Marcos, mi amante virtual (2)

Esta es la segunda parte de la historia de un amante virtