Maria, aquella persona que me odiaba

Ella y yo nunca nos llevabamos bien, me entere de que decia mentiras sobre mi y eso me molesto, bastante.

Todo esto pasó en el año 99, cuando mi vida en Murcia estaba apunto de acabar para largarme a otra ciudad, todo esto se debe a un cúmulo de circunstancias que ahora no vienen al caso...

Era un sábado y habíamos quedado mi amigo Guillermo y yo, con dos amigas (Vero y Maria) y luego todos nos emborracharíamos e iríamos a bailar y todas estupideces que hacen los jóvenes de hoy en día.

Vero era pequeña con buen cuerpo, algo tonta y la ex de Guillermo, y Maria..ella era una calentona, alguien a quien yo odiaba y ella me odiaba a mí, su pelo negro le caía a un lado de su cara, con su peca negra de niña bien, sus 17 años, su 1,60 de estatura y sus vestidos cortos y ajustados, le gustaba provocar, ir de devora hombres, bailar como una pecadora...no la aguantaba. Ella me odiaba por que un día me metí con su culo del cual ella esta totalmente acomplejada, la verdad es que no es perfecto, ni muy grande ni muy pequeño, sé que para muchos es como les gusta, pero desde ese momento la muy estúpida me tomo recelo y decía por ahí que yo era un gilipollas etc etc... desde que me entere de lo que decía solo deseaba cogerle su culito y reventárselo por calentona y estúpida.

Esa noche tenia la cara que se podía tener ante tal panorama, la de alguien que no esta a gusto, tres botellas cayeron (vodka, licor43 y ginebra) así que imagínense el panorama de toda la gente y yo no bebía. Estuvimos un rato largo en aquella discoteca, Vero se había vuelto a liar con Guille y yo andaba en la barra viendo como la zorra de Maria bailaba con todo hombre que se le acercara con esos movimientos sexys de caderas, con los brazos en alto, y su pelo ondeando de lado a lado, en mi pensamiento solo aparecía ella siendo violada en el servicio por todos esos tíos que había excitado y veían insólitos como los rechazaba a todos. Mi imaginación había puesto a Maria en mil posturas de sufrimiento y yo sin querer me note excitado de sobremanera, así que mi lado perverso que ella había despertado estaba tramando un plan.

Quedaba poco para recogernos y ya habían caído unas cuantas rondas de chupitos mas, por lo que mis tres acompañantes de esa noche ni se mantenían en pie, mi plan estaba empezando a dar sus frutos, ahora sólo quedaba la parte difícil.

Me acerqué a Guille y le dije que acompañara a Vero a su casa que no se preocupara por mí que yo acercaría a Maria y así podía él intentar echar un buen polvo esta noche y que mañana hablaríamos, él quedo complacido con la idea, pues estaba borracho y algo excitado, así que cogió a Vero y se la llevo de aquella discoteca, yo me quede esperando en la barra a que saliera Maria del cuarto de baño, por lo que tardaba seguro que fue a vomitar, pero ya venia, me pregunto donde estaban aquellos dos y le dije que se habían ido a casa que no se encontraban bien, ella casi caída por el alcohol se enfado y quería irse a casa, la acompañe aunque ella estaba con cara de "no me toques que soy muy diva" pero yo la agarraba de la mano para que no se cayera.

Hice un pequeño alto en el camino en el portal de mi edificio que estaba de camino al de ella, le dije que se sentara y que procurara ver si se le pasaba algo antes de entrar a su casa con esa pinta, ella con los ojos semicerrados se sentó y agacho la cabeza, abrí la puerta y la acompañe hasta el ascensor, como se había sentado y levantado rápidamente el mareo de ella se hizo insoportable y ya no tenia fuerzas ni para hablar, la subí al techo del edificio del cual yo tenia las llaves, mientras le decía que le seria bueno tomar el aire en un lugar fresco.

Una vez arriba la senté con su cabeza agachada, su top rosa casi se le caía dejando ver aquellos pechos del tamaño de una manzana, pude ver que llevaba un tanga negro debajo de esa faldita corta, y mi erección fue positiva.

Quiero...irme a casa nene....—decía ya casi durmiendo.

Descansa un poco niña—

Espere un poco hasta que el mareo le hizo casi caer de sueño y metí la mano por debajo de la falda, deseaba tocar sus labios vaginales y comérmelos, la fui acostando en el suelo mientras mi mano se deslizaba por sus piernas, le subí la falda y vi como se estremecía sin saber que le estaba pasando. Note que estaba húmeda así que decidí ponerme manos a la obra, le quite su tanga y con facilidad conseguí ponérselo de mordaza para que no chillara, en ese instante abrió los ojos y al parecer ya se dio cuenta del panorama que había, empezó a chillar y ha patalear, y me resultaba difícil dominarla, con un fuerte movimiento la puse mirando el suelo y conseguí atarle las manos con una cuerda que tenia a mano entre todos los desperdicios de aquella terraza.

