Margarita

Una chica sorprende a su amigo con su nueva faceta de chica marranita.

Margarita llevaba puesto un vestidito corto, de tirantes, de color blanco, que apenas alcanzaba a taparle donde terminan las nalgas y comienzan los muslos. Iba caliente la chica. Se le notaba de lejos.

Yo en cambio aquel día estaba algo decaído, digamos que no andaba en mis momentos más eufóricos.

Estábamos sentados en unas sillas metálicas que hay en el jardín de casa. Un conjunto típico de cuatro sillas y una mesa de jardín, todas de color blanco. Apenas se interponía entre nosotros la dichosa mesa. Con el vestidito corto enseñaba sus magníficos muslos.

Perdón, no les he descrito a Margarita.

Margarita es...pelirroja, hace días que lleva la melena recogida en una cola de caballo. Tiene una cara redonda con pecas, como las pelirrojas, y con labios y ojos. Unos labios que piden con urgencia que pegues los tuyos a ellos y unos ojos que si puedes desviar la vista de sus labios, te están pidiendo que entres en Margarita, unos ojos que muestran su urgencia de siempre. Margarita es...urgente.

Margarita es...abundante, si es que se le puede llamar así, pero creo que es la palabra que mas la describe. Si, Margarita es abundante en todo... de una altura respetable, no puede decirse que este gorda pero si que esta abundante. Tiene carne, carne donde agarrarse, donde perderse, donde saciarse. Y lo mejor de todo es que casi siempre la ofrece.

Margarita tiene tetas. Si han leído bien. Tiene tetas. El hecho que sean abundantes no las convierte en tetorras, mas bien todo lo contrario, las suyas, pese a la abundancia no se caen, se mantienen en su sitio y sus pezones con unas grandes aureolas siempre dan ganas de eso que dije antes...de saciarse.

Margarita tiene cintura. Que sea abundante de carnes no significa que tengan que imaginársela como una chica sin cintura. Todo lo contrario, su cintura es proporcionada, con carne apretada, incluso tiene un hermoso ombliguito en el que dejar la lengua relamiéndoselo para siempre.

Margarita tiene culo. Si, es como lo de las tetas, la abundancia de su culo no aburre, todo lo contrario, su firmeza, su redondez, las nalgas prietas, incitan. Incitan a seguir dos caminos, uno hacia abajo y seguir las piernas, disfrutándolas desde los muslos hasta las pantorrillas y otro a darle la vuelta y ponerla de nuevo de frente para saber que sigue a la cintura.

Margarita....Después de la cintura tiene un vientre encantador, liso, suave y que termina en una espesa mata de pelo pelirrojo, eso si, con las ingles arregladas, no sea que alguna lengua no sepa seguir bien el camino.

Margarita, cuando se encuentra en alguna de esas urgencias que antes hemos dicho que la caracterizaban, abre las piernas y deja que entre el aire entre el bosque rojo y entonces si, maravilla de las maravillas, enseña un coñito de ensueño, algo que sugiere que allí dentro uno va a estar apretado, caliente, húmedo, cómodo. Con un clítoris del tamaño de una lentejita, pero que, se lo puedo prometer, bien saboreada hace que Margarita sea todo caldo.

Margarita a veces enseña el ojete, no es con asiduidad, pero a veces lo hace. Si se le ha pasado la primera urgencia y piensa que te mereces una recompensa, te lo ofrece, con naturalidad, basta verlo para saber que no hay hipocresía en el ofrecimiento, puedes comértelo, follártelo, dormirte entre las nalgas, pasarte el rato admirándolo, en fin, que cuando te lo ofrece es porque te lo has ganado. Eso si, si logras que tenga también una urgencia en el ojete la recompensa es el cielo.

Total, que aquel día Margarita tenía urgencias y yo no estaba para encender sirenas.

De pronto se subió a la mesa y se puso en cuclillas dejando caer el corto vestido hacia abajo y tapándose todo lo que pudo.

-¿Margarita, tu estás bien?

-Si, pero tengo una urgencia.

-¡Mujer! Estoy agotado.

-Hoy vas a tener una Margarita sorprendente.

Mientras lo decía un pedito escapaba de entre sus piernas.

Era la primera vez que se le escapaba uno en los meses que llevábamos juntos, pero no se disculpó ni nada parecido, se limitó a mirarme con aquellos ojos devoradores y a permitir que sus labios dijeran:

-¡Tengo mas!

