María Paz

Una hermosa nenita se hace mujer.

Hace cinco años que no escribo en Todorelatos, creo que ya es tiempo de volver a aportar algo a este excelente sitio.

María Paz

De un tiempo a esta parte, vengo gozando como un animal de una niña hermosa de 18 años llamada María Paz, que es testigo de Jehová. Siendo yo un tipo de 39 años, casado hace catorce años, con hijos y capaz de crucificar a Cristo nuevamente a cambio de una sonrisa de colegiala, esto es un regalo de Dios o de Jehová. Imaginen, es rubia y delgada, con un culo firme y redondito como pocos he visto, tetas de adolescente, una carita de nena inocente de pueblo y una piel suave que da ganas de morder cuando uno la lame.

María Paz es amiga de mi hijo desde los 12 años, ya en ese entonces si hubiese tenido oportunidad me la hubiera cogido despiadadamente, pero era complicado, sus padres la controlaban mucho, sus horarios, programas de tv, ropa, amistades, no se les escapaba nada. Y obviamente, ese control absoluto en la vida de María Paz la transformo en una nena ingenua y tímida, aspecto que no solo me terminó favoreciendo, sino que lo aproveche al máximo.

Los padres sabían que nuestra familia era bien distinta a la suya, pero claro su posición social era bastante inferior a la nuestra y donde vivimos para mucha gente relacionarse con gente con dinero o poder es muy importante. Por eso, permitían las visitas diarias de María Paz a nuestra casa, ya sea para jugar o para hacer tareas de escuela con mi hijo, permaneciendo varias horas incluso hasta se quedaba a cenar muchas veces. Siempre respetuosa y muy tímida, su saludo era casi un pedirme perdón por algo. Obviamente aprovechaba cada situación con ella, la besaba y rozaba la comisura de sus hermosos labios, la saludaba cariñosamente abrazándola fuerte para sentir su delicado cuerpo, la acompañaba hasta el cuarto de mi hijo y la hacía subir la escalera delante mío para disfrutar su espalda, de su colita bajo el uniforme escolar.

Poco a poco esa nenita me fue quemando el cerebro, y comencé a recorrer el camino del tipo que llega al límite donde la masturbación, el tener sexo con la esposa pensando en otra o el pagar una linda putita no es suficiente, y decide apostar todo, si gana se lleva a la nenita hermosa en bandeja y si pierde se queda sin nada, y encima hasta Dios lo castiga.

Yo decidí apostar, y los hechos se dieron así:

Hola María, ¿que linda estas hoy? En la puerta de mi casa.

Hola, gracias. María Paz, con su carita angelical, su uniforme de colegio y su trenza rubia

Mira, antes de que entres porque no me acompañas al centro en el auto, y de paso me ayudas. Tomándola por la espalda y con tono casi imperativo.

Bueno, si, pero yo iba a preparar matemática con su hijo. Sorprendida por mi propuesta.

Vamos, es un rato nada más. Y la tome nuevamente de la espalda y caminamos hacia el auto.

Subimos y en vez de ir al centro de la ciudad, me dirigí a una quinta de mi propiedad ubicada a pocos kilómetros, poniendo la excusa de que debía buscar algunas herramientas.

Mientras manejaba hacía preguntas de sus padres, de la escuela, tonterías para entretenerla y que todo fuera natural; y ella siempre respetuosa y obediente a los mayores, como sus padres bien le habían enseñado, me contestaba con su carita ingenua.

Al llegar a mi quinta, le dije que me acompañara al interior de la casa así me ayudaba con las herramientas. Entramos, cerré la puerta con llave y le dije tomando su cintura:

Ven conmigo María. La tome de la mano y la lleve a la habitación. La senté en la cama y acariciando su cara y su pelo la bese en la mejilla.

María hoy vas a ser mi mujer. La tome de la nuca y aprovechando su lenta reacción la bese en la boca apasionadamente.

No, por favor, no puedo hacer esto. Confundida y tratando de apartarse de mi lado.

Va a estar todo bien María, se lo que hago, vos hace lo que te diga y todo va a estar bien. Ya había rodeado su cintura con mi brazo y con mi mano retenía su carita.

