar.

Ese día era nuestro domingo familiar de rutina, ya que con mi escuela, mis tareas y los trabajos de mis padres no convivimos mucho en la semana. Durante el desayuno mi papá me preguntó ¿qué tanto había hecho ayer?, por qué de compras era raro no llegar con bolsas y le contesté que ya conoce cómo somos las mujeres, nos gusta ver y probar cada prenda que nos gusta de todas las tiendas que podamos, pero como se aproximaba navidad solo había hecho un listado de lo que me realmente me había encantado para pedirselos de regalo.

Así que se conformó con la respuesta, y me dijo que esperaba no fueran muchas cosas porque mamá y él habían decidido juntar sus aguinaldos (como les decimos en México a los bonos navideños laborales) sumados a sus ahorros secretos y usarlos el próximo mes para mi fiesta de quince años, esa con la que todos los padres sueñana en presentar a sus virginales hijas ante los ojos de la sociedad. Me sorprendió mucho su comentario pues nunca les pedí hacer este gasto y nunca mostraron interés cuando yo asistía a las fiestas de mis amigas. Mi mente lujuriosa comenzó a trabajar a toda máquina, así que yo le dije:

“Papá, te agradezco mucho el que me quieras tanto y que tú y mamá estén dispuestos a gastar a manos llenas, pero te propongo lo siguiente, mejor vamonos de vacaciones a la playa una semana completa, y mientras mamá y tú disfrutan de una segunda luna de miel yo me voy a recorrer la ciudad en un tour … con guia y todo para que estén tranquilos, nos veríamos cada desayuno y con celular no perdemos comunicación”.

“No, hija, ¿cómo crees?, esto es un regalo para ti, no para nosotros”

“Sí, pero yo se que no te gusta tirar el dinero en fiestas para que gente que ni conoces se aproveche de la comida y bebida”

“Eso sí es cierto, ¿Pero no te sentirás mal por no tener tu fiesta?”

Mis padres no toman vacaciones en diciembre (a excepción del 24, 25 y el día 1 de enero), ya que les gusta más utilizar la semana de Pascua para salir de la ciudad. Mi plan era que ellos cambiaran sus vacaciones por única ocasión para coincidir con mis quince años, y además poderme escapar la mayor parte del tiempo con mis amantes, esto solo si aceptaban acompañarme a escondidas a la playa, y si no pudieran ir ... entonces yo buscaría más placeres por mi cuenta.. jaja. Así que le respondí:

“Para nada… es más, para fiestas mejor déjame pasar el próximo fin de semana con mis amigas… Es el cumpleaños de la mamá de Jimena sus papás tienen una casa de campo como a 4 horas de aquí donde le quieren celebrar y pasar navidad”

Mi papá se quedó pensativo, nunca me había ausentado de la casa pero después de que yo le ofreciera el gastar el dinero en familia y ya con la idea sembrada de que le dejaría estar a solas en la playa con mamá le parecería un exceso de autoridad el no ceder un poco, así que no muy convencido me respondió:

“Pues mientras regreses para navidad para pasarla en familia no le vería problema”

“Sí, está bien, Marcela, otra de las amigas invitadas, también mencionó que quería regresar para esa fecha”

“Perfecto entonces”

Mi mamá solo se quedó sorprendida con tanta información y cambio de planes, pero se le notaba la felicidad en su rostro, más tarde me comentó cómo se sentía de orgullosa de tener una hija tan buena y amorosa con sus padres.

Era el año 2006 por lo que el 24 de Diciembre sería domingo, y yo tenía planeado ausentarme el viernes por la tarde, todo el sábado y medio domingo.. calzaba perfecto para darles un buen regalo de Navidad a mis gorilas, sobre todo porque ellos esperaban que mi próxima visita fuera sabatina y solo por unas cuantas horas.

