María Jesús (5)
Qué delicia!!!!.... Ahhhhhhhhhhhh, esa lengua de Gaby sabía hacer lo suyo. Se bebió hasta lo último que le di en ese orgasmo siguió chupando como loca mientras que sentía como Oscar la cabalgaba.
María Jesús V
Como siempre las mañanas grises de la Lima que siempre es . La brisa del mar entraba por Maranga, la urbanización donde vivía, y dejaba a su paso el aroma salobre del mar. Como siempre también me levanté temprano. Luego de bañarme desperté a mi hija que tenía que ir a clases y le preparé el desayuno. Efraín despertó al poco tiempo y bajó con su bata. Tenía una cara de sueño increíble. Me saludó y aceptó ayudarme con el desayuno. Mientras lo hacía conversábamos sobre el trabajo. Preguntó súbitamente cómo se llamaba mi jefe.
"Don Oscar", le dije, "porqué?".
"Por nada", dijo.
Y continuó con lo que hacía. Algún tiempo después supe por el mismo que esa noche, luego de llegar a casa del Hostal Torreblanca, dormida pronuncié su nombre varias veces. Oscar, Oscar .. Como si estuviese haciendo algo con él. Pero esa mañana no me dijo nada. Sólo se quedó pensando en el nombre que le dijera. Marla llegó a tiempo para su desayuno, a los minutos ya llegaban a recogerla.
En la oficina Oscar me recibió con una sonrisa . Ingresé a su oficina y me besó con ternura.
"Estuviste genial ayer amor. No sabes como se sienten Gaby y Antonio . Personalmente me hiciste pasar una tarde perfecta".
Recordé. Cuando terminamos Antonio y yo descansamos solo un momento para luego preguntarnos qué estarían haciendo nuestras parejas. Antonio me propuso ir a verlos muy sigilosamente y tomarlos por sorpresa. Acepté seguirle el juego y salimos tal y como estábamos, desnudos, a buscarlos. El cuerpo de Antonio era hermoso. Lo seguía sin dejar de ver ese culito tan lindo que se movía adelante. Ya en la puerta de sus habitaciones escuchamos unos quejidos ..
"Ahhhhhhhhhh, Ohhhhhhhhhhhh, Métemela toda papito" ..
Era Gaby deleitándose al parecer con las caricias de mi amado Oscar. Sonreímos. Sólo empujamos la puerta pues estaba entreabierta. Oscar había colocado a Gaby en el piso son algunas almohadas debajo de ella. El estaba encima montándola como caballito. Gaby gemía y se aferraba a una almohada que había puesto debajo de su cara.
"Ohhhhhhhhhhhhh, Oscar", gemía. "Métemela toda!. Siiiiiiiiiiiiiiiiiii Ahhhhhhhhhhhh".
Sus quejidos retumbaban en nuestros cerebros. Lo que veíamos nos excitaba a Antonio y a mí al máximo. La cara de ambos actores era de gozo pleno. Decidí intervenir y me aproximé a Gaby sentándome frente a ella. Me eché en la alfombra y levanté mis piernas haciéndole ver todos mis huequitos llenos nuevamente de jugos deseosos de salir. Gaby me vio y se abalanzó a chuparme mientras sus manos me tomaban de ambas caderas. Sus codos la sostenían. Vio de reojo como Antonio se acercaba a mi. Sólo necesitó colocarse arrodillado cerca de mi cara para que yo tomara ese delicioso pene y me lo introdujera en la boca como golosa. Nuevamente los cuatro vibrábamos de placer. Antonio me tomó de la cara y puso su ritmo .. Qué delicia!!!!.... Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, esa lengua de Gaby sabía hacer lo suyo. Se bebió hasta lo último que le di en ese orgasmo siguió chupando como loca mientras que sentía como Oscar la cabalgaba. Gaby chillaba sin cesar. Oscar gemía. Antonio manifestaba su complacencia mordiéndose el labio inferior. Yo gemía, chillaba, gritaba tanto como ese pedazo de carne en mi boca me lo permitía . De pronto sentí nuevamente como Gaby me sacaba otro orgasmo y cómo ella se quedó como electrificada . Sus piernas se estiraron para recibir el caliente semen de Oscar mientras yo aceleraba mis chupadas para sentir lo mismo Cielos!!!! Todo se vino junto. Que placer . Nuestros gemidos se confundieron en uno solo haciendo que nuestros sentidos gozaran de la forma más maravillosa. Oscar se reclinó hacia delante y confundió su cuerpo con el de Gaby mientras que Antonio se echó encima de mi alcanzando la cabeza de Gaby. Esta al verlo, lo tomó con una mano de la cara y lo besó jalándolo al piso ..Oscar cayó de lado y yo me quedé echada en el suelo .. Vi a Oscar que se acercaba a mi para abrazarme.
Luego de algunas risas caricias mutuas y palabras de aprecio y ternura nos fuimos a bañar para luego retirarnos nosotros con la promesa de continuarla otro día ..
Oscar me dejó cerca de mi casa y me besó ..
"Hasta mañana amor", me dijo, "Gracias por ser como eres" . Sentí como esa mirada me traspasaba al ir caminando a casa. Al llegar era otra mujer.
Oscar me volvió a la realidad. Aún tenía vivos esos recuerdos.
"Sabes que tienes clases de informática así que no llegues tarde. Has que te lleve un chofer a la Av. Argentina (ahí se darían las clases)".
"Esta bien amor, gracias", dije. Y salí en búsqueda de mi hermana que también asistiría al curso. Llame al chofer para darle la orden de Oscar y pronto lo tuvimos recogiéndonos. Era el mismo que me llevará a San Isidro el día anterior.
Saludo muy cortésmente y me dijo:
"Doña Mari. Sabe que tenemos una reunión de camaradería luego del campeonato de fulbito?"
"Si?", pregunté, y cuando será eso?"
"Pues la semana próxima se juegan los partidos. Se entregarán los trofeos al concluir el viernes y en la noche se hará una pequeña reunión. Me preguntaba si aceptaría ser madrina del equipo de nosotros?", preguntó.
"Yo?... Madrina?...Jamás he sido madrina de nadie.", dije. Viéndolo un poco apenado añadí, "Pero tratándose de un equipo que creo que ganará el trofeo podría aceptar", dije sonriendo. "Qué debo de hacer"?, pregunté.
"Pues se supone que las madrinas son las que se encargan de apoyar con las barras a los equipos. Pero no creo que tenga tiempo para eso pues sus clases son primero y los partidos serán después del trabajo. Pero creo que nos conformaremos con que esté con nosotros en la entrega de premios . Por si ganamos . Y en la reunión posterior. Podría llevar a su esposo si lo desea".
"No creo que eso suceda pero le agradezco su gentileza. Veré de estar ahí para apoyarlos", añadí.
Llegamos al local de la Av. Argentina. Carlos, el chofer, ingresó con nosotros manifestando que tenía orden de esperarnos para regresar a mi hermana Elena a la oficina. Nos miramos y agradecimos el viaje. Ya nuestros compañeros de aula estaban esperando. Saludos. Besos. Risitas de las chicas que alguna vez lo fueron. Sonrisas coquetas de los varones mas audaces. Grupos por acá y por allá. Ingresamos. Las notebook estaban ya instaladas. Una para cada uno. Todo estaba en su sitio. Momentos después, a la hora exacta, hizo su ingreso Oscar con el profesor que nos iba a enseñar.
