Maria hace realidad mis más secretos deseos .

Como una playa desierta puede darnos muchas sorpresas...

Llevaba ya mucho tiempo con la misma fantasía rondando por mi cabeza o para ser más exactos desde que mi pareja, un día jugando conmigo en la cama, me contó una historia totalmente inventada de cómo había tenido relaciones sexuales con un desconocido en el baño de una cafetería mientras yo la esperaba pacientemente tomando un café; recuerdo cada palabra, cada susurro, cada una de las cosas que me dijo para describirme aquella fantasía, desde ese mismo momento decidí que quería… verla con otro hombre.

A partir de aquel entonces se sucedieron muchas historias en las que ella estaba con otro hombre o era el centro de varios de ellos y yo no pasaba de simple espectador. Ella me las contaba ante mi insistencia, pero tan solo lo hacía para ver en mis ojos el deseo y la excitación que eso me provocaba y no porque ella lo deseara realmente…

Como pasa muchas veces la idea fue creciendo dentro de mi cabeza y los posibles planes para hacer esos sueños realidad fueron multiplicándose….y por supuesto también las dudas: ¿con que hombre?, ¿cómo elegirlo?, ¿un profesional o un simple desconocido?, ¿dónde?, ¿cerca de donde vivimos? ¿y si nos reconocen?... el plan siempre tenía muchos fallos y no veía posibilidades de realizarlo.

Hasta ese día el plan que más ventaja llevaba era a la vez el más sencillo de todos; contactar con algún profesional al que decirle exactamente lo que quería, pagar y poder pararlo todo si algo salía mal, un hotel de alguna ciudad próxima, unos pañuelos de seda para atarla y cubrirle los ojos y lo más importante, lo fundamental: excitar a mi pareja hasta lugares nunca soñados, de forma que cuando sintiera las caricias de unas manos extrañas no quisiera acabar con el juego….

La idea se volvió una obsesión y ya incluso afectaba a nuestras relaciones sexuales, cada vez me volvía más insistente en la cama para que se inventara más fantasías y me diera más y más detalles… lo deseaba intensamente.

Decidí que todo aquello había llegado demasiado lejos y que si no quería estropear lo que tenía debía reservar esas fantasías para mi y dejarlas arrinconadas en la zona más oscura de mi mente.

Después de unas semanas realmente lluviosas por fin llegó el verano y el tiempo de ir a la playa. Tengo que confesarlo, no me gusta nada la marca que se queda cuando te quitas el bañador: la mitad de las piernas morenas y la otra mitad blancas como la leche. Desde hace algunos años aprovecho que libro entre semana para buscar alguna playa con muy poca gente para poder bañarme y tomar el sol desnudo y poco a poco descubrí algunas donde esto era posible. Hay una que me gusta en particular hay demasiados hombres y muy pocas mujeres… pero no me importa, prefiero que desaparezca la marca.

Aquel día de principios de junio era festivo en la localidad donde trabajaba mi pareja y yo lo cogí libre para coincidir con ella, el plan era sencillo: playa hasta morir de insolación. Tanto le había comentado de la playa a la que iba que me dijo “vamos a esa que te gusta para que tu puedas desnudarte y yo me pueda quitar la parte de arriba del bikini sin estar pendiente de que me mire todo el mundo…”. Coche, toallas, cremas…”parecemos viejos”, “si, si, pero luego bien que lo agradeces”, entre las típicas quejas y los no menos típicos comentarios tras unos cuantos kilómetros llegamos hasta allí.

Era temprano y todavía no se veía a nadie ni en la arena, ni bañándose en el mar. Nos pusimos en un lugar privilegiado entre rocas que tapaban parte de la playa y, sobre todo, del molesto viento que se levantaba por la tarde…. así nos dispusimos a pasar el día.

Bañador fuera y primer baño. Mientras tanto ella se había asegurado de no dejar ni medio milímetro de su piel sin crema de protección factor un millón, y empezaba a darse una protección “especial” en las zonas más delicadas… podría contar que mi pareja es normal, ni fea ni guapa, una del montón….pero la verdad es que mentiría. Es una chica joven, guapa, y sobre todo muy bien proporcionada, con unos pechos preciosos y un culo estupendo que siempre apetece acariciar. Se puede decir sin mentir que llama la atención.

Después de un rato bañándonos, de salir y quedarnos medio adormilados por el sol, me di cuenta de que a cinco o seis metros !!no había más sitio en la playa!!, se había sentado un chico al que había visto alguna vez por allí. También le gustaba el nudismo y no mostraba demasiado interés cuando me veía solo.

