María, mi querida perra XIV

Continúa la tortura de la pobre María... ¿Hasta dónde se verá obligada a sufrir?

Capítulo decimotercero

A la hora indicada en el mensaje, Luis se encontraba delante del ordenador, conectándose a la web y procediendo al pago del acceso… La sesión se inició puntualmente y Luis pudo ver que se encontraban en el mismo escenario que las veces anteriores, en los establos que ya conocía de las otras veces…

De fondo podían oírse las voces de varios hombres, pero parecían encontrarse demasiado lejos como para entender lo que decían. Inmediatamente apareció en la pantalla la imagen de un hombre cuyo rostro quedaba oculto bajo una máscara negra quien anunció… “¡Hoy es época de cría y nuestra vaca favorita tiene que contribuir al crecimiento del número de animales en nuestra granja!. De momento, está siendo preparada por algunos de nuestros mejores adiestradores…”.

Entonces la cámara giró, enfocando al primer piso del establo, donde pudo verse a María, a cuatro patas, tan desnuda como siempre, con las muñecas y los tobillos sujetos al suelo y un bocado en forma de aro en su boca, mientras un tipo se la metía por la boca y un negro enorme, colocado entre sus piernas, le metía una pedazo de tranca descomunal que, por los gestos en la cara de su mujer a cada embestida, debía de estar destrozándole el culo… A su alrededor, hasta media docena más de hombres, desnudos y con las pollas en las manos, parecían estar esperando su turno para usarla.

“¡Dejémosla que disfrute a gusto!... Quizás, dentro de un rato, ya no pueda disfrutar mucho más”, se oyó decir al presentador del show

Durante la hora siguiente, Luis pudo ver cómo su mujer era salvajemente penetrada una y otra vez por aquellos ocho tipos, que la usaron de todas las formas posibles y por todos sus agujeros…

Cuando acabaron, Luis pensaba que quedaban pocas cosas más que pudieran hacerle, pero se equivocaba en todo. La bajaron a la planta inferior y le pusieron un embudo en la boca, y después de esto los ocho tipos empezaron a orinar dentro del embudo mientras le tapaban los oricios de la nariz, de forma que María se veía obligada a tragar para no ahogarse.

Al poco rato Luis vió cómo la ataban a una tabla, a cuatro patas, como de costumbre, con una especie de tocón en medio para obligarla a mantener las nalgas bien en alto y totalmente accesibles, mientras le gritaban. “¡¡ERES UNA PUTA CERDA, AHORA VAS A CONOCER A TU MACHO!!”, e hicieron entrar a un cerdo enorme. Era un buen ejemplar, según contaba el presentador, era de los que utilizan para sacar el esperma para la inseminación artificial, unos cerdos, decía, que se calientan solo con ver la banqueta que utilizan para que se monten a sus cerdas mientras unas manos expertas lo masturban…

“¡Pero hoy es su día de suerte, amigos!”, proseguía el presentador, “¡hoy nuestro amiguito va a follarse a una hembra aunque sea humana!”.

Solo con ver la tabla el enorme animal sacó su enroscado pene mientras Luis podía ver cómo su mujer ponía una cara de horror y suplicaba que la soltaran, pero su suerte estaba echada y el cerdo puso sus patas delanteras encima de la madera mientras su polla iba buscando la vulva de la mujer, cosa que no tardó mucho en encontrar y empezó a follársela dando latigazos con su pene mientras los hombres que antes se la habían follado jaleaban al animal hasta que el cerdo se corrió en la vagina de la pobre María, llenándosela completamente de un semen blanquecino que fue mostrado en un primer plano resbalando por sus muslos, con la cámara colocada entre sus piernas, mientras ella lloraba desconsoladamente, suplicándoles que la soltaran...

María se veía tremendamente cansada y horrorizada, así que la dejaron descansar después de pasarle un trapo mojado por su sexo para limpiar el semen del cerdo.

Luis, gozando como nunca con las vejaciones a las que estaba siendo sometida su mujer, pensó que la emisión concluiría allí, pero se volvía a equivocar, ya que, al poco tiempo, aquellos tipos se acercaron de nuevo a la inmovilizada mujer y empezaron a gritarle obscenidades y a azotar sus nalgas con sus cinturones.