"Buenas!!!" Saludó a su estilo. "El dia de hoy se dará inicio al curso de Informática con énfasis en Hojas de Cálculo. El Ing. Daniel . Será su profesor. Es catedrático de una de las prestigiosas universidades del país. Ingeniero de Sistemas, Economista y otros títulos de especialización que nos dice de su desempeño profesional. Y bla, bla, bla .", completando la presentación se despidió de todos deseándonos suerte.
Guauuuuuuuuu. Nos habíamos quedado .no escuchando ..sino viendo al profesor todas las chicas. Era guapísimo. Vestía un traje azul impecable. Sus ojos irradiaban una tranquilidad, una paz que no había visto antes. Su rostro transmitía algo que no supe qué era hasta que mi hermana me comentó sobre él. Era tal su magnetismo que no solo nosotras estábamos impactadas sino también los varones .
Empezó las clases agradeciendo a la empresa y deseando que todos pudiéramos cumplir con nuestros objetivos. Fue claro al decir que lo que enseñaría sería sencillo en un principio pero que, a pedido de la empresa, iría avanzando en el programa haciéndolo un poco mas difícil para algunos especialmente en lo que a hojas de calculo se refería.
La clase pasó lentamente. No se si porque todas estábamos embriagadas con él o porque había un problema con el tiempo. De cuando en cuando mientras hablaba se acercaba a cada uno de nosotros para verificar que lo que hacíamos era lo correcto. La mesa era ovalada lo que facilitaba el control a todos . Notaba como mis compañeras se acomodaban un poco raras cuando el profesor se acercaba. Algunas lo miraban sin disimulo Pasó dos veces cerca de mí pero se acercó a mi hermana para hacerle una corrección. Mi hermana, cuando se hubo retirado el profesor, me tomó de las piernas por debajo de la mesa y mirándome abrió los ojos como platos como queriendo decirme algo.
Pasaron los primeros 90 minutos de clase e ingresamos a un "coffee break" de 15 m. Salimos del aula para descansar mientras bebíamos el café y degustábamos unos emparedados que estaban deliciosos. El profesor se mantuvo en el aula. Vimos que se sentó para arreglar sus apuntes y disponer lo adecuado en las máquinas para el siguiente período. Isabel, una amiga de la Gerencia en Av. Argentina, se le acercó llevándole una bandeja con un par de emparedados y un café. Vimos sonreír al profesor al menos yo lo vi .. Que hermosa sonrisa!!! Sería casado? Tendría hijos? Novia?.... todo se vino a la mente en segundos así como un fastidio por no haber tenido yo la idea de Isabel. Mi hermana permanecía a mi lado observando lo que mis ojos observaban. Nuestros compañeros conversaban con algunas chicas y otras nos imitaban. Pasó el tiempo volando. Regresamos al aula y mi hermana me dijo:
"Recuerda que te cuente lo que sentí cuando se acercó a mi lado", me miró.
"Hermanita!", le dije, " te preguntaré apenas salgamos" dije.
Seguimos adelante en esa clase con los mismos sentimientos hacia el profesor recién conocido. Se acercaba indistintamente a uno o a otro para hacer las correcciones necesarias. En un momento lo hizo conmigo.
Me puse roja como un tomate. Noté como mi hermana me miraba asombrada. El profesor me explicaba que el problema que tenía se debía a que . Bla, bla, bla Su cuerpo rozó el mío por una décima de segundo. Toda yo me electricé. Empecé a balbucear un gracias hasta que vi al profesor retirarse al lado de mi hermana para corregirle otra falla.
Concluimos el día de clases. El profesor se retiró luego de que lo hiciéramos nosotros. Nos había dejado tarea para la siguiente.
Mi hermana y yo salimos y vimos como el chofer nos esperaba. Le dijimos que regresaríamos en unos momentos y nos dirigimos al baño de gerencia.
"Sentí su cuerpo", me dijo mi hermana, "Bueno, no su cuerpo sino su brazo pegarse al mio . Fue algo raro, electrizante, pero bonito. Me dio tal temor a que me vieran colorada en ese momento hermanita", dijo sorprendiendose como una colegiala.
"Yo me puse colorada Elenita. No supe controlarme. No puedo controlar mis sonrojos nunca. Pero sentí también eso que tú me dices. Estuvo muy cerca tu lo viste casi sentía su aliento cuando se acercó por detrás para teclear las correcciones en la máquina. Yo senti otras cosas fuera del bochorno que tu sentiste", dije.
"Hermana!!!!", rió Elenita.
Y salimos sonriendo y comentando el día y las clases. Perfectas a nuestro modo de ver. Carlos nos esperaba. Ingresamos al auto y salimos. Vimos al profesor como subía a un Taxi para dirigirse a su destino. "No tiene auto?", pensé.
Ya en la oficina Oscar me dijo que no nos veríamos ese día porque había mucho que hacer por otro lado. Nos retiramos cada uno a lo suyo. Recibí la llamada de Juan, el Gerente General, preguntándome por las clases. Le dije lo que sentía y me dijo que al día siguiente nos veríamos como de costumbre.
Salí ese día a tiempo con mi hermana. Pasar un momento mas en casa con mi hija fue placentero. Aunque no lo era tanto tener que ver a un Efraín con las pocas ganas de siempre para todo.
Al día siguiente la conversación de la empresa fue respecto de las clases iniciadas. Puse en práctica algunas cosas que aprendiera, casi de inmediato. Las teclas abreviadas se quedaron conmigo hasta ahora. No todas realmente, pero supongo que con el tiempo, y mientras las use, me serán de provecho. Juan me llamó diciéndome que esa tarde nos veríamos como siempre en el mismo sitio.
Habíamos dejado con él de ir al Marriot. Ahora teníamos, al igual que con Oscar, nuestro lugar secreto. Era la casa de su padre en una playa cercana a Lima. Hacíamos menos de una hora de viaje por lo que tratamos siempre de salir puntuales para darnos ese tiempo que deseábamos. Ese día ya en la playa me dijo que deseaba tenerme un fin de semana completo a su lado y que hiciera lo posible para poder hacerlo. Me proponía salir el viernes en la tarde y regresar el domingo en la noche. Le dije que lo pensaría unos días. Paseamos por la playa unos minutos antes de ingresar a la casa.
Habíamos dejado en casa algunas prendas de ambos para poder cambiarnos Ingresé al baño a ducharme . Desnuda, pensaba en los deliciosos días que estaba pasando con Juan. Era increíblemente apasionado y muy tierno. Pero sabía también que ello iba a terminar algún día. Cerré mis ojos y sentí el agua caliente cubrirme toda. Sus manos llegaron casi al mismo tiempo. Abrí los ojos y me besó. Su desnudez me transmitió ese electrificante calor del deseo. Besó mi cuello para bajar a mis senos. Las gotas de agua casi hervían con sus besos. Mis pezones erectos lo llamaron. Sus labios acudieron y los sentí chuparlos . Sus manos jugueteaban en mi culito presionándome adelante y haciéndome sentir ese ya enorme juguete de carne. Me deslicé despacio en su pecho bajando mientras lo besaba. Halló mi rostro el camino húmedo que me llevaba a ese emperador majestuoso . Lo seguí .y lo encontré. Lo conocía demasiado, estaba enorme. Lo probé con los labios, lo saboree con mi lengua mientras que mi amado levantaba su cabeza presionando la mía a esa belleza. El agua dejó de caer. Sus manos subieron mi cuerpo mientras que la toalla hacía su labor de secado. Hice lo propio con el cuerpo hermoso que tenía al frente.