El chico se había quitado el bañador y su pene en reposo se veía bastante grande incluso desde aquella distancia, Maria entreabrió los ojos y mirando al chico durante unos momentos se volvió hacia mi para decirme con una sonrisa “!a que playa tan fantástica me has traído!”, para a continuación darse la vuelta y seguir mirándole. El chico, que sin duda sabía que le estaban mirando, dio lo mejor de si mismo para aparentar un poco más, mucha posturita, mucho músculo, para acabar dándose una especie de aceite por todo el cuerpo que hacía que mi moreno pareciera solo una máscara pálida.

Conscientemente o no empezó a entretenerse en su miembro, dándole crema y masajeándolo, a esas alturas y desde nuestra posición ya parecía algo más que simplemente grande, Maria seguía mirándolo con atención con los ojos entornados y en un momento dado su mano descendió lentamente por mi pierna como queriendo acariciar aquello que veía a lo lejos. Mientras el lucia figura, ella pasaba la mano una y otra vez por encima de mi bulto que empezaba a crecer claramente.

Después de un rato de juegos y de lograr que mi erección fuera completa, repentinamente pareció perder el interés y se volvió boca arriba poniéndose mi camiseta tapándole toda la cabeza para protegerse del sol; se la veía preciosa con los pechos al aire y la braguita del bikini marcando lo que yo sabía eran unos preciosos y depilados labios.

Decidí que si ella me había llevado a este ese punto por lo menos yo podría vengarme… sin importarme lo más mínimo el chico o las miradas indiscretas que pudieran dedicarnos, deslice mi mano entre sus piernas y empecé a acariciar suavemente  la cara interior de sus muslos, poco a poco fui subiendo la mano hasta colocarla a la altura del elástico de su bikini, y oyendo un ligero suspiro que einterpreté de inmediato como un consentimiento expreso, pase mis dedos por debajo de la tela encontrándome con una humedad que me cogió totalmente desprevenido: estaba francamente excitada, más de lo que unas sencillas caricias pudieran hacer pensar, esa excitación iba más allá…

Seguí acariciándola para que sus suspiros se convirtieran poco a poco en ahogados gemidos de placer, todos los sonidos venían amortiguados desde debajo de la camiseta, pero lo que notaban mis dedos era más que suficiente. Mi mirada se volvió hacia el chico descubriendo que ya nos miraba sin ningún disimulo, eso, acordándome de mi oculta fantasía, hizo que fuera todavía mas descarado en mis movimientos debajo del bikini.

Cuando pensé que todo había llegado demasiado lejos como para dejarlo correr, intenté ir un poco más allá; muy despacio fui intentando deslizar la braguita hacia las rodillas y ante mi sorpresa Maria levanto muy despacio las caderas para ayudarme en aquel intento, poco a poco el bikini termino de deslizarse dejándola completamente desnuda y con las piernas ligeramente abiertas.

Devolví la mano a su posición anterior y empecé de nuevo a mover mis dedos suavemente, pero esta vez alce la mano lo suficiente como para que se notara claramente lo que estaba haciendo, al poco tiempo mi erección amenazaba con hacer explotar mi pene y el de el…el de el se había convertido en una enorme polla que ya no intentaba ocultar.

No podía dejar de desear que se acercara ni sabia que inventarme para hacer que el lo comprendiese, por suerte para mi el espectáculo debía de ser lo suficientemente gráfico para que entendiese que no sobraba en aquella situación…

Levantándose silenciosamente, caminó hasta la orilla y andando despacio se dirigió hacia donde estábamos nosotros sentándose sin hacer ningún ruido a tan solo medio metro.

La situación era irreal: yo no paraba de mover la mano entre los muslos de Maria, mi pene parecía querer reventar y su polla….bueno, su polla vista de cerca era realmente grande y dura y desde luego superaba con creces el tamaño de la mía… poco a poco me recosté sobre la toalla y comencé a bajar el ritmo de mi mano y a susurrarle a Maria en el oído”¿te acuerdas de las historias que me cuentas cuando estamos a solas?, hoy te voy a contar yo una a ti….”, mientras mi mano no paraba quieta ni un momento, el chico había empezado a masturbarse muy despacio, y yo le iba contando a Maria “el chico que has visto antes y te ha gustado se ha acercado a nosotros, se ha acercado mucho y está mirando como intento hacer que te corras…”, un gemido de placer se oyó desde debajo de la camiseta y me envalentonó aún más “Maria, nos está mirando y se está acariciando su polla, no te puedes ni imaginar lo grande que es….y lo cerca que está de nosotros”, nuevo gemido de placer, a estas alturas notaba que tanto mi mano como la de el se movían al compás a un ritmo demasiado frenético para lo que yo soñaba….”esto va demasiado rápido”.