Entonces el presentador se acercó a ella y la cámara enfocó un primer plano de la cara de la pobre mujer, completamente surcada de lágrimas que resbalaban sin cesar por sus mejillas y marcada por el dolor que debía de estar sintiendo por el abuso al que estaban sometiendo su cuerpo.

Entonces se oyó la voz del presentador diciéndole. “¡Bien, puta, yo sé que te ha gustado y que has gozado al sentirte follada como la guarra que eres!”, dijo el hombre, enfatizando la insultante palabra antes de proseguir. “Pero tu Amo nos ha dicho que te encanta ser tratada como una perra y aquí vas a poder serlo de verdad… ¡Vas a conocer a tu otro macho!”. Y la cámara enfocó a un hombre que hacía entrar a un enorme gran danés sujeto por una cadena que llevaba en una mano, en tanto que en la otra sujetaba otra cadena, cuyo extremo se enganchaba en el collar que llevaba al cuello una chica morena que, desnuda y a cuatro patas, se veía obligada a trotar detrás de aquel hombre.

Aquellos hombres obligaron a la chica a arrodillarse junto al animal, a coger su miembro entre las manos y acariciárselo y lamérselo hasta que el animal estuvo lo bastante preparado como para montar a María, ¡y menuda tranca se gastaba el perrazo!

Luis, que no salía de su asombro, a veces había visto películas porno de mujeres con perros y sabía que cuando los perros se excitaban les crecía una bola en su miembro, y pensó que esa bola en el coño de su mujer le provocaría mucho más dolor del que podía haber sentido cuando le rompieron el culo. Obviamente, él no sabía que aquella no era la primera vez que su mujer era follada por un perro.

Aquel perro debía de hacer tiempo que no montaba a ninguna perra y a Luis también le pareció que lo usaban regularmente para montar a mujeres, pues a la que vio a María desnuda y a cuatro patas se fue hacia ella, colocándole las patas delanteras sobre su cuerpo, comenzó a mover las caderas hasta que su pene encontró la abertura de la vagina de la mujer y empezó a follársela como un descosido, metiéndole la enorme bola de carne hasta muy dentro cuando le hubo crecido, y quedando enganchado a la mujer, que ya ni tenía fuerzas para gritar… Quizás tardo media hora o más en terminar, y por fin se desenganchó de ella, arrancándole un intenso gemido de puro dolor mientras una gran cantidad de líquido viscoso salía de su coño, en tanto se oía cómo alguno de los hombres le decía a María que la iban a dejar descansar, porque después le esperaba una última sorpresa.

Al cabo de una media hora, la cámara volvió al lugar en que descansaba la llorosa María, y se escuchó nuevamente la voz del presentador diciendo… “Bien, tu Amo también nos ha comentado que tu marido es todo un cabrón que no sabe tratarte como te mereces, así que, como fin de fiesta, te hemos traído a tu marido para que te folle…, ¡un auténtico cabrón para que te folle!”.

Entonces hicieron entrar a un macho cabrío, el cual, como todos los animales anteriores, debía de estar entrenado para follarse a mujeres, porque enseguida se subió sobre ella y se la empezó a follar con más furia que ninguno de los anteriores animales… Parecía que no iba a terminar nunca, e incluso la propia María pareció traicionada por su propio y maltrecho cuerpo, dejando caer sus barreras y tabúes, y llegó a parecer que se corría hasta tres veces antes de que aquel animal acabara dentro de ella, y al sacársela su leche salió de la vagina de ella como si fuera un surtidor.

De pronto, otro hombre se presentó con un caballo enorme junto a él. Se situó al lado de María y le pasó un trapo por entre las piernas, impregnándolo con el semen de los animales que se la habían follado antes y con sus propios fluidos vaginales, y luego acercó el trapo al morro del caballo, que bufó de excitación. Después comenzó a menearle el rabo y, de golpe, un gigantesco pene negro con alguna mancha blanca apareció entre las patas del animal.

Entonces, otro de los hombres desató a María mientras le decía:

“Ya hemos visto cómo te corrías como una hembra follada por tus machos, así que ya no engañas a nadie, puta… Esta vez vas a hacerlo tú sola, voluntariamente… Cómete su polla, zorra”.

Una temblorosa María, que parecía estar al borde de un ataque de nervios, le suplicó:

“No, por favor, eso no… Haré todo lo que quieran, pero eso no, por favor...”

