Maria (1: El Primer Encuentro)

Historia de una mujer que descubre otras posibilidades...

MARIA. Primera Parte. El Primer Encuentro

Conocí a María, a principios del 2000; cuñada de una prima que tiene dos hijos, Adrián (19) y Angélica (17), y un marido estúpido además de borracho empedernido. María tenía entonces 26 años. Su principal atributo físico inmediatamente delataba su origen veracruzano: unas nalgas impresionantes, aunque con unas piernas tal vez delgadas: la famosa ley de tordo. De una tez blanca que no demeríta su cabello teñido de rubio, una boca chiquita y labios finos, que hacen juego con su nariz respingada y sus ojos levemente rasgados; sus manos, aunque algo maltratadas, son finas y blancas.

No recuerdo el motivo de celebración, pero a esa fiesta acudí, por cierto sin mucho entusiasmo, con mis padres. Cuando llegamos me integre a uno de los corrillos donde la cerveza era denominador común. A los 15 o 20 minutos apareció ella; falso sería decir que me impacto su presencia, pero si llamo mi atención, sobre todo, ese bonito y abundante trasero, ¡ese lindo culo! Un primo, sin pregunta de por medio, me proporcionó la información necesaria: "Es María, hermana de mi cuñado, tendrá unos veintitantos, soltera y sin compromisos; ¡órale güey, aviéntate!". Durante la fiesta sólo me limité a observarla; me esforzaba por que mis miradas aunque insistentes, no fueran ofensivas ni agresivas, pero si sugerentes; ese tipo de mirada que se deben concentrar en los ojos y la boca, sin demostrar lujuria recorriendo su cuerpo de manera descarada cuando se sabe observada.

Conforme se acercaba la hora de salir de la fiesta, supe que la mejor forma era no mostrarme apresurado, así que deje las cosas hasta ahí, cerrando esa primera noche con una mirada y una sonrisa de despedida. Temprano, al otro día, recibí una llamada donde me invitaban al "recalentado", además de las consabidas cervezas. Nuevamente llegué con mis padres, pues no quería despertar sospechas con mi presencia.

Fue María quien nos recibió, y en un arranque de audacia la salude con un beso en la mejilla, de la manera más sutil y respetuosa. Ahora la escasez de invitados hacía difícil cualquier acercamiento, sobre todo por la presencia de su padre, un viejo costeño taimado y ladino que podría armar una escenita al verme con su hija. No fueron más de dos horas las que permanecimos en aquella casa, y durante ese tiempo, nuestras miradas se encontraron en varias ocasiones, pero nada más. Poco antes de despedirnos, María y su hermano se acercan a nosotros, para que este último haga las "presentaciones". Un breve "¿Qué tal?, mucho gusto" y mi tarjeta fue todo lo que intercambiamos. Al salir, sólo le hice el ademán de que me hablará por teléfono.

Lunes al mediodía, mi secretaria me avisa de una llamada, era de María que hablaba para despedirse porque al otro día salía para su casa en el estado de Veracruz; la convencí de tomar un café y platicar un rato. Esa fue la primera cita, donde sólo realizaríamos un sondeo de quienes y como somos, de nuestros gustos, etc. Al otro día se fue, no sin antes hacerla que me prometiera que volvería antes de un mes y permanecería más tiempo, para conocernos "mejor".

A los dos días, me habla Angélica, su sobrina, con quien apenas había cruzado algunas palabras en muchos años:

¿Sí?

Hola, habla Angélica

¿Angélica?

Sí, ¿no me reconoce?

Discúlpame, pero no

La sobrina de Mary

¡Ah! ¿Cómo estás?

Bien, sólo quería saber si puedo hablar con usted

Claro, ¿en que te puedo servir?

A mí, no en mucho, pero a mi tía Mary sí

A caray, ¿pasó algo?

No, nada, no se preocupe, pero me gustaría platicar acerca de Mary

¿Así, por teléfono?

No, mejor nos vemos personalmente, ¿me invita un café?

¿Cuándo? ¿Mañana?

Mejor hoy, si usted puede

¿Dónde?

En mi casa no se puede, yo salgo de la escuela a las 2 de la tarde, ¿pasa por mí?

Claro ¿dónde....?

Dejé indicaciones en la oficina de que ya no regresaría de la hora de comida. En la puerta de la escuela estaba Angélica, con algunas compañeras, cuando vio mi auto se acerco y me saludo con un beso.

Adiós, muchachas, mañana les sigo platicando

Mañana les sigues platicando ¿de qué?

Ese es un secreto

Bueno, ¿a dónde vamos?

Sé que tiene un departamento de soltero ¿me invita?

Claro que no, no sería apropiado. La gente puede pensar mal si nos ven llegar solos.

Sí, pero no vamos a llegar solos.

¿No? ¿Quién más viene?

Mary

¿Mary? ¿No se había ido a su casa en Veracruz?

Sí, pero hoy llega a las 5 de la tarde.

¿Y qué hacemos mientras llega?

¿Vamos al cine?

¿Ya comiste?

No

Entonces mejor vamos a comer, pues si mal no recuerdo me dijiste que querías platicar conmigo acerca de Mary

Llegamos a un Vip's, y en el trayecto no volvimos a cruzar palabra. No sabía que pensar. No sabía que pretendía esta chavita de 17 años, sentada a mi lado con una falda que llegaba más arriba de sus rodillas. Antes no había reparado, como ahora, en su abundante pecho. Unos senos demasiado grandes para su edad, que se asomaban a través de una blusa casi transparente y eran sostenidos por un brasiere aun menos adecuado, pues apenas cubrían la mitad de sus, aparentemente, hermosos senos.

