Maria. Una rara historia de azotes(2)
La madura vecina disfruta, y hace disfrutar.
Justo una semana después de la azotaina que le dió Rosario a su hija en presencia de María, ésta no paraba de darle vueltas al asunto, se masturbaba como una loca pensando en ello, hasta que por fín decidió ir a casa de su amiga, sabía que su madre no estaría, y le apetecía mucho hablar con ella sobre el tema.
Se armó de valor y se encanminó a casa de su amiga y compañera de clase, en los diás posteriores a la paliza que tanto la había excitado no se atrevió a hablar con ella en clase, y ahora tampoco sabía lo que le iba decir a Susana, pero ya se le ocurriría algo, así que llamó al timbre con resolución, aunque ésta le duró poco cuando le abrió la puerta Rosario, no se la esperaba en casa a estas horas.
-Hola María, buenas tardes.
-Hola Rosario, está ... Susana?
-No no está, pero pasa pasa, quiero hablar contigo.
-...
-Pasa mujer no te quedes ahí como un pasmarote.
María se fijó sin saber muy bien porqué en las zapatillas que calzaba Rosario, no eran con la que castigó a su hija la semana pasada, aunque eran parecidas , pero no eran verdes, eran azul marino,muy brillantes también tipo chinela abiertas por detrás y con suela de goma, auqnue en este caso no era amarilla, era gris, y con un poquito más de cuña que las verdes. Por lo demás Rosario iba igual de elegante que siempre, llevaba un vestido claro adornado con cientos de flores.
-Te aeptece un té o alguna otra cosa?
-Si si, un té estará bien
Enseguida apareció Rosario con sus ojazos escrutándome como un ave rapaz mientras portaba una bandeja con dos tazas de té ,una tetera,y una azucarera ,dejó la bandeja sobre la mesa del salón y se sentó en el sofá y mientras me miraba me djio:
-Sirveme un té bonita, con uno de azucar.
Me quedé un poco extrañada de tener que servir un té a la anfitriona en su propia casa, pero como una autómata, se lo serví en la taza, la puse sobre el platillo, le puse uno de azúcar y se lo llevé hasta el sofá donde estaba sentada, después fui a servirme el mío, y antes de que pudiera sentarme junto a ella me preguntó.
-¿Te gustó lo que viste el otro día?
Yo sabía muy bien a lo que se refereía, pero me hice la tonta, tenía que ganar tiempo, me puse roja como un tomate, me temblaban las piernas, y casi no pude acertar con el azucarillo en la taza de té que me estaba sirviendo.
-¿El otro día?, no sé a que te refieres.
-Ven aquí y sientaté a mi lado anda.
Aún no me explico como llegué hasta donde estaba mi vecina sin derramar el té, iba literalmente temblando, hasta que pude dejar la taza sobre una mesa pequeña y baja que había a un lado del sofá.
-¿Estás nerviosa María?
-Eh? no noo
Ya me has mentido dos veces.¿Te parece bonito?
No , yo....
-¿Sabes lo que le hago a tu amiga Susana cuando me miente?-dijo tras dar un largo sorbo de té.
-Pues no lo sé, pero lo imagino.
-Y que imaginas, si puede saberse.
-Pues imagino que le pegas.
-Así es, cuando tu amiguita me miente, sabe que tiene zapatilla._ Al decir esto estiró su pierna derecha hasta ponerla totalmente recta y movió el pie haciendo chancletear su chinela tres o cuatro veces, bufff no se si fue oir aquel maravilloso ruido o ver la pierna de mi atractiva vecina enfundada en aquella media o seguramente todo junto, pero noté como mis bragas se mojaron de golpe, me volvieron a subir a la cara todos los colores del mundo y antes de reponerme, me volvió a decir.
-¿Te he preguntado antes si te gustó lo del otro día, te lo vuelvo a preguntar María, te gustó ver el otro día como pegaba a Susana con la zapatilla?