¿Quién pensaría que una jovencita que hace 2 días era aun virgen estuviera planeando tantos días de placer con antelación y con estos hombres tan feos?, sin duda mi calentura de adolecente estaba jugando con mi mente. Antes de la noticia de mi padre también había contemplado brevemente la idea de escaparme con mi director por las mañanas, pero si dejábamos sin atención a su hermano no sería justo, además mis papás siempre me cargan de deberes del hogar para no estar de ociosa en vacaciones, por lo que no podría realizar de forma correcta las dos cosas sin levantar sospechas. Así que decidí que lo mejor para ser una buena perrita goloza y complaciente de fin de semana los demás días los dedicaría a ponerme ungüentos en mis orificios para aliviar el escozor y que retomaran su tamaño lo más posible.

Todos los días mi mamá garantizaba que estuviera despierta antes de que ellos salieran de la casa y así aprovechar el día con las labores. Llegado el miércoles recordé que mis amantes me pidieron confirmar la prueba de embarazo el día de hoy, así que la repetí y salió negativa, de la emoción inmediatamente le hable a mi director, lo desperté y me contestó medio dormido, pero también se puso contento de que todo estuviera bien y me colgó para seguir sus sueños.

Ese mismo miércoles al ser cerca de las 1:00pm Don Enrique me habló al celular, ya muy despierto y en compañía de su hermano, quien había regresado de su taller de tapicería para comer, se les notaba muy contentos por mi noticia de la mañana y confirmamos la cita para el sábado.. “Nadamas no nos despiertes muy temprano, ya sabes como nos ponemos los viernes” … “Sí, ya sé, los veo a medio día más o menos”.

También aproveché para conectarme a skype (muy de moda en ese entonces) para ponerme de acuerdo con mis amigas para que me cubrieran la mentira. Era totalmente cierto que Jimena se iría con sus papás a pasar navidad a la casa de campo, pero tenía que pedirle que mintiera cuando fuera necesario delante de mis padres, y de igual forma a Marcela quien ya estaba desde hace días de viaje. Después de un interrogatorio de locura de ambas sobre que iba a hacer y con quien ...no tuve más remedio que decirles que iba a estar cogiendo todo el fin de semana, pero les dije que había conocido a un chavo guapisimo por internet y habíamos estado platicando por varios meses esperando esta ocasión.. me pidieron fotos del galán, pero me negué. Ya finalmente Jimena me comentó, … “¿Quién diría que tu nos vas a ganar en perder la virginidad? felicidades Mariana.. espero que no te salga gay el chavito, o peor, que sea un viejo rabo verde haciéndose pasar por uno”. Las tres nos reímos a carcajadas, pero mi risa era nerviosa, si supieran ellas lo que realmente me estoy comiendo. Marcela agregó “No seas wey y te cuidas, no vayas a salir con premio”. Yo les contesté “Claro que no, ya compré condones para que no me quiera sorprender con la noticia de que él no trae”. Terminamos la plática con el plan trazado y todas de acuerdo con las mentiras a decir a mis padres cuando los vieran después de vacaciones.

El jueves salí de compras para buscar lencería erótica, Don Enrique me dijo lo mucho que le gusta que use este tipo de prendas, inclusive más que tenerme desnuda, así que me dispuse a encontrar una tienda con alguna empleada joven, encontré una con la cual conversar por largo rato para ganarme su amistad y le expliqué que iba a ser mi primera vez con mi novio de la secundaría, y que quería que fuera una ocasión especial, mágica para los dos, pero sobre todo darle a él una sorpresa para morirse, y me dijo.. aquí normalmente solo vendemos prendas a mayores de edad, pero tu historia me conmovió y me recordó lo que yo hubiera querido hacer en mi adolescencia, mira, este modelito es el más popular, me mostró un conjunto en color rojo que tenía medias de red de pescar que cubrían desde los dedos del pie hasta la mitad del muslo, calzones y brasier en juego que dejaban entre ver los pezones y la vagina por el espacio entre los hilos ya que el motivo de la red pescar se repetía en ellos, y la locura del conjunto fue que las médias iban acompañadas de un liguero que al colocarse a la cintura seguiría sujetando las medias después de retirar mis calzones y cubrirían un poco de las caderas, de igual forma el brasier permitía desprenderse de las copas para dejar al aire libre los senos, pero los tirantes y el contorno inferior seguirían en su lugar por lo que levantarían y acentuarían mis senos al descubierto. Me veía toda una putita de lujo con esto y me fascinó mi reflejo en el espejo del probador de ropa, sin duda la empleada conocía muy bien su negocio. Me ofreció el mejor descuento que la tienda permite e intercambiamos datos para que la próxima vez me vendiera prendas lo hiciéramos por internet para no arriesgarnos a la mirada de la gente chismosa.

