Marcos y familia III
El pasado siempre vuelve
Al tener una nota alta podía escoger la universidad, el problema era escoger la carrera, tenía dos opciones una derecho penal y la otra ingeniería , después de pensarlo y hablar con mi hermano me decanté por derecho supongo que en mi subconsciencia estaba mi tía, quizás influyera en algo, pero la verdad siempre me llamó la atención, , mi madre estuvo de acuerdo y me propuso hablar con mi tía pues me podría aconsejar ,cosa que hizo que a mi padre no le hiciera mucha gracia, hacía mucho tiempo que mi tía no salía en una conversación , era como si hubiera sido desterrada de nuestras vidas, recuerdo la reacción de mi padre y su silencio, parece mentira como una simple palabra llega a crear un espacio entre dos personas, ella al ver su reacción cambio automáticamente y pasó de puntillas sobre el tema.
Empecé a trabajar en las oficinas de mi padre ayudando en administración como becario, el sueldo no era muy alto, pero me cubría los gastos, hacía poco que me había apuntado a un gimnasio, y el hecho de empezar a salir de fiesta con Maite me había supuesto un gasto que me era imposible, la verdad es que el trabajo era sencillo y además media jornada, podía combinarlo con los estudios, normalmente no coincidía con mi padre, ( os preguntaréis porque mi padre no sale en mi historia o como mucho sale de puntillas, os explicaré que yo no era precisamente su hijo favorito, supongo que al producirse la infidelidad de mi madre teniendo yo apenas cuatro años.. me cogió en fuego cruzado) por lo tanto mi relación con el era un poco distante, hacíamos que nos aguantábamos mutuamente, los días en el trabajo eran distraídos, mi jefe era Santiago un hombre muy amable del cual aprendí mucho, me tomo bajo su mando, estaba Marisol una mujer de unos cuarenta años, morena y con muy buen tipo, tenía unos pechos no exageradamente grandes pero lo suficiente para quedarme embobado mirándolos, a veces Santiago nos invitaba a unas cañas, me trataban como a uno más, aprovechaban para darle rienda suelta a la lengua y te enterabas de todos los chismes de la empresa, que si fulano se ha liado con fulana o si aquella le pone los cuernos o si los jefes se liaban con sus secretarias etc. Ya me entendéis, yo alucinaba pues era el más joven, yo pensaba que menos mal que no sabían nada de lo mío con mi madre, eso sí sería un chisme de premió.
Respecto a Maite digamos que teníamos una relación abierta, a veces iba a buscarla a algún pub o discoteca, tomábamos algo y acabábamos follando en su casa, su madre que era separada hacía poco que se había echado un rollete y a veces dormía fuera de casa, cosa que aprovechábamos para poder estar solos, me gustaba aquella relación pues no nos obligaba a nada, éramos libres de irnos con quien quisiéramos ni yo preguntaba ni ella a mí, en aquel momento mi madre desconocía mi royo con Maite, primero es que era la novia de mi hermano, por lo menos eso creía ella, cuando en verdad hacía meses que lo habían dejado.
Un día al llegar a casa encontré a mi madre hablando por teléfono, se le notaba una voz triste, no pude escuchar mucho pues al verme se despidió de la persona con la que estaba hablando y colgó, intentó disimular unas lágrimas en sus ojos frotándose con las puntas de los dedos, pero la irritación de sus ojos verdes la delataban.
-¿pasa algo mama?
-No tranquilo, es un poco de alergia. Dijo caminando hacia su habitación. En ese momento no le di mayor importancia.
-Acuérdate que esta noche vienen Andrés y María a cenar. Grito mi madre desde su habitación.
-¿Qué me oyes Marcos? Volvió a repetirme la pregunta, pues yo estaba con mis cosas, y bueno ya sabéis lo que pasa cuando tú madre te dice algo y tú haces como que no la oyes (a ver eso nos ha pasado a todos)
-Sí, te estoy oyendo.
--¿Te acuerdas de ellos? Tú eras aún muy pequeño. Dijo desde la puerta de la habitación.
Me la quedé mirando, esa era mi madre, mi Himalaya la cumbre que había podido tomar, llevaba su bata de seda roja, se había pintado los ojos intentando disimular sus lágrimas de apenas cinco minutos antes, cuando la veía todavía me preguntaba cómo había conseguido llevarme a la cama a esa mujer.