Bueno, ¿de que se trata?, le solté sin mayor preámbulo después de ordenar la comida y una cerveza para mi. Ahora que la tenia de frente, me dedique a observarla mejor. Sus ojos son grandes, una boca carnosita, quizá un poco grande; su cara, redonda y aniñada, era bonita, con un toque de inocencia muy peculiar, aunque su mirada y gestos picaros obligan a adivinar que está pensando, en realidad.

¿En verdad le gusta Mary?

Mira, en primer lugar, te pido que me hables de tu y no de usted, que no estoy tan viejo

¿Cuántos años tiene?

¿Otra vez?

Esta bien, ¿cuántos años TIENES?

Apenas 32

¿32? Yo pensé que ERAS más viejo

Pues ya ves que no. ¿Entonces?

¿Qué?

Mary

Bueno, ella me platicó que no le quitaba la mirada de encima

¿Le molestó?

No, pero se sintió incomoda porque dice que tal vez todos se dieron cuenta

¿Y? ¿Qué tendría de malo? Soy soltero, es soltera

Pero supo que usted tiene interés en otra persona, y que si estuvo en la fiesta fue para encontrarla ahí.

¿Eso crees tú?

Yo no, Ella

¿Y ella como lo pudo saber si no me conocía?

....

¿Por qué le contaste eso?

....

¿Crees que me quiero aprovechar de Mary?

¡SI!

¿Por qué dices que sí? Tu tampoco me conoces

Pero he escuchado muchas cosas

¿Qué cosas?

Que tiene muchas novias, que por eso no se ha casado, que su departamento nadie de la familia lo conoce por que usted no quiere...

No digo que sea verdad, y si lo fuera ¿qué? ¿a quien le afectaría?

A mi no

¿Entonces? ¿A que viene ese reclamo?

Pero me disgustaría que Mary sufra por su culpa, después de que....

¿De qué?

De lo que le pasó

¿Qué le pasó?

Eso se lo dirá ella. Yo sólo quiero que sepa que no permitiré que le haga daño

¿Y como la piensas cuidar? ¿vigilándonos?

Pues ya veré como hacerlo

Bueno, pues ojalá tengas suerte, pues Mary me interesa, y yo sabré lo que hago.

¿Me vas a llevar a recogerla?

Tú la quieres cuidar, ¿no? Pues ve tú por ella.

....

Mesero, mi cuenta por favor

A la tercera cita le solté, durante la espera de que empezará la película, -¿Te molestaría que te bese?, una agradable sonrisa fue toda su respuesta, que tome como invitación. Fue un beso rosa, en el que nuestros labios apenas se unieron. No pasó nada más, esa noche. Al día siguiente nos encontramos y sin saludarnos con palabras, un beso delicioso y profundo fue el inicio de todo. Estuvimos casi una hora en el carro, entre abrazos y besos únicamente, pues al menor intento de tocar más allá de su cuello y rodillas, inmediatamente se oponía:

Esta bien, si no te sientes a gusto te llevo a la casa de tu hermano

No es eso, pero siento que aquí nos pueden ver

Si quieres nos vamos a un lugar donde estemos solos.

Bueno ¿a dónde?

Llegamos a mi departamento a eso de las 6 de la tarde. Le ofrecí un vaso de agua mientras ella se sentaba.

Mejor dame una cerveza ¿tienes?

No, pero tengo ron y coca cola

Bueno, entonces una cubita

Mientras preparaba las bebidas, ella se levantó a inspeccionar el departamento. Afortunadamente, apenas había arreglado todo y se encontraba presentable.

¿Cómo es tu relación con Angélica?

¿Por qué?

He hablado con ella, y me dice que no quiere que salgas lastimada

¿Lastimada? ¿Por ti?

Sí, y más después de lo que te pasó

¿Qué más te dijo?

Se puede decir que discutimos, pues quiso presionarme para que "me portara bien contigo". ¿Qué te pasó? Toma, a ver si te gusta como la prepare

Gracias. Nada, no paso nada grave, pero desde entonces no he tenido novio.

¿Por qué?

Me fue mal con un tipo, se quiso aprovechar, pero nada más.....

Bueno, si no quieres decir más, no hay problema por mí. Respeto esa decisión.

Me senté a su lado, la abrace y bese. Le quite el suéter. Su blusa era de botones al frente. Sin apresurarme, fui abriendo cada uno. Unos senos pequeños aparecieron protegidos por un discreto sostén. Sin dejar de besarla, mi mano derecha comenzó acariciarle muy suavemente, su cara ya se había puesto roja y su respiración se aceleraba. Le quite totalmente la blusa. Mi boca deshizo el beso y ahora comenzaba a explorar su cuello. Sus manos no se atrevían a hacer nada, sólo apretaban el asiento del sillón. Aun cuando devolvía mis besos con pasión, y su lengua correspondía a los ataques de la mía, noté que algo no andaba bien. - Mary, ¿eres virgen? No obtuve respuesta, pero sabía que debería conducirme con cautela y comprensión. Me levante y la atraje hacía mí; sin detener mis besos, comencé a acariciar su espalda casi desnuda, por breves instantes y de manera muy suave, pasaba mis manos por encima de su falda, tocando sus fabulosas nalgas. - ¿Tienes miedo?, - Un poco, - No te preocupes, no haremos nada que no quieras hacer; hasta donde puedes quiero y hasta donde quieras puedo. Finalmente, se atrevió a pasar sus brazos por mi cuello, abrazándome fuerte. -¿Por qué no me quitas la camisa? Me separe un poco y coloqué sus manos en mi pecho. Temblando, más de nervios que de excitación, desabrochó mis botones muy rápido. - Tranquila, no hay ninguna prisa. Cuando estaba terminando, detuvo su mirada en mi entrepierna. - Puedes tocar, si quieres. Como no respondía, tome su mano derecha y la puse encima de mi pene, que ya estaba reclamando libertad. Apretó tan fuerte que me causo un poco de dolor. - Es todo tuyo, pero tratalo con cariño. - Ya no soy virgen, un pendejo novio que tuve, una noche me emborrachó o drogó, cuando desperté estaba con mis piernas abiertas, mis pantaletas rotas y una mancha de sangre en la sábana de un hotelucho de quinta. El estaba muy tomado, decía que nunca me olvidaría de él y que yo era pésima en la cama. -¡Pendejo!, un verdadero pendejo.