Llegado el viernes por la mañana me puse de acuerdo con mis padres en dejar impecable la casa antes de salir por la tarde rumbo a casa de Jimena, sus padres deseaban salir a más tardar a las 6:00 de la ciudad y mis padres regresaban cada noche cerca de las 8:00 por lo cual no me podrían acompañar.

Salí de mi casa a las 6:00pm con solo una mochila escolar que contenía un cambio de ropa para el domingo y mis pastillas anticonceptivas, iba vestida con mi traje deportivo habitual y mi nuevo conjunto de lencería bajo él para disimular en todo momento mi cuerpo al usar el transporte público. No ocuparía nada más, pues planeaba que mis gorilas me tuvieran desnuda todo el tiempo. El trasladarse en camiones urbanos y usar el metro como la semana pasada me tomaría cerca de 2 horas y quería llegar antes de que se pusieran muy borrachos sin tampoco negarles su rutina.

Al momento de llegar a la casa de mis amantes toqué la puerta, y escuché:

“Si serás pendejo, ¿se te olvidaron las llaves otra vez?”

Era Don Enrique que vociferaba seguramente a Pedro y por lo cual quería decir que su hermano no estaba en esos momentos. Se abrió la puerta de par a par y apareció mi director medio borracho, tambaleándose y vestido con su pants deportivo y una camisa de tirantes, al verme se asombró tanto que hasta su estado de ebriedad se perdió, y me dijo muy sorprendido:

“Marianita, ¿qué haces hoy por acá?.. ¿que no era mañana la cita?.. ven pasa, pasa”

Me condujo al interior de la casa para cerrar la puerta y evitar a los vecinos

“Sí don Enrique, era mañana, pero ya no me aguanté... perdón... y quería darle una sorpresa”

“Eso… Que putota me saliste.. así me gusta”

Nos abrazamos y nos fundimos en un beso apasionado que reflejaba el deseo sexual de ambos tras una semana de no vernos, nuestras manos recorrieron el cuerpo del otro, buscando ya entregarnos a la lujuria, pero él pausó las acciones y me dijo:

“Perdón Marianita, pero de la sorpresa hasta la peda se me bajó.. y eso es malo… Oye…¿y no es muy tarde ya?... ¿A qué hora tienes que regresar a tu casa?”

Me reí y le solté mi sorpresa

“Pues no me va a creer pero vengo a pasar el fín de semana con ustedes, me tengo que regresar el domingo a las 5 o 6pm para la convivencia de navidad, y pues yo venía a darles su regalo adelantado”

“Excelente, vienes bien entregadita ... y dispuesta a todo… ya vas aprendiendo”

Después de satisfacer el protocolo de bienvenida me llevó a la cocina para que yo me tomara una cerveza y entrar a tono con él. Al llegar la mesa del comedor observé que estaba llena de latas vacías, varias cajas de pizza también vacías, y varios platos sucios, esa imagen me daba a entender que acababa de tener una fiesta o que no estaba solo, así que le pregunté sobre ello y al parecer se molestó, porque entrecortado me dijo en tono autoritario:

“Todo esto es lo que mi hermano y yo comimos en la semana, y lo dejamos ahí esperando para que nos atiendas como la hembra que eres… así que mientras lavas los platos y limpias la mesa yo le hablo a aquél cabrón que salió por más cervezas y pizzas y no ha regresado desde hace rato, en cuanto sepa que andas por aca va a volar, vas a ver”

Otra vez me sentía dominada, eso me gustaba, a eso venía, a ser esposa sumisa de fin de semana, y le respondí:

“Si Don Enrique.. ya voy”

Así que mientras realizaba el aseo apresurado de la cocina y comedor, Don Enrique se fue a encerrar a su cuarto para hablar por teléfono, con la excusa de que lo tenía recargando la batería allá.