Una vez estuvo bien sujeta proseguí a seguir manoseándola, besándole el cuello, tocándole sus pechos, y me puse encima para que pudiera sentir mi verga sobre su culo.

Ahora vas a lamentar todo lo que has dicho y hecho pedazo de zorra!!—le dije con tono amenazador, pero ella gemía unos "mmmmhhh mmmmhhh" y me miraba como cabreada y eso me ponía aun mas violento.

-- Así que te cabreaste cuando me metí con tu culo no? Ahora hazme el favor de hacer lo que te diga o te daré una paliza y te violare igual..—esto fue suficiente para que ella empezara a sentir miedo. Me levante y la observe, hacia una buena noche de luna y se veía perfectamente, su culo al descubierto sus manos atadas en la cintura....No aguante mas, la cogí y la puse contra la repisa que le quedaba por la cintura, la incline y note como le hacia daño con la repisa en su estomago, pero me dio igual, ella intentaba gritar, pero le metí su tanga muy adentro de la boca así que no podría emitir muchos sonidos, me agache y empecé a lamerle su vagina, ella empezaba a gritar mas y yo le metí un dedo, después dos, y se los metía a dentro y hacia fuera con fuerza para que tuviera esas convulsiones que tanto me ponen.

Ahora te la voy a meter y vas a saber como pones a todos los tíos con los que bailas—le dije bajando los pantalones y mirando su hermoso culo, con sus piernas que temblaban y haciendo oídos sordos a su llanto y gritos por que no lo hiciera. Cogí mi verga y se la metí de un golpe, que gozo estar bombeando aquella vagina tan caliente, estuve 5 minutos en los que le estaba metiendo lentamente para disfrutarla, pero en lo ultimo apreté el ritmo y me corrí dentro de ella, al notar mi semen dentro ella empezó a chillar y llorar mas fuerte, por lo visto no tomaba precauciones y yo tampoco, pero para eso existía la píldora del día después.

Ella quedo exhausta y yo tenia mi pena aun erecto, me había sabido a poco aquella follada, así que me acerque a su oído y le dije – esto solo es el principio puta – ella volvió a llorar como la niña mimada que es, me moje los dedos en un poco de semen que caía de su coño y se los metí poco a poco en su culo, al sentir tal humillación ella hacia fuerza por gritar "mmmMMMHHFFF MMMMMMMMmmmhhfffff" ese sonido de desesperación me ponía aun mas. Ahora por fin vamos a solucionar los problemas por los que henos estado peleados siempre, pensé yo y me salió una leve sonrisa malévola.

Cogí mi pene y se lo puse entre sus piernas frotándome con su vagina, era tan caliente la sensación que pronto volvió a estar extremadamente dura, la coloque en el orificio de su culo y empujé la punta hacia dentro, en ese momento ella chillo tanto que incluso puedo decir que la escucharía alguien, seguí empujando cada vez mas excitado hasta que la metí a la altura de mis pelotas, mis 18cm estaban totalmente dentro y ella cada chillido que hacia me ponía a cien, su culo tan apretadito hacia que la bombeara lentamente y en cada sacudida un suspiro de ella, era una escena completamente morbosa, tenerla a mi merced cogiendola del pelo para verle su cara llorando y pidiendo clemencia, empecé ha aumentar la marcha y a ella le caía un hilillo de baba por la boca, el placer era máximo y me corrí dentro de su precioso culo.

--Ahora ya no dirás que te cabreaste conmigo por que no me gustaba tu culo jajajaja—reía de satisfacción y victoria – tienes un culo delicioso Maria a sido el mejor polvo de mi vida—ella dejo de llorar y me miraba con odio, quería matarme, sabia que la había humillado y herido su orgullo de niña bien, así que la cogí del pelo y la lleve arrastrando hasta la puerta del edificio, --Lárgate a tu casa zorra!!—y cerré la puerta de la entrada, ella quedo en la calle, gritando e insultando mientras lloraba, unos pocos vecinos asomaron y al rato al ver pasar unos hombres salió corriendo a su casa.

Desde entonces no la he vuelto a ver, cambie de ciudad y me fui a vivir al norte de España. Pero tengo alguna curiosidad de cómo le fue a aquel culito...