Bajé el ritmo de mi mano y vi como inmediatamente el bajaba el ritmo de la suya, unas gotitas se empezaban a dejar ver en la punta de su pene y pensé que era el momento de dar el siguiente paso, le hice un gesto con la cabeza y mientras el se levantaba muy despacio, le susurraba a Maria “he visto brillar unas gotitas en la punta de su polla, creo que le falta muy poco….se va a correr mirándote”, nuevo jadeo, “no, espera, se esta acercando muy despacio, se acerca sin dejar de mover su mano…” a estas alturas el estaba tan cerca que ya podía entender lo que yo le decía a Maria, mirándole a los ojos retiré poco a poco los dedos de su coño y empecé a masturbarme muy lentamente.

Como si hubiera entendido el mensaje, el acercó con temor su mano y empezó a subirla lentamente como me había visto hacer a mi a través de sus muslos, la mezcla de deseo, celos, excitación que sentí en ese momento no puedo describirla… los muslos de Maria se tensaron al sentir el contacto de la mano, pero sus piernas continuaron abiertas, el, animado por aquel gesto, siguió subiendo muy despacio y cuando yo creía que iba a acariciarla como yo lo había hecho, hizo con sus dedos un semicírculo muy sugerente y esquivando la zona más húmeda continuó hacia sus pechos, después de unas caricias se centro en el contorno de los pezones, Maria se retorcía buscando el contacto de sus dedos pero el no terminaba de darle ese placer, después de unos momentos que parecieron interminables, el comenzó a descender lentamente su mano… cuando llegó al poco vello que ella tenía un nuevo jadeo le indicó con claridad cual era el siguiente paso,  empezó a acariciarla subiendo y bajando los dedos por sus húmedos labios, yo lo miraba sin decir palabra, extasiado, sabiendo con seguridad que Maria se daba perfecta cuenta de que aquella no era mi mano, en mi cabeza se juntaban mil deseos, quería que ella se corriera, quería correrme yo, pero sobre todas las cosas quería que el se corriera encima del mismo coño que ahora acariciaba….

Como leyéndome el pensamiento el comenzó a masturbarse de nuevo con la mano libre, no podía dejar de mirar la escena, de repente note como la mano de Maria buscaba ansiosa mi pene, necesitaba agarrarlo al mismo tiempo que el la masturbaba, cuando lo tuvo cogido y después de acariciarlo unos momentos vi como su otra mano se separaba de su cuerpo para explorar a su alrededor, primero bajo muy despacio hacia su propio coño, y cuando alcanzo la mano de el lo acompaño unos momentos en su movimiento para luego alzarla por su brazo, alcanzar el torso y empezar a bajarla muy despacio hacia lo que el cogía con su otra mano…hubiera querido correrme en aquel momento pero no podía perderme ni un momento de ese espectáculo, ví como su mano se entrelazaba con al de el y comenzaba a masturbarle muy despacio, las venas de el parecían a punto de estallar con cada subida y bajada de sus manos, de repente Maria pasó sus dedos por la punta como queriendo coger aquellas gotas que le había dicho que brillaban, con ellas entre los dedos se fue acercando la mano hacia su boca y jamás olvidare como su lengua recogió aquel líquido recorriendo y mojando con el sus propios labios…

Mientras me recreaba en el espectáculo decidí que había llegado el momento de que yo utilizara también mi lengua, a Maria solía volverla loca ese gesto tan íntimo, apoye mis labios en sus pechos y poco a poco me fui deslizando lentamente hacia su entrepierna, la mano de el me estorbaba…. mirándome fijamente la retiro y mientras se acariciaba de nuevo con ella se acercó de rodillas poco a poco a la camiseta con la que se tapaba Maria, se acercó de tal manera que la punta de su polla se quedo a unos milímetros de su barbilla semi descubierta… como presintiéndola, ella giro levemente la cabeza hasta que la punta rozo su piel, yo que miraba desde abajo con ojos llenos de deseo ví como, con un ligero jadeo, asomaba de nuevo la lengua y volvía a recoger las gotitas de la punta de su miembro…

Fué demasiado para todos, el chico, sin poder aguantar un segundo mas acercó decididamente la polla a los labios de ella y ella abrió la boca para recibirla entera como solía hacer conmigo, ni siquiera movía las manos para hacer de tope o frenar los movimientos de el, simplemente se la tragaba entera con cada movimiento de caderas que el hacia, no solía beberse mi semen cuando yo me corría en su boca pero algo me decía que si aquel chico se corría no iba a dejar de tragar una sola gota…. mientras el la metía una y otra vez, mi lengua no paraba de lamer todo su coño para que su excitación y su deseo no bajara ni un solo segundo, normalmente cuando conseguía que se corriese descansábamos unos segundos para que ella siguiera conmigo o simplemente para pasar a otro juego, noté las primeras convulsiones y seguí lamiendo mientras el le follaba la boca…

