María y Carlos
En este nuevo relato os paso a contar una nueva historia vivida hace unos días con una vecina nuestra que vive en la planta superior, con la que mi mujer mantiene buena amistad, desde que su marido y ella se casaron.
E
lla se llama María es una mujer de 38 años rubia y unos ojos azules muy bonitos y con un buen cuerpo, llevábamos ya varios meses que no la veíamos por el barrio, nos sorprendió bastante porque con Ricardo su marido, se veía que se llevaban bien, y tuvieron un chico que ahora tiene 14 años.
La sorpresa nuestra fue cuando nos dijo que se había separado, y que su hijo había preferido irse con su abuela la madre de ella que vivía sola, en otro barrio, ya que era viuda desde hace ya bastantes años.
Nos dijo que la separación había venido por culpa suya porque se había liado con Carlos, cubano de madre española, de 32 años con 1, 95 cm, el marido no superó su cornamenta y se separaron.
Nos fuimos a tomar unas cervezas en el bar de abajo, ella estaba esperando a Carlos, que cuando llego y no los presento. Mi mujer se quedó con la boca abierta, él pidió la llave de la casa, porque venía de hacer deporte y María le dijo, te acompaño y ahora volvemos con los vecinos ¡¡Vale!!, aquí os esperamos.
Mi mujer en los 30 minutos que tardaron, me comentó, Juan has visto que pedazo de tío y que guapo, es, normal que María se haya encaprichado, tiene que tener una polla de escándalo, como me gustaría follármelo yo jaja, creo que si le contamos a María lo que hacemos nosotros, no pondría problemas.
Bueno pues cuando volvieron, Carlos venía con un pantalón corto de deporte y una camiseta, y María venía igual, solo dijo que había aprovechado para tender la ropa mientras él se duchaba, se sentaron frente nuestra, y mi mujer tan pícara como siempre no hacía nada más que mirarle la bragueta y en un momento que ellos saludaban a otra familia me dijo” Cari le ve visto el capullo a Carlos se le sale por el lado derecho del pantalón, ya sea porque María ha cambiado de macho parece una bola de billar” yo le dije anda calla que ya estás cachonda so guarrilla, ya cuando continuamos hablando, mi mujer pícaramente con María desvió la conversación, al tema sexual, y ya nos contó que Ricardo no era muy activo en la cama y que ella, le gustaba que la follaran todo los dias, a ser posible, pero últimamente llevaban más de un año que solo follaban fines de semana salteados, entonces fue cuando conoció a Carlos en el Gin, que nada más verlo se le mojo todo el chocho, y que al tercer día no pudo aguantarse y que lo provoco para cuando ya estaban solos meterse juntos en las duchas y echar un buen polvo, ella nunca había follado con otro que no fuera Ricardo, pero cuando vio la polla de Carlos de 22 cm por el perni del pantalón se mojó entera, mi mujer que ya le había comentado como no lo montábamos nosotros, no dudo en decirle ya veo que calza bien Carlos se le está saliendo ahora igual. María contesto quieres Amalia que te folle Carlos ahora, si Juan está de acuerdo y Carlos también nos podemos intercambiar, yo dije y Carlos que nos daba igual, y entonces dijo María donde quieres Amalia en tu casa o en la mía, mi mujer dijo vamos a la mía, contando que Carlos quiera follarse a una madurita como yo, y Carlos contesto, Amalia para la edad que tiene este veo con un cuerpo espectacular, veo que todo el que te mira lo hace con deseo, además he visto que no llevas bragas y por lo que hemos hablado veo que eres una hembra ardiente que con el permiso de Juan te follas a quien te apetece, con que si quieres vámonos los tres y os follo a las dos, tengo muchas ganas de follaros, yo dije que me quedaría un rato más en el Bar, porque había llegado dos amigos míos, iros que ahora cuando termine subiré yo.
Según me conto mi mujer después, cuando iban las dos en el ascensor ya iban comiéndole la polla a Carlos, estaba las dos María y ella súper cachondas, abrieron la puerta de casa y se fueron desnudando por el pasillo hasta llegar a nuestro dormitorio, tumbaron a Carlos en la cama y se pusieron a comerle esa polla de 22 cm, cuando ya la tenía como un mástil, Amalia le dijo a María, ven que te voy a comer el chocho, por hacerme este regalos se puso entre sus piernas y empezó a darle suaves lengüetazos en la pipa de María, mientras Carlos se puso detrás de Amalia y empezó a darle en los labio de chocho a mi mujer, joder esto esta empapado no sabes María como tiene la vecina el chocho todo encharcado, se la puso en la entrada y apretó un poco, hasta metérsela entera
Joder que bueno empieza despacito que quiero sentirla poco a poco, si, si toma polla, vecinita y cómele el coño a Mari, cada vez que mi mujer notaba la polla de Carlos en el fondo le mordía la pipa a María, dale fuerte Carlos en ella te puedes correr dentro porque a ella no la puedes preñarla vez que quieras dejarla dentro de un chocho puedes venir a follarte a Amalia.
María se corrió con la mamada de coño que le hizo mi mujer y Carlos seguía dándole a Amalia, cuando yo llegue estaban las dos a estilo perro y Carlos la metía en un coño, la sacaba y la metía en otro, yo en la puerta del dormitorio ya estaba empalmado, lo que le dije a Carlos, me dejas un agujero a lo que el que en ese momento se la tenía metida a María se la saco y me dijo métesela a María, a lo que ella dijo venga y te corres dentro tú tienes la vasectomía y no me preñas y hace ya mucho tiempo que no siento un buen polvo dentro mi chocho, así estábamos los dos a lo perrito ellas se corrían, como locas sobre todo María, que cuando sintió mi leche dentro, la sensación que le dio se corrió dos veces seguidas, también Amalia se corrió varias veces cuando Carlos que también llevaba desde que estaba con María sin dejarla dentro, ya que con ella follaba con condón siempre, después de esta sesión de sexo nos quedamos un rato en la cama mía de matrimonio fumándonos un cigarro, y las mujeres luego empezaron a comernos las pollas María a mí y Amalia a Carlos, hasta que no las volvieron a poner tiesas, pero entonces cada una se subió en cada uno de nosotros, y volvimos a follarnos. Mari de lo a gusto que estaba con mi leche dentro cuando terminamos se puso un tampón de los que usa para cuando tiene la regla, para que no se le saliera la leche, mi mujer le dijo no te preocupes Mari cuando quieras leche te mando para arriba a Juan y tú me mandas a Carlos, así los dos tenéis leche ajena.
Y así seguimos un par de veces por semana nos intercambiamos las mujeres, Carlos hecha su leche en el coño de mi mujer y yo en el de la suya, normalmente lo hacemos los viernes por la noche y estamos hasta el domingo.