María Jesús (10)

Jorge miraba fijamente a Gabriela. Esta no bajó la vista. El besó que le dio fue intempestivo. Sus labios se unieron sellando un deseo de ambos de hacía tiempo. Jorge se acercó juntando su cuerpo al de ella acariciándole la espalda.

María Jesús X

Una noche en casa estaba con mis sueños. Recordaba aquellos momentos que fueron placenteros para mí aún de adolescente. Me veía rodeada de mis amigas con la inocencia de siempre. Fueron, pese a todo, agradables aquellos días. Cómo pasa el tiempo. Mis sueños de joven no fueron ni de asombro aquellos de mi adultez….estos fueron muy especiales y lo siguen siendo.

Luego de la muerte de mi esposo nuestra vida en casa siguió como de costumbre. Desgraciadamente para él no era de las personas que se hacían extrañar, ni siquiera en su propio hogar. Sin embargo, por respeto a mi hija y a su condición conmigo, nos propusimos mantener un "luto" no exagerado por un tiempo.

Las semanas pasaron y los meses se hicieron presentes en nuestros recuerdos. Daniel me llamó apenas llegado para darme su pesar. No lo vi hasta unas semanas después. Marla seguía saliendo con Jorge. La juventud tiene una manera extraña de olvidarse de algunas cosas. Pero le sirvió de mucho el que estuviera atareada al máximo.

En ese período tuve la oportunidad de conocer a Gabriela, la profesora de biología de Jorge. Era una agradable mujer de 35 años aproximadamente. Un cuerpo muy bien formado, cabello rubio y ojos claros. Se sentó a mi lado a conversar y lo hicimos cerca de dos horas antes de que la invitara a continuar charlando en mi casa. Prometió hacerlo al día siguiente.

Ese día preparé el cebiche de corvina que tanto me gusta. Cuando llegó a casa nos sentamos a conversar en la cocina mientras concluía yo con la preparación y respondía a sus preguntas culinarias. Era agradable. Supe que había tenido un novio pero que rompió con él al, como de costumbre, descubrirlo con una amiga en su propio departamento. Con el "dolor" de su corazón lo tuvo que echar. A partir de ahí la única relación íntima que tuvo fue con algunos actores, compañeros de trabajo y….alumnos especiales….pero en sus sueños.

"Si?", pregunté. "Y que se siente al "cogerse" mentalmente a un alumno churro", le dije riéndome.

"Pues es interesante. Lo que pasa es que cuando lo ves al día siguiente te pones colorada al recordarlo"….dijo riéndose. "Hay algunos jóvenes que no dejan de mirarnos produciéndonos alguna cosa rara. Sabemos que no es posible, por muchas razones que te imaginarás….pero de todas maneras resulta agradable".

"Pues supongo que tendrás alguno preferido", pregunté algo ansiosa.

"Hummm, veamos…..quizá unos tres…. Son encantadores. Tienen un cuerpo de atleta e inteligentes. Lo mejor de todo es que saben llegar a ti de muchas formas. Hasta que sienten que se les está parando"……terminó riendo.

"Jajajajajajajajajajaj", reí. "Eso debe ser fabuloso Gabriela. Sería interesante conocer a alguno de ellos para ver hasta donde llega….no crees", le dije guiñándole el ojo….

"Si? Estarías interesada en conocer alguno?", preguntó.

"Pues si, por que no?. Pero tendría que escogerlo dentro de un grupo que tú definas. Luego conversaríamos al respecto y podríamos llegar a conversar con el….si es que te animas a ello. Ah, pero con todas las seguridades del caso para que no te perjudiques en nada. Te parece?"

"Mira que eres rápida", dijo. "A ver…..los que tengo en mente son de inteligencia algo elevada, atléticos, conversadores, amables y graciosos…. No se como serán en otro sentido", dijo….

"Te refieres a si tienen un pajarito activo?", reí.