Mientras narraba la forma en que perdió su virginidad, su mano no se separo de mi pene. Lo apretaba, intentaba abarcarlo con toda su palma. -¿Puedo verlo? - Sí, pero después, ahora quiero desnudarte. Le quite el brasier; sus senos, aunque pequeños, eran lindos, redondos y con unos pezones rosados y desafiantes, mis manos los acariciaban sin prisa, dibujando círculos en torno a sus pezones que comenzaban a erguirse aún más, los tomé entre dos dedos, apretándolos muy levemente… Ella, en tanto, mantenía una de sus manos en mi pene. Sobandolo de arriba abajo, mientras su mano izquierda no hallaba donde colocarse, ahora en mi hombro, ahora en mi cara…. -¿Quieres que los chupe? -No sé -¿No sabes? -Bueno, si quieres…. Me incline un poco, tome su pezón izquierdo con mis labios, sólo un ligero chuponcito, eso bastó para que gimiera y arqueara su espalda hacía atrás, mientras sus manos se encerraban en puño a un lado de sus piernas, ahí supe que sus senos podrían ser -¡y lo fueron!- una de sus zonas más sensibles… Esa reacción me invito a dedicarle más y mejor atención; me incorporé y tomándola de la mano la conduje a la recamara, se detuvo: -¿Me puedo dar un baño?, me siento muy acalorada….. Ese fino detalle me agrado sobremanera: quería estar limpia y fresquecita, por lo que no me resistí y le pregunté -¿Nos bañamos juntos? – No, me da mucha pena, mejor te bañas después tu sólo ¿sí?

Cuando salió, cubierta únicamente con una toalla, se veía preciosa; la toalla apenas alcanzaba a cubrir sus generosas caderas, dejando a la vista un poco más debajo de su sexo: -¡Cierra los ojos! - ¿Por qué? - Es la primera vez que me ven, por mi voluntad, completamente desnuda - Esta bien…. Se metió a la cama, cubriéndose totalmente con las sabanas para después darme la toalla

Era evidente que debía cuidar la forma de conseguir que se liberará de sus temores, para ello decidí actuar lo más natural

Salí del baño totalmente desnudo, Ella se encontraba viendo la TV, volteó a mirarme y regresó la vista de inmediato -¿Te molestan mis kilitos de más? - ¡No! ¡Claro que no! Pero es la primera vez que veo un hombre desnudo…. Me quedé un momento sentado en la cama, mientras muy disimuladamente Ella me miraba el pene… -¿Lo quieres ver bien? -¿Por qué no se te ha parado? - Es que cree que no te gusta y Tu le gustas mucho a el - ¿Yo le gusto? ¿Cómo lo sabes? - Muy fácil, míralo de frente y muy fijamente y verás como empieza a reaccionar…. Me paré en la cama, por encima de Ella, dejándole una vista completa de mi persona… -Pero, está muy lejos, por qué mejor no te acuestas…. Me arrodillé a su lado –Ya está más cerca, míralo bien - ¿Por qué tiene ese cuerito cubriéndolo? -Porque no me hicieron la circuncisión, pero mira, si lo jalo un poco aparece el glande -¿El qué? -El glande, la cabecita -¡Mira, ahora parece un hongo! ¡Y ya empieza a crecer! - Si, pues lo estas viendo y eso le gusta -Se está poniendo más rojita la cabeza ¿por qué? -Porque ya le está llegando más sangre -¿Eso pasa cuando se para? -Así es, el pene se erecta cuando el corazón le manda más sangre -¡Ahhh! Ahora entiendo, ¿Por qué te lo estás jalando? - Para que se pare más, eso es lo que querías hace un rato cuando me lo agarraste por encima del pantalón ¿no? -Pues no sé, eso lo hice por que una vez mi novio me dijo que se agarrará así, y parece que le gustaba mucho y siempre me ponía mi mano por allí - ¿Lo quieres agarrar? -¿Y sí lo lastimo? -Yo te voy diciendo…. Se incorporó un poco, siempre cuidando de no descubrirse; tomó la cabeza con tres dedos, pulgar, índice y medio -Esta mojadita ¿por qué? -Se esta preparando -¿Para? -Para lo que vendrá después, acarícialo, despacito, despacito…. Sus dedos me acariciaban muy lenta y suavemente, conforme iba tomando confianza iba abarcándolo cada vez más, prolongando sus dedos hasta el tronco… -Esta bien suavecito y a la vez duro, parece muy delicado, oye ¿te estoy haciendo una chaqueta? -Más o menos, ¿Por qué lo dices? -Mi novio me decía que por lo menos le hiciera una chaqueta, le pregunte que era eso y me lo explicó, pero nunca me atreví -¿Por qué? -Por que olía muy feo -¿Y el mío no huele mal? - Parece que no -¿Te gustaría olerlo? -Mmm, a ver…. Dejó mi miembro y olió su mano -Pues, huele a ti -¿Y si lo hueles directamente? -¡No! ¿Cómo crees? -Bueno, sigue acariciándolo