-Maaaarcos, estoy hablando contigo.
-Uf, qué guapa estás oí. Decía a la vez que me levantaba y abrazándola.
-Jajá. Déjame que no tenemos tiem… Me decía intentando apartar mi cuerpo poniendo sus manos en mi pecho, pero no la deje terminar, puse mi boca buscando su lengua, mi mano jugaba con su pelo haciendo remolinos, sus manos ya no me rechazaban si no lo contrario, abrí la bata en busca de sus pezones, no tardaron en ponerse tiesos, comencé a besar su cuello, su pulso comenzaba a acelerarse, fui besando su cuello hasta llegar a sus pechos, puso su mano en mi cabeza y comenzó a jugar con mi pelo, mi mano abandono su pecho para ir en busca de sus otros labios, apartando el tanga los encontró ya un poco hinchados, mi madre era muy ardiente, parecía mentira todo el tiempo que pasó sin que mi padre le hiciera caso, me empujó hasta tirarme en la cama, en un minuto me había quitado mis pantalones junto con lo slips, agarrando mi verga que ya estaba tiesa comenzó a masturbarla, la ensalivo y cuando creyó que estaba lista se montó apartando su tanga y empezó a introducírsela, despacio y sin dejar de mirarme fijamente, ponía esa sonrisa que me volvía loco, creo que me podría correr simplemente viendo su cara de vicio, era impresionante verla cabalgar sobre mí, cuando se excitaba su cara cambiaba por completo, tenía una mano sobre mi pecho y con la otra hacía remolinos con su pelo, estuvimos como unos diez minutos hasta que se corrió gimiendo, ella continuaba haciendo círculos con la cadera sobre mi eje, mis manos colocadas sobre sus caderas sintiendo ese placer que no tiene comparación, hasta que empecé a llenarla sintiendo esa tensión en tu cuerpo, por dios era lo máximo no se podía comparar con Maite.
-Bueno creo que ha estado bien ¿no crees? Cada día aguantas más cabroncete, y yo aguanto menos a tus encantos, pero hay que tener cuidado, no quiero que se nos vaya de las manos.
-Tranquila, sé muy bien lo que nos jugamos mamá, y en ningún caso quiero que salgas perjudicada, pero realmente no me puedo aguantar. Le decía acariciando su hermoso pezón.
-Déjame que tengo que arreglarme, sino vendrán Andrés y María y nos pillarán en la cama follando, jajá.
-¿Desde cuándo conoces a María?
-íbamos al instituto juntas, era una de mis mejores amigas, lástima que a tu padre no le cayera muy bien, eso hizo que perdiéramos el contacto, pero bueno lo pasado pasado está.
Al sonar el timbre salí de mi habitación para saludar a los amigos de mis padres, al llegar al comedor me los encontré dando abrazos y besos , cuando la vi se me erizó la piel, María llego con una falda de tubo negra de cuero, una camisa roja dejando entrever unos buenos pechos, su melena rubia resaltando su bronceado, allí estaba subida a unos tacones de infarto haciendo que su metro sesenta se convirtieran en un metro setenta, Andrés venia con unos vaqueros de marca que dejaban apreciar su cuerpo castigado por los años.
-María ¿Te acuerdas de Marcos? Dijo mi madre señalándome.
-¡Madre de dios! como has crecido, cuando lo he visto me pensaba que era Daniel. Dijo acercándose para darme un achuchón acompañado de dos besos, su perfume me invadió y sus pechos al entrar en contacto me acabaron de matar, noté que mi madre no me quitaba ojo de encima, sabía perfectamente la impresión que me había llevado viendo a María, después vino el apretón de manos con Andrés, me despedí de ellos pues estaba con trabajo y me volví a mi habitación, aun sabiendo que el trabajo lo dejaría para otro día, me sería imposible concentrarme después de eso.
Me puse una película en mi ordenador para pasar el tiempo, llegaban las risas sin duda se lo estaban pasando bien. En un momento que fui a la cocina para picar algo, antes de llegar escuche como María y mi madre hablaban en voz baja, podía oír a los hombres hablando de política en el comedor, pero me llamó la atención que ellas hablaran tan bajito, me quede al lado de la puerta sin que me vieran.
-No seas tonta, ya has estado demasiado encerrada en casa, a demás ¿cuánto tiempo llevas sin verla? Joder que es tu hermana.
-Ya, pero ahora estamos bien...y no sé... Si le gustará...
-A ver, no vas a hacer nada fuera de lo normal, unas copas y un poco de risas, eso no puede ser tan malo, lo necesitas y tú lo sabes, y dime si no es verdad que estás deseando verla, el tiempo pasa deprisa , no permitas tener que arrepentirte mañana de no haberlo hecho, ese es mi consejo, además yo también quiero meterme una fiesta, desde que Andrés trabaja de noche me tiene a dos velas, y cuando digo a dos velas no es solo de salir... Jajá ya me entiendes. Por cierto Marcos está muy grande. ¿Supongo que ya tendrá alguna novieta?
-Pues sí, pasa el tiempo volando, tiene casi veinte años, la verdad es que es muy cariñoso.
-Que yo sepa no tiene novia.
-Pues yo si pudiera no lo dejaría escapar. jajá
-¡Oye! ¿No me digas que te van los jorguines? A ver si se lo tengo que decir a Andrés jajá
-Bueno...en esta vida nunca puedes decir que no… Además no sería el primero.
Joder con la María, no parecía ya tan modosita, lo que hacen cuatro copas pensé.
-No me digas que... Dijo ni madre asombrada.
-Una no es de piedra y una noche de fiesta, digamos que una copa llevo a otra y un chico de 22 años con mucha hambre…pues eso…solo fue algún magreo, nada serio.
-Vaya…No se lo diré a Antonio, como se enteré sí que no me dejará estar a solas contigo jajá
-Bueno pues ya lo sabes, así que luego no te asombres jajá. Pero ahora en serio tienes que salir de tu jaula.
- Si, si lo sé, pero ya sabes lo que pasó, y lo que me costó con Antonio.
-Bueno pues si es por eso, yo me apuntó, le dices que vas conmigo y a si ves a tu hermana.
-Bueno si es así, creo que me será más fácil. Antonio no debe saber nada, ahora que las cosas están mas tranquilas no quiero estropearlas.
Al momento oi que salían de la cocina e hice como si acabara de llegar, María se me quedó mirando.-Pero que guapo estas. Me dijo dándome un pellizco en la mejilla.
-Anda, pasa para el comedor, la próxima vez beberemos agua para cenar. Decía mi madre empujándola a la vez que me guiñaba un ojo.
Entre lo que había oído de María y ese guiño de mi madre hizo que pusiera burro, tanto me puse que me fui a mi habitación a hacerme una paja, me tumbe en la cama desnudo y cuando tenía el mástil listo.
-Huy! Veo que has oído nuestra conversación. Era mi madre desde la puerta, tenía la vista fija en mi verga y su cara de vicio.
-No te voy a decir que no. Le dije con una sonrisa en los labios.
-¿Te ayudo? Decía mientras se sentaba en la cama sin quitar la vista de mi verga.
-Por mi sí, es toda tuya. Dije soltándola para dejarla a su disposición.
Cogió la verga y empezó a darme caña, se notaba que tenía prisa pues tenía los invitados en el comedor.
-Te gusta María, lo he visto nada más que ha llegado. ¿Te gustaría que estuviera aquí? ¿Te gustaría follártela igual que me follas a mi? ¿Y a tu tía también ?Me decía poniendo voz de zorra, la verdad es que estaba imaginando precisamente eso, al momento empecé a correrme manchando su mano, mi semen lleno su mano, continuó masturbando hasta la última gota.
-Jajá estabas caliente...no has tardado mucho. Dijo a la vez que me daba un beso en los labios y salía de la habitación. Con los estudios y el trabajo se me fue María de la cabeza, hasta que un día que fui a buscar a Maite a un pub musical en el cual trabajaba, estaba en la barra esperando a que terminará para llevarla a casa la vi, estaba bailando en la pista con un chico mucho más joven que ella, se le notaba un poco bebida, llevaba una falda corta muy ajustada y un top sin mangas, sus pechos se movían con la música, no me veía con lo cual la podía ver con tranquilidad, llegó Maite que me vio mirándola.
-¿Te pone la madurita? Jajá. Me dijo dándome un morreo por saludo.
-La verdad que si ¿La conoces? Mi mano ya estaba tocando su culo por encima de su pantalón corto.