"Jajajajajajajaja"…….complementó. "Pues si. No se si serán activos sexualmente pero eso es cuestión de preguntárselo a cada uno de la manera mas sencilla posible y sin herir susceptibilidades".

"Por supuesto", dije.

"Veamos entonces", seguimos conversando por unas tres horas más. De ahí salió el hecho de que a los tres alumnos seleccionados los podría conocer a la semana siguiente en la reunión de padres de familia. Yo no pertenecía a ese centro de estudios, bueno, mi hija no era de allí…pero me invitó como amiga suya que iba a encontrarse con ella para salir a tomar algo.

Ya imaginan ustedes que dentro de esos tres….estaba Jorge. No era el más más del grupo, había otro alumno llamado Mauricio que tenía todas las condiciones para lo que hubiera querido cualquier mujer. Pero Jorge tenía algo que los otros dos no tenía….una madrina, yo, que lo ayudara.

Ese día de la reunión vi a los tres cuando los llamó Gabriela para conversar un momento. Eran churrísimos realmente.

"Eres un pervertida", le dije en son de broma.

"Si? Deliciosamente pervertida?", reímos. "Y, que te parecen?"

"Pues son muy agradables en el trato como decías, fuera de que están para comerlos. Te parecería invitar a alguno de ellos a almorzar un día de estos?"

"Noooooooooooooooo", dijo. "Estás loca mujer. Cómo haría yo eso. Y cómo quedaría después ante él. Ni hablar".

"Pues déjamelo eso a mi querida", le dije. "Mañana te informo quien fue el elegido".

Seguimos conversando de eso y otras cosas y nos retiramos a beber algo en Miraflores. Pasadas las diez llegue a casa. Marlita estaba esperándome para conversar. Lo hicimos como siempre. Dos horas después me retiré a mi habitación. Ahora dormía sola y no tenía problemas de nada.

A la mañana siguiente llamé a Jorge a su celular. Teníamos que hablar. Llegó casi de inmediato. Cloti estaba en casa así que no me besó como solía hacerlo. Pero lo llevé al estudio y ahí si le di un beso delicioso.

Le conté todo lo que había pasado y quedó sorprendido. No entré en muchos detalles pero supo que era alguien "especial" para Gabriela. Quedamos en que el jueves siguiente la invitaría a casa muy temprano. Sería jueves pues ese era el día en que tenía libre desde las 9 de la mañana para adelante. Jorge cambio su sonrisa. Se sentía feliz aunque me manifestó que le sería algo incomodo al principio.

"Lo se Jorgito. Sólo sígueme la corriente ese día y saldrán bien las cosas".

Pasaron los días en que me propuse ya iniciar una conversación seria con mi hija y luego con Jorge respecto de ambos. Supe que el momento vendría muy pronto.

Ese jueves temprano le dije a Cloti que fuera a hacer las compras de la semana. Había dilatado esa compra a propósito. Al salir le dije que tendría la visita de Gabriela, que ya conocía, y que posiblemente vendría el joven Jorge a esperar a Marla.

Gabriela vino a las nueve y veinte. Subimos a la salita en el segundo piso a esperar a Jorge. Le había dicho que el era el mas adecuado por lo que vería oportunamente. Se sentía algo apenada.

"Como te sientes", pregunté

"Pues deseando salir corriendo. No se por qué acepté tu sugerencia. Eres tremenda".

"Lo se", reí. Pero se también que te sentirás a gusto y llena de energía y vigorizada".

"No sigas que lo haces ver como si fuese algo sencillo".

"Y, no lo es? Dime…no es sencillo dejar salir tus emociones para que estas no te perturben a cada momento?"

"Pues para mi no lo ha sido nunca. Se que para ti es fácil"….dijo.

"Ahora si. Antes no lo fue. Tenía miedo de todo y de mi misma. No me podía ver envuelta en nada que estuviese fuera de los parámetros de vida en los que me enseñaron a vivir. Sin embargo…todo se aprende…. Se decide….y luego se ordena dentro de ti…"

"Espero no ponerme en problemas amiga. Pero es algo que me tiene con el cuerpo así de…así de…."

"Con ganas?", dije.

"Si. Con ganas….jajajajajajaja".

El timbre sonó. Abrí la puerta y salude a Jorge llevándolo al segundo piso. Gabriela y el se miraron un buen rato.

"Bueno, al fin los tres juntos. Ahora podremos conversar libremente de nosotros sin que nos perturben los salones de estudio, no creen?"

Jorge pasaba sus ojos entre Gabriela y yo. Ella vestía una falda un poco mas arriba de la rodilla, una blusa roja y zapatos del mismo color de la falda. Su correa era ancha con una hebilla bellísima. Su maquillaje muy sencillo pero resaltando su hermosura. Yo vestía un pantalón sastre negro, blusa celeste pastel y un pañuelo en el cuello. Zapatos negros.

Conversamos de muchas cosas antes de entrar en los temas que deseábamos tratar.

"Jorge", pregunté. "Tu eres un joven inteligente. Dime, te sientes cómodo cuando ves besarse a dos mujeres?"

"Pues no se. Nunca lo he experimentado", dijo….

Sorprendí a ambos al ponerme de pie y acercarme a Gabriela susurrándole al oído:

"Ahora es cuando tu debes relajarte y luego ver que sintió Jorge". Tomé su carita delicadamente y la besé.

Gabriela cerró los ojos mientras yo la besaba con sencillez. Jorge se quedó perplejo. No sabía qué hacer….

"Bueno?", dije. "Que sentiste?" Gabriela ya miraba ese bulto crecer.

"Pues, no sabría que decirles. Es la primera vez que veo a una mujer besar a otra.

La conversación fue amena durante media hora. Aproveché el momento para ir a servirles una bebida que tenía lista. Gabriela miró a Jorge y le dijo:

"Espero Jorge que esto que sucede sea sólo de nosotros. Será bonito poder entablar una amistad sincera entre ambos. No crees?"

"Es lo que siempre he deseado…debo llamarla profesora?...."

"Creo que mientras estemos así puedes llamarme Gabriela. Te parece?"

Jorge se acercó al sillón donde se encontraba. Su cuerpo dejaba ver el bulto de su miembro inquieto.

"Ese beso que te dio Maria Jesús me puso nervioso", dijo.

"Si?"

"Pues me pareció delicioso y excitante en extremo".

Jorge miraba fijamente a Gabriela. Esta no bajó la vista. El besó que le dio fue intempestivo. Sus labios se unieron sellando un deseo de ambos de hacía tiempo. Jorge se acercó juntando su cuerpo al de ella acariciándole la espalda. Gabriela puso en el toda su experiencia de mujer. Su mano tocó la pierna de Jorge acariciándola e insinuándosele. Sus labios se mantenían unidos y sus lenguas jugaron a encontrarse. Las piernas de Gabriela se abrieron para colocar una rodilla encima de la de Jorge. Las manos de este volaron a su entrepierna. "Ahhhhhhhhhhhhhhhhh", murmullo, casi gemido, lleno de deseos ardientes. La mano de Jorge subió más y más acariciando cada centímetro de esos muslos que se le presentaban abiertos.

María Jesús subió con la bandeja en la mano. Ingresó a la salita de estar y vio sonriente a ese muchacho hambriento como metía la mano entre las piernas de Gabriela. Ambos mantenían sus ojos cerrados. Se acercó a ellos y tosió. "Coff, coff….." Se separaron abruptamente con sus caras sonrojadas.

"Y esas caritas?", preguntó. "No tienen porque estar rojitas. Deben estar felices. Me permiten compartir con ustedes?"

"Pues claro", dijo Gabriela sin esperar lo que pasaría luego.

