María - Capítulo 01

Mientras que Gerardo trata de encaminar su vida, una Cinthia melancólica recuerda tiempos pasados con su ex marido. Mientras tanto, una persona del pasado hace su aparición.

María:

En algún momento de la segunda quincena del mes de Noviembre de 2020.

Dos personas se encuentra en una habitación oscura del Sanatorio Colegiales. Acaban de tener un momento de pasión y ahora están descansando un rato mientras se reponen de un par de horas bastante intensas. La mujer se encuentra apoyada sobre el pecho del hombre mientras le pasa su mano por sobre su cabeza pelada. Es en ese momento cuando él le suelta a la mujer:

“- A ver, María… Decime… ¿Por qué esa manía tuya por querer romper esa pareja? ¿Qué tiene ese tal Gerardo que te tiene en ese estado?”

“- Eso es algo que no te incumbe, bebé… pero si lo querés saber te lo voy a decir. Tan solo estoy encaprichada por no poder conseguir algo. Y vos sabés que yo soy una persona que lo que quiero, lo obtengo. Gerardo es alguien que se me escapó… casi fue mío, pero en el último minuto pasó algo que no sospeche por nada y así como entró en mi vida, así se fue.”

“- ¿Y crees que esto funcione, María? Cinthia me parece una mujer que no va a caer en esto.” Le dice él a la mujer mientras ve el perfil de la red social Hi-5 de Cinthia, perfil que María le dio para que la tratará de seducir y así acabar con el matrimonio de Cinthia y Gerardo.

“- Ariel, vos solamente tenés que hacer lo que te digo y nada más. Cinthia va a caer por que voy a hacer que caiga.”

"- ¿Y como vas a hacer eso?”

"- No te lo voy a decir. Es algo personal.”

"- Bien, bien. Lo que digas. Seguiré con las rondas. Termina de cambiarte y salí a hacer las tuyas que ya te tienen entre ceja y ceja y te podrían despedir en cualquier momento. Y vos sabés que no les importa la pandemia a los de acá, a la hora de despedir a alguien.”

"- Si, no te preocupes, cariño. Ve a hacer tus rondas y yo haré las mías.”

Ambos enfermeros se visten, dejando una habitación apestada a olor a sexo.

Cinthia:

Martes 16 de Febrero de 2021. Por la Tarde/Noche.

Hace casi un poco más de un mes y medio que no sé nada de quién fuera mi esposo y padre de mis hijos. Lo último que supe por parte de mis hijos, es que se fue del país mediante una invitación recibida por un amigo de la infancia. Pero ni idea a qué país se fue. Y hace dos días que salí del hospital luego del accidente en que me ví envuelta. Miro mi vientre y pienso que me salve de una muy jodida. Aunque quise que mi esposo estuviera conmigo mientras estaba en el hospital, el que si estuvo, aunque con renuencia mía, fue Ariel. Ni bien se enteró de mi accidente se apersono a la habitación en dónde estaba. Aunque hay varias camas ocupadas por la pandemia, tuve suerte de que me dieran una a mí. Ahora estoy en casa y estoy viendo viejas fotos de Gerardo y mías. Al verlas logro deslumbrar como los años hicieron mella en nosotros dos. Cada foto que paso, es el vivo reflejo de la época en que fue tomada. En algunas se lo ve con cara de cansado a Gerardo, en otras más alegre, en otras fotos incluso se lo ve melancólico. Y yo también puedo decir lo mismo de las fotos en dónde yo aparezco.

Pero, una foto en particular me hace remontarme al momento en que empezamos a tener relaciones sexuales. Era una foto de nuestro aniversario de novios. El tuvo que esperar un poco más de un año, aproximadamente, a que yo estuviera lista y me hubiera sacado todos mis miedos. Igualmente yo era una nena con 16 años.

Recuerdo como fue todo. Los dos estábamos nerviosos. Jamás se lo dije a Gerardo, pero yo estaba mucho más nerviosa que él esa primera vez.