Sus finos dedos se volvieron a apoderar de mi pene, lo acariciaba con ternura mientras lo observaba fijamente; comenzó a levantarlo hacia mi abdomen; su otra mano se unió a la exploración, mis testículos fueron revisados, con su manita los tocaba muy suavemente, primero uno, luego el otro; mi excitación comenzaba a rebasarme…. -¿No se te ha cansado tu mano? -Un poco - Ahora, tómame el pene con toda la mano, que tus dedos rodeen mi tronco, así como me la estaba meneando yo -¿Así? -Eso, así, me gusta, mmmm -¿En verdad te gusta? -¡Claro que me gusta! -Ya huele más fuerte, ¿quieres que lo huela de cerca? -Sí, por favor…. Acercó su cara a mi pene, colocando su nariz a escasos dos centímetros de la punta -Qué raro, siempre escuche que olía a pescado, pero no es cierto, tiene un olor diferente, huele a… -¿A qué? Dime -Me da mucha pena -Anda, dime a que huele (mmmmm) -Más o menos como mi sexo, cuando estoy, eh…. –Cuando estás excitada, caliente ¿verdad? -Sí, cuando estoy caliente, aaayy, así como ahorita

Si no ponía un alto, aquella delicia terminaría muy pronto, así que, "a lo que te truje, Chencha"

-Mary, quiero acariciarte toda ¡TODA! - Espera, ahorita, ¿si? ahhh… Decía mientras aumentaba ritmo y presión en la chaqueta que me estaba haciendo; mientras sus ojos se entrecerraban, ya su sabana-escudo se había deslizado hasta la cintura, dejándome apreciar sus bonitos senos, así que comencé por acariciarlos alternadamente, apretaba sus pezones provocándole unos gemidos que me ratificaban que ese era una zona muy sensible para Ella, me fui agachando para alcanzar con mi boca sus tetas tan lindas; cómo Ella no hacía intento por soltarme el miembro, suave pero firmemente la fui acostando, hasta que quedé encima de Ella, mi boca se prendió de sus labios, los lamí, los mordí, y mi lengua se abrió paso para encontrarse con su lengua, me recibió con un mordisco, para después chuparla ávidamente; bien que sentía como su lengua trataba de recorrer todos los rincones de mi boca, mientras su mano no dejaba de "chaquetearme"…. ¡Me estaba dando una fajada como no había yo imaginado que fuera capaz…!

Me logre liberar de su boca, y comencé a recorrer su cara, su cuello; me costo trabajo, pero logré quitar su mano de mi miembro; coloque sus manos por encima de la cabeza, iniciando un recorrido con las puntas de mis dedos: primero sus manos, sus muñecas, su antebrazo…. Primero con las yemas, después con el dorso de la mano, quería obtener la mayor información a través del tacto…. La parte interna de su codo, por el brazo en dirección al hombro… cuando Ella quiso rodear mi cabeza, mis manos habían iniciado la exploración a sus axilas, que limpias y depiladas tenían un bonito aspecto y un mejor olor… Mis dedos hacían pequeños círculos sobre esa porción de piel arrugadita, note como la piel de los costados de su torso se ponía "chinita"; por ahí mismo sería la nueva senda para andar. Con toda la palma recorrí de las axilas a la cintura, sur, norte, sur, norte….

El siguiente objetivo, aunque ya explorado, no dejaba de llamarme: sus senos, sus tetas, sus chiches, cómo quieran llamarlos…. Iniciando en el ombligo, mis manos se dirigían al norte, a las cumbres de esa hermosa geografía femenina, su vientre, su abdomen, la unión de sus senos con las costillas, y, ¡por fin! SUS SENOS: firmes, redonditos, níveos, acariciables, estrujables, besables, mordibles, ¡mamables!…. Ahora el recorrido era de este a oeste, con leves apretoncitos en sus pezones; los rodeaba con las yemas, los abarcaba con toda la mano, sin ejercer mucha presión, desde su nacimiento hasta la cúspide de sus pezones, esos pezoncitos rosados, cinco contra uno, mis dedos con su pezón; Mis dedos, mis palmas se empeñaban en guardar en la memoria esa suavidad y esa firmeza, esa cálida piel de Mujer que no se compara con nada, CON NADA…. A manera de despedida le dí un chuponcito a ambos pezones, sólo uno….

Tan absorto estaba en su pecho que cuando incorpore la mirada, su cara se encontraba tapada por sus manos, con las palmas hacia arriba, la boca levemente abierta, lo necesario para liberar sus gemidos y suspiros

El deseo me estaba desbordando, lo necesitaba, ya lo necesitaba, así que la travesía al Sur dio inicio

Mientras yo, andaba lo ya andado, en suave murmullo, ella decía – Amor, amor….

¿Dónde empezar? Su cintura se negaba a dejarle paso a sus caderas: breve y contundente…. Su bajo vientre lisito y frágil, su monte de Venus retador y cubierto por una leve capa de vellos castaño claro… Sus muslos se mantenían juntos, defensivamente juntos, temerosamente juntos, y no había razón, por el momento, de obligarlos a separarse… Esa figura que forman sus muslos con su sexo, guardan una simetría perfecta…. Sus anchas caderas obligan a abarcarlas lo más posible, mis manos las recorren, las aprietan, las acarician…. Sus muslos, ahhhh sus muslos lampiños, sus muslos potentes, sus muslos, columnas del templo de mi sacrílego deseo….