Salimos y nos dirigimos a la alcoba. Tomados de la mano como siempre. Me eché encima de las cobijas. Sentí como Juan me tomaba de una pierna y la levantaba besándome la punta de los dedos . Jugaba con ellos metiéndoselos a la boca. Siguió jugando mientras subía. Sus manos no hacían nada más que acariciarme las piernas. Lo hizo con una y luego con la otra llegando siempre al mismo punto. Mis muslos. Sentí como me volteaba sentí sus labios en mis glúteos .sentí esa lengua como buscaba mi culito hasta encontrarlo. Se acomodó y me besó metiéndome le lengua.
"Ahhhhhhhhhhh". Llegaban los placeres, volvían mis jugos, se regocijaba mi cuerpo y me cerebro estallaba entre luces de colores. "Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh" .. Esa lengua .. "Ahhhhhhhhh". La tenía enorme. La quería así. "Ahhhhhhhhhhhhhhh". Sentí como algo se metió dentro de mí en mi vagina mientras mi culito disfrutaba de esos maravillosos besos y chupadas. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh" El vibrador que compráramos hacía su labor. Era negro tal y como se lo pedí a Juan. Y tenía cerca de 10 velocidades . Grueso . "Ohhhhhhhhhhhh" Juan sabía como hacerme feliz con ese aparato. Lo metió poco a poco hasta el fondo para luego activar la primera velocidad. "Ruummmmm Rummmm" parecía la partida de autos de carrera . "Rumm Rummmm" Empezó a vibrar . "Ahhhhhhhhhhhhhhhh qué rico" Esa lengua de Juan se complacía metiéndomela en mi culito. Yo vibraba por todo lado. Me acomodé un poco para poder acariciarlo y tocar ese ya enorme muñeco "Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii" estaba delicioso . Seguí en mi acomodo y lo jalé literalmente hacia mi boca ..chupándolo con furia y placer. Juan reaccionó. Su lengua bajo su ritmo para acelerar un poco el vibrador. El 69 era fenomenal!!!!!!. Su lengua bajó a mi clítoris el vibrador subió un nivel más "Ohhhh que delicia" .. Yo chupaba con deleite. Una mano me estaba metiendo ese riquísimo aparato mientras que la otra acariciaba mis nalgas y su lengua succionaba mi clítoris. Que placer . "Aggggggggggggggggggggggggggggggggggg" Sentía mis jugos salir a borbotones y a mi Juan beberlos con esa lengua maravillosa. "Hummmmmmmmmmm!!"
Juan se vino en mi boca. No deje de chupar y beberme todo ese manjar de los dioses del placer. Sentí los gemidos de Juan al seguir yo succionando. El no se detenía .
Esas horas fueron maravillosas. El pene de Juan buscó su satisfacción muchas veces mientras que yo gozaba increíblemente. Ese día sólo usamos el vibrador negro y pocas velocidades .. Pero fue maravilloso . El retorno como siempre fue lleno de vida, risas, alegría desbordante ..
Pasó la semana sin mucho problema. Las clases de Informática iban mejorando y el profesor se daba a conocer más y más como una persona muy agradable, simpática, llena de vida y muy inteligente. Hubo problemas con el asunto de las notebooks y tuvimos que cambiar de local. Ahora las clases serían en un local de la Universidad en San Isidro y terminarían un poco tarde en la noche. Fue bueno para todos. Un descanso del trabajo nos venía bien. Para mi fue un sueño .
Los partidos de fulbito se iban sucediendo. El equipo de mantenimiento de vehículos, en donde estaban incluidos los chóferes, tenía ahora muchas probabilidades de ganar. Solo fui una vez con mi hermana a ver la mitad de uno de ellos. No había tiempo para más. Cuando llegué ese día saltaron de alegría mis "ahijados" se turnaban uno tras otro para ponerme al día de todo y darme las comodidades que no habían en un campo como ese. Carlos se acercó en un momento y me dijo que esperaba verme en la reunión del fin de semana. Sonreí diciéndole que veríamos.
El viernes ya sabíamos que el triunfador sería el equipo de mis ahijados Y lo fue Ocho a tres .. Cuando me di cuenta un grupo de ellos llegó a la oficina y me dijeron que habían triunfado y querían que estuvieran presentes en la entrega de trofeos el Gerente de RRII y yo como madrina. Pregunté a Oscar y accedió a ello. Yo llamé a mi hermana para preguntarle si podría acompañarme. Me dijo que estaba a full y que se quedaría un par de horas más de lo normal. Acepté mi destino. No era de las que le gustara el balompié o fútbol en ninguna forma. Pero, compromisos eran compromisos. Oscar y yo salimos acompañados del grupo y nos dirigimos a la cancha de fulbito. La entrega se hizo de la mejor manera. Aplausos, risas, bromas ..silbidos a las madrinas ..más silbidos cuando me llamaron para darme flores. Agradecí y saludé uno a uno de los jugadores Beso, beso, pedían todos. Los besos se escuchaban por todo lado. Risas, más risas. Oscar y yo nos dirigimos al lugar de la reunión. Se inició ésta con aplausos y brindis de varios de los presentes hasta que la música hizo lo suyo. Oscar se disculpó diciendo que tenía mucho trabajo .. Me dejó ahí diciéndome:
"Después de un momento puedes retirarte. Estaré con la oficina del Gerente General". No pudimos despedirnos como siempre por obvias razones.
Ya pasaba de las 1700 horas cuando la música se inició. Salsa, que era la música que les gustaba- Carlos se aproximó a mi y me preguntó si bailaría con él. Todos miraban. Acepté. Varias parejas ya habían iniciado sus primeros pasos nosotros los seguimos. Un baile otro y otro . Carlos me sacó nuevamente diciéndome que le gustaría platicar conmigo y si podíamos salir un momento. Le pregunté si era algo importante. Se quedó dubitativo. Le dije que sería mejor que no pues la gente era muy chismosa y podían ponernos en aprietos. Aceptó diciéndome que era cierto eso. Pero que de todas maneras saldría él y me esperaría en mi oficina por si me animaba. Los bailes siguieron y yo ya empezaba a aburrirme. Mi hermana me mandó decir que se quedaría algo más y que no podría llevarme. Me levanté y me despedí de algunos que tenía cerca. Salí a recoger mis cosas a la oficina. Carlos estaba ahí esperando.
"Carlos!", dije, "pensé que se había retirado realmente".
"No. La esperaba.".
"No creo que tenga tiempo para conversar Carlos", le dije, "de que se trata?"
"De usted. De mí. No se cómo decirle esto pero . Ya se va?", dijo viéndome recoger mis cosas.
"Pues si. Tengo que ir a casa".
"Permítame llevarla", se aventuró a decir.
"Que va Carlos. Sabe que no es posible eso. Seríamos la comidilla de la gente el día de mañana. Además no es correcto, no cree?"
"Realmente no. Una vez estuve sentado en mi auto esperando en el estacionamiento y la vi ingresar al carro de don Oscar para luego verla casi esconderse en el asiento. Cuando don Oscar llegó siguió así escondida y salieron juntos. Por eso no creo que sea malo que la invite a llevarla a casa".
Me quedé de una pieza. Muda. Sin saber que decir. Carlos nos había visto y ahora me estaba chantajeando?. No lo sabría hasta hablar con él.
"Ah! esa vez", dije, "me pidió que me escondiera para que no fuéramos la comidilla de la gente. Al parecer usted nos vio. Pero solo me dejo en casa", dije.
