Mari, mi segunda follaalumna
Rubia, joven, enérgica con el coñito más estrecho del mundo.
Se abrió la puerta del coche y entró ese torbellino llamado Mari (M.J.R.),, una rubia muy espontánea diez años más joven que yo. De ojos avispados y mirada curiosa, dientes como perlas y siempre sonriendo , pelo liso a media melena y unas tetas impresionantes, redondas y duritas que desafiaban la gravedad.
Solía vestir informal pero muy bien conjuntada (blusas que resaltaban sus tetas y su cinturita, vaqueros que favorecían a su culito y piernas largas y delgadas y botines
a juego).
Derrochaba aire fresco, energía positiva, alegría, descaro...juventud. Hubo conexión desde el principio, yo tonteaba con ella y ella reía todas mis tonterias y poco a poco nos colgando el uno del otro.
Me encantaba lamer su lengua que ella me ofrecía con esa mirada altiva y provocadora. Era muy juguetona, recuerdo que un día yo conducía y ella iba detrás, se reclinó hacia delante para morderme el cuello desde el asiento trasero mientras su mano derecha acariciaba mi pecho para después introducirse por debajo de mi camiseta y sentir sus caricias en mi piel. Lógicamente a esas alturas ya estaba empalmado, la tenía muy dura, podía sentir los latidos en mi polla que buscaba su mano.
Yo nunca llevo cinturón y Mari tenía una facilidad tremenda para llegar a su objetivo, solo tenía que ahuecsr un poco la tripa y su mano se deslizaba bajo mi pantalón buceando en mi calzoncillo y ya podía sentir los anillos de sus dedos finos agarrando con fuerza mi rabo, después sus dientes mordían mi oreja y empezaba a sacudirme con mucha rapidez y mucha fuerza mi polla que agradecida la daba el placer de ver cómo eyaculaba con el menos diez cañonazos de leche que lo pringaban todo.
Los pequeños secretos de su cuerpo eran que el lóbulo de una oreja lo tenía pegado, tenía un tattoo de Disney en el culo y su coñito estaba depilado dejando ese pequeño frenazo de pelo sobre el.
Su coñito...joder, siempre mojado y muy muy estrechito, cuando la dedeaba mi dedo entraba muy justito y cuando la metía dos...joder como gozaba la perra.
La encantaba sentir mi piel, abrazarnos sin camiseta y a mi sentir sus tetas duras y prominentes en mis manos y como no, chuparlas y chuparlas y morder sus pequeños pezones.Mis relaciones esporádicas con ella duraron dos años y pico, solapándose con Marta mi primera follaalumna y con Susana, la protagonista de mi próximo relato.
Mari es una mujer creyente y decidió casarse con su actual pareja y me invitó a su boda y a ver su casa nueva, me dijo que después de la boda no volveríamos a liarnos, ese sería el último día , como despedida me comió la polla en el sofá de su comedor, fué una bonita despedida, sus tetas en mis muslos, mi polla en su garganta y su bonita mirada que nunca olvidaré.
Gracias Mari.