-¿Tienes más...qué?

Su contestación fue rápida.

-Peditos...

-Venga Margarita...que tu siempre has sido una mujer muy poco dada a las ordinarieces...

Se subió la falda por encima de las rodillas, sin dejar de estar de cuclillas, y apareció ante mi una braguita de algodón, muy normal, nada sexy, quizás ahí estaba la gracia de la dichosa braguita.

-Dame la mano – me dijo.

-Luego mujer...

-En serio, dámela ahora...

Y consentí. Le di la mano. Me la cogió y la colocó entre sus piernas apretándola contra las braguitas, se acarició con ella la parte interior de los muslos, el coñíto, el culete...y por fin lo hizo. Apartó un poco las braguitas de su culo, introdujo mi mano entre estas y sus nalgas...había vuelto a pedorrearse. La miré con aire de sorpresa esperando una respuesta lógica, pero se limitó a decirme:

-Te dije que tenía más y que hoy tendrías una Margarita sorprendente. Desnúdate y sube a la mesa – me ordenó.

Cuando estuve tumbado y desnudo sobre la mesa se levanto solo un momento para quitarse las braguitas y volvió a acuclillarse.

-¿Quieres olerme el culete?

-No creo que te huela mucho, eres bastante cuidadosa en estos aspectos – contesté.

-Bueno, vamos a probar – dijo – mientras se ponía con el culo en pompa sobre mi nariz, y cuando digo el culo no digo el coño, puso exactamente el ojete en mi nariz.

-¿Huele bien?

No hubo tiempo para contestar a la pregunta. Esta vez fue un pedo abundante, muy abundante, en cantidad, ruido y olor.

Lo curioso es que se me había puesto una polla como un pino.

-MMMMMM mi rey...te ha crecido esa pichita pequeñita... a ver si van a gustarte las guarrerías. A partir de ahora solo hace falta describir las palabras de Margarita, yo me limité a obedecer. Con leerlas creo que cada cual podrá imaginarse fácilmente lo que hacía yo con cada una de sus frases:

-Ahora mi amor tu Margarita va a sentarse en tu cara.

-Quiero que me comas el culete.

-Así, así

-Rodea el ojete con la lengua, restriégala bien

-jejejjejejeee

-¡Joder!

-mmmmmm

-Se me va a escapar no puedo mas...mmmmmm....que bueno que ha sido ese mmmmm

-ahora voy a sentarme con el coño en la cara...ando muy caliente...me lo comerás

-Si quisiera, ahora, con lo húmeda que estoy podría mearme, seguro que no te enterabas

-mmmmmm me gusta acariciarme mientras me chupas el clítoris y veo como tu polla me mira.

-Es que es cierto...tengo ganas de mear...espera que me levanto un poquito para que notes como sale, como de fuerte me sale, ya veras...

-mmmmmm has visto? Te he salpicado todo

-mmmmmm sigue comiéndome el coño que lo haces muy bien, así, mete bien adentro la lengua mmmmmmm

-voy a empezar a hacerte un pajote mientras me comes el coño, ya ves que yo de egoísta nada.

  • ¿Va bien así de rápido? Mmmmmmm ¡So cabrón! No chupes tan fuerte que haces daño.

-Cuando quieres lo haces muy bien, eso de coger el clítoris con los labios y tirar un poquito te quedaaaaa........mmmmmmmmm

-Hoy sabrás que tienes razón al afirmar que soy una mujer abundante y de urgencias.

-mmmmmmm- mmmmmmm- mmmmmmmmm

-Buena corrida, eres único comiendo coños. Pero calla, todavía no digas nada, te falta correrte a ti mi cielo. Y a mi todavía me queda una urgencia. Voy a ponerme con el culo a tu lado pegadito a tu cara para que lo veas bien, quiero que lo veas, oigas y huelas bien... si mi amor...te doy permiso para que te hagas un pajote mientras... vamos...gira la cara hacia mi culete.

-¿Lo ves? Sale casi sin esfuerzo...mmm me gusta ver como te pajeas mientras me estoy cagando...uy, esta salpicadura... no contaba con ella, pero no te preocupes ahora viene de nuevo algo sólido...mmmmmmm

Y exploté, me corrí, salió leche de mis huevos a borbotones.

¡hay que ver como me pones Margarita! ¡Qué zorrita que eres!