Maria Jesús dejó la bandeja en una mesa lateral y activó el CD que tenía puesto. La música se sitio en los oídos de todos como algo dulce. Se acercó a ellos y tomando de la mano a Gabriela le dijo:

"Sígueme y repite lo que hago, te parece?"

Empezó a bailar calmadamente. Su cuerpo se movía rítmicamente mientras que sus manos jugueteaban con él al mismo tiempo. Gabriela no sabía como empezar. Maria Jesús la tomó de las manos y la hizo seguirla con movimientos suaves. Al poco tiempo ambas se dejaron llevar por esa maravillosa música y los sentimientos nuevos que encontraban al bailarle a un muchacho que veían con los ojos deslumbrantes. Maria Jesús continuaba moviéndose sin dejar de mirar a Jorge. Sus manos de pronto empezaron a desabotonar su propia blusa hasta abrirla con suavidad dejando ver esos hermosos pechos que tenía. Jorge la miraba embobado. Gabriela abrió sus ojos sorprendida. La música se sentía lejana. Las mentes de los tres se encendieron al unísono. Maria Jesús miró a Gabriela indicándole que la siguiera en sus movimientos. Ella vio a Jorge, vio su carita de asombro y felicidad y procedió a imitar a su amiga. Su blusa cayó al suelo al mismo tiempo que la otra. Ambas mujeres unieron sus cuerpos en una danza sensual. Sus senos, aún cubiertos, se tocaron; sus manos hicieron lo mismo siguiendo la música. Las manos de una fueron a la falda de la de la otra para desabrocharla y, poco a poco, bajársela. Gabriela se desinhibió. Maria Jesús dejó caer sus pantalones para lanzarlos con fuerza fuera del área de baile. Las piernas de ambas eran bellísimas. Jorge estaba con el pene duro como una piedra. Gabriela sentía que todo su cuerpo giraba llena de deseos. Vio a Maria Jesús y le gustó lo que vio. Se acercó a ella y le quitó su sostén girando rápidamente para que esta le hiciera lo mismo. Ambas mujeres regalaron al invitado de honor con tremenda visión. Se movían haciendo que el mundo se moviera con ellas. María Jesús tomó de las manos a Jorge y lo puso de pie indicándole que ingresara al baile. Este empezó a moverse sin ritmo. Sus ojos iban de un seno al otro y de este al siguiente para volver a empezar. Gabriela le quitó la camisa con calma y sin dejar de verlo. Mientras que María Jesús le sacaba el cinturón bajándole los pantalones. Cayeron al suelo sin problemas para dejar notar ese tremendo miembro que buscaba salir de su jaula. Ambas amigas se miraron y sin mediar palabra se besaron en la boca jalando a Jorge para que este las acaricie. Jorge veía ese encuentro y se dedicó de lleno a acariciarlas. Los senos de ambas encontraron las manos de Jorge. Sus nalgas vestidas dejaron de estarlo para dejar ver sus maravillas internas. Jorge estaba como loco. Quería cogerse a ambas pero no sabia por cual empezar.

María Jesús lo ayudó al tomarlo de la mano y llevar a ambos a su dormitorio. Lentamente se internaron por el pasadizo hasta ingresar al amplio aposento. Gabriela miró a Jorge y lo llevó a la cama. Se echó en ella abriendo las piernas. Maria Jesús lo detuvo antes de que este se tirara encima de ella.

"Calma", le dijo, "hazlo todo con calma y verás las delicias que se te ofrece".

María Jesús puso su rostro entre las piernas de su amiga. Gabriela cerró los puños. Nunca había estado con una mujer pero le parecía delicioso lo que sentía. Sintió la lengua de su amiga meterse dentro de su vulva y gimió llena de placer. Sus manos se aferraron al edredón de la cama. Jorge miraba extasiado cada movimiento. La lengua rápida de Maria Jesús entraba y salía de esa cuevita llena ya de sabores. Gabriela gimió y soltó su primer orgasmo haciendo que su cuerpo vibrara.