-La he visto alguna vez con tu tía. Al decir tía fue como si saltasen alertas en mi mente, o sea que se conocían, aunque claro si era amiga de mi madre desde, crias lo más normal es que se conocieran.
-¿Vienen muy a menudo?
-No lo sé, si quieres le pregunto a Juan. Juan era un camarero de unos treinta años con fama de follador nato, a él no se le escapaba ninguna mujer, las tenía controladas.
Nos dirigimos a la barra y cuando hubo un hueco Maite lo llamó levantando la mano, este al verla se acercó y dándole dos besos no sin antes repasarme de arriba a abajo.
-Hola Maite, estás preciosa. Pues sí que ataca pronto pensé.
- Hola Juan, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Eso y mucho más. Seguía con sus camelos se notaba que no le importaba mi presencia.
-Jajá. Conoces a esa mujer. Le dijo señalando a María con la vista.
-Ya lo creo, a esa madurita le va mucho la fiesta, viene cada viernes, y entre tú y yo es muy caliente… Ya me entiendes ¿Qué pasa te gusta? Le dijo poniendo las manos en su cintura sin dejar de mirarme, supongo que al ver que a mí no me importaba él se iba envalentonando.
-Esas manos Juan. Decía Maite sacándose las manos de encima.
-Vale, pero si quieres más información sabes que tenemos que discutirlo en mi despacho. Supongo que el despacho sería el almacén pensé.
- Jajá. No me digas que también te la has follado, no me lo creo. Maite sabía cómo sacar información, dando donde más duele.
Juan se la quedo mirando como dudando de que hacer, pero supongo que no quería perder su fama de ligón, saco su móvil y después de buscar nos enseño un video.
Se veía supongo lo que él llamaba su oficina que no era otra cosa que un almacén lleno de cajas de cerveza y otras bebidas, allí estaba Maribel arrodillada con una camisa blanca abierta, tenía sus dos hermosas tetas sacadas por encima de un bra negro, como había podido intuir en mi casa eran muy grandes, las cuales se movían al ritmo de su boca mamando una considerable verga, el ruido de la música no nos dejaba oír con claridad, desde luego sabía mamar una verga, su maquillaje o lo que quedaba de él ya estaba repartido por su rostro, hubo un corte y en la siguiente toma ella estaba apoyada con las manos en la pared simplemente con sus zapatos recibiendo una buena follada, acabó el video con su cara llena de semen y con una sonrisa completamente de puta.
-¿Ahora te lo crees? Dijo Juan hinchándose como un pavo.
A partir de ese día fui coincidiendo más con Juan, me preguntó sobre mi estado con Maite, pues le sabía mal las confianzas que había tenido con ella en mi presencia, le comente nuestro estado y que éramos muy libres de hacer lo que quisiéramos, a partir de entonces cada vez que nos veíamos me mostraba un vídeo con alguna mujer, la verdad que su fama de follador nato era basada en hechos pues por el habían pasado mujeres de todos los años, un día me lo encontré tomando una cerveza en otro local, ese día tenia fiesta y al verme comenzamos a hablar.
-Lo tuyo con Maite me dijiste que no era serio, que erais libres de follar con quien quisierais ¿No?
-Por supuesto ¿Ya te la has follado? Pregunté sabiendo que si no lo había hecho no tardaría en hacerlo, se me quedo mirando, empezó a aparecer un sonrisa que me indicaba que no estaba equivocado, abrió su móvil…
-¿Seguro que no te molesta?
-No hombre, tu tranquilo.
-Es que es una pasada tío, no veas cómo le va la marcha, el otro día al salir del curro coincidí con ella, tomamos unas copas en un garito, ella que iba un poco salida junto con un par de cubatas..Pues nos enrollamos, dio la casualidad que me encontré con dos amigos y…
Puso el vídeo, en el apareció Maite en la parte de atrás de una furgoneta, completamente desnuda mamando la polla de Juan, había otra persona que estaba grabando, desde luego que estaba metida en el papel principal, al cabo de un momento está ensartada por una verga, no se veía de quién, se le oía gemir como a una puta, pedía más que le dieran mas, su voz se cayó en el momento que le llenaron la boca con otra verga, esta era impresionante, gorda y venosa, como podía iba tragando a medida que su cuerpo cabalgaba sobre el mástil, hubo un corte y apareció Maite llena por todos sus agujeros, viendo la imagen se veía que el que grababa era al que le estaba haciendo la mamada, el vídeo acababa en una secuencia que recorría todos sus agujeros derramando semen.
