María Jesús (6)

Lo que vi me horrorizó. Estaba desnuda en aquella pantalla!!!! Poco a poco mis ojos pudieron entender que lo que veían era una edición de varias filmaciones.

María Jesús VI

Esa noche no pude dormir. No era para menos. Pensaba en como decirle a mi hermana lo que estaba pasando conmigo. Sabía yo lo que me estaba pasando? El cambio sufrido por mí luego de las primeras citas con Oscar fueron tan sorprendentes para mí como lo sería para mi hermana si se lo contaba. Y, cómo decirle de esos intercambios de sensaciones con su propio jefe, con Antonio….con Gaby!... con Carlos….Cómo decirle lo de las fotos y demás?

La mañana llegó confusa. Sin decisiones. Mi hermana llegó con cara de pocos amigos. En la ruta al trabajo me dijo que había llamado a la casa de su jefe y le había dicho que ambas íbamos a llegar algo tarde por un asunto familiar. Un tío muy querido…. Le dio el permiso diciéndole que le haría saber a Oscar. Quería hablar conmigo y no quería interrupciones.

En silencio llegamos a un café un tanto cercano a la casa. Subimos y nos sentamos a conversar. Elenita parece que no sabía como iniciar la conversación.

"Mira", dijo, "no quiero meterme en tu vida hermana. Pero me sorprendió tanto lo que pasó que no tengo palabras para seguir. Sin embargo el hecho de que sea mi jefe con quien estuvieras me ha hecho meditar mucho. Has estado con el verdad? Es algo tuyo?"

"Te contaré la verdad hermanita. Sin embargo no me gustaría que pienses mal de mi.". Y le conté lo de Juan. Me dejó hablar pero la vi ponerse blanca como el papel. Pensé que iba a desmayarse. Me miraba fijamente a los ojos mientras mis palabras salían de mi boca. La tomé de las manos. Bajó su cabeza y siguió escuchando mi narración. No dejé detalle alguno sin que lo supiera. Le dije que Juan era un hombre muy especial y que había comprendido su situación tanto como el comprendiera la mía. Le dije que sentía cosas muy especiales por él, sin que esto llegara a ser amor. Le dije que ese día fue la primera vez que hacíamos eso en su oficina y le conté por qué fue que se hizo. Le enseñé la sortija que aún tenía en la cartera. No me la había puesto porque no sabía como explicar su compra en casa. Supo más de Efraín. Supo de mis llantos, de mi soledumbre, de mi incomodidad con él.

Elenita me escuchaba. Sus ojos se tornaron húmedos en algún momento. Pero comprendió todo y me dijo que me deseaba toda la suerte del mundo. Que sólo tuviera cuidado en lo que hacía en la empresa. Que ahí todo se sabía en su momento. No me recriminó. Sólo sufrió en silencio el silencio que yo había tenido para con ella al no contarle mis asuntos más profundamente.

Ya en la oficina Oscar me preguntó por mi tío. "Está algo delicado le dije. Es un tío muy querido por eso pedimos permiso. Luego me tomó de las manos y me besó.

"Mari", me dijo, "voy a dejar estas instalaciones. Me han asignado otra gerencia en San Isidro.", dijo. Yo mantuve mi serenidad y no pregunté nada. "Creo que será algo distinto a partir de ahí porque no podré verte como quisiera, pero veremos como hacemos para poder salir. Eso si, te llamaré a cada momento". Mi mente estaba trabajando rápidamente. Me dejaba y no sabía cómo despedirse. No tuvo la gentileza de decirme que él había sido el que pidiera su cambio…ni el porqué. Lo miré y le respondí:

"Está bien Oscar. Lo nuestro ha sido muy hermoso y si deseas que dure será tu decisión. Ahora que estarás lejos con más responsabilidades no podremos vernos quizá durante un buen tiempo hasta que te acomodes en el cargo. Ya sabes donde encontrarme. Yo también te llamaré a cada momento", dije mintiendo.

Sabía que ya no me llamaría. Que se estaba alejando de mí. Pero no sabía porqué.

"No es un adiós amor, me dijo. "Verás como se arregla todo esto", añadió. "Ahora tengo que dejarte pues estoy entregando algunos documentos a la Gerencia". Me dio un beso y se fue.

Vi como aquél que me abriera la puerta a mi propia sexualidad se retiraba lentamente. Adiós Oscar, dije interiormente, gracias por haberme enseñado lo que ahora se y por haberme despertado al mundo. Y las fotos? Y los posibles videos? No se si en algún momento se enteraría…pero no sería por mi. Tendría que arreglármelas sola en ese aspecto.

Los días pasaron sin mayores cambios. Las clases se sucedían maravillosas en todo sentido. El profesor se había hecho amigos de todos. Y era con quien compartíamos nosotras durante los períodos de descanso. Un día solicitó a Elenita le proporcionara los nombres completos, direcciones, teléfonos, fechas de nacimiento y lugar de trabajo de cada una. Nos sentimos halagadas al hacerlo y nos aplicamos mucho al elaborar un documento en Excel con toda la información solicitada. Luego esa misma base de datos serviría para las clases avanzadas. Así es cómo un día recibí su llamada.

"Hola, buen día", dijo. "La señora Maria Jesús?"

"Si", respondí, "con quien tengo el gusto?"

"Soy Daniel, su profesor de informática", dijo. Se me vino el cielo encima. El profe me estaba llamando!.

"Ah, profesor, que gusto saludarlo. Que puedo hacer por usted?", pregunté excitadísima.

"Pues primero quería confirmar el teléfono que tiene y segundo quería saludarla para decirle que debe de darme un correo electrónico a donde remitirle sus evaluaciones y algunos trabajos."

"Tengo uno", le dije, "creo que eso no se incluyó en la base de datos"… y se lo di.

"Pues no", dijo. "Ahora se hacen necesarios. Ya está! Acabo de agregarla a mi correo. Cualquier cosa que necesite sobre las clases estoy para servirla.", dijo.

"Sólo de las clases?", me atreví a decir.

"Bueno. Si puedo ayudarla en algo me complacerá en hacerlo", respondió luego de un tiempo de meditación.

"Gracias Ingeniero, lo tendré en cuenta."…. conversamos un poco más respecto a lo mismo y luego se despidió. Llamé a mi hermana para contarle. No supe esconder la desilusión que sentía cuando me enteré que la había llamado a ella y a los demás alumnos de su clase. Sin embargo me sentí muy bien con la conversación.

Oscar ya se había ido a San Isidro. Las llamadas que recibía de él se fueron distanciando más y más como era de prever. Me decidí a no llamarlo. Pasaron días antes de que él lo hiciera sólo para disculparse diciendo que estaba a full con el trabajo. Bueno, era de esperar todo ello. Le desee suerte en silencio. Se que el hacía lo mismo conmigo.

Juan, sin embargo, me trataba cada día con mayor cariño. Hacía todo lo posible por halagarme en todo sentido…en la empresa o estando en nuestra intimidad. No le había comentado el incidente con mi hermana. Pensé que no era el momento para hacerlo.

Un día, estando en la casa de playa en Santa María, nos vinieron a visitar unos amigos de él, árabes todos, con sus esposas. Tuvimos que turnarnos para atender a esos amigos. Éramos cinco parejas todas deseosas de reír, comer, beber… y jugar naipes.

Fue la primera reunión que tuvimos y la primera en mi vida que me hacía ver el tipo de apuestas que se daban en cada juego. Eran miles de dólares!! Para ellos no era mucho suponía. Pero para mi sencillo punto de vista era un dineral. Las esposas entusiasmaban a sus maridos a jugar más y más y saltaban de alegría cuando ganaban. Juan lo hizo en su momento llegando a apostar también algunos miles….le conté 5000 USD. Cuando estuvimos a solas en algún momento de llevar tragos a nuestros invitados le hice notar aquello y me dijo que era normal para esa gente el hacerlo. Que eso lo vería así dentro de poco y que no sólo eso era lo que se hacía.

Me intrigó lo último pero no pregunté nada por el momento. Juan regresó a la mesa de juegos y aceptó otra mano (así le llaman). Una de las esposas se aproximó a mí y me conversó:

"Todo bien querida?...esperamos no estarte causando muchos problemas.", dijo.

"No, claro que no", le dije. "Conocerlos ha sido un placer. Espero que se den estas reuniones de cuando en cuando. Pero no creo que podamos quedarnos mucho tiempo. Debo de estar a las 0800 pm en Lima"

"Bueno. Veremos entonces como hacer para contar contigo en próximas reuniones. Y espero que estés de acuerdo en algunos juegos nuestros. Se que te gustaran", añadió.

"Nuevos juegos? Hummmm. Será interesante saber de ellos. Me das un avance?", le dije, guiñándole el ojo.

"No te habló de ello Juan?, preguntó.

"Me dijo algo pero sin entrar en detalle", respondí.

"Bueno. No quiero ser aguafiestas. Mejor será que el te diga lo de los juegos. Pero si te puedo decir que, viéndote como eres…y eres muy bella….serás muy especial en esos juegos".

"Tu eres muy bella también. Gracias", dije.

Ese día también se acabó rápido. Eso de estar llegando a las 8 p.m. siempre me resultaba incomodo y no sabíamos Juan y yo como darle solución sin ocasionar problemas en ambas casas.

El viernes en la tarde recibí la visita de Carlos (el de las fotos). Le puse la cara de malos amigos y le pregunté que es lo que quería. Me dijo que teníamos que hablar. Supuse qué es lo que quería y le dije que no era posible pues tenía una reunión con la gerencia general respecto a algunas situaciones planteadas en RRII de la que estaba haciéndome cargo, al menos con los papeleos.