Cuando estaba terminando de limpiar llegó el camión de mudanzas a la cochera, Pedro entró a la casa cargando otras 4 cajas de pizzas y regresó al camión para bajar varios paquetes de cervezas. Ya libre de sus tareas llegó para agasajarme con besos y abrazos de lujuria que yo no le negué en ningún momento, él se encontraba medio borracho, en menor estado en que había encontrado a su hermano puesto que de no ser así no pudiera manejar. Satisfecho con la recepción que recibió nos pusimos a platicar, y le señalé:

“Oye Pedro, ¿y todo esto para ustedes dos solos?”

El me respondió un tanto nervioso:

“Sí... bueno, no... son para ti también, mamasota … ya me dijo aquel que vienes en plan de guerra… y por unas noches”

“Eso quiero… ¿y tú qué opinas?”

“Jaja... eso ni se pregunta, ya verás como te vamos a dejar de rellenita por todos lados”

Me volvió a plantar otro beso, en ese momento Don Enrique regresó a la cocina y al vernos muy apasionados nos dijo:

“Ya vamos a darle gusto a la putita, traetela para mi recamara, al rato regresamos a cenar, traete unas cervezas para el aguante”

Al llegar al cuarto donde tanto goce me hicieron experimentar me sorprendió el cambio que habían hecho, antes había una cama matrimonial, ahora había una tamaño king size y por el respaldo de metal en forma de barrotes se veía muy lujosa, aunque la habitación había perdido espacio, a los lados del colchón aún se podía caminar muy bien por ambos costados, y el frente de la cama seguía amplio para poder modelarles mi sorpresa en el momento adecuado. Habían colocado varios espejos muy grandes en las cuatro paredes, incluyendo las puertas del closet y la puerta de la recamara.

Mientras Pedro se desnudaba y se subía a la cama para prepararse para la acción Don Enrique y yo comenzamos una plática:

“Mira mamasota lo que teníamos para sorprenderte mañana, aparte de los regalotes que te vamos a estar dando estos días, pero esto no será gratis”

“¿Osea como?”

“Pues sí.. nos salió carita la cama, y la nueva decoración, vas a ver como estos espejos van a aumentar la lujuria, y tapizamos la ventana para que puedas gritar a gusto sin molestar a los vecinos chismosos… pero no te apures por que te vamos a cobrar los gastos con tu cuerpazo… y todavía nos debes lo de la farmacia… jeje”

“Ah.. ¿y a como va la cuenta o que?”

“Pues por cada deslechada que nos des le vamos bajando unos cien pesitos, aceptamos que no somos modelos que pudieran cobrar miles... y ahorita nos debes como 20 mil pesos… jeje… ¿Cómo ves?”

Tras su comentario casi me desmayo del placer al escuchar en la situación en la que me estaba metiendo por andar de calenturienta. Era obvio que lo de la cuenta era broma, pero el sentirme en deuda y con tanta desventaja me parecía una situación muy erótica, pues implicaba que sería explotada sexualmente por estos gorilas por varios fines de semana hasta ponerme a mano. Y yo le contesté:

“Y si me van a cobrar por coger, cuando debería ser yo la que les cobrara... entonces ¿cuales son los regalotes que me van a dar?”

“Pues con tanta cogida que te vamos a dar vas a quedar todavía más chula de lo que estás, para primavera vas a ver que paraditas te van a quedar las nalgas y los senos de tanto agasajarte…. en fín...te vamos a amoldar todo el cuerpo, por ser tan jovencita tus músculos van a reaccionar al constante masaje”

“¿Apoco eso es cierto?”