-Joder tío vaya fiesta ¿No?
-Ya te digo, no tenía fin.
Un Sábado me despertaron unos gritos de mi madre, sus gritos se mezclaban con lloros, estuve por ir a ver lo que pasaba cuando me di cuenta que aquello era una bronca con mi padre.
-¿Me vas a decir que es mentira? Cabrón, ¿Tú te crees que soy idiota?
-¡te estoy diciendo que no tengo ni idea de lo que hablas!
-Que no sabes de lo que hablo, ósea ¿me vas a decir que este olor a puta barata es mío? ¿Pero cómo puedes tener esa cara pedazo de cerdo?
-Tranquilízate, no me vengas con tus ataques de celos.
-¿Celos? Mentiroso de mierda, llevas un mes llegando a las cuatro de la mañana ¿Que pasa haces horas extra?
Me quedé inmóvil en mi cama, jamás los había visto discutir de esa manera, no sabía qué hacer vestirme e irme o quedarme escuchando todo aquello, tenía ganas de llorar de impotencia, era una situación nueva, no es que mis padres no discutieran pero de esa manera, era diferente, en la voz de mi madre había odio e ira, habían silencios y de golpe gritos.
- ¡No me he a-c-o-s-t-a-d-o con ninguna puta! ¿Cómo te lo tengo que decir?
-¡Vaya salió el marido fiel! ¡El buen marido! llevas años acostándote con putas, ¿Qué te crees que no lo sabía? Cuantos años llevas tratándome como a un mueble, ¿pero esto cabrón?
Hubo un momento de silencio, supongo que se estarían mirando, al estar en mi habitación no los podía ver, aunque la bronca seguro que se oía en todo el edificio.
-¿Y quién empezó todo esto? Por si no te acuerdas yo no me follé a ningún striper, ¿O es que te has olvidado?
-Hijo de puta, cuántas vidas tengo que vivir para que me perdones y no me lo sigas echando a la cara.
Mejor me voy, no me esperes a dormir, igual ni me hechas en falta, ¡que te den por el culo!
¿Qué pasa te cansaste de follarme como a una puta? Dime ¿cuánto dinero te has ahorrado? ¿Ya no necesitas mis servicios? Hijo de puta, cabrón ¡Pues igual busco uno que sea más hombre que tú para que me lo rompa! maricón de mierda.
Al momento oí un portazo, supuse que sería mi padre, decidí salir de mi habitación para ver cómo estaba mi madre, la encontré en su cama tendida llorando.
-Mama, ¿Estás bien? Si os dais cuenta en esos momentos normalmente las personas hacemos preguntas idiotas, ¿cómo podía estar bien?
-Ahora no Marcos, déjame sola. Dijo sin levantar la cabeza de la almohada.
-Vale mama, yo estoy aquí, para lo que quieras ya lo sabes.
Fueron días difíciles, el silencio volvió a reinar en la casa, volvieron los monosílabos, mi padre aparecía por casa lo justo para dormir y cambiarse de ropa, mi madre volvió a su estado catatónico, cada vez que me cruzaba con mi padre este bajaba la vista, creo que se sentía culpable pero le era imposible reconocerlo, no sé si era verdad que había vuelto a ir de putas o era imaginaciones de mi madre.
Un día al llegar al trabajo me di cuenta que en el puesto de Maribel había una becaria de veinte años, al presentármela Santiago pude apreciar que era una mujer muy guapa, tenía unos ojos verdes como el mar, aparte de un buen cuerpo, pero sin duda aquellos ojos podían enamorar a cualquiera, y se le notaba que quería agradar pues derrochaba amabilidad por los cuatro costados, más tarde me dijo Santiago que Maribel había pedido cambiar de puesto, ahora estaba en ventas ósea en el mismo departamento que mi padre, en aquel entonces no ate cabos, pero no tardaría en darme cuenta que aquello no había sido casualidad.