"Está bien", dijo. "Veré de hablar con don Juan para que le de permiso", añadió.

"Está loco Carlos. Cómo se le ocurre hacer eso!", dije ya exasperada por la situación incomoda.

"Se que don Juan ha salido pues su auto no se encuentra y no ha pedido movilidad. O sea que creo que si podríamos conversar", no le parece?".

No tenía cómo salir de ello. Debía encontrar algo que diera por concluida esta situación. Desde ese aciago día del kilómetro 5 ½ no había vuelto a saber de Carlos hasta ahora.

"De que desea hablar ahora Carlos, pregunte. No querrá un cambio de puesto, verdad? Yo estoy a cargo temporal de esto pero no tengo poder de decisión en nada."

"Lo se Mari. La espero en mantenimiento apenas salga? Todos los chóferes se habrán ido y estará cerrada el área…hasta que usted llegue.". Me miró a los ojos y intuyendo mi respuesta dio vuelta y se retiró.

Antes de salir llamé a mi hermana diciéndole que no iría con ella. Me preguntó que a dónde iría si Juan no estaba en la empresa sino en la Av. Argentina. Le dije que tenía que ver algunas cosas en el Callao y que si quería acompañarme. Sabía que no lo iba a hacer porque no le gusta ir por ahí. Me dijo que estaba bien y que nos veríamos mañana.

El área de mantenimiento de vehículos está algo alejada de las oficinas administrativas por lo que tuve que caminar un poco. Daba vueltas a cada momento pensando que me estaban viendo. No vi a nadie. Cuando llegué estaba todo cerrado. La puerta principal estaba cerrada con candado así que di un rodeo para ver la puerta lateral. Me aproximé a ella y la abrí. Ingresé al local. La puerta se cerró sola pues era automática. Caminé buscando a Carlos. Me acerqué a la zona de enseñanza y pude ver un écran y una mesa. Las sillas estaban donde deberían estar para una clase de mecánica. Las luces estaban sólo a medias encendidas. No vi a nadie y retrocedí unos pasos antes de oír en el salón de clase una bulla casi metálica. Volví en mis pasos y me acerqué nuevamente pensando que Carlos estaría ahí. Lo que vi me horrorizó. Estaba desnuda en aquella pantalla!!!! Poco a poco mis ojos pudieron entender que lo que veían era una edición de varias filmaciones. Primero aparecía desnuda para luego verme saliendo de las oficinas concluyendo mi caminata en el estacionamiento donde me encontraba con Oscar. Volvía a aparecer desnuda con los ojos cerrados en ese motel donde fui con Carlos, luego habían varias fotos con Oscar….el hostal Torreblanca mientras ingresábamos….luego vino lo peor. Me vi cuando Carlos me tomaba de las caderas como se refregaba en mi panochita…. Pero las situaciones de gestos y gemidos se repetían como si estuviera la edición clara en ese sentido. Vi como la proyección salía de la maquina para dejar sus imágenes en el écran.. Me sentí pésimamente mal en esos momentos. Maldecía a Carlos y me enojé conmigo misma por haber sido tan entupida y permitir esas filmaciones. Permitir? Pero si yo no lo permití! Fue una violación a mi individualidad a mis derechos. Así lo veía y así lo entendí algún tiempo después. Sin embargo, al verme en esa situación…desnuda en pantalla como si fuese una actriz porno… me hizo ruborizar y enojar.

"Carlos!", llame, "apague eso!"....dije con fuerza en mi voz. Apenas tenía esa fuerza.

Me dirigí al proyector para ver cómo la apagaba y los vi…….!! Estaba Carlos y otros dos más que no distinguía bien por la tenue iluminación que había.

Carlos se aproximó al proyector y sacó el casette.

"Esto es para ti Mari. Para que nos recuerdes.", dijo. "No tuve que hacer mucho para enterarme que otros en la empresa sabían de tus relaciones con don Oscar. Ahora que ya no está empezaron a comentar sobre ti. Ahora somos tres. Cuantos serán después?", dijo….

Mi cuerpo sintió un escalofrío terrible. Intuía para qué estaba ahí. Y pensaba también que si no hacia algo esa situación sería la comidilla de todos y yo estaría a disposición de cualquiera.

Pensé en Juan. Si le comentaba algo de ello sería terrible para él. Por lo de Oscar y por haber permitido que todo esto pasara. Y mi hermana! Que diría ella?. Otra vez cada una de mis suposiciones iba quedando de lado. No tenía escape nuevamente. Pero sabia que la aceptación ahora de cualquier cosa iba a repercutir en mi estadía en la empresa.

"Algunos de los presentes piensan que deberíamos mandar esto a tu esposo. Otros dicen que podríamos mandarlo a la gerencia general. Otros que se debe proyectar en las clases de Informática y de Finanzas para que sepan quien eres", dijo Carlos.