Tras unos cuantos mimos y besos y unas cuantas caricias, el me acostó sobre su cama y entre besos y promesas de amor, fui abriendo mis piernas para permitir que por primera vez su pene entrara en mí. Lo hizo muy lentamente para que yo no sintiera dolor. Ver esos ojos penetrantes y melancólicos de mi novio en ese entonces y futuro marido, junto con esa metida lenta de su pene en mi vagina, hizo que sintiera un pequeño orgasmo que provocó que saliera un gemido de mis labios. Y eso pareció que le encantó oír a Gerardo, por qué ví que sus ojos tenían un algo de lujuria. Una vez que metió su pene sentí la sensación de que mi himen se rompía. Y ahí lo supe. Gerardo se llevaba mi virginidad. Y unas lagrimas de felicidad cayeron por mis mejillas. Todo el acto fue lento y romántico. Para ser nuestra primera vez, él se encargó todo el tiempo de cuidarme y de hacerme disfrutar a mi, sin descuidar su propio goce. Me acuerdo que esa primera vez ambos llegamos al mismo tiempo, mientras nos mirábamos a los ojos.

En eso recibo una llamada de Ariel. Maldigo la inoportunidad de éste sujeto que con su llamado hace que se me corté toda la excitación que tenía en ese momento recordando esa primera vez con mi marido. Me quiere invitar a un bar. Al decirme el nombre del mismo me doy cuenta que es el mismo que Gerardo nombra muchas veces. Pensando que a lo mejor lo vería ahí a mi amado Gerardo, le digo a Ariel que si a la invitación. Pero, una vez que corto la misma llamada me doy cuenta de la cagada que me había mandado. “- ¡Tonta, Cinthia, tonta! Si vas acompañada de Ariel, en vez de provocar un acercamiento con Gerardo, vas a hacer que se alejé más de vos.” -me digo para mis adentros. Vuelvo a llamar a Ariel y cancelo todo. No le gusta, obviamente, pero lo hecho, hecho está. Cuando digo esas palabras me acuerdo que Gerardo las repite mucho cuando hace algo que sabe que puede ocasionar un problema. Vaya, se me han pegado algunas cosas de él.

Decido ir a lo de mí prima en la localidad de Ramos Mejía. Últimamente no anda bien. Su marido demostró ser un ser inescrupuloso. Lo último que supe fue que iba a dejarla en la calle ya que le estaba bicicleteando con un pago mensual del alquiler del departamento en donde estaba viviendo ella con la hija de ambos. Es más, llego a decirle que de última él se quedaba con su hija y que ella se vaya debajo de un puente a vivir. ¡Esa no es manera de tratar a la que fue tu esposa y es la madre de tu hija!

Durante la cena trato de alegrarle el mal trago que está viviendo con su ex y le propongo de salir luego a tomar aire. A eso de las 00:30 de la mañana salimos a dar una vuelta. A la media hora nos sentamos en un banco de una plaza que reconozco como la Plaza Mitre. Al cabo de media hora veo salir de una casa que reconozco a Gerardo con una mujer.

Mí corazón empieza a latir con fuerza. ¿Quién es esa mujer? ¿Y que hace saliendo de la casa de los padres de Gerardo, con Gerardo? Le digo a mí prima de seguirlos, pero ella me dice que no lo haga. Que deje a Gerardo en paz. Que ya demasiado daño nos hicimos mutuamente. Que si él logró rehacer su vida, mucho mejor. Me dice que ahora es mí turno para rehacer la mía. Yo le digo que tiene razón, que debo de rehacer mí vida. Que ya basta de llorar por una relación que terminó cómo terminó. Solo hay un pequeño problema…. ¡Gerardo es mío y de nadie más!

Gerardo:

Martes 16 de Febrero de 2021. Por la Mañana.