"Podría también llevarla a casa?", volvió a preguntar.
"No cree que se vería mal el salir juntos Carlos?".
"Haremos una cosa", dijo, "le doy la llave de mi auto y usted me espera ahí haciendo lo mismo que hizo con don Oscar para que no la vean. Es un Pontiac verde, antiguo. El único verde que hay estacionado. No puede perderse. Le parece?"
Carlos me miraba con una sonrisa en los labios. Como sabiendo que aceptaría. Y lo hice. Tomé las llaves. Me despedí y salí al estacionamiento. Ya en él vi a todos lados mientras avanzaba al vehiculo verde. Me introduje en el rápidamente escondiéndome de inmediato. Una luz roja se distinguía a lo lejos. Unos faroles se encendieron de pronto en el horizonte del lugar .. Carlos llegó a los minutos abriendo la puerta despreocupadamente. Me vio y sonriendo tomó mi cabeza para decirme que me bajara un poco más. Mi cuerpo ya no daba tenía que doblar mas mis rodillas y no podía. El asiento estaba algo para adelante. Se lo hice notar. Carlos se aproximó a mi y, sin decir nada, pegó su cuerpo al mío pasando sus manos por encima de mis piernas para jalar luego la palanca del asiento. Este se hizo para atrás. Me recliné. Y Carlos poco a poco volvió a su lugar. Salió manejando despacio y luego dejamos la empresa.
"Ya puede sentarse cómoda doña Mari. Cómo puedo decirle? Doña Mari, Sra. Mari o simplemente Mari?", preguntó .abrí los ojos.
"Sra. Mari está bien. Eso de doñas nunca me ha gustado".
"Que bien, a mi tampoco los dones . Me parece muy español eso .A donde le gustaría ir? Puedo invitarle un café, un trago?"...
"No, gracias. Sólo dígame lo que me tiene que decir. Veremos cómo lo ayudo!
"No es mucho. Sólo que desde hace tiempo estoy con ganas de salir con usted y verla de cerca, conocerla más."
"Y eso porque?"
"Pues porque me atrae muchísimo", lo dijo sin empachos. "Es usted una deliciosa mujer que sabe como enloquecer a los hombres. Me gusta. Me enloqueció a mí."
"Pero Carlos, eso no puede ser. Yo ni lo conozco. Y sabe que soy una mujer casada y con una hija."
"Lo se. Eso, aunque no crea, me alienta más a persuadirla a que salga conmigo. Eso y su belleza me dieron fuerzas para hacer lo que ahora hago."
"Pero no cree que es demasiado atrevido al decir eso Carlos? Cómo se le ocurre" ..
"No lo soy. Se que no soy don Oscar ni soy gerente de ninguna empresa . Sólo soy el chofer . Pero se que puedo ser tanto o mas complaciente en muchos aspectos que algunos que conocemos" .
Mi rostro se puso algo pálido. Nos habrían descubierto? Sabría Carlos de mi relación con Juan y Oscar?
"No digas esas cosas", manifesté tuteándolo sin querer. "No creo que sea correcto seguir con estas cosas. Te agradeceré me dejes por acá. Veré la forma de tomar un Taxi."
"Me gusta muchísimo Mari", dijo al mismo tiempo que su mano encontraba mis rodillas sin dejar de hablar. "Cada vez que la veo salir de la empresa en el carro de don Oscar me siento terriblemente celoso. No debería ser así. Pero así lo siento. De un tiempo a esta parte no hago nada más que ver como sales de la empresa y lo linda que te encuentras", dijo tuteándome.
"No me digas que has estado espiándome Carlos?", dije asustada.
"Espiarte? No Mari. Sólo verte de lejos tomarte algunas fotos de lejos para poder seguir viéndote luego en casa. Eso no es nada malo cuando se estima a alguien.
"Pero, fotos? Estas loco Carlos? Como pudiste?", dije mas asustada aún.
"Son sólo fotos tuyas y creo que por ahí algunas de cuando salías con Oscar. Pero esas ni las veo."
Me aterrorice. Sabía que esta conversación me traería problemas. No supe cuánto hasta poco después.
"Sabes Mari?. Se que le gustas también a muchos de los que están en la empresa. Eres una mujer que atrae a todos. Personalmente veo en ti a una mujer sumamente bella y agraciada. Con un cuerpo espectacular y una piernas que para mi son mi pasión."
"Cómo has podido llegar a esto Carlos? Me estas poniendo en problemas lo sabías?"
"No es así Mari. Sólo deseo poder salir contigo de cuando en cuando no creas que no se de tu condición de casada ni nada de ello Lo se. Pero es algo muy fuerte dentro de mi lo que me dice que podemos tener algo tú y yo . Esas fotos tuyas, las veo a diario y me hacen pensar que el mundo ha sido poco generoso conmigo al no permitirme conocerte antes."
"Dime. Podrías entregarme esas fotos?. No creo que te sirvan de mucho".
"Puedes tenerlas están ahí en la guantera del auto", dijo señalando la guantera.
Abrí la guantera y saqué un sobre con las fotos. Sobre amarillo de una marca conocida. Lo abrí. Saque las fotos. "Dios!!", me dije. Pasé una a una las fotos. Estaba Oscar en muchas de ellas y muchas eran comprometedoras muy comprometedoras . Ya sabía lo que Carlos quería En algunas fotos estaba yo entrando al carro de oscar, en otras Oscar se acercaba a mí a besarme y en dos de ellas estábamos entrando al Hostal Torreblanca. Qué desgracia! Tuvo que pasar con este chofer que tan bien trataba de caernos.
"Son tuyas", dijo." No deseo que se pierdan y caigan en manos que los comprometan más.
"Y los negativos", pregunté.
"Ahí están Mari, pero, como te dije yo tengo una copia de ellas. Son aquellas que veo a diario".
"Qué deseas a cambio", dije
"Me gustaría decirte que a ti. Pero se que eso no será posible nunca. No podré tenerte toda la vida como es mi deseo. Pero si, ese es mi sueño desde que te conocí.
Tomó mis piernas nuevamente. El vehículo seguía su marcha con destino para mi desconocido. Ingresamos a la ruta del Hospital Obrero o como se llame ahora para luego virar a la derecha enrumbando a la carretera a Chosica. A los pocos minutos disminuyó la velocidad para girar a la derecha nuevamente e ingresar a una casa de cita conocida en el kilómetro cinco y medio. Mi cuerpo se agitó sabiendo a donde iba, aunque nunca había ingresado ahí. Hicimos cola de autos unos 15 minutos antes de que nos dijeran que ya estaba lista la habitación número tal. Carlos ingresó a ella con el vehículo y las puertas se cerraron. Abrió su puerta y bajó para abrir la mía. Me tomó de la mano como dándome fuerzas. Me miró. No tuve otra opción que bajar y seguirlo. Subimos los peldaños que daban al lugar de la habitación. Esta era algo amplia pero no muy arreglada. Sombría. Lúgubre diría . A lo lejos se escuchaban los gemidos de otras parejas.
Los "Ahhhhhhhhhhhhhhhh" y "Ohhhh amor" de otras habitaciones se escuchaban como un eco. Carlos me tomó de las manos nuevamente luego de que se quitara la chaqueta. Me atrajo hacia si y besó mi frente diciéndome:
"Si deseas puedes ir al baño. No es tan amplio pero puede servirte".
Lo miré a los ojos duramente pero accedí a ello. En el baño sólo atiné a lavarme las manos y el rostro. No encontré toallas. Hice uso del papel higiénico que ahí había.