“Pues nomás compara los cuerpos de las muchachas que tienen novio, esas de la prepa que está cerca a nuestra secundaria, y verás como están al principio y como están a los pocos meses... ya te darás cuenta, además vas a producir más hormonas con tanta calentura”

Me acabó por convencer con esa lógica, era cierto lo que decía de las alumnas de prepa, así que acepté los términos y condiciones que me impusieron. Mi director se desnudo y se subió a la cama para estar junto a su hermano y me pidieron que los acompañara. Yo les dije…

“Esperen que falta mi regalo para ustedes”

Pedro me contestó

“¿Otro regalo?, aparte del fin de semana que nos vas a dar… ¿Qué más pretendes?”

“Ya verás…. Don Enrique ya tuvo el placer de un regalo así la semana pasada, y no creo que le moleste otro, pero tú aún no lo conoces…. ustedes sigan con sus cervezas para que disfruten más”

Puse música en mi celular y repetí el striptease, con tantos espejos podía dar seguimiento a mis propios movimientos para mejorar mi desempeño. A la mitad del baile ya los tenía con sus penes a media asta y aullando como perros con mis movimientos sensuales, pero en cuanto me vieron en solo lencería sus vergas se pusieron tan firmes como era posible y les salió lo barbajan y empezaron a decir:

“Mira nomas esos trapos… te dije que teníamos una puta en desarrollo…”

“Adiós corazón de melón, te espero en la cama sin pantalón”

“ Te las chupo hasta que te aplaudan las orejas”

“Si se juntan los mares y los ríos, porque no juntar tus genitales con los míos.”

“Traigo tanta leche, que si no te hago un hijo te hago un queso”

“MAMASOOTTA!! estás tan buena que te comería con todo y ropa, aunque pase meses cagando trapos”.

Con ese último piropo me quité los calzones y se los aventé, y me desprendí las copas del brasier para que vieran la forma final de mis curvas al descubierto, pero con los senos bien acentuados y paraditos, conservando puestos el liguero y las medias de red con mi vagina y mi culo al aire completaron la fantasía. Esta visión de una putita de lujo los prendió tanto que aventaron al piso las latas de cerveza que estaban tomando y se pararon al unísono para ver quien me reclamaba primero, Pedro le ganó por primera vez a su hermano y me empino boca abajo en la cama, poniendo medio cuerpo sobre el colchón y separando mis piernas para él colocarse detrás de mí entre ellas, puso su panza a descansar sobre mi espalda dejando a su merced mi vagina, la cual fue asaltada por su pene erecto en un solo envión… yo grité del dolor por una cogida tan de sopetón y sin prepararme con lubricantes pero la culpa era mía por prenderlos tanto y sabiendo que estaban medio borrachos. Para callarme Don Enrique se trepó a la cama y me hizo engullir su verga, empujándola por mi garganta hasta que sus huevos chocaron con mi mentón.

Me sentí violada de forma más frenética que en el colegio, pensé en mis adentros “esta semanita de resguardar mis agujeritos fue un error, mejor hubiera tratado de aflojarme con algún juguete”, pero al cabo de unos minutos de sus poderosas embestidas me acostumbré a sus carnes y empecé a gozar como se debe. Me arrancaron un tremendo orgasmo que me dejó los ojos en blaco y perdí piso, ahora mi mente cambiaba de parecer y agradecía el haberme conservado para ellos.

Cuando mi director notó que ya estaba más tranquila me quitó su garrote de la boca para gemir de placer a mis anchas, además seguramente estaba esperando su turno para someterme a su antojo. Recordando los espejos volteé mi cabeza hacia el closet, el cual era el más cercano y por primera vez pude disfrutar de la morbosidad de la escena, verme casi perdida en el colchón y el contraste de un cuerpecito rendido bajo las garras de un oso regordete aprovechándose de su presa era bastante erótico. Pedro me bombeo por varios minutos, y al final empezó a bramar y a empujar con mayor violencia y lo más profundo posible, sentí el calorcito que tanto extrañaba recorrer mi vientre, me hizo notar como se estaba vaciando en mi útero, cuando dejó de moverse su pene seguía bien parado y palpitando, me dejó bien taponeada para evitar que derramara su semilla.