Me desperté alrededor de las 8:00 de la mañana tras haber tenido un sueño de lo más reparador. Verónica ya se había ido a ver a sus hijos a la que una vez fuera su casa y yo decido ir a lo de mis padres. Debía de decirles lo que había pasado entre Cinthia y yo. Finalmente había llegado la hora de hacerles frentes a ellos. Dos personas que siempre me consideraron la oveja negra de la familia por mí maldita sinceridad en decir las cosas en los momentos más inoportunos. Veremos cómo se toman la noticia de esta separación. Y dependiendo de eso veré si les digo del “embarazo” de la que una vez consideré el amor de mí vida.

Mientras desayuno veo en mí WhatsApp un mensaje de Katerina, preguntándome si había llegado bien a mí país. Le digo que sí. Que le mandé saludos al loco de Mariano. Me dice que me va a extrañar ya que no tendrá a su conejillo de indias preferido para comer cosas picantes. Ese comentario me causa gracia y le respondo con un emoji enojado. Ella me dice que fue broma, a lo que le respondo con un simple “- Lo se”. Luego le mando mis saludos y le digo que yo también la voy a extrañar. Sobre todo su sentido del humor tan particular. Me manda saludos para todos y cortamos.

A los dos minutos recibo un mensaje de Santiago informándome que toda esa información que le había pedido antes de irme a México ya la tiene y me dice que me envió un archivo .rar mediante un mail con toda ella. Que la vea cuánto antes y que me va a gustar lo que hay ahí. También me informa que encontró el perfil de Ariel en Facebook y me dice que lo busque usando un amigo en común que tenemos. Eso me extraña un poco y se lo hago saber, y es cuando me dice que la razón que ambos tenemos en común un amigo es por los hobbies mismos. Ariel resultó ser un freekie de todo lo que tenga que ver con Star Wars y la cultura del cómic, manga y anime.

Al estar solo en mí nuevo departamento, esa tarde, me pongo a ver toda la información que me dio San. Y luego de estar por dos horas revisando todo eso, entro a buscar el perfil de éste Ariel.

"-Vaya. ¿Asique es cierto lo que me dijo? Compartimos un amigo en común en las redes sociales."

Empiezo a revisar el perfil del supuesto amante de mí esposa de punta a punta. En él veo imágenes de él con Cinthia. Imágenes de ambos comiendo en un restaurante de Puerto Maderos, en la misma Costanera, incluso algún que otro bar. Lo que me llama la atención es que siendo enfermero, le permita a Cinthia tomar alguna que otra bebida alcohólica estando embarazada. Si, supe que era enfermero por las fotos que tiene en su mismo perfil.

También otra cosa que me llamó la atención es que es partidario del gobierno actual. Tiene muchas publicaciones idolatrando al gobierno corrupto de turno.

“- Ya se por donde entrarle a este sujeto.” – pienso para mis adentros.

Supongo que Cinthia ésto no la sabe, por qué de saberlo, no hubiera salido nunca con él. Ella detesta a los fanáticos de cualquier partido político. Sean oficialistas o de la oposición.

Cuando reviso las amistades que tiene Ariel me encuentro con algo que jamás me hubiera pensado encontrar. El perfil de Facebook de…. ¿¡Maria!? ¿¡Ariel conoce a María!? Es cuando me empiezan a cerrar muchas cosas. Más vale que lo que pienso no sea así como lo estoy pensando por qué si María pensó conocerme enojado desde esa última vez que hablamos…. No me conoce furioso al extremo.

Sigo husmeando por el perfil de éste sujeto y si, es como decía Santiago, es fanático mal de toda la cultura geek del momento. Si antes pensaba que por el lado de la política podía entrarle a Ariel, acá veo un camino más rápido de hacerlo.

Pero hay una publicación que me llama la atención. Es una foto.

Una foto, en donde aparece Ariel en una cama alzando un dedo en señal de victoria con una leyenda que dice “Después de salir bien de la vasectomía.”

En ese momento descubro que el bebé que está esperando Cinthia es mío y de nadie más.