"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh", gemía. Las manos de ambas se unieron luego en una caricia sin que esa lengua dejara de hacer lo suyo.

María Jesús poco a poco fue girando su cuerpo hasta completar los 180 grados. Gabriela abrió los ojos y vio el manjar que se le ofrecía. Imitó a su amiga con placer metiendo su lengua en su cuevita. Ambas iniciaron el juego del placer. 69 completo. Sus lenguas deseaban meterse tanto en esas cuevas como si su intensión fuese la de encontrarse en el trayecto.

Gemidos. Gritos, "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Maríaaaaaaaaaaaaaaa. Gaby", salieron de ambas.

Sus manos acariciaban cada centímetro de su cuerpo. Ambas dieron rienda suelta a sus instintos dejándose llevar por los brazos del placer. Los orgasmos salieron uno a uno. María Jesús giró su cuerpo para ahora estar debajo de Gabriela. Esta casi se arrodilló encima sin dejar de lamerle el coño dulce y sabroso, las piernas, su vientre. Maria Jesús llamó con los ojos a Jorge y le dijo que ahora era su turno. Tenía la conchita de Gabriela encima y su ano se divisaba latente. Jorge se arrodilló detrás de Gabriela. María Jesús lo vio acercar su miembro enorme. Su boca casi lo tocaba pero lo que hizo fue dirigirlo con su mano a la cuevita de su amiga. Esta abrió más las piernas para facilitar la acción. Jorge poco a poco metió su gruesa verga en el agujero que le regalaron las amigas. Maria Jesús veía ese ingreso y se aprovechaba de el jugando sin su lengua yendo entre el clítoris de su amiga y el miembro de Jorge. Ambos sintieron como sus cuerpos se llenaron de vida. Jorge metió completamente el pene dentro de Gabriela haciéndola gritar fuertemente.

"Ahhhhhhhhhhhhhhh hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh hhhhhhhhhhhhhhh hhhhhhhh……. Jorgeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee", gemía, "Mariiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!"

El pene de Jorge empezó un mete y saca endiabladamente rápido mientras que Maria Jesús se deleitaba chupando ese clítoris de su amiga que aparecía enorme. Veía como entraba y salía ese pene casi golpeándole la cabeza. Maria Jesús disfrutaba de la lengua de Gabriela. La sentía profundamente. La sentía deliciosa. Notó como ésta bebía sus jugos que uno a uno le brindara…..y supo que ello sería a partir de ahí, maravilloso entre ambas.

Jorge se mantuvo activo y con un mete y saca rapidísimo. Algún tiempo después sintió como salía de él ese flujo de semen cual chorro de manguera de regadío. Gabriela gritó nuevamente. María Jesús sentía en su lengua como salía ese chorro y presionó mas su golosa boca en esa cavidad llena de su amiga.

"Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh, que rico", decía Jorge. "Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii", al sentir la lengua de Maria Jesús como jugaba en su pene. Jorge sacó su pene momentáneamente como deseando metérsela en el culito a Gabriela pero Maria Jesús no lo dejó.

Al ver el miembro salido lo succiono literalmente con su boca para chuparlo con pasión mientras que metía un dedito en el culo de su amiga. Jorge cerró los ojos y se dejó llevar. Maria Jesús era extremadamente delicada con esos juegos. Sus huevitos ingresaron a su boca para saborearlos como si fuesen las mejores aceitunas del mundo. Jugo con ellas y luego chupó nuevamente haciendo que ese miembro volviera a sus andanzas. Siendo joven no le era difícil. Gabriela estaba en el cielo. Sus ojos se cerraron y descansaron en la cuevita de su ahora adorada amiga. Maria Jesús nuevamente tomó la iniciativa y giró su cuerpo para ponerse encima ahora de Gabriela. Jorge se retiró un momento para facilitar el cambio. El culo de Maria Jesús ahora sería de el. Antes de que se colocara en su posición le dijo a Jorge en su oído:

"Amorcito, métemelo por delante y deja que Gabriela te haga lo que yo hice. Cuando estés listo puedes pasar a mi culito que te estará esperando",y le guiño un ojo.