Su orgasmo fue intenso y largo, los espasmos recorrieron todo su cuerpo, pero el, ensimismado en su vaiven no debió notarlo, de forma que continuo con sus embestidas… me alejé de sus labios y sentí envidia de lo que le estaba haciendo al desconocido, por su parte, este, debiendo sentir la cercanía de su propio orgasmo y envidiándome a su vez a mi, decidió descender lentamente hasta ponerse en mi misma posición… ahora si, Maria tanteo mi cuerpo y me la agarro con la mano y la guió hasta su boca…yo no sabía que había sido mas excitante: si ver su boca violada por esa enorme polla mientras yo se lo lamía, o ver a ese extraño lamiéndole el coño teniendo ella la mía en su boca.

Ese intercambio de posiciones le había dado a Maria el tiempo justo para recomponerse y desear de nuevo otro orgasmo, y mientras movía su mano y sus labios sobre mi falo, llevaba la otra hasta la cabeza de el para presionarle contra ella… no se que hizo que aquello cambiara, supongo que la necesidad y el deseo de el de correrse, pero de improviso cambió de posición y, cogiendo la mano de Maria, la deposito directamente en su coño… ella después de un momento de vacilación comenzó a masturbarse muy despacio dejando una visión que debía de ser embriagadora: una mujer joven y guapa, masturbándose con sus dedos, y con la polla de un hombre entre sus labios…

Ella no pudo ver como el comenzaba de nuevo a masturbarse y a ponerla aún mas dura de lo que estaba antes, el hilo de semen le discurría por todo el pene perdiéndose entre sus muslos y entonces… sucedió….

Yo no estaba preparado para aquello y creo que ella tampoco, cuando tienes tus fantasías no existen esos momentos de duda en los que ves como un desconocido, con el miembro  en su mano y muy cerca de correrse, se va acercando lentamente al coño de tu pareja… yo no lo detuve y Maria no dejó de chupar y masturbar la mía de forma que….el la acercó muy despacio y, con movimientos suaves empezo a mezclar su hilillo de semen con los fluidos y la saliva que había en el coño de Maria, ver como movía su enorme polla entre los labios de ella sin acabar de entrar en el… creí morir de placer, sin duda esa será la imagen que utilizaré una y mil veces para excitarme como jamás lo he hecho antes.

Cuando ella empezó a mover sus caderas invitando y deseando que el la metiera, el, muy despacio la introdujo entera en su coño. Maria dejó de chupármela para desgarrar el aire con un gemido que ni la camiseta que aun tapaba parte de la cara pudo mitigar, yo comencé a masturbarme mientras el aceleraba sus movimientos hundiéndola cada vez un poco mas, los jadeos de los tres empezaron a entremezclarse y yo no sabia quien estaba más cerca del final, los movimientos de el, la mano de Maria, su boca, nuestros gemidos….nada se detenía un solo instante.

De repente Maria lanzo un grito y empezó a convulsionarse presa de un tremendo orgasmo, esa fue la señal que necesitabamos nosotros dos… vi como el sacaba su polla justo para que el primer chorro de leche inundara todo el coño de ella, para después con otro movimiento de cadera incrustársela de nuevo hasta el fondo para que toda la demás llenara su vagina…yo no pude mas y girándole la cara me corrí en su boca mientras ella la entreabría para recibir toda mi leche…y esta vez, por fin, vi como se la tragaba toda pasando su lengua una y otra vez por sus labios.

Los tres caimos rendidos sobre las toallas, el silencio parecía invadirlo todo tan solo roto por nuestras respiraciones aún jadeantes….Al cabo de lo que pareció una eternidad, el chico sin decir palabra se levantó y con una sonrisa en los labios se marchó paseando para recoger sus cosas…

Maria y yo permanecimos en la misma posición sin saber que decirnos hasta que ella, dándome un fugaz beso en los labios, se acercó hasta la orilla….  al cabo de unos momentos empecé a acercarme a ella por detrás con un remolino de imágenes en mi cabeza que apenas podía asimilar. Cada vez que recordaba algún momento en concreto algo parecía cobrar nuevo vida ahí abajo… cuando me acerqué lo suficiente pude ver como entre sus piernas se escurrían pequeños regueros de semen, y como ella seguía con los dedos entre sus labios y con un intenso brillo de deseo en sus ojos….