Marcos, mi amante virtual (3)
Bueno hagamos un resumen: Suena el portero eléctrico en mi departamento era Marcos, mi amante que hasta el momento era virtual, todo nuestro vínculo era a través del cyber espacio.
Marcos mi amante virtual (tercera parte)
Bueno hagamos un resumen: Suena el portero eléctrico en mi departamento era Marcos, mi amante que hasta el momento era virtual, todo nuestro vínculo era a través del cyber espacio.
Como en sus mail me trata como a una reina y en le primer contacto nos besamos y terminamos en una hermosa mamada a su verga, su leche en mi boca y en mi cara. Todo muy despacio y todo muy sensual. Luego se recupera o mejor dicho, lo recupero y me desvirga haciéndome sentir toda una mujer. Y quedamos en el momento en que me pide que lo lleve hasta el baño. Aquí empezamos la tercera parte.
Marcos fue hasta la bañera y abrió el agua caliente para llenarla..
No vamos a dar un baño de inmersión, los dos juntitos ¿Te parece? - Me dijo con voz de pillo.
Pudo ponerle al agua algunos aceitas para armonizar el ambiente. Le dije y el asintió.
El baño se inundó de vapor, yo me desnudé completamente e ingresé en la bañadera, me acomodé y lo invité a entrar. Cuando ingresó, parado, deberíamos hacer alguna pirueta para acomodarnos, pero antes de eso, su pija quedaba a penas a unos centímetros de mi cabeza, de mi boca. Nos miramos a los ojos y yo la tomé con las manos. Cuando la iba a introducir en mi boca, así muertita como estaba, surgió de su interior un líquido cálido, amarillento y transparente. Su pis fluía de sus entrañas y caía sobre mi cara, con bastante intensidad. Hasta que me di cuenta de lo que estaba pasando, entró un chorro por mi boca hasta mi garganta
No sabía que pasaba, estaba totalmente sorprendida por lo que estaba pasando. Marcos me estaba meando y yo lo estaba disfrutando. Segía y seguía vertiendo su pis, por todo mi cuerpo y cuando ya estaba terminando lo llevé a mi boca tomando los últimos chorros de su aguita.
Sos la mejor. Me dijo mientras jadeaba como si estuviera acabando otra vez.
Sos una bestia. ¿Cómo vas a hacer eso, sin avisarme?
Con vos sé que puedo hacer cualquier cosa. Nunca pensé que sería tan lindo verte mientras te meaba
Nunca pensé que me iba a dejar mear - Acto seguido, me acomodé y le dejé lugar para que el también disfrute del baño. Cuando vi que el estaba cómodo, me arrodillé, tomé mi enorme clítoris con mi mano y le hice pis en el pecho. No era una venganza, sino un deseo. El buscó mi pijita y mientras caía mi pis, la llevó a su boca, como agradeciéndome lo que antes había hecho yo, pero apenas unas gotitas cayeron en su boca.
Luego nos relajamos y solo nos dedicamos a disfrutar del agua tibia de la bañadera. Estuvimos, entre una cosa y otra, una hora dentro del agua. (Tuve que salir a buscar sus cigarrillos, mojé todo el baño y el pasillo pero nos fumamos uno cada uno, dentro de la bañadera.)
Cuando salimos del baño teníamos mucha hambre y la verdad que mi heladera parecía un iceberg, puro hielo. Yo quería pedir comida china, por teléfono pero él me dijo:
Estamos en Buenos Aires, Tenemos que salir, comer afuera, tomar un trago, escuchar música bailar
Es que es un quilombo.
¿Cuál es el quilombo?
Me tengo que vestir y no quiero
Si, yo también me tengo que vestir ¿y?
Pero no quiero salir con vos vestida de hombre.
¿Y por qué saldrías vestida de hombre?
¿Vos querés salir conmigo a comer afuera vestida de mujer?
Por supuesto. ¿De qué otra forma pensaste que quería que salgamos? Yo quiero salir con mi amante, con mi nueva novia. Quiero salir con vos, Linda. Me decía mientras me abrazaba y me daba un beso hermoso en la boca.
No me daba alternativas. Volví al baño, y mientras me vestía y me maquillaba, él se sentó en el living a ver televisión, como si fuera lo más común del mundo, como si siempre lo hiciera, de forma natural.