“¡Hazlo, puta de mierda, o te parto la cara y luego hago que también te folle un toro!”, le gritó.

Aterrada ante la perspectiva, María acercó su cara la polla del caballo. La sujetó en sus manos. Era enorme. Tenía algunos pelos y olía a establo.  Acercó su lengua y comenzó a lamerle el rabo. La polla del caballo segregaba líquido.

“¡He dicho que te la comas, puta!”, volvió a gritarle el hombre…

María se colocó como mejor pudo debajo del animal y agarró firmemente su enorme miembro con sus dos manos, antes de abrir su boca cuanto pudo y acercarla a la tranca del caballo. Era tan grande que parecía que iba a desencajarle la mandíbula mientras la pobre mujer intentaba metérsela en la boca y apenas conseguía meterse la punta sin asfixiarse.

Era un espectáculo inenarrable el ver el gordo cuerpo desnudo de María debajo del corpachón del caballo mientras intentaba mamarle su enorme tranca, y los hombres se colocaron alrededor, insultándola y jaleándola, durante unos minutos.

Entonces un par de ellos recolocaron el soporte de madera sobre el que habían atado anteriormente a María y la obligaron a colocar su cuerpo encima, a cuatro patas.

“Esta vez no te vamos a atar, zorra, pero más te vale quedarte quieta o será mucho peor para ti…”, le dijo uno de ellos mientras otros colocaban al animal sobre ella.

El que había hablado sujetó el rabo del animal y lo colocó en la entrada del coño de la temblorosa mujer, que se limitó a cerrar los ojos y gemir quedamente. Poco a poco, el animal se movió y la enorme polla fue entrando dentro del coño de María, que comenzó a gemir de dolor. Los otros animales que se la habían tirado antes la habían dejado muy abierta, pero nada comparable con aquello, y la pobre notaba que iba a reventar con aquel enorme rabo entrando en su coño. Apretaba las manos sobre los anclajes del soporte y no sabía dónde ponerlas y se veía cómo encogía los dedos de los pies ante los brutales espasmos de dolor que sentía su cuerpo mientras su vagina intentaba asimilar el monstruo de carne que iba forzando su entrada…

“¡OOOOOOHHHHHHH, POR FAVOR, OOOOHHHHHH, NO ME ENNNNNTRAAAAAAAAA! ¡¡UUUUUUUF!!”

“¡Di que te gusta, zorra de mierda!”, le gritaba uno de los hombres.

Luis, con su polla en la mano, estaba excitadísimo al ver a su mujer en aquella situación y, sin esperarlo, se corrió, manchándose la mano y los pantalones de semen, pero quería ver a María con aquel caballo y ni tan siquiera se molestó en parase a limpiarse.

Al poco, el cuerpo de la pobre María comenzó a responder involuntariamente a la sobrexcitación que su organismo había recibido a lo largo de toda aquella tarde, y María comenzó a gritar de placer mientras sentía cómo la enorme tranca del caballo la llenaba hasta sus entrañas y comenzó a encadenar un orgasmo tras otro, con su gordo cuerpo temblando como un flan, babeando y con los ojos en blanco hasta que el caballo se corrió. Un enorme chorro de lefa se esparció en el interior de María. Al sacar la polla de su coño salió una cantidad brutal de esperma blanco amarillento y espeso, muy espeso.

María se quedó tirada sobre el soporte cuando apartaron al caballo y se lo llevaron, y entonces se oyó una voz que ordenaba que la adecentaran para devolverla a su pocilga, y el presentador despidió la emisión mientras la cámara enfocaba cómo el destrozado cuerpo de una desfallecida María era rociado con el agua helada que salía con tremenda presión de una manguera, dirigiéndolo directamente hacia su irreconocible vagina, rezumante con el semen de los animales que la habían montado y acabado dentro de ella…

Entonces la imagen se fundió en negro, dejando a Luis sin poder creerse que lo que había presenciado fuera real y hubieran usado a su mujer de aquella manera…

Cuando ya pensaba que la emisión había concluido, un nuevo mensaje apareció sobreimpresionado en su pantalla…

MAÑANA, A LAS 22:00 HORAS LA RES SERÁ ANILLADA Y MARCADA EN DIRECTO. ¡¡NO SE LO PIERDAN!!