Mis manos, lejos de hastiarse, no dejan de acariciar, de estrujar; un infructuoso intento por separarlos, no insisto; sus rodillas me reciben preparándome para llegar a sus piernas, quizás delgadas en proporción a los muslos y caderas, pero que no demeritan la belleza de su cuerpo todo…. Más que caricias son masajes los que le prodigo a lo largo de sus espinillas hasta llegar sus pequeños pies de dedos largos y finos, uñas cubiertas de un rojo tenue…. Remato el viaje de ida con un beso en sus dedos pulgares

-¿Ya? -No, voltéate boca abajo -¿Para qué? -Quiero conocerte más…..

Tímidamente se rueda hacía su derecha; ese breve instante de perfil me regala la vista de sus nalgas imponentes…. Sobo sus talones, masajeo sus pantorrillas…. Ya no aguanto más: beso la parte trasera de sus rodillas, mi lengua se posa húmeda y juguetona, siento su estremecimiento mientras arquea su cintura y sus manos se aprietan en puño: -Tranquila, tranquila, verás que te va a gustar….

Ahora es mi boca la que se rinde a su cuerpo…. Sosteniéndome en mis manos, beso húmedamente sus muslos…. Mis labios comienzan a besarlos, de tanto en tanto, mi lengua se roza en su piel, piel con sabor a aceituna, entre amargo y salado…. Mis manos se niegan a no participar, los codos toman su lugar mientras éstas se apoderan de sus nalgas…. Mi boca se apresura, el aroma esencial comienza a llegar a mi nariz, ese olor, ese olor… Esos pliegues que se forman entre el final de los muslos y el principio de las nalgas marcan el inicio, los lamo, los chupo….

¡Por fin! Sus nalgas, colinas del deseo, nalgas esféricas, nalgas altivas, unas verdaderas NALGAS, que forman un verdadero y majestuoso CULO, pienso decirlo, pero ante sus silentes gemidos mi silencio verbal se impone… Beso tras beso, no quiero que quede espacio sin besar… Mi lengua se empeña y no ceja, dibujando líneas verticales, líneas horizontales, pequeños círculos, una figura cualquiera, lo importante es el contacto; sólo regresa para recargarse de humedad… Toda mi boca quiere llenarse de esa piel, de ese sabor, mordiscos suaves, los dientes para sentir pero no para morder…. No aguanto más: – Tus nalgas María, sí ¡tus nalgas! ¡son mías! ¡TUS NALGAS SON MIAS! -Sí, son tuyas - ¡Grítalo! - ¡SI, PAPITO, MIS NALGAS SON TUYAAAAAAAS! AHHHHH, MÁS, MÁS.... Mis manos las aprietan juntándolas y la punta de mi lengua primero, y luego toda, recorre lamiendo el canal que las une, que las separa… Las suelto un poco, y sin llegar a su ano, paseo mi lengua más adentro, sólo en ese momento Ella me detiene: -No, ahí, no…. Sin protestar lo acepto, no hay prisa….

Lentamente voy subiendo, su cintura me sirve de reposo; me deslizo hasta que mis piernas quedan a los lados de sus muslos, me inclino y afilando la lengua comienzo a viajar a todo lo largo de su columna, sin pausas pero sin prisas, ya el sudor de mi cara se mezcla con el de su espalda…. Lento, suave es el recorrido; me voy inclinando sobre su cuerpo, mi pene hace contacto con su piel, a la altura de sus muslos; así, a la par de mi lengua se dirige al norte, cuando alcanza sus nalgas, las eleva para hacer más fuerte el contacto, lo coloco entre éstas, apenas lo siente lo aprieta con fuerza; mi boca ha alcanzado su cuello, aspiro su aroma, saboreo su sudor, al oído le susurro: -¿te gusta que esté allí? -¡Me encanta sentir tu pene! -Pero ya no se llama pene -¿No?Ahh ¿Entooonces? –¡Es mi VERGA! ¿Te gusta sentir mi VERGA? –¡AHHHH, ME GUSTA TU VERGA EN MIS NALGAS! –Ahora es tuya ¿verdad? -¡SI, TU VERGA ES MIA! ¡AY PAPITO! ¡TU VERGA ES PARA MI! ¡DAMELA! AHHHHH....

Sus nalgas aprietan increíblemente mi verga, la aprisionan, voltea para ofrecerme su boca, nuestras lenguas se enfrentan en duelo a morir, primero con los labios unidos, después salen y se enfrascan en pelea cual espadines….. Sigo arremetiendo contra su precioso culo…. -¡Tómala, chiquita, ¡TOMALA TODA! -Ay cabrón, QUE RICA VERGA TIENES AHHHH….

Estaba a punto de venirme, así que mejor comienzo a disminuir la intensidad, quiero que esto dure más…. La volteo boca arriba, en automático abre sus piernas para recibirme…. -¡Ya dámela toda! - Todavía no, no rica, todavía no….. De inmediato comienzo un nuevo viaje al sur, quiero algo más antes del plato principal….

Su cuello, leves mordiditas, chuponcitos sin rastro evidente, mis manos comienzan a preparar el terreno de sus senos…. Sin mayor dilación mi boca se prende de su pezón izquierdo, su seno del corazón, siento su estremecimiento, siento como su piel se enchina todita, mi lengua ataca, lame rodea, mis dientes muerden despacito, mis labios aprietan… -¡Así papito, así, chupame los senos -¡Tus tetas, corazón, SON TUS TETAS, TUS CHICHITAS -¡SI, MIS TETAS! ¡Si mi amor, mis CHICHES, AY PAPACITO, MAS, MAAAAASSS….