"Te ves hermosa", dijo al salir.
Yo seguía vestida pero Carlos ya tenía la ropa en la silla. Estaba con ropa interior dejando notar ese bulto suyo a través. Me acercó y me besó. No tuve valor para responder a esos besos. Me sabían a chantaje, a dolor, a resignación, a suplicio. Poco a poco mi ropa fue ocupando un lugar en esa silla. Cuando estuve en ropa interior me alejó un tanto para verme.
"Preciosa", dijo. "Estás preciosa como en mis sueños". Y se acercó nuevamente. Besó mi cuello y luego mi boca acaricio mis pechos aún cubiertos y se dispuso a quitarme lo último que me quedaba de dignidad.
Mis senos saltaron para su complacencia. No esperó un segundo antes de sentir como estos eran masajeados y chupados alocadamente. Sentí un dolor punzante en ellos. Su lengua recorrió esos sitios sin parar. Mi culito se dejó ver al final. Carlos me había sacado mi trusa. Esos vellos púbicos míos cortados con esmero lo alocaron me atrajo hacia si y movió su cuerpo con el de él. Sentía como ese miembro suyo parecía convulsionar al lado de mi cosita. Sus manos me acariciaban, sus labios seguían jugando en mi cuello y en mis senos. Me tomó de la cintura y giró mi cuerpo. Pegó el suyo al mió haciendo que sintiera mi culito esa cosa ya grande. Se movía rítmicamente. Ambas manos amasaban mis senos sin parar; mi cuerpo, sin que supiera porqué, reaccionó . Como si se dejara llevar por esas caricias violadoras. Carlos me inclinó hacia delante acercándome a la cama y haciéndome arrodillar en el borde. Se quitó su bóxer y acercó ese ya enorme miembro a mi trasero. Se refregó en el . Lo metía entre mis piernas y lo sacaba para luego refregarse nuevamente. Se arrodilló en el piso y buscó con un "Ohhhhhhhhhhhhhhhhh Mari" esos huequitos míos. Al hallarlos introdujo fieramente su cara en ellos chupando con avidez. No tenía un ritmo pausado era todo furia, deseo, ganas inmensas de coger. Sentí como su nariz se metía a mi culito mientras que su lengua se metía en mi cosita.
"Ahhhhhhhhhhhhhhhhh" gemí sin querer. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh". Y Carlos entendió. Mi cuerpo estaba devolviéndole sus caricias, estaba dándole mis primeros jugos. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh" dije cuando sentí esa lengua jugar con mi clítoris.
Carlos seguí y seguía chupando sin cesar y mi cuerpo le daba y daba mis jugos. Fue increíble conocerme de esa manera. Hasta en una situación así mi cuerpo reaccionaba de la manera más deliciosa. "Ahhhhhhhhh", otra vez
"Mari, Mari, quiero cacharte", me dijo. Y mi cuerpo se convulsionó. Esa palabrita no sabía porque, desde niña, causaba cosas extrañas en mi cuerpo.
"Quiero cacharte", repitió. Y recordaba como de niña y de joven me seguían algunos con esa palabra en la boca. Yo salía asustada de donde estaba pero mi cuerpo reaccionaba de otra forma. Hacia que mi vagina y clítoris sintieran vibraciones excitantes que me llevaban a orgasmos riquísimos e increíbles en esos momentos. A partir de ahí esa palabra caló muy hondo dentro de mí. El decirla me llenaba de deseos y hacia que me volviera más "ganosa".
"Ahhhhhhhhhhhhhhhhh", gemía y gemía. Me recliné más apoyando mi cara a la cubrecama que ahí había. Carlos de inmediato se puso de pie y acercó a mi cosita ese miembro. Era más gordo que grande pero tenía un glande de buen tamaño. Eso fue lo primero que sentí. Un "Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh" salió de mi garganta cuando lo tuve adentro y sentía como Carlos me tomaba de las caderas.
"Ahhhhgggggggggggggggggggggggg" .. Fue lo siguiente al sentir que me lo había metido hasta el fondo para moverse después. Se movía como loco metiendo y sacándolo sin cesar. Otro "Aggghhhhhhhhhhhhhhhhhh" salió de mis labios. Yo permanecía con los ojos cerrados mientras todo esto pasaba salvo en el momento en que me recliné adelante y vi ese glande grandazo. "Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh", dije nuevamente al notar que Carlos se detenía para girar ese pene en círculos. Mis jugos salían a raudales como siempre ya me conocía en ello. Carlos gemía mi nombre a cada momento. De pronto me la metió toda y se quedó ahí convulsionando junto conmigo.
"Ahhhhhhhhhh, Ohhhhhhhhhhhhhhhhhh Mari", fue lo que dijo .. y me llenó completamente.
Se echó encima de mí aplastándome literalmente a la cama. Sus besos se hicieron mas pausados. Mi espalda era acariciada. Sin salir de mí me tomó de la cintura y giró poniéndome encima de él, cerca del borde de la cama. Nuestras piernas colgaban de ella. Un esfuerzo hizo que se sentara y yo con el . Todavía me tenía cogida. Tomó mi cintura y empezó a moverme como deseando enseñarme el ritmo que quería. Primero en círculos luego de adelante hacia atrás. Eso le gustó más y siguió así. Su pene mantuvo su erección y empezó a endurecerse nuevamente De adentro hacia fuera. Mi cuerpo empezó a seguir esa cadencia. Carlos dejo de moverme pero ahora sentía cómo lo hacia yo de adentro hacia fuera . Mete y saca. Mete y saca . De adentro hacia fuera. Me tomó de los senos. Mientras los amasaba sentía como mi cuerpo pedía a gritos más y más de todo ello que Carlos me daba. Pero algo dentro de mí se rehusaba a otorgarle todo. Sin embargo mis jugos salían y salían. Sentí nuevamente como Carlos apretándome toda me dejaba sus líquidos en mi ya llena conchita. Todo rebalsó. Todo se hizo suave a partir de ese momento. Carlos grito de placer y yo lo segui con un "Caaaaaaarrrrrrggggggggggggg" de lo mismo. Carlos me miraba embelezado. Sus sueños se habían hecho realidad con creces. Y los míos habían abierto una puerta difícil de cerrar.
Carlos me echó en la cama con sumo cuidado. Yo puse mis rodillas en mis senos y me apretuje a mi misma. Carlos empezó a besarme y acariciarme. Luego me dijo:
"Vamos Mari, ya se está haciendo de noche. Pero debes de ir a bañarte para que no llegues así a casa".
Me levanté y me dispuse a ir al baño. Entre movimientos y pensamientos noté una luz roja cercana a la ventana. No le presté atención y me dirigí al baño a ducharme. Fue rápido. No me gustaba mucho ese ambiente de habitación. Al salir Carlos ya estaba cambiado.
"Pensé que te ibas a bañar", le dije.
"No, prefiero quedarme con ese sabor a ti y dormir feliz esta noche, respondió".
Tomé mi cartera y salí noté que esa luz roja ya no estaba. Quizá lo imaginé me dije. Bajamos y salimos del lugar. Un silencio inundó al trayecto. Cuando estuvimos en San Isidro le pedí que me dejara en Super Mercados Wong. Se despidió con un "hasta mañana Mari". Beso mi rostro y se fue. Yo deambulé sin pensar muchas cuadras. Llegué al Malecón Cisneros en Miraflores y me detuve a mirar el mar. Estaba agitado . Como yo . Tomé un Taxi y me dirigí con el a mi casa. En el trayecto seguí viendo esas lucecitas rojas. Una en el estacionamiento y la otra en esa habitación. Luces. Rojas. Luces intermitentes. Semáforo. Luces posteriores de los autos. Vi la realidad un poco tarde, al menos eso creía. Me había filmado. Lo habrían hecho con Oscar y conmigo? Con Juan también? Recordé por una milésima de segundo que cuando una filmadora esta activa mantiene una luz roja de alerta. Sería eso. Y me asusté.