Cuando Pedro me dejó libre era turno de Don Enrique, el cual me arrastró por el colchón hasta la cabecera de la cama y me acomodó en el centro de la misma para que estuviera acostada boca arriba, él se colocó sobre mí poniendo mis piernas cubiertas por las medias de red alrededor de su cintura y nos besamos profundamente mientras me restregaba su falo a lo largo de mi rajita, al terminar el beso me dijo “te tengo una sorpresa más”, de abajo de las almohadas sacó unas esposas cubiertas con peluche largo, estaban unidas con una cadena larga y delgada. Mi director me susurró al oído:

“Vamos a jugar a que te tenemos secuestrada, esto que ves aquí es para no dañar tus muñecas, y la longitud de la cadena es suficiente para que te puedas mover libremente”.

Pedro le dio mis pantalones deportivos a su hermano, quien los enredó en uno de los barrotes de la cabecera y pasó la cadena sobre ellos para evitar que se rapara con los movimientos del metal, de otra forma aumentaría aún más mi deuda.

De manera similar sacaron otros dos juegos de esposas y cadenas largas de abajo del colchón y amarraron mis tobillos a los pies de la cama, comprobé que me podría mover y tomar cualquier posición mientras permaneciera sobre el colchón, el reflejo de mi cautiverio en los espejos era maravilloso, revisé todos ángulos posibles.

No podía pedir más dominio sobre mí, más que esto y sería un verdadero secuestro, la sola idea de estar restringida por mis amantes me ponía super cachonda. Don Enrique al comprobar que todo estaba firme y que no me hacía daño retomó sus acciones y de nuevo se trepó sobre mí y se puso a besarme, yo lo abrazaba con más ímpetu con brazos y piernas alrededor de su gorda figura y con el mayor deseo carnal que hubiera experimentado a la fecha, así que le dije:

“Rómpame el culo nuevamente, como solo usted sabe”

“Eso ya lo tenía planeado, este hoyito es solo para mí”

Don Enrique se incorporó un poco, con su pene movió los fluidos combinados de mis jugos y el semen de su hermano desde mi vagina hasta mi ano y escupió para lubricar lo más posible y me atravesó con su glande… otra vez grité a pulmón abierto al sentir fuego en mi esfínter anal, él entonces puso todo su peso sobre mi para tapar mi boca con un beso, su panza me presionaba contra el colchón el cual al ser tan nuevo me daba confort y a la vez no se hundía tanto, provocando que arqueara más mi espalda para flexionar mis piernas lo más posible buscando un ángulo más cómodo para mi culito y su garrote. Al tenerme en esta posición y bien calladita por su lengua entre mis labios empujó el resto de su pene hasta los huevos, me desmayé por unos segundos hasta que empezó a retirar su falo para comenzar el mete saca, eso me revivió trayendome de vuelta al mismo tormento gozoso que me dejó marcada hace una semana.

El placer de sentirme completamente entregada al gorila que me inició en estas faenas era sublime, y otro de mis orgasmos se hizo presente al observar nuestro reflejo en los espejos, cuando estaba retomando mis sentidos pude ver que Pedro se retiraba de la habitación y nos dijo:

“Los dejo a solas, voy a ir a cenar… Al rato me pongo al parejo Mariana”

Don Enrique continuó su asalto a mi culito de manera espectacular, yo estaba ya gozando de sus embistes y el grosor de su miembro en este agujerito tan apretadito ya no me molestaba, al contrario, me fascinaba, ya me había convertido en una perrita golosa para él y aceptaba mi destino, ver mis cadenas alrededor de nuestros cuerpos me mantenía hipnotizada en el trance sexual. Después de tanto gemir me sentía ronca, ya necesitaba beber líquidos pero tendría que esperar a que mi amante me diera tregua. Unos minutos después mi director comenzó a bramar más fuerte que su hermano, como si buscara opacarlo, pero él no estaba presente, sentí como su esperma se descargaba profundamente en mis entrañas, los temblorcitos de su cuerpo y el palpitar de su garrote me indicaba que estaba tratando de preñar algo que nunca encontraría por ese hueco, me robó nuevamente un beso mientras esperábamos a que se desinflara su herramienta.