Estas hecha para mi María. Y de nuevo la bese en la boca haciendo que se acueste en la cama. Ella estaba muda, muy tensa y con cara de temor.

Tranquila María, te quiero mucho, tanto que quiero que seas mi mujer. Con voz suave y mi cara mas creíble de enamorado.

Tan hermosa y tan buena, te mereces que te den mucho amor. Ya acariciaba su pecho y bajaba mi mano hasta sus piernas.

En un movimiento levanté su falda y coloque mi mano en su concha, mientras le daba besos en su cuello y le susurraba suavemente al oído. María no atinaba a hacer nada. Enrojecida de vergüenza y con los ojitos brillantes se dejaba hacer. Esa falta de reacción, esa inercia me tranquilizó mucho, sabía que la tenía el control de la situación y que la sumisión de María me permitiría gozarla de cualquier forma posible.

Le introduje al mismo tiempo mi lengua en su boca y mi dedo mayor en su concha. María tuvo un espasmo, y quedo paralizada. La mire a los ojos y le dije que la amaba y ella cerró sus ojitos, y empezó a respirar agitadamente. Sin parar de masturbarla, la manosee lascivamente durante varios minutos, tocaba sus tetas por encima y por debajo de la ropa, sus piernas, su culo, su boquita. Besaba y lamía sus manos, sus dedos, su cara, su boca.

Me desprendí el pantalón saque mi pija y tomando su manito me masturbe y me limpie el líquido preseminal que ya tenia por todo el glande.

Abrí las piernas María te voy a coger entera. Y tomando su cintura me abalance sobre ella. Y sin sacarle la bombachita la penetre despacio,

Ahhhhhhh …. Ahhh. El primer gemido de María será para mi algo inolvidable. Esa mezcla de dolor y placer. Ese gemido de nena, me volvió loco.

Así nenita, así te quería tener, toma toda mi pija, toma.

Ahhhh … ahhh ,,, ahhhhh.

Sentí como te cojo entera nena, sos hermosa María. La cogía cada vez mas fuerte, sus gemidos me excitaban muchísimo. Tenía mil cosas en mi cabeza, su carita de nena desvirgada, su piel, su edad, su inocencia.

¿Te gusta como te cojo María, te gusta putita? ¡Responde! Mientras mi dedos acariciaban la entrada de su colita.

Ahhh, ssi, ahhhh, ahhhh …. María con los ojitos cerrados me tomaba fuerte de los antebrazos.

Con mi pija enterrada hasta lo más profundo y sin sacarla empecé a mover su cuerpo y el mío, para hacer que María acabara por primera vez. Y en menos de un minuto, tuvo convulsiones, su cuerpo se arqueo, su carita de nena virgen se transformo en la cara de una mujer, y María Paz gimiendo mucho se deshizo en un orgasmo intenso.

Esperé unos minutos y saque mi pija, la limpie de sangre con mi mano y me senté en la almohada. Tomando su cabeza, le mostré mi pija y le dije que ahora iba a hacerme acabar.

Chupa, abrí la boca y chupa que vas a hacerme acabar nenita. Y presionando su mandíbula la atraje hacia mí y separando sus labios con mi pija se la fui metiendo de a poco.

Ah, sentí el sabor de mi pija María.

La imagen de esa nenita rubia de dieciocho añitos chupando mi pija, sentir el roce inexperto de sus dientes y su lengua fue increíble. Me masturbe con mi pija dentro de su boquita y acabe haciendo que trague mi semen.

Traga mi leche nenita, traga, ahhhhh …. María tuvo el reflejo de mover la cabeza, pero la sujete fuerte de la nuca y eso fue suficiente para que obedeciera.

Seguí chupando, no pares hasta que yo te diga. Quería disfrutar de ese momento el mayor tiempo posible.

Después de cambiarnos, le dije que lo mejor sería que regrese a su casa a limpiarse y recostarse., que mañana nos encontraríamos de nuevo.

Estas bien, te quiero mucho María. Le dije antes de que baje del auto acariciando su cara.

Si, gracias. Con su mirada huidiza.

Mañana te espero en casa a la misma hora, dormí bien.

Si, hasta mañana.

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