En casa las cosas seguían igual. Le puse cara de pirata a Efraín cuando supe que no había hecho nada para la cena de ese día. Así que me llevé a mi hija a comer pollo. La plática la daba mi hija contándome como le iba con su noviecito y cómo en su colegio. Ya estaba por terminar secundaria. Al regresar Efraín ya estaba en la habitación. Yo me duché y me retiré al cuarto de mi hija. Dormí con ella como, casi siempre.
El fin de semana pasó rápido. El lunes llegó con muchas cosas en mi mente. Como: qué decirle a Oscar al respecto..,o, cómo decírselo. Le diría algo a Juan?. Lo pensé un poco y me dije que por el momento lo mejor sería guardar un discreto silencio de lo que pasaba. Esa semana fue movida. Lo único que me calmaba era la proximidad del profesor de informática en los dos días que teníamos con el a la semana. Los encuentros con Oscar ya no los veía como algo que me abriera el corazón sino como algo angustiante deliciosamente angustiante si se pudiera decir. El se daba cuenta de ello pero no me decía nada. Tuvimos una de esas reuniones especiales con Antonio y Gaby pero no se presentó Oscar. Luego se disculpó diciendo que se había enterado que iba a ser cambiado de gerencia a San Isidro.
Ese día en que no fue, Antonio me retuvo diciéndome que querían que me quedara. Así lo hice. Gaby estaba exquisita ese día y Antonio no se quedaba atrás. Les pregunté si tenían una cámara filmadora y, viéndose, dijeron que si. Cuando les dije que quería que se filmara todo lo que haríamos se quedaron entusiasmadísimos. Antonio fue a traerla del closet y sacó la cinta que había y puso una nueva luego de quitarle la cobertura de seguridad con que vienen. La activó y empezó a hacer algunas tomas de prueba para luego hacérnoslas ver. Retrocedió todo y la puso lista para que grabara. Noté que no había luz roja. Fue a traer algunos vasos para servirnos un trago de whisky entre bromas y bromas disfrutamos el licor y la compañía. Gaby estaba al frente y se acercó a nosotros que estábamos en el mismo sillón. Se sentó en el centro de ambos. Uso sus brazos en nuestros cuellos y sus piernas, una a una, encima de las nuestras. Apoyó su rostro en la cara de Antonio y lo besó al mismo tiempo que su mano se dejaba caer en mi seno. Su pierna presionaba la mía. Antonio se acomodó de tal forma que puso a Gaby reclinada en su pecho besándola y jugando con su lengua. Mis manos acariciaban las piernas de ella. Eran suaves y muy bien formadas. Levantó ambas piernas sobre mi regazo mientras esos labios se besaban con lujuria. Acaricie esas piernas llegando a sus muslos. Sentí como se abría más y mas dándome espacio para jugar entre ellas. Así lo hice. Gaby ya gemía de placer cuando mis dedos encontraron la humedad de su delicioso agujerito. Sus labios eran besados por Antonio, yo me decidí a bajarme del sillón para, abriéndole las piernas besar esa cuevita aun con ropa. Mis dedos abrieron un espacio entre la ropa y su cuerpo hermoso y encontré lo que buscaba. Mis labios no se hicieron esperar y besé con placer toda esa zona. Besos en todos los labios del cuerpo. Gaby estaba en las nubes cuando poco a poco decidimos Antonio y yo casi al unísono, quitarle la ropa. La sala se estaba calentando. Gaby mostró su cuerpo desnudo y nuestras lenguas hicieron el resto. Antonio y yo nos acercamos a ese cuerpo escultural y lo besamos mientras que procedíamos a desvestirnos hasta donde pudiéramos. Lo primero que cayó de mi fueron los zapatos, luego la blusa. La camisa de Antonio ya se dejaba caer mostrando esa musculatura suya. Me tuve que levantar para quitarme lo demás mientras que miraba como Antonio llegaba a succionar el clítoris de Gaby. "Ahhhhhh" de placer "Papito, Ahhhhhhhhhh" .. Mi desnudez la vió Gaby y me acercó un poco mientras que Antonio al verme procedió a desvestirse. Besé a Gaby en los labios y me encantó ese aroma suyo. Antonio ya estaba desnudo. Lo vi y, atrás de él vi como centellaba esa lucecita roja de la filmadora "Dios mío!", me dije. "Realmente me filmaron". Antonio nos levantaba a Gaby y a mí para llevarnos al dormitorio. Aprovechó que nos estábamos poniendo de pie para recoger la filmadora y enfocarnos a ambas de pies a cabeza. Se detenía en la cara, se detuvo cuando Gaby me tomó y me besó en los labios, se detuvo en nuestros senos y en nuestras cuevitas ya lubricadas. Caminábamos y él por detrás nos seguía, filmándonos. En el dormitorio puso la cámara en un lugar, la enfocó adecuadamente verificó el ángulo con la cama y se acercó a nosotros. Al volver mi rostro a esa máquina vi en su pantalla, enfocada hacia nosotros, como ingresábamos al cuadro de filmación. Supe ahí nuevamente que había sido filmada quizá más de una vez. Y la última fue con Carlos en ese lugar al que me llevó. Antonio se acercó a mi y me colocó arrodillada al borde de la cama. Una almohada debajo de mi pecho. Gaby se trepó a la cama y se acomodó poniendo su conchita frente a mi cara. Subió las piernas lo mas que pudo y se colocó una almohada debajo de la cintura. Yo tenía una vista exclusiva y deliciosa de su cosita y culito. El mío estaba para los ojos y demás de Antonio. Metí mi cara en esa panochita deliciosa y olía sin parar cada uno de sus lados. Mi lengua jugueteaba por esos lubricados senderos de placer. Gaby empezó a gemir. Mi lengua recorrió mas abajo ese culito que se abría y cerraba como guiñándome un ojo y pidiéndome mas y más. Bese esos muslos maravillosos mientras que me sentía besada y chupada por Antonio. Mi culito sentía esa lengua tanto como yo quería me sintiera Gaby. Sentí como esa lengua sorbía todo lo que había a su paso . ¡Gluppppp .. chluooooo .Glupppppp ! ¡Ahhhhhhhhhhhhhh!, gemía dentro de la cuevita de gaby. Ohhhhhhhhhhhhh .. Largos minutos después Gaby me entregaba esos jugos deliciosos que saboree con placer mientras yo le seguía dándole los míos a Antonio para que él los saboreara.
"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Marita", gimió Gaby Mientras yo gemía y gemía de tanto darle mis jugos a esa lengua enorme. "Ahhhhhhhhhh", salieron más y más mis jugos mientras bebía más y más los de Gaby .. "Ohhhhhhhhh".