Finalmente se salió de mí, mi culito palpitante buscaba regresar a su forma original y rebosante de su semilla goteaba su contenido, con esto estábamos estrenando las sábanas, las cuales planeabamos que recibieran este tratamiento lo más posible. Don Enrique se recostó a mi lado y nos colocamos frente a frente con las piernas entrelazadas, me felicitó nuevamente por mi lencería y se puso a mamar mis senos, Pedro regresó y se recostó detrás de mí, les pedí me dieran una cerveza para apagar mi sed antes de continuar y me la bebí de una sola vez, ya estaba notando lo rico que es combinar este líquido con un encuentro sexual.

Estando los tres reposando juntitos en ese sandwich de hombres gordos conmigo enmedio, Don Enrique me dijo

“Marianita, que ricura de putita te estás convirtiendo, ¿cómo ves si aprovechamos que te tenemos así amarradita y con esos trapitos hacemos una porno con tema de secuestro y abuso sexual, un verdadero maratón para que nos amanezcamos cogiendo?”

La idea me tomó por sorpresa y me mojé de la emoción de estar rompiendo tabúes, pero casi inmediatamente me dió miedo que algún día mis papás se enteraran de ese video, así que trate de pensar en una forma de negarme sin romper la autoridad y dominio que mi director de secundaria ejercía sobre mí. De pronto mi cerebro reaccionó y me relajé, pues tampoco les creí eso de la propuesta de una maratón sexual, ya los conozco y sé que requieren de descansar un buen rato entre cada ‘deslechada’, como ellos le dicen a sus orgasmos, inclusive la semana pasada cuando se coordinaron para aguantar más, turnándose para usarme sin vaciarse, no llegaron a completar la hora de embestidas continuas, y aunque lograron dejarme más que satisfecha aquel día mi nivel de éxtasis sexual fue solo gracias por estar con ellos 12 horas. Sabía que mi siguiente comentario los desanimaría, pero para compensar mi próximo desaire tenía planeado sorprenderlos con la noticia de invitarlos a seguirme a escondidas el próximo mes a una semana para retozar los tres juntos en la playa, así que muy confiada les dije:

“Pues si me cumplen lo de coger sin descanso por varias horas … por supuesto que hacemos todas las películas porno que quieran… jaja.. pero no les creo que me duren tanto, es más… si me duran al menos dos horas continuas duplicamos mi deuda monetaria de la camita...jeje”

“Ah… no nos crees.. ya verás...y te vas a arrepentir de tu apuesta...”

En eso Don Enrique grito:

“Pasenle muchachos”

¿Pero qué rayos gritó?, ¿Me estaría tratando de intimidar?. Mis dudas fueron contestadas inmediatamente cuando de pronto se abrió la puerta de la habitación y una voz gutural muy masculina inundó el cuarto diciendo:

“¿Ahora si ya nos toca?”


continuará?


Antes de continuar con esta historia quiero agradecer todos sus comentarios, tanto los públicos como a los varios correos que me han llegado felicitandome y pidiendo que continúe con la serie. También quiero comunicar que me siento más que feliz del resultado de este experimento, e igualmente informar que las futuras entregas serán más pausadas debido a cuestiones laborales, me encontraba de vacaciones y eché a volar la imaginación en los primeros 4 capítulos, si se fijan esta quinta entrega me tomó 3 semanas en lugar de los acostumbrados 2 días. Espero cumplir con las expectativas de los lectores.


si les gustó este relato, favor de enviarme sus comentarios y sugerencias a papabearshirokuma gmail.com

Gracias por su atención.