Lo miré. No sé cómo en ese momento pensé en un amigo de mi familia, era de Seguridad de Estado. Se me vinieron a la mente un sinfín de proposiciones, un sinfín de visiones dolorosas. Poco a poco me fui retirando del lugar. Despacio sin decir palabra alguna. Empecé a llorar. Salí corriendo de ahí mientras escuchaba a lo lejos: "Mari, Mari"….

Llegué a mi oficina y llamé a mi hermana pidiéndole el número de Ricardo. Lo llamé. Tuve suerte al encontrarlo en ese momento. Escuchó mi balbuceo, mi llanto al pedirle ayuda y decirle que deseaba hablar con el un asunto muy confidencial y delicado para mi. Me dijo que me calmara un poco y le dijera donde me encontraba y qué estaba sucediendo. Le dije que no podía por teléfono que quería verlo urgente. Pidió la dirección y colgó diciendo:

"Voy en camino".

Media hora después yo seguía en la oficina. Me había encerrado ahí en espera de Ricardo. Llamaron por teléfono. Era seguridad de la puerta principal… me buscaban… pregunté quién era y le dije que pasara.

Ricardo me vió tensa, con lagrimas aún en los ojos. Me sirvió un vaso de agua. Le conté lo sucedido sin entrar en muchos detalles. Sólo lo de Oscar y el problema con Carlos. Me miraba a los ojos.

"Ese tal Oscar sigue aún en la empresa o ya salió?", preguntó.

"No se. Cuando salí corriendo no me percaté de nada."

"Pregunta a la portería", dijo. Lo hice. Me respondieron que aún no salía.

Ricardo me dijo que lo llevara a mantenimiento. Al salir vi a dos hombres.

"No te preocupes me dijo, son mis colaboradores (supe después que eran agentes guardaespaldas), vienen siempre conmigo". Les dijo que lo acompañaran.

Al llegar mi sorpresa fue mayor al ver como Carlos y sus amigos estaban disfrutando de la película con unas cervezas en la mano. Tosí. No se percataron de la presencia de Ricardo. Ellos estaban en la penumbra.

"Vaya", dijo uno de ellos, "la hembrita vuelve a la carga", rieron.

"Me alegra que regresaras Mari", dijo Carlos. "Todo saldrá bien. Te gustará nuestro trato", dijo.

"Si. Lo meteré despacio", dijo uno de ellos. Rieron nuevamente.

De pronto se sintió una voz ronca. Ricardo hablaba:

"Son unos miserables. Están detenidos", dijo mostrándoles su identificación. Ellos vieron a uno al principio. Se envalentonaron todos y trataron de golpearlo. Ricardo hizo uso de sus conocimientos en artes marciales haciendo caer uno a uno a los que se le acercaban. Carlos no se acercó. Sólo miraba con cara de papel. Estaba blanco. Los guardaespaldas de Ricardo ya habían sacado sus armas y ordenado a todos se tiraran en el piso. Ricardo se aproximó a Carlos y le dijo que retirara ese casette del proyector. Lo hizo temblando. Me dijo que me retirara un momento y esperara en mi oficina. Uno de sus guardaespaldas me acompañó. Media hora después Ricardo llamaba a mi puerta. Tenía en las manos varios casettes, rollos, fotos y algunos escritos que encontrara en las gavetas de los que pretendieron hacer de mí una escoria humana.

"Cómo lo lograste", le pregunté. "Gracias, muchas gracias. Pero ahora no se que pasará luego."

"No te preocupes Mari", dijo. "Ya no tienen más películas ni nada con lo que puedan ponerte en problemas. Solo necesito que me firmes esto para poder llevármelos detenidos y ver que hacemos con ellos. La policía debe intervenir pues este no es mi campo. Pero veré la forma de que esto sea efecto de una investigación de Estado para evitar que las pruebas sean solicitadas. Acá está todo. Te lo entrego. Te aconsejo que las incineres a la brevedad. De acuerdo?"

"Gracias Ricardo", balbucee. "Haré lo que dices. No sabes lo que lamento haberte puesto en esta situación No sabía qué hacer hasta que me acordé que eres el único que podía ayudarme. Y no me equivoque. Gracias nuevamente."

"Ah", dijo. "Tendrás que ver como solucionas esto de la detención de estos miserables. No volverán a trabajar acá por mucho tiempo. E, hiciste lo correcto al llamarme. Normalmente aquellas que están en situaciones similares solo atinan a aceptar una y otra vez las amenazas de estos sinvergüenzas sin detectar que están cayendo más y más bajo cada día. Hiciste lo correcto. Debes de estar segura de ello."

"Lo se. Gracias."

Ricardo se retiró de la empresa. Me sentí algo aliviada. Le dije al custodio de la portería que me llamara un Taxi. Era algo tarde. Salí y esperé en la portería. Me dijeron que Ricardo había salido ya con sus dos compañeros. Pensé, sólo dos?. Luego supe que los había metido en la cajuela para evitar problemas.