Cuando Antonio decidió detenerse aproveché para subirme en el pecho de Gaby y besar sus senos con enormes deseos. Subí a su boca y la besé enfrascándonos en un abrazo delicioso al mismo tiempo. Antonio nos miraba. Se aproximó a la cámara y la enfocó a nosotras. Filmó nuestros besos, nuestras caricias. Me hizo que bajara a su cuevita y volviera a besarla mientras el me filmaba. Hizo lo mismo con Gaby que ya estaba con enormes deseos de chuparme toda. Filmó mis gestos de placer y grabo mis quejidos y ayees de infinito gozo. Volvía a darle mis jugos a Gaby y Antonio filmaba mi rostro en su más exquisita expresión. Mi cuerpo todo fue filmado. .Mis deseos, mis ganas, mis placeres, todo fue guardado en esa cinta para mi.
Antonio colocó nuevamente la cámara en la posición adecuada y se acercó a nosotras. Lo tendimos en la cama mientras que Gaby se echaba encima de el haciendo un 69. Veía como ambos se besaban y se decían palabras de amor. En un momento Gaby levantó las piernas de Antonio para pasar sus brazos por encima de ellas dejándolo como atrapado ahí. Ella sentía como Antonio le metía la lengua hasta el fondo para luego moverla y removerla como hiciera conmigo. Gaby me llamó con los ojos y me dijo que me aproximara, ambas besamos su muñeco hasta saciarnos. Y, en el proceso aprovechábamos para besarnos nosotras. Gaby se metía ese pene enorme en su boca mientras yo le besaba los huevitos bajándome de cuando en cuando a ese ano que ya gemía de placer. Esos huevitos estaban sabrosos. Gaby me miraba cada movimiento y sonreía, para luego darme un beso diciéndome .
"Así mamita, así esta rico para él siiiiiiiiiiii". Mis besos fueron repitiéndose más y más.
De pronto Antonio convulsionó y vi como mi amiga recibía todo ese semen riquísimo en su boca . Me abalancé a ella y la ayude a beberlo todo. No dejamos un solo lugar sin limpiar y Antonio seguía gimiendo y gimiendo ante tal embate. Nos besamos Gaby y yo para luego dar rienda suelta a otras caricias deliciosas. Antonio besaba y besaba la panochita de Gaby jugando con su culito de cuando en cuando. Cuando Gaby dió indicios de venirse nuevamente me tomó de la cara con una mano y me besó con fuerza mientras gemía un "Ahhhhhhhhhhhhhhhhh" que se quedó en su garganta por efecto de mis besos. "Ahhhhhhhhhhhhhhhooooooooohhhh". Y Antonio recibió ese manjar exquisito. Gaby y yo nos besábamos más y más.
Colocamos a Antonio en el centro de la cama mientras que yo ocupaba el lugar de Gaby y ella el mió. Fue solo un momento cuando Antonio me empujó hacia delante suavemente y me dijo que me quería coger .. Adelanté mi cuerpo para sentarme encima de ese tremenda mole .. Estaba algo laxa. Gaby al verlo me detuvo dejándome sentada en la cintura de Antonio mientras ella procedía a chupársela completamente. Unos minutos después y luego de cientos de caricias que me diera Antonio esa verga ya estaba al máximo. Gaby me jaló un poco y yo hice lo mío al levantar una pierna para metérmela "toooooodaaaaaaaaaaaaa" . Que rica estaba. Empecé con lo que me gustaba cabalgar. Lo hice minutos y minutos mientras que miraba al techo tocándome los senos y sentía las manos de Antonio en mi cadera siguiendo el ritmo. Gaby aprovechó un descanso intermedio mío, de esos de segundos, y se acercó a mi conchita y empezó a pasarle la lengua. Yo estaba arrodillada encima de Antonio dándole la espalda y con esa masa deliciosa adentro de mi cuando sentí como la cara de Gaby empezó a buscar mi clítoris. Abrió las piernas de ambos y lo halló. Veía una vagina hambrienta y deseosa y un pene que estaba todo metido. Así y todo pudo alcanzar ese clítoris que buscaba. Lo chupó y mis ojos se tornaron blancos de tanto placer. "Gaby" grite. Y tomé su cabeza para presionarla y sentir más ese placer tan divino. "Ahhhhhhhhhhh". Antonio seguía moviéndome, Gaby chupándome toda Mi cuerpo empezó a convulsionar y a darles mis más preciados néctares a ambos. Vi como Gaby se metía mas para saborear eso que le daba pasando su lengua por ahí donde el pene de Antonio entraba y salía. "Ahhhhhhhhhhhh", que locura, que placer . "Gaby", grite nuevamente. Y sentí como Antonio me hacia casi saltar con la fuerza de su semen. Una, dos, tres veces y seguía saliendo mientras que Gaby bebía y bebía sin darle descanso a esa lengua maravillosa. "Agggggggggggggggggggggghhhhhhhhhhhhh" .. Y nuestros cuerpos se relajaron tendiéndose uno al lado del otro tomados de la mano, del pie, del pene, de la cabeza, de todo lo nuestro para cada uno ..pero totalmente relajados.
Pasó como media hora para que Gaby y yo nos percatáramos de que estábamos cubiertas con una sabana de seda azul y que teníamos al lado una bandeja con bebidas. Antonio se había levantado y nos preparó esas delicias. La cámara ya no tenía el punto rojo. Estaba apagada. Cuando le pregunté a Antonio por ella me la acercó y me dijo que había grabado dos cintas. Me preguntó si las quería ver y le dije que si. Puso la primera en la cámara y vi nuestra actuación maravillosa. La segunda, que era la continuación, mostraba todo mi cuerpo al lado del de Gaby en muchas exquisitas prisiones y seguía hasta completar que culmináramos. Le agradecí y las puse en mi cartera. Veré de sacarles una copia, dije.
Esa tarde que tuvimos que ir a clases de informática recibí una llamada de Juan. Ven a mi oficina, dijo, por favor. Me pregunté que pudiera querer. Al llegar vi a mi hermana y la saludé.
"Me llamó tu jefe", le dije.
"Si?", preguntó sorprendida. "No me dijo nada. Espera". E ingresó a su oficina saliendo luego con un "si hermanita, pasa". Lo hice.
La oficina de Juan no tenía ventana abierta en ningún momento. Y, cada vez que alguien entraba mi hermana tenia la costumbre de cerrar la puerta y no dejar pasar a nadie hasta que él la llamara por el intercom y se lo permitiera.
Ya adentro Juan me tomó de las manos y me besó en los labios.
"Hola amor", me dijo.
"Hola papito", replique. "Pasa algo para que me hayas llamado a tu oficina?".
"No amor. Sólo quería verte".
Nos sentamos en el sofá de cuero y me tomó de las manos diciéndome: "Cuanto hace que llevamos saliendo amor?"
"Bueno, ya hace algún tiempo papi, porque lo preguntas".
"Pues porque según mis cálculos estamos cumpliendo meses el día de hoy y quería darte una sorpresa", dijo entre risas.
"Meses? Si? Yo solo cuento los años", dije coquetamente tomándolo de su cara y besándolo tiernamente. "Feliz mes amor", le dije sonriendo.
El se acercó a la gaveta y sacó una cajita pequeña. No tuve que pensarlo mucho para saber que estaba por regalarme algo.
"Es para ti amor". Y me entregó la cajita. Al abrirla quedé con la boca abierta. Era una sortija de oro con un diamante hermosísimo engastada en ella.
"Papito!!!!", dije, "gracias, esta bellísima. Pero has debido gastar una fortuna en ella. No debiste", dije.
Eso es lo que menos interesa amor. Es algo que deseaba hacer desde hace algún tiempo. Y soy feliz con tu felicidad".
Lo tomé de la cara y lo besé. Lo besé y seguí besándolo hasta sentir que ese pajarito enorme suyo empezó a crecer. Le vi su carita y le sonreí.