Y voy a pelear por esa paternidad.

Sin dudarlo, le mando una solicitud de amistad. Y con ese acto, y recordando las palabras de aquel sujeto que conocí en México, comienzo mí plan.

A eso de las 6 de la tarde llega Verónica. La noto muy cansada y le pregunto que ¿qué tal todo con sus hijos y marido?

Ella me dice que está todo bien por suerte. Que los vió a todos bien. Que pasó un buen momento con sus dos hijos. No así con el padre de ellos.

Pero bueno, así es la vida.

Le digo si no quiere unos masajes para relajarse un poco del día que tuvo y me dice que sí, que muchas gracias. Es cuando le digo que se siente en una silla que tengo enfrente y así poderle dar unos masajes relajantes. Cosa que hace y comienzo a hacerle por al menos una media hora de masajes, los cuales me agradece enormemente. Luego me pregunta a dónde me iba, ya que vio que había unas bolsas con cosas listas en la puerta. Le digo que a lo de mis padres y la invitó a venir conmigo. Verónica acepta la invitación pero antes me dice que debe de darse un baño y se dirige al mismo.

Cuando cierra la puerta veo que me guiña el ojo como invitándome a bañar con ella. Cosa que declino en ese momento.

¡Ojo! Verónica es una mujer bella, y en cualquier otro momento de seguro hubiera aceptado esa invitación sutil a bañarme con ella, pero ahora solo pensaba en recuperar a Cinthia.

A los cinco minutos de estar bañándose oigo un ruido proveniente del mismo baño y entro rápidamente y sin pedir permiso. Lo primero que siento al entrar es una lluvia de agua cayéndome de lleno en toda mí persona y a una Verónica desnuda riéndose.

“- ¿Y? ¿Vas a entrar?”

“- Asique con que esas tenemos, ¿Eh?”

Me saco la remera y se la arrojo directo a la cara, para luego sacarme el resto de la ropa y meterme en la ducha con ella. Si quiere guerra, la va a tener.

Llegamos a lo de mis padres pasadas las 21 horas. Presento a Verónica como una amiga de la infancia, la cual me encontré de casualidad ese día para no generar comentarios indebidos y ella me ayuda con la pantomima. Luego de la cena, me acerco a mí padre y le doy la noticia de mí separación con Cinthia. Pero no le digo nada de Ariel, ni de todo lo que vivimos ella y yo. Mí padre me dice que ya lo sabían, ya que habían ido durante el mes de Enero a mí casa y al no verme ahí le preguntaron a Cinthia y ella dijo que nos estábamos tomando un tiempo por unos problemas que habían surgido sin dar mucho detalle. Al menos se comportó bien Cinthia con este tema delicado.

Aunque mí padre lo tomo bien, no así mí madre. ¿Cuándo no? Me cuestiono todo. Cómo si yo tuviera la culpa de la separación. ¿Y como culparla por mí pasado? Pero esta vez fue por Cinthia el tema de la separación. No por mí. Pero aún así, mí madre, siempre mal pensada, volvió a pensar mal de mí. Bueno, yo ya estoy acostumbrado a ese trato que tiene ella conmigo. Hay veces que pienso que jamás vamos a poder estar bien los dos.

Vero y yo nos marchamos de la casa de mis padres alrededor de la 1 de la mañana. Cómo la noche es joven para nosotros, decidimos dar una vuelta por Ramos Mejía. Aunque todo está medianamente cerrado por la pandemia, al menos podemos caminar tranquilos por sus calles. Es cuando ella me suelta sobre la letra que tengo tatuada en mí pecho. Le digo que es la inicial de alguien que conocí en mí estancia en México. Vero quiere saber sobre esa persona y le digo que llegado el momento se lo iba a contar, pero que no me fuerce a hacerlo.

Después de un buen rato de caminata sin rumbo fijo, nos volvemos a nuestro departamento a dormir.

Continuará…