El problema se solucionó fácilmente al no presentarse esos trabajadores a la empresa por tres días. Llamaron a sus casas y las esposas se disculparon con argumentos diversos. Ellas ya habían sido notificadas que sus respectivos conyugues estaban recluidos por una serie de delitos… pero no lo quisieron decir.

Juan me recordaba día a día que tenía que vivir alegre. Me llamaba a cada momento y me enviaba notas hermosas dentro de toda la documentación que manejaba. Las felicitaciones no se hicieron esperar. Había estado reemplazando a Oscar esmerándome en ello y los Gerentes se habían impresionado. Más con que una secretaria ejecutiva haya obrado de tan buena manera en ese difícil puesto.

Pero todo tenía que terminar. El puesto requería de un especialista y lo tuve un día muy temprano. Era un ingeniero industrial con especialización en RRII y no se que mas estudios necesarios. Un día se presentó con Juan y una señorita de unos 30 años. Era su secretaria. A partir de ahí, luego de hacerle entrega formal del cargo, me retiré a la gerencia general. Me esperaba mi hermana.

"Hermanita", dijo. "Aquí tienes un escritorio para ti…temporal es cierto, pero creo que ya están arreglándote un bonito lugar en Finanzas".

"Gracias Elenita", respondí.

"Ah, don Juan me dijo que lo vieras apenas llegaras. Le avisaré". Y se retiró para anunciarme.

Elenita salió dándome paso a su oficina. Cerró la puerta y me guiñó un ojo. Sonreí.

"Amor. Gracias por venir. Y felicitaciones por esa labor bien cumplida. Ahora sólo tenemos que esperar según te dije. Se acercó a mí y me besó en los labios. Me encantó. Me entregué a ese beso con toda mi alma. Necesitaba su calor, sus brazos. Su cuerpo, su alegría…lo necesitaba a él.

"Sabes que mañana tenemos juego en Santa maría? Crees que puedas quedarte un poco más? Bueno, tu me dices mañana, si?"

"Si amor", le dije. "Veremos cómo hacemos. Creo que podré con la ayuda de mi hermana."

"Tu hermana? Elena? Qué le dirás que no te comprometa?"

"Bueno. Entre hermanas sabemos guardar secretos. No crees? Le mandaré un email de socorro para poder tener más tiempo nosotros". Dije riendo. Me besó.

Al día siguiente al medio día ya estaba despidiéndome de mi hermana para salir a "mis clases de finanzas". El viaje fue corto esta vez y muy especial.

Llegamos y fuimos a la casa club Esmeraldas. Era el punto de reunión de aquellos amigos árabes de Juan y de donde partiríamos para los juegos especiales según me diera a conocer en su momento.

La reunión se llevaba como de costumbre los cinco amigos jugaban en la mesa circular y nosotras nos divertíamos con unos tragos en mano.

"Vamos a casa de Mufa", dijo alguien. "Seguiremos ahí."

"Si!!!", fue el grito de respuesta de las amigas que me acompañaban.

Las apuestas estaban muy altas. Habían llegado a 7000 USD en esos momentos y querían aumentar. Nos fuimos del Club.

Ya en casa de Mufa sucedió algo que me impactó. Nosotras éramos el premio y la apuesta según me dijera Diana iba a ser alta. Le pregunté detalles y me explicó todo.

Las esposas eran el premio para el ganador. Se jugaban varias partidas y el que ganaba esa mano tenía derecho a sacar una balota con el nombre de la esposa. Yo estaba como pareja de Juan.

"Heyyyyyyyyyyy!", se oyó un grito por ahí, "una balota, una balota….siiiiiiiiiiiii", exclamó el primero en ganar….

Nos acercamos todas a la mesa de juego y Juan!!!!! se paró triunfador…….. Metió su mano en una garrafa antiquísima con boca ancha en donde estaban los nombres de los "premios".

"Mariela!!!!!!!......", dijo. Y todos aplaudieron entre risas y jolgorios.

Mariela y todas las demás reían. Nos retiramos a seguir conversando, Mariela con nosotros..

"Y ahora qué?", pregunté.

"Pues el juego sigue. Hasta que se acaben los cinco pactados hoy".

"Y cuando se van Oscar y Mariela", pregunté nuevamente.

"Pues tenemos que ver quienes van con quien. No siempre ganan todos. Hay veces en que uno gana tres juegos y otros solo uno. Otros…ninguno"….rieron todas.

"Voy entendiendo", dije entre sonrisas. Tragos por acá y por allá. Otro ganador gritó luego de un tiempo. Luego el mismo grito……siiiiiiiiiii!!!!!!!!! Balota y juego nuevamente. Luego de hora y media ya se habían sacado las cuatro balotas….la ultima no necesitaba sacarse…era obvio.