Mi madre decidió ponerse a trabajar, ella había estudiado algo de administración y un día se quitó el miedo y llamó a su hermana para ver si la colocaba en alguna oficina, después de contarle lo que había pasado con mi padre supongo que mi tía decidió intervenir, y lo primero que hizo fue contratarla como ayudante de su secretaria hasta que consiguiera otra cosa, supongo que lo que quería mi madre era salir de esa jaula, no sé si se plantearon divorciarse pero en un principio los dos vivían bajo el mismo techo, aunque lo poco que coincidían procuraban buscarse los espacios para ni siquiera verse, cuando ambos estaban en casa el ambiente se podía cortar con un cuchillo, incluso yo, procuraba no hablar pues las respuestas se definían en sí, no, como tú lo veas, ya eres mayor para decidir o preguntare a tu madre que ella lo sabe todo, como veréis un poco difícil de aguantar( pero seguro que todos hemos pasado por las broncas de nuestros padres ¿O me equivoco?)
Una noche tomando unas cañas con Santiago, digo unas cañas aunque sería mejor decir muchas pues sabiendo lo que había en casa, muchas ganas de llegar la verdad no tenía, Santiago me pregunto por mi padre, me pareció extraño pues era la primera vez que lo nombraba.
-Pues bien¿A qué te refieres? Dije extrañado por la pregunta.
-Se que no lo está pasando muy bien, no me mal interpretes, no quiero meterme en vuestra casa pero él y yo éramos muy buenos amigos hasta que..
-¿Hasta qué? Pregunté cada vez más intrigado.
-Mira es igual, no quiero meterme en vuestros asuntos, no tenía que haber dicho nada perdóname.
-Por favor, ahora no me dejes así, ¿acaso sabes lo que pasa ?
-bueno no se... Es una pregunta no la entiendas mal¿ Sabes lo que pasó con tu madre en una despe…
-Si tranquilo, se toda la historia. Dije sin dejarle terminar la pregunta-¿Pero eso que tiene que ver ahora?
-Como te he dicho éramos muy buenos amigos, recuerdo cuando pasó, un Lunes tu padre llegó al trabajo desesperado, el amor de su vida le había engañado, quería divorciarse de tu madre, incluso echarla a la calle estaba lleno de odio, lo calme y le dije que se lo pensará bien, que no decidiera nada en ese momento, que todo debía tener una explicación , por dios yo conocía a tu madre, y sabía que no era de las mujeres que se van con el primero que encuentran, seguro que algo tenía que haber pasado, y si tu padre no se divorció, pero empezó a vivir como un fantasma, se junto con unos digamos no de fiar, entonces empezaron las partidas de poker y las putas, yo intenté sacarlo de ese camino, ¡por dios!le decía que tenía una mujer maravillosa y dos chiquillos esperándole en casa, pero supongo que la ira se adueño de él y no me hizo caso, a partir de entonces nos fuimos separando hasta quedar en dos simples personas que trabajan en la misma empresa.
-Supongo que tiene que ser duro perder una amistad de años. Le decía mientras él hacía girar la cerveza sobre la mesa, su mirada estaba perdida, supongo que recordando y quizás maldiciendo el momento que se metió en medio, si se hubiera callado seguramente ahora tendría un amigo, pero vaya eso lo digo yo, pero con el paso de los años creo que es lo que se le pasaba por la mente, supongo que al tomarme bajo su mando era algo más que trabajo, su deber era que por lo menos al hijo de su amigo no le pasará lo mismo.
-Es muy duro, realmente yo quería a tu padre como a un hermano. Pude apreciar que sus ojos parecían cristalinos amenazando con soltar alguna lágrima.
¿Y nunca más hablasteis? No sé, tomar una cerveza para hablar.
-No, yo pedí el traslado de departamento y a partir de entonces como dos extraños.
-Mira, yo no soy quién para aconsejar, pero creo que los dos necesitáis volver a sentaos en una mesa y hablar, mi padre ha cambiado, ya no es el mismo que era antes( obvié decirle que mi madre tenía sospechas que había vuelto a las andadas) y sí, la verdad es que esta fastidiado, tuvo una bronca con mi madre y por eso está raro estos días, me harías un favor con tan solo te sentaras a hablar con él, estoy seguro que le haría mucha ilusión, él no lo va hacer ya sabes lo orgulloso que es.
-De verdad que me gustaría Marcos pero... ¡Por dios! que es verdad, es orgulloso y testarudo.