Mi mano derecha no desatiende su teta izquierda, la estruja, mis dedos aprietan un poco más fuerte su pezoncito, que un tanto seco se crece al castigo, dirijo mi dedo medio a su boca -Chupalo mamita…. Sin esperar ruegos, chupa mi dedo, lo lame, lo muerde; ya lubricado, se posa nuevamente en su pezón, para reiniciar sus caricias, cada vez más fuertes

-Toda mi amor, MAMAME TODA LA CHICHI, TODA AHHHH - Lo que quieras chiquita, todo lo que quieras, QUE RICAS CHICHIS TIENES, CULITO MIO - Soy tu culo, soy tuya, AY AMOOOOOR….. Mi boca no tiene mucha dificultad para abarcar buena parte de su seno, la abro lo más posible, su pezón casi llega a mi garganta, comienzo a succionar y por ratos lo lame mi lengua; para recuperar la respiración la suelto, reiniciando con una buena mamada de pezón….. Ahora la otra chichita recibe similar tratamiento, alterno entre las dos… Mis masajeos son ahora más fuertes, junto sus chichas, tratando de que los pezones queden lo más cercanos posible, sin embargo su tamaño pequeño no lo permite demasiado, aun así, ese espacio es librado por rápidos movimientos de mi boca y lengua, que los mama y lame alternadamente, en una especie de paso de la muerte…. Sus manos me empujan más contra su pecho, restriega mi cara contra sus tetitas, de repente exclama: -¿Qué me pasa? Siento raro en mi cosita, Ayyyyy, ¿Qué es eso que siento? Ayyyy amor ¿QUE ME PASA? AHHHHH -¡TE ESTAS VINIENDO, MAMITA, TE ESTAS VINIENDO -¡SIII, ME ESTOY VINIENDO! AY QUE RICO AHHHHHHH ¡¡¡¡TE AMO!!!!! AYYYYYY ¡¡¡¡TE AMOOOOOO!!!!!! …… UFFFFFF….

¡Increíble! Se vino sin siquiera tocar su sexo, sólo apretaba sus muslos con fuerza, su cadera se mecía a los lados, sus manos mantenían mi cara pegada a sus senos…. Su respiración permaneció agitada por unos momentos; paulatinamente iba liberando mi cabeza. La deje descansar, me mantuve en su pecho durante un rato; me reincorpore para besarla, pero se tapo la cara con sus manos, entonces me di cuenta que estaba llorando: -¿Qué pasa cariño? -No sé que me pasó, ¡Qué pensaras de mí! -Pienso que eres una mujer que no había tenido la oportunidad de conocer su cuerpo, de saber de lo que eres capaz se sentir -Por favor, dime que fue eso -Eso, corazón, fue un orgasmo, el punto máximo de placer que puedas tener -Pero, pero nunca me había pasado, bueno, en una ocasión…. –En una ocasión ¿qué? -Me da mucha pena, mejor luego te platico, me siento muy cansada -Duerme, cariño, duerme un poco….

Durante casi media hora, más que dormir, cerró sus ojos y se abandono al descanso… -¿Qué hora es, papito? - ¿Te tienes que ir? –No, sólo preguntaba…. Nos besamos con ternura, acaricie sus senos suavemente: -Me duelen un poco ¿me dejaste alguna marca? –Veamos,…mmm, no, están más lindos que antes -Yo pensé que sólo se podía disfrutar si me penetrabas, si me acariciabas mi "cosita" -Pues ya ves que no, hay otras formas de alcanzar el orgasmo -¡Qué palabra tan rara y tan fea! -Pero se siente bonito ¿no? -Eso sí, ¿por qué dijiste que me estaba "viniendo"? -Así es más usual y hasta más poético -Sabes, en una ocasión Angélica me platicó acerca de la masturbación, de cómo le hacía para disfrutar Ella solita -¿Y lo intentaste? -Sí, pero no resultó, así que un día que nos quedamos solas en su casa me enseñó cómo hacerlo -¡Anda! ¿en vivo y a todo color -¡Ay, qué vergüenza! Pero sí -¿Y que hicieron? ¿me platicas? - Bueno, pero después, ahora quiero…. -¿Qué quieres? -¡Besame, papito!...