Jorge se acercó lentamente al rostro de Gabriela. Esta lo veía aproximarse. Que enorme lo tenía. Vio el agujero de su amiga y "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh", sintió como está e empezó a chupar su clítoris, "Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh", Jorge se acercaba más. Vio como su muñeco, como ella decía, buscaba meterse en la conchita de Maria Jesús…..lo logró y empujó fuertemente…un "Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh" fue la respuesta a su decisión. El mete y saca no se hizo esperar. Gabriela estaba en las nubes. Todo ello le resultaba surrealista, fuera de sus más profundos conocimientos. Sin embargo su instinto se atrevía a todo. Chupó. Chupó fuertemente ese pedacito de clítoris que se le presentaba a la boca haciendo que su amiga gimiera y gimiera sin parar. Al mismo tiempo veía el mete y saca explosivo de su alumno querido. Jorge se mantuvo con un ritmo increíble. Gabriela le hacia el juego por abajo acariciándole también sus nalgas. Jorge tardó un poco mas ahora en eyacular. Maria Jesús estaba dándole el orgasmo número ocho cuando eyaculó. Los gritos fueron en conjunto. Parecía un trío de cantantes en su más esplendida presentación.

"MAgggg gggggggggggggg gggggggggiiiiiiiiiiiiiiiiii iiiiiiiiiiiilllllllllllllaaaaaa aaaaaaaaaa", se escuchaba. Gemidos complejos. Placer total de los tres. Olor a sexo puro en todo el ambiente.

Luego los cuerpos cayeron de lado para darles descanso a sus dueños. Gabriela no quiso soltar las piernas de su Mari y esta se mantuvo apoyada en una de Gabriela. Jorge estiró sus piernas y cerró los ojos. Su sueño. Su hermoso sueño se había hecho realidad…. Con creces. Maria Jesús era un genio. Se durmió. Ambas amigas se acomodaron a su lado. Se miraron.

"Y ahora qué?", dijo Gabriela. "Jamás en la vida hubiera soñado que pasaría esto. Eres maravillosa Mari. No se cómo pasó pero lo que pasó fue hermoso. Ahora no se como hacerle frente a la vida".

"Pues estaremos juntas en eso Gabriela, Gaby mejor, si? A partir de ahora, si lo deseas, seremos inseparables!"

"Eso me encantará Mari. No te imaginas cuánto. Veré como me ayudas con Jorge. No deseo que se me escape de las manos en clase. Si?"

"Pues no lo hará".

Ambas se levantaron de la cama dejando a su galán dormido. Mari la llevó al baño donde se ducharon entre caricias, besos y promesas. Ya aseadas y vestidas despertaron a Jorge para que hiciera lo mismo.

Jorge se despidió ante una seña de Maria Jesús. Besó a ambas pidiéndoles que se repita todo en poco tiempo. Promesas, besos….. Maria Jesús acompañó a Jorge para despedirlo.

"Regresa en la noche a ver a Marla", dijo. "Yo me quedaré conversando con Gaby. Ya te contaré".

A solas, ambas amigas dieron rienda suelta a sus vidas. Cada una narró de la mejor forma lo que hicieran desde niñas. El asombro de Gaby fue creciendo mientras Mari le narrará sus experiencias.

Almorzaron en casa hasta que Gabriela anunció que tenía que marcharse a preparar clases para el día siguiente.

El día siguiente. Ese sería un día interesante. Siempre lo es. Maria Jesús se echó en la cama esa noche contándole a su hija lo mismo que le contara a su amiga Gabriela. Su hija la arropó. Se echó a su lado…..y la entendió.

"Te amo mami", dijo.

"Lo se hija, lo se. Y se que amas también a Jorge, verdad?"

"Mucho. Ahora mucho más".