-Inténtalo,¿ qué puedes perder? ¿Seguir sin hablaos hasta que os jubiléis? Eso es todo lo que podéis perder, creo que si lo intentas lo conseguirás, mi padre seguro que se alegra, ya lo verás.
-No te prometo nada, quizás me deje caer por su oficina a ver qué pasa.
Necesitaba que se acercara a mi padre para saber si era verdad que le era infiel a mi madre, y quién mejor que Santiago para averiguarlo.
Un viernes al pasarme por el pub para recoger a Maite, serían las tres de la madrugada, había mucha gente gracias a que conocía a David el portero me dejo pasar, pues el aforo estaba al completo y mucha gente daba media vuelta en cuanto llegaban a la entrada, me dirigí a la barra, Maite estaba ya allí, me dio un beso y acercándose al oído.
-Mira hacia la pista, a la izquierda. Me indicó guiándome la cabeza con sus manos.
Gire la cabeza y allí estaba mi madre junto a mi tía y Maribel, las tres estaban con dos chicos, estaban bailando muy arrimados, uno con mi madre y el otro con Maribel, mi madre estaba preciosa, una falda de cuero negro con camisa de seda roja y sus zapatos negros de tacón alto, continúe mirándolas hasta que vi que el muchacho le estaba diciendo algo al oído mientras la tenía cogida por la cintura con las dos manos, ella le tenía puestas las suyas en el pecho , se reían bailando, así estuvieron hasta que cogidos de la mano se encaminaron a la puerta de salida.
Una sensación de frío recorrió todo mi cuerpo, fue una sensación extraña, dude entre salir y ver lo que pasaba, creo que es la primera vez que he sentido celos, al ver a mi madre con alguien que no fuera mi padre me producía como una especie de angustia, mis pies me empujaban a salir mientras mi mente buscaba razones para mantenerme al margen ¿Quién era yo para cuestionar a mi madre? Al final ganaron los pies , cuando estaba a punto de llegar a la calle me encontré de cara con el muchacho que hace escasos minutos estaba con mi madre, tendría treinta años, por la expresión de su cara se adivinaba que no había conseguido su objetivo, desde la puerta vi a mi madre montándose en un taxi, una mezcla de alivio y sensación de felicidad me invadió, supongo que con la situación que mi madre tenía en casa había sido un calentón, entre y lleve a Maite a su casa esa noche no tenía cuerpo para follar, así que la lleve y decidí volver a mi casa.
Apenas dormí esa noche, la imagen de mi madre saliendo de la mano con un hombre no me abandono haciendo que la ira y los celos fueran creciendo para que luego mi propia mente se debatía intentando justificarla, ¿la culpa era de mi padre? Pase toda la noche dándole vueltas, como se puede juzgar a alguien sin juzgarse a uno mismo, yo me acostaba con mi madre haciendo que fuera infiel a mi padre, ¿cómo podía juzgarlos a ambos por ser infiel el uno al otro?
Después de esa noche mi familia volvió a dar un giro de ciento ochenta grados, mi madre consiguió un trabajo de secretaría gracias a mi tía, con lo cual apenas coincidíamos en casa, las noches sin que mi padre apareciera por casa fueron aumentando, en un par de ocasiones intenté hablar con mi madre pero ni siquiera me dejaba empezar, -Ahora no Marcos, no tengo ganas de hablar. Era la única respuesta que podía sacar a mi madre, empecé a pasar mas tiempo fuera de casa, como os podréis imaginar mi casa se había convertido en un funeral, no entendía como no se divorciaban, pero supongo que tantos años juntos crea un nudo muy fuerte, y a medida que llegan las desilusiones se va aflojando hasta que se suelta, ignoraba cuantas vueltas le quedaba a ese nudo, pero a medida que iba pasando el tiempo sabía que estaba a punto de soltarse, y lo peor era que desconocía mis sentimientos sobre eso, por un lado quizás fuera lo mejor, pero por otro... No es fácil(Los que habéis sufrido la separación de vuestros padres me entenderéis) se crea un vacío, los recuerdos te vienen a la mente, cumpleaños, navidades etc.
Al llegar al trabajo Santiago estaba impaciente por darme una noticia.
-Sé quién es la amante de tu padre.
Nunca me lo podría haber imaginado.