Me afeité, me puse base, apara eliminar los pocos rastros de bello de mi cara, apenas me pinté los ojos, la boca y un perfume intenso que mi esposa usa cuando salimos. Me puse un jean súper ajustado, unas sandalias bajas y una blusita holgada, con un corpiño armado que apenas dejaban delinear unos pequeños senos. Una cadenita de plata muy fina en el cuello y un anillo haciendo juego. La idea era no llamar la atención pero a la vez estar lo más elegante y sexy posible.
El verdadero problema para mi era salir de mi casa. Tratar de no encontrarme con ningún vecino, cruzar el hall desde el elevador hasta la puerta. Me puse un par de anteojos negros para evitar posibles miradas de algún posible vecino mirón. Por suerte pasamos por todo eso sin testigos. Me abrió la puerta para que entre al auto y salimos dirigidos al centro. Viajar con Marcos en el auto por la ciudad siendo su mujer me puso a mil. En todos los semáforos que paramos lo besé y mientras manejaba lo acariciaba.
Fuimos a comer a un lugar que él frecuenta cuando viene a Buenos Aires. Un restó que yo no lo conocía pequeño, con poca luz y con buena música. La verdad es que yo apenas comí, estaba tan alzada que lo único que quería era disfrutar cada instante El mozo me trataba como si fuera una mujer, el cigarrillo con la marca del rouge, pequeños detalles que me hacían sentir que era su mujer. El vino terminó por ponerle un broche de oro al momento.
Caminamos por la avenida Santa Fe, miramos vidrieras y luego nos subimos al auto y nos fuimos a un Púb. a tomar algo. En el lugar había un lugar para bailar y otro con mesas nos acomodamos en una de las más lejanas y nos dimos unos besos bárbaros Hasta saqué su verga y le hice una lamidas.
Nunca me imaginé una noche así, es mi deseo hecho realidad, hasta bailamos en la pista. Volvimos a casa, esperando que nadie me reconozca. Había en la puerta una pareja basándose, que ni se dio cuenta de que alguien pasaba a su lado Marcos que para ese momento estaba chispeado con el alcohol los saludó "Buenas Noches" dijo pero ellos no contestaron.
Una vez en casa fuimos al cuarto y nos acostamos, yo me quedé con el corpiño y la tanga y me puse una remera larga que hizo las veces de camisón. Él quedó solo en calzones. Se acomodó en la cama, elogió mi colchón y estiró el brazo dándome a entender que me incline en su pecho me abrazó. Su olor, los pelos de su axila, el tacto de mi cara en su costado.
Él me acariciaba, yo lo acariciaba. Jugaba con los pelos de su pecho, con su ombligo hasta que mi mano se coló por debajo del elástico de su boxer y tomé su pija, dormida sin ninguna intención solo por tenerla
Marcos acariciaba mi lampiño cuerpo y jugueteaba con mis casi imperceptibles tetas. Jugaba con mis pezones, pellizcándolos, despacio y fuerte haciéndome estremecer. Algunas veces yo me había estimulado con mis tetillas, pero que lo esté haciendo él me estaba volviéndome loca.
Noté que su pene crecía con mis caricias, él también se estaba excitando.
La verdad es que yo estaba exhausta y mi culo todavía no se había recuperado de su primera penetración, así que no sabía si seguir o hacerme la boluda y no continuar con esto Pero estuve tanto tiempo esperando estar con un hombre que no me iba a dejar pasar esta oportunidad. Lo voy a saciar chupándosela. Y luego a dormir. Pero no todo iba a salir como yo creía.
Bajé hasta su incipiente pija parada y me la fui metiendo dentro de a boca. Para mi sorpresa, Marcos me acomodó en la cama quedando mi cola a la altura de su cabeza.
- ¿Te duele?
Dejé un segundo de chuparle su pene y le dije que un poco. Me acarició las nalgas y yo volví a su verga Con su saliva me hizo un mimo en el ano, mientras me decía que lo hacía para que me calmara y luego me empezó a lamerlo. La verdad es que me estaba calmando el dolor y a la vez, mi clítoris iba creciendo de forma infernal Su boca se fue deslizando a mis bolas y un segundo después nos estábamos comiendo cada uno la pija del otro.
No tardamos mas de cinco minutos en acabar, yo dentro de su boca y el dentro de la mía con apenas una diferencia de un minuto.
Luego nos besamos mezclando nuestras lenguas, nuestro semen y nuestros deseos.
Dormimos abrazados toda la noche y me sentí completamente mujer
Hay una cuarta parte En unos de estos días se los cuento
Un beso Linda.