-La verdad es que no lo se, noooo, yo creo que no
Rosario cruzó sobre su rodilla la pierna que tenía estirada, se acabó su taza de té, y le tendió la taza a la atolondrada María que se removía en su silla, y como pudo tomó la taza y la colocó en la pequeña mesita auxiliar.
Tras mirar un segundo a María, Rosario se levantó, se alisó el vestido que le llegaba por las rodillas, y se encaminó hacía la gran mesa que presidiá el salón, donde estaba la bandeja.
-Ven aqui!!!._ Le dijo mientras cruzaba los brazos y apoyaba su bonito culo en el borde de la mesa.
-...
-Estás sorda María?
La chica tras dejar su taza a medias, se levantó y se acercó medio expectante, medio temerosa hacia donde la llamaban.
-Te tenía por buena chica, pero me has mentido tres veces esta tarde, tres veces me estás oyendo... Mientras decía esto Rosario empezó a andar acorralando a su joven vecina, cambió la postura de sus brazos y los puso en jarras, mientras la depredadora iba hacia adelante, la presa caminaba hacia atrás, hasta que llegó a la ventana, tocó contra la cortina y después contra la pared, y ahí sintió como los fabulosos pechos de su vecina se clavaban en los suyos mucho más pequeños, además podía sentir su aliento, podía oler el té.
Crees que no ví como te tocabas mientras pegaba a Susana?? PLASSSSSSSSSSSSS
Auuuuuuuuuuuuuuuu. El azote con la mano sobre la parte superior del musló sorprendió más que dolió a María
Te he hecho una pregunta
Lo siento , fue sin darme cuenta, fue algo inconsciente, cuando me di cuenta ya me habia... corrido.
Al oir aquella confesión Rosario besó a la amiga de su hija, la agarró por la nuca y le penetró la boca con su lengua como si de una toma de posesión se tratara, mientras que con la mano izquierda la agarraba por el cuello, con la derecha le sobaba el culo sin dejar nunca de atravesarla con sus rotundos pechos, el beso duró casi un minuto, tiempo suficiente para derrotar a María que estaba totalmente entregada, de repente se separaron y tras mirarse con ojos de deseo, la dueña de la casa dobló su pierna derecha como un resorte hasta casi darse con el talón en su culo y se sacó la zapatilla de una forma aún más rapida, tomó a su fugaz amante de la mano y tras separarla de la pared le dió dos enormes zapatillazos que la hicieron aullar,
-Vamos a mi habitación. Dejó caer la zapatilla al suelo y se la calzó sin dejar de mirar a su presa, que la siguió docilemte como una perrita.
Cuando llegaron al cuarto de Rosario, ésta se sentó en su gran cama, y dijo.
-Quítate la ropa... toda, ahora te voy a enseñar lo que pasa cuando me mientes.
María se apresuró a quitase toda su ropa, tenía la boca seca por la excitación, y sospechaba que le iban a dar por primera vez en su vida una buena azotaina, pero también intuía que tendría su primera relación sexual, y no se equivocaba, cuando se hubo desvestido del todo, y hubo colocado su ropa en una silla próxima, se acercó hasta la cama donde estaba su vecina con su característica postura con la pierna derecha totalmente estirada ,paralela al suelo , y la zapatilla estirada hacia adelante.
-Dámela
La chica estuvo tentada de besar aquella zapatilla y aquel pie, tal era el embrujo que le causaba esa mujer, pero finalmente sólo se la quitó , le sorprendió la caliente que estaba, y no pude reprimir olerla, aquello gustó a la dueña de la zapatilla que sonrió abiertamente y dijo.
-Vaya vaya, nos ha salido la niña un poco viciosa, te gusta como huele mi zapatilla?
-Si Señora
-Mmmmm encima me llamas Señora, eso también me gusta, pero no creas que te va a librar de tu castigo, por cierto tu madre te pega así?
-Mi madre nunca me ha pegado Señora, jamás, solo me pegó un par de veces mi abuela con la zapatilla, pero cuando era una niña.