"Podrá mi hermana ingresar sin que la llames pregunté", acordándome de mi propia situación en la gerencia de RRII.
"No amor, tiene órdenes expresas de no dejar pasar a nadie hasta que la llame".
Así que me aproveche de la situación y lo jalé al sofá. Sentí latir ese muñeco. Mis manos acariciaban su cuerpo por debajo de la camisa celeste que lo cubría. Poco apoco mi inquieta cosita pedía sus caricias. Le quité el cinturón y abrí la cremallera de su pantalón para deleitarme con su verga sabrosa. Me dejaba hacer Juan. Quería que me lo comiera o que lo saboreara. Así que lo hice. Su enorme miembro salió como una saeta cuando bajé un poco su pantalón, dejándome ver su musculatura. Me arrodillé a su lado y lo besé chupándolo luego. "Hummmmmm", decia mi papito, "hummm". Mientras mi lengua recorría cada centímetro se esa mole deliciosa sus manos acariciaban mi cabeza y mi cuello. Lo sentí crecer dentro de mi boca mientras degustaba sus primeras gotitas del día, al menos eso creía, me volví golosa con mi Juan .. Cuando vi que ese majestuoso estaba en todo su esplendor le guiñé el ojo a Juan y me levanté. Me bajé la ropa interior y me senté encima muy calmadamente.
"Ahhhhhhhhhhhhhhh papito", gemí. Disimuladamente me tapó la boca y miró hacia la puerta. Sonreímos. Inicie una cabalgada increíblemente rápida esperando poder tener todos sus jugos en el menor tiempo posible, dadas las circunstancias. Cabalgué, cabalgué, cabalgué sin cesar viendo como mi papito gemía quedo y gozoso.
"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh", volvi a gemir en un grito casi silencioso.
"Ohhhhhhhhhhhhhhhh papi", me venia a raudales. Juan empezó a moverse conmigo hasta que se pegó fuertemente y me entregó toda su lechecita. Estaba llenísima. Sus besos no dejaban de abrazar mi cuerpo. Poco después sentí como esos deliciosos jugos salían de mi interior. Mis piernas se mojaron. Me levanté y sólo atiné a tomar mi trusa y limpiarme con ella. Me acerqué a mi Juan y lo limpié todo pero con la boca Que delicia!.....
"Feliz día amor", le dije sonriendo.
No sabía como salir sin trusa así que lo miré y, acercándome a su chaqueta, se la metí en el bolsillo interior.
"Para que me recuerdes papi, en la noche me sentirás toda". Sonreí. Esperé a que se vistiera apropiadamente y me propuse salir para dejarlo trabajar.
"No espera", dijo, "llévale esto a Oscar. Es su cambio de colocación. Es efectivo a partir de este lunes. A partir del lunes te quedas a cargo hasta que llegue el nuevo gerente. Una semana después vendrás acá reemplazada por su nueva secretaria. De acá pasaras a Finanzas. No te preocupes que sólo es temporal tu estadía acá aunque me gustaría sea permanente pero tenemos a tu hermana que se porta muy bien en su puesto. Tampoco se vería bien que tenga a dos hermanas en gerencia verdad?", dijo.
"Pues no, realmente no, solo pensaba en don Oscar. Estará bien con su cambio", pregunté.
"Claro que si. El lo solicitó hace algún tiempo", me dijo sorprendiéndome.
"Ok, papito lindo. Buenas noches entonces. Sabes que me voy sin nada por abajo?", dije guiñándole el ojo. "Siento tus juguitos dentro de mi. Ciao."
Y salí. Mi hermana me llamó y me preguntó que qué era lo que quería que habían demorado tanto. Le dije que eran unos documentos para don Oscar.
"Si me dijo, los escribi yo. Pero porque demoraron?".
"Pues conversábamos de esa nueva colocación de don Oscar y de cómo quedaría yo cuando eso suceda y bueno .eso .".
"Me pareció oír quejidos hermanita, estoy media loca", dijo. Rei.
"Si estás loca. Pero así y todo eres mi hermana". Reímos.
Al llegar a la oficina Oscar no estaba. Así que arregle todo como para retirarme, cerré y volví a mi hermana para retirarnos de la empresa.
Mientras esperaba sentada y sin ropa interior pensaba en lo que me dijera Juan respecto del cambio de Oscar . Lo había solicitado . El pidió su cambio. Y yo no sabía eso. Cuántas otras cosas no sabría yo de Oscar, me preguntaba. Las compañeras de Elena pasaban a despedirse y se acercaban a mí. Conversábamos un momento y se retiraban luego. Juan salió poco antes de retirarnos y se colocó frente a mi como a unos tres metros despidiéndose. Yo, disimuladamente, y percatándome que no hubiera nadie mirando abrí las piernas y le enseñé mi panochita toda mojada . Le sonreí y le dije hasta luego en el lenguaje químico del amor. Lo entendió se despidió de mi hermana y salió.
Elenita y yo salimos juntas hasta su vehiculo y, luego, de la empresa. Conversando de muchas cosas me dijo que don Juan me miraba raro y que no sabía porqué.
"Si?", le pregunté, "no creo hermanita, debes de estar viendo cosas raras. No me digas que realmente estás celosa?", dije riéndome. Al bajar del auto me dijo:
"Mari! Te sentaste encima de algo liquido? Tienes la falda toda mojada por atrás. Ve de cambiarte para mañana."
"Si hermanita", le dije condescendiente. "Lo haré". Y nos despedimos.
Mi hija salió a recibirme. Su papi no estaba como ya era costumbre. Debía de encontrarse con sus amigotes jugando en alguna casa. Salíamos para comer cuando mi hija también notó esa mancha en m falda. Me tuve que cambiar de ropa sin bañarme para ir a cenar.
De regreso ya estaba Efraín en casa. Le trajimos una pierna de pollo con ensalada y arroz. Lo agradeció y se retiró a la cocina a comer. Luego de bañarme salí a ver a mi hija. Sonó el teléfono. Era mi hermana.
"Mari, tenemos que hablar!", dijo, "hay alguien cerca?"
"No. Efraín y Marla están en sus camas. Me disponía a hacer lo mismo. Porqué Elenita?", pregunté.
"Te dejé te dije que tenías una mancha de agua o algo en tu ropa recuerdas?"
"Si. Ya la puse a lavar."
"Pues detectaste qué fue lo que te manchó?"
"No. Sólo lo puse a lavar hermanita. Porque tanta pregunta?"
"Pues para que lo sepas Mari, era semen! Puedes explicarme eso? Porqué estabas con semen en tu ropa? Tuve que echarle perfume y no sé que más cosas al asiento para que mi marido no me matara si llegara a ingresar a mi carro. Pero ese olor al salir tu fue penetrante y el olor a semen se reconoce en cualquier parte!"
Me puse lívida. No supe qué responder en ese momento. Balbuceé un no se qué palabra antes de oír a mi hermana decir:
"Lo supuse Mari. Y creo suponer también que estuviste con don Juan en su oficina? Cuando estuvieron dentro escuché unos gemidos raros pero me dije que podía haber sido una mala interpretación mía. No lo fue, verdad?"
Silencio. "Hermanita, yo .", empecé a decir.
"No. No digas nada. Se de tu situación con Efraín por que me cuentas todo ello. Pero me sorprendió totalmente esto. Ya conversaremos mañana.", se despidió y colgó.
Mañana sería otro día de ajetreos