Los "muchachos" se acomodaron entre risas y bromas entre nosotras trayendo algo para comer y más bebidas espirituosas.

Juan veía el reloj y me veía a mí. Se acercó y me dijo que teníamos bastante tiempo. Lo sabía…el día de hoy tendríamos hasta las 2300 horas. Mi hermana se encargó muy bien de aquello. Ya habíamos conversado Juan y yo de estos juegos pero no con tanto detalle… Sin embargo cuando me miró a los ojos supe que estaba preguntándome si deseaba continuar o nos retirábamos. Elegí continuar.

"Si te complace a ti…también me complacerá a mi", le dije. Me dió un beso.

El asunto era que todas nosotras tendríamos de una u otra manera compañía masculina mientras que no todos los varones se sentirían felices ese día.

Las incógnitas iban poco a poco desvelándose. Aquellos que fueron ganadores se dirigieron a las habitaciones para ducharse mientras que nosotras nos acercábamos a la mesa de juego y veíamos con quien nos tocaba ese día.

Mariela y Susy fueron las afortunadas al ganar a Juan. Diana no tuvo problemas pues le tocó a su esposo. Yo salí premiada con Mufa. Heidi lo sería de Elías. Sólo hubo uno que no ganó ese día….Jorge. Se echó en un sofá a ver televisión mientras que su esposa sería la pareja de Elías. Pensé en Juan y en cómo sería con dos mujeres a la vez. Me acordé de Antonio y Gaby… Cada una de nosotras nos acercamos a las habitaciones. Diana me dijo:

"Cuando llegues a la habitación sólo tienes que abrir y no decir nada…Tu momento llegará. Sólo sigue las indicaciones que te de Mufa. La próxima ya será distinta."

Me acerqué con Diana a la puerta que me correspondía. "Esa es", me dijo, suerte amor. Y me guiñó un ojo retirándose.

Abrí la puerta. Mufa estaba con una bata de seda negra con una letra bordada en blanco. La M se notaba y estaba muy bien bordada. Me miró. Se acercó y me tomó de la mano.

"Debí ducharme", dijo. Pero quise tener el placer de esperarte para hacerlo juntos. Lo miraba. Era guapo. Alto, ojos oscuros, rasgos del medio oriente, cejas pobladas. Cuerpo fuerte y con vello en el pecho. Sus piernas eran torneadas parecidas a las de Sean Connery cuando actuaba como James Bond… Me tomó de las manos sacándome de mis pensamientos. Sus manos recorrieron mi cabello sin dejar de mirarme. Me besó. Sus labios se pegaron a los míos en un beso largo. Nuestros cuerpos se rozaban aún con ropa. Su mano en mi cabello seguía ahí….como no queriendo romperme. Era tierno. Muy tierno. De pronto se apartó de mi sin dejar de tomar mi mano y me llevó al baño. Poco a poco mi ropa fue retirada para dejarle a sus ojos la imagen que quería ver. Mi cuerpo bronceado por la brisa marina y por el poco sol que encontrábamos en la playa se alzó altivo para su gozo. Lo recorrió con la vista lentamente. Sin detenerse empezó a rodear mi cuerpo. Sentí un dedo en mi espalda…mi cuerpo reaccionó…lo bajó desde mi nuca hasta detenerlo en mi cintura y empezó a girarlo haciendo que mi cuerpo se estirará… Nos acercamos a la ducha y nos bañamos. Bueno, es mucho decir "nos"…. El me bañó. Dejó que el agua cayera encima de mi para luego tomar el jabón y pasarlo por todo mi cuerpo con suavidad y total clama…Empezó con mis hombros para seguir bajando su mano enjabonada por mi espalda y subir luego. Lo hacía repetidas y calmadas veces. Hasta que llegó a mi pecho. Sus manos, ambas ahora, los rodearon untándome de ese jabón lleno de aromas. Sus dedos jugueteaban en cada seno mientras gemía en silencio ante tan deliciosas caricias. Mis pezones se erguían ya como recompensando aquellos ojos que los miraban. Duros, atrevidos. Me rodeó con sus brazos enormes atrayéndome hacia sí. Acercó mi rostro a su pecho haciéndolo reposar en el y frotando mi espalda con ese bendito jabón. Espalda, cintura, glúteos, cuello,…"Ahhhhhhhhhhhhhhh"……glúteos, cintura, espalda, cuello…."Ahhhhhhhhhhhh"…… Ese miembro suyo hacía su parte por delante. Lo sentí enorme pero no me atrevía amoverme. Mufa estaba concentrándose en recorrer mi cuerpo para conocerlo. Y lo hacia muy bien!!! Sus manos bajaron luego a una de mis piernas obligándolo a ponerse casi de rodillas. Ambas recorrieron el derecho bajando a mis piernas para luego subir y cambiar de muslo. Subían y bajaban esas fornidas manos con un suave masaje. Sus dedos se movían con la agilidad en que un picaflor mueve sus alas. Cada pequeño toque de esos dedos era un murmullo silencioso dentro de mí. Subieron atrevidos a recorrer otras partes más delicadas. Llegaron para quedarse. Mi pubis se vio envuelto por esos aromas delicados y sintieron la delicadeza de esos dedos. Cuatro dedos pasaban por ahí dirigiéndose a mi potito y saliendo luego hacia delante. Bajaban y subían con un "Hummmmmmmmmmmmmmm" mío en cada intento. Giró mi cuerpo haciéndome reclinarlo hacia delante. Se cercioró que estaba bien asida de las barandas que ahí había. Mufa seguía de rodillas. Sus manos seguían jabonosas. El horizonte que veía se redujo a dos agujeros…los míos. Pasaba sus manos por cada uno de ellos. Pasaba sus dedos gruesos como deseando fisgonear en ellos. Lo hizo. Uno de ellos se posesionó temporalmente de mi vagina. Entró sin problemas. "Aggggggggghhhhhh". Lo mantuvo ahí con movimientos lentos. El dedo empezó un movimiento de "ven, ven" llegando a tocarme esa parte áspera especial….me volvió loca…."Ahhhhhhhhhhhhhhh".. Que deleite el de esos momentos. Su dedo pulgar de la misma mano empezó la búsqueda del otro huequito. Lo halló rápidamente. Con calma lo metió en él. Lubricado no tuvo problemas. "Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii". Abrí los ojos y levanté la cabeza en un suspiro. Metía uno y sacaba el otro para luego invertir los movimientos. Sentí luego ambos dentro de ambos agujeros. Giraban. Se retorcían de placer. Buscaban su placer. Y lograron el mío……."Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh"… Salió un gritito de mi garganta. Los ojos de Mufa se levantaron haciendo que se pusiera de pie. Y, Oh!, que era aquello que veía…..Mufa se había puesto de pie dejándome ver aquel majestuoso y orgulloso miembro suyo. Era muy grueso!....Qué bárbaro de pene! Me tomó de la cintura y presionó su cuerpo al mío. Ese monumento de granito se juntó a mi cuerpo y dejó de ser de él para serlo mío. Mis nalgas se juntaban solas como deseando comerlo, retenerlo. Mufa suspiraba. Echaba agua en mi espalda inclinada dejando que esta recorra el centro y baje por mis nalgas. Cerró la regadera y me empezó a secar. La toalla me quitó cada gota de mi cuerpo posesionándose de mi entrepierna…ahí se quedó un momento más.