-Como se van perdiendo las buenas costumbres... Venga, a mis rodillas, pero ya.
-Si Señora
La azotaina, fue bastante larga, aunque a decir verdad no fue excesivamente dura, Rosario alternaba duros zapatillazos con algunas caricias en el tierno y desnudo culo de su joven víctima.
Cuando el culo estaba como un tomate maduro y ambas mujeres estaban con un punto de excitación bastante alto, María gemía con cada zapatillazo, a cada caricia que le hacía su vecina con la zapatilla en su coñito,esas caricias la volvían loca de deseo, pero cuando estaba cerca de llegar a un potente orgasmo, le sacudía dos o tres zapatillazos desgarradores para dejar claro quien mandaba allí... cuando este proceso se había repetido dos o tres veces Rosario tiró la zapatilla al suelo y la arrastró hasta la cama donde se lanzó sobre ella y la devoró con unas ganas inusitadas, no siempre tenía a su disposición carne tan tierna, le comió la boca, sus pequeños pechos, y por supuesto su virgen coño, fue tan maravilloso para una, como especial para la otra, los orgamos que se arrancaron fueron tremendos, después cambiaron posiciones, y la novata cabalgó a la veterana, fue dificil para María enfrentarse por primera vez en su vida a un coño, el de su vecina era peludo y esponjoso, y era tal la excitación de la chica que se avalanzó hacia él sin ningun miedo, le gustó ver que estaba húmedo, más que húmedo chorreando y le dió un enorme lametón de abajo arriba de su coño que estremeció a Rosario hasta las entrañas, agarró a la chica del pelo y la amorró a su cueva y con sabias instrucciones y algún que otro azote la guió por buen camino hasta que la llevó a las mismas puertas del paraiso, la casa se llenó de gemidos y de gritos que precedían orgasmos, de ambas hembras.
-Muy bien putita, lo has hecho muy bien, te ha gustado?
-Mucho Rosario, mucho, me ha encantado.
Ambas quedaron exhaustas derrengadas, aunque María estaba pensativa, meditabunda, tanto, que su madura y apaetible compañera de alcoba se dió cuenta y le preguntó.
-En que piensas María?
-Pienso que me gustaría ser yo la que azotara, me pongo frenética de solo pensarlo, y sabes a quien me gustaría azotar?
-No lo se, pero me gusta lo que oigo, y ademas creo que me lo vas a decir.
-A tu hija, me encantaría azotar a Susana con la zapatilla como haces tú.
-Vaya vaya vaya, pero si tengo aquí a una amita... mientras decía esto Rosario empezó a acariciar las manzanas que tenía como pechos su nueva amante, y siguió acariciándola hasta llegar a su coñito que lo encontró encahrcado y no tardó ni un minuto en arrancarle otro orgasmo mientras le deciá.
- MMMMMM siiiiiiiiiiii me excita mucho que quieras castigar a mi Susi, me gustará ver como le pones el culo morado a esa mocosa.
-MMMMMM siiii, me voy a correr solo de pensarlo, y sabes a quien me gustaría tambien darle una buena paliza??
-Dime a quien, amor mio.
-A mi madre, mmmmmmmmmmmmmmm bufffffffff, no la soporto, es una puta mosquita muerta, jamás me ha pegado, y eso que la provoco constantemente, te juro mmmmmmmmmmmmmmmmmm que le voy a dar tal azotaina que no se va a poder a sentar en un mes
-Tu madre????? mmmmmmm me gusta mucho la idea, es tan... pervertida. Dios me has puesto a mil, comemé el coño putita, venga deprisa!! o quieres que coja otra vez la zapatilla.
- mmmmmmmmmmmmmmmm NO señora, la zapatilla otra vez no .
Y de nuevo se amorró sobre el esponjoso y peludo coño de su amante con la intención de arrancar a su maravillosa vecina el orgasmo del siglo.
Continuará.