Era hora del plato fuerte…. Sólo breves momentos le dedique ahora a sus senos, sólo lo suficiente para crear el ánimo suficiente; bese su estomago, acaricie sus costados, sus costillas, cuando llegue a su ombligo lo bese y lamí, metí mi lengua, provocándole cosquillas y con estas algunas risas que no pudo contener, pero cuando notó que ya estaba entre sus piernas abiertas, a escasos centímetros de su "cosita", guardo silencio, cómo a la expectativa. Mis manos comenzaron por acariciar la cara interna de sus muslos, desde la altura de sus rodillas hasta casi la ingle, su piel se volvió a "enchinar"; mi boca entro en escena, bese su rodilla izquierda, un beso muy húmedo, casi lamida, lo mismo en la otra rodilla….. A partir de ahí, ¡otro viaje al norte! Pero con la escala más importante…. Acariciando con mis labios sus muslos, besando y lamiendo, a una velocidad de 5 centímetros por minuto, cómo todo peatón paciente del placer… Arriba, abajo, izquierda, derecha, escribiendo su nombre con mi lengua en las paredes de las columnas de mi profano templo…. Pequeños circulitos que cosechan sus temblores y sudores…. Su olor de hembra me anuncia que voy arribando, lo más grueso de su muslo, lo más ancho de su cadera me sostiene, su ingle me recibe, esa porción de une-separa su zona genital de sus muslos, no hay vellosidades, sólo carne, solo pliegues que mi lengua recorre una, dos veces…. Comienzo a rodear su pubis, saboreando su monte de Venus, sus finos vellitos acarician mis labios que sin reservas devuelven el aprecio… Llego al otro extremo, mientras mis manos no se han desprendido de sus muslos, sus caderas y, a veces, una parte de sus nalgas…. Temporal regreso al sur, ahora a lo largo de su muslo izquierdo, debo confesar que estoy a punto de cancelar esa travesía, pues ya me urge… Resisto y continuo; el mismo sabor, la misma piel húmeda por el sudor, el mismo tiempo de ida, pero acelero el regreso, paso a la cara superior de su muslo, pequeñas mordidas, voy colocando mis manos por debajo de sus rodillas y comienzo a flexionarlas hacia su cadera, deseo toda su disposición, cuando me coloco su piernas por encima de mis hombros obtengo la primera vista completa del objeto de mi deseo… No lo puedo negar ni ocultar: ¡ME ENCANTA LA VAGINA!.... me deleito en el color, esa combinación de tonos rosados y oscuros, esos vellos apenas presentes; me embeleso en la forma y la imagen, abertura deseaba, entrada al placer…. Necesito tocarla, mis dedos se desplazan a lo largo de sus labios, los primeros, mis yemas los palpan, suavidad atrayente, cubro su sexo con toda mi mano, lo acaricio, mi dedo medio recorre su longitud, arriba, abajo, arriba, abajo…. -¡Así mi amor, así me gusta! -¡Me gusta tu "cosita", María, es linda -¿De veras te gusta? -¡ME ENCANTA! -Es tuya, también es tuya, mmmm…. Introduzco mi dedo, apenas levemente, me recibe una humedad calientita, su reciente venida aún se mantiene… Estoy que no aguanto, así que me acerco y le doy un beso, simple y tierno: -¿Qué haces? -Te beso tu colita, tu cosita -¿No te da asco? -¡Para nada! Me muero por hacerlo…. Sus labios llaman a los míos, los lleno de besos, sólo besos, su olor me invade el olfato, huele divino, pego mi nariz entre sus labios, me quiero grabar ese olor tan especial, tan peculiar (pobre de aquel que diga que huele a pescado, nada más alejado de la realidad, al menos no en una mujer limpia y sana), alguien dirá que huele a almizcle, pero yo no logro igualarlo a otro olor, ¡es único!.... ¡Necesito saborearlo! Extiendo mi lengua, con la punta apenas toco sus labios mayores, los recorro, arriba, abajo, un poco a los lados… Sin ayuda de mis dedos, la lengua se abre paso: ¡A invadir el paraíso! …. Mi boca se encuentra unida a su sexo, mientras mi lengua explora más allá, ese sabor agridulce llega a mis papilas…. Comienzo a buscar su clítoris, mis labios lo ubican y se posesionan de él, lo aprietan suavemente -¡Aaaay! -¿Te mordí? -No, sigue amor, sigue… Mi lengua no quiere quedarse quieta, sale, busca y encuentra, lo lame, arriba, abajo, lo rodea, apenas lo toca, lo suficiente para sentir y producir ese toquecito eléctrico tan anhelado: -Amor, amor, ¿Qué es eso que me chupas y se siente tan rico? -Es tu clítoris Maria, tu pepita -¡Chupala mi vida, CHUPALA POR FAVOR!!!! AHHHHHHH …. No necesitaba escucharlo, comienzo a chuparle su pepita, la chupo hasta separarla, hasta sacarla de su escondite, mi boca lo posesiona y le rinde tributo… Mi boca en trompita lo toma y succiona, lo lame durante un rato, lo lengüeteo, lo mamo…. Abro mi boca y bajo un poco, me ubico en su vulva, levanto más sus piernas, de tal forma que sus labios se abren invitadores y retadores, los beso, los lamo, los chupo, mi lengua se aventura un poco más profundamente, quiere conocer esos recónditos lugares donde se esconde el deseo, la estiro lo más que puedo, encuentra partes lisitas y jugosas, encuentra sabores insospechados, acude a lugares que en realidad son vírgenes, pues aquel pendejo que no los disfrutó ni hizo disfrutar así los dejó…. … -¿Te gusta que te lo mame? -¡SI! Me gusta que me chupes mi cosita -¡NO! ¡TE ESTOY MAMANDO TU PANOCHITA! TU COÑITO -AHHHH, PAPACITO, ASI MAMAME LA PANOCHA, COMETELA ES TUYAAAAAA, ¡¡¡¡¡TODA TUYA!!!!!!....