Mufa me miraba.

"Realmente eres bella Maria Jesús! No reparé en ello hasta hace unos días. Y ahora lo confirmé con extremo placer".

Me tomó de la mano y nos retiramos a la cama. Supe ahí que era circuncidado. Un árabe circuncidado, me dije. Ese majestuoso monumento de carne parecía tener vida propia. Latía con furia. Yo lo miraba embelezada. Mufa me tomó de la cara y empezó a besarme nuevamente. Sus labios fueron a mi cuello, a mis senos, los succionaba con fuerza mientras sus manos se metían enormes en mi entrepierna. Dos dedos se aliaron para incursionar dentro de mí. Suspiros, jadeos, grititos míos…."ahhhhhhhhhhhhhhhhhh"…. delicias de delicias. Esos dedos eran tan enormes como el pene de Efraín me dije. Mufa seguía en su maniobra pero ahora su lengua jugaba con la mía y el pulgar se metía en mi potito. No tuvo reparos en ello. El índice y el medio juntos en su caverna mientras que el pulgar me hacia vibrar por la otra. "AhhhhhhhOhhhh".

Mufa jadeaba. Sus labios bajaron a mis senos sin dejar esos dedos traviesos en lo suyo. Mis pezones latían y le sabían enormes. Los chupaba como si fuera un caramelo y volvía a hacerlo con placer. Su lengua giraba en torno a ellos. Sentí esos dedos retirarse y su rostro bajar a mi vientre. Su lengua me volvía loca. Bajó a mi cuevita y la metió de un solo golpe. "Aaaaaagggggggggggggggggggggggghhhhhhhhh"…… seguía metiéndola y sacándola mientras que otro dedo se metía en mi ano. "Uffffffffffffffffff"….. Sentía como esa lengua me chupaba golosa. Mis orgasmos nuevamente no se hicieron esperar.

"Mufaaaaaaaaaaaa", gemi, "OhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhAhhhhhhhhh"….

Y chupaba y chupaba sorbiendo todo lo que mi cuerpo le dió a beber. "Ahhhhhhhhhhh". Mi cuerpo reaccionaba ante esos embates. Lo hice girar para tomarlo de sus piernas. Besé cada centímetro de ellas buscando la colocación más adecuada. Su pene saltó ante mis ojos. "Lagrimeaba", gotas de placer le salían por su conducto. Me quedé mirándolo como preguntándome qué hacer con tremenda mole. Poco a poco lo tomé en mis manos. Que va! No lo pude agarrar bien. Parecía que estuviera tomando una naranja en mis manos. Lo presionaba y sentía a ese monstruo delicioso latir. Mi boca se salió de mi control acercándose a él. Lo besó, lo lamía por todo su glande, metía la lengua en ese agujerito lleno de lágrimas de amor. Poco a poco lo fui metiendo en ella. El glande se esfumó dentro de mi boca y mi lengua se regocijaba con el girando y girando. Escuche un "Hummmmmmmmm, Mari". Me regalaba otra gota, y otra, y otra. Traté de meterlo más dentro de mi garganta pero no pude sin atorarme. Era tan gordo. Lo retiré de mi garganta y empecé a besarlo y chuparlo por todo lado. Besé sus huevitos uno a uno disfrutando con ellos dentro de mi boca. Baje a su culito y lo besé, besé sus nalgas mientras sentía como mis orgasmos salían de mi inundando la carita feliz de Mufa. El 69 me estaba sacando de mis casillas. Lo quería dentro de mí.

Mufa estaba ahora debajo de mí. Sentía su rostro como se metía dentro de mi vagina y succionaba con toda la experiencia del mundo. Mis rodillas se acomodaron en la cama a su lado y poco a poco fui saliendo de esa lengua deliciosa. Mis senos tomaron al monumental pene entre ellos….Mufa se deleitaba…… Mi vagina se encontró con los pelitos de su pecho. Seguía avanzando. Mis caderas estaba ahora encima de la suya….y lo sentí. Ese pene hermoso se encontró con mi cuevita por unas milésimas de segundo…. Pero lo sentí en extremo riquísimo. Una rodilla arriba. Acomodo mi cadera. Tomo con mi mano el pene majestuoso y lo pongo en mi cuevita. Poco a poco, nuevamente, me posesiono de el. Mi cadera baja metiéndolo unos dos centímetros. Que grueso lo sentía. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Mufa". Mufa reaccionó a mi gemido y levantó su cadera rápidamente. "Ayyyyyyyyyyyyygggggggggggggggghhhhhhhhhhh"…. El monstruoso y delicioso pene se metió todo dentro de mi. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhh", que placer, que impresión. Me sentí totalmente llena con el. Me senté con la cabeza erguida. Pase mis brazos para atrás pidiéndole me de sus manos. Lo que hizo. Me tomé de ellas firmemente y empecé a cabalgar….."ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh" cabalgar…. "siiiiiiiiii"…. "ohhhhhhhhhhhhhhhhh"……cabalgar….mis movimientos fueron pausados al principio, como deseando saber como se sentía tremenda cosota dentro de mi…. Luego fui "ahhhhhhhhhhhhhhhhh"….gozando y haciéndolo gozar. "Ohhhhhhhhh"…. Cuán llena me sentía con ese delicioso bocado. Me mecía como si estuviese en un carrusel de caballitos. Giraba y subía, giraba y bajaba. "Agggggggggggggggggg…….siiiiiiiiiiiiiii". Me volvía loca ese juego del sube y baja. Lo metía y lo sacaba. Mi gran caballito, mi delicioso caballito, "siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiAaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh"…… Mufa me tomaba de las caderas y seguía mi ritmo pero ahora poniéndole el suyo…. De adelante hacia atrás, de adelante hacia atrás……de arriba abajo, de arriba abajo….. "ohhhhhhhhhhh"…… Le solté las manos y tomé sus rodillas reclinándome un poco. Mi culito estaba como decía James Bond: sólo para sus ojos….. Y lo aprovechó. Un dedo empezó a jugar con él y se metió siguiendo el ritmo de la cabalgada. "Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, rico"…… Soltaba mis orgasmos uno a uno, gritaba….fuertemente….sin percatarme que estaba en casa con amigos en otras habitaciones….pero, que importaba ahora….. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh"….grito mayúsculo….. "OHHHHHhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh"…. Ese dedo me hacía arder de pasión… Mi cuerpo reaccionó nuevamente y grite al sentir como Mufa me entregaba, luego de no se si dos o tres horas de juegos y cabalgadas, todos esos jugos retenidos.

"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh …Mufaaaaaaaaaaaaaaaaa…..asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii"…. clamaba.

Mufa resopló por un momento y luego se relajó. Yo seguía como succionando con el interior de mi vagina ese pene suyo. Deseaba exprimirlo al máximo. Un orgasmo mío y un resoplido de Mufa me dijo que debía terminar si no quería dejarlo sin fuerzas.

Me retiré despacio de su cuerpo para dejarme caer a su lado. Giré y recliné mi cabeza en su pecho. Nos dormimos. La noche fue refrescante. Mis sueños hermosos. La calma total. A lo lejos escuchaba otros gemidos, otros grititos de placer. Me acordé de Juan.

La semana había empezado placenteramente….y así terminó.