No sé cuanto tiempo pasó, ni me importa, haya sido un minuto o una hora, ese placer no se mide en número sino en placer… Mi quijada y mi lengua comienzan a presentar cansancio, cansancio que bien vale la pena por todo esto…. Para este momento, las contracciones de su vulva son cada vez más continuos, eso me anuncia que esta a apunto de venirse, levanto aun más su muslos para poder meterle mi lengua lo más profundo posible, iniciando un "coito lingüístico", mi lengua en punta y mi cabeza haciendo lo demás, adentro, afuera, adentro, afuera,… -¡METELA PAPITO, METELA MAS! -¡¡SI, CULITO MIO!!¡¡TE COJO CON LA LENGUA TU PANOCHITA!! ¡YA ERES MIA! -¡¡¡COGEME CABRON!!! ¡¡¡COGEME CON TU LENGUA!!! ¡¡AY CABRON, VAS HACER QUE ME VENGA OTRA VEZ!!! ¡¡ERES MI MACHO!!! ¡¡¡ERES MI COGEDOR!!! SIGUE, SIGUE ASI, ASI, AHHHHH…. Su cadera revolotea, mis brazos no logran controlar sus bruscos movimientos, con mi cabeza hago un esfuerzo por seguirle el paso, pero no es tan fácil…. Ella comienza a tomar el control de la situación, baja sus muslos hasta inmovilizar mis hombros, mi cabeza ya no tiene movilidad, así que me conformo con mamar su panochita; en esas ando cuando siento que sus manos me toman la cabeza, atrayéndola con fuerza hacía su coñito, apenas logro hacerme un espacio para respirar con dificultad, mis oídos aunque aprisionados logran escuchar sus gritos: ¡¡¡MAMAME TODA LA PANOCHA CABRON!! SIGUE MAMANDOME ¡¡TOMA, TOMA!!! ¡¡¡CHUPALA!!! ¡¡¡HIJ’EPUTA, QUE RICO!!! ¡¡¡MAS!!! ¡¡¡MAS!!! ¡¡¡CHUPAME EL MONO!!! ASI, COMETELO RICO… AHHH ¡¡¡ME VENGO!!! ¡¡¡OTRA VEZ ME VENGO CABROOOOOOONN!!!! ¡¡¡AAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!!

...Una vez que me libra de sus muslos, y todavía temblando, Ella misma me jala hacía arriba, mi cara y parte de mi cabello esta mojado por todos sus jugos y nuestros sudores combinados, sin importarle me besa de manera tal que me dejo llevar…. Entonces pronuncia esa frase que me vuelve loco, y le da sentido a todo eso que llamamos sexo: -¡COGEME MI AMOR! ¡¡¡METEME LA VERGA!!!! -‘ORA SI CULITO, TE VOY A COGER …. Sin más, me rodea con sus piernas a la altura de mis rodillas, coloca sus manos en mis nalgas y me jala con fuerza… Su coñito, aunque bien lubricado, está apretadito; mi verga se va abriendo paso cuidadosamente, voy entrando lento pero seguro: -Poco a poquito, mi amor, quiero disfrutar como te meto la verga en esa panochita tan rica -Si papito, metela como tu quieras, pero metemela ya ….. Me gusta su lúbrica expresión, suavemente cierra sus ojos, como si fuera midiendo la penetración, mi verga es recibida con amabilidad, su coño abriéndose a mi paso: -Ven mi amor, cogeme, meteme toda tu verga -Toma mi verga, Mary mi culito, tu panochita ya es mía -Si papito, mi panocha es tuya, soy tu culito…. Ahhhh, ¿ya la metiste toda? -Si mi amor, ya tienes toda la verga adentro -No te muevas, déjame sentirla bien, ¡que rica la siento! -Apriétala con tu coñito, apriétala -¿Cómo la aprieto? - Los músculos de tu vagina, como que los jalas para adentro, como si te quisieras aguantar las ganas de orinar -Ah, ya sé como… ¿así? -Así cosita, aprieta otro poco, ¡ay , que rico! -Ay mi machito, ¡me gusta tu verga! -Ora’ si te voy coger todita -Si mi amor, cogeme rico … Comencé a bombear esa rica panocha, cuando sentía que la punta de mi verga estaba por salir, ella me la apretaba bien rico, impidiendo que me escapara…. Para ser nuestro primer encuentro, el misionero fue el único presente; alternadamente me inclinaba a besarla o chupar sus chichitas… Cuando sentí que no estaba lejos mi venida, se lo advertí: -Ay culito, me voy a venir -Si mi cogedor, quiero que te vengas conmigo - Me voy a poner un condón -¡NO! Confía en mí -¿Estás segura? - Si mi amor -Culito mío, me encantas -Cogeme papito, cogeme -Tómala, tómala, …. -¡TE GUSTA COMO TE COJO!!! AHHHH -SI PAPACITO, ME ENCANTA… ¡METEME LA VERGA HASTA EL FONDO!! COJEME DURO!!! ¡¡MAS DURO!! ASI, ASI AHHH -AY MI PUTITA, ME VOY A VENIR EN TU COÑO, ME QUIERO VENIR DENTRO DE TU COÑO TAN RICO -¡¡¡SI ECHAME TU SEMEN BIEN ADENTRO!!! -¡NO! ¡¡¡DIME SI QUIERES MI LECHITA BIEN ADENTRO!!! DIMELO CULITA -¡¡¡TODA TU LECHITA!! ECHAMELA BIEN ADENTRO!! ¡¡DAMELA CABRONCITO!! –¡¡¡YA CULITO, AHÍ TE VAN MIS MOCOS!! ¡¡AHÍ TE VAN!! ¡¡¡TOMALOS!! AHHHHHH -SI CABRON, ECHAMELOS, ECHAMELOS TODOS, TODOOOOS!!! AYYYYY, YO TAMBIEN ME VENGO, ¡¡¡¡ME VENGOOOOOOO!!!!

¡Extraordinaria! Una MUJER extraordinaria, que coge como Dios debió alguna vez mandar

Más adelante, en la siguiente entrega, relatare como Angélica ya se había unido a esta aventura, aunque ya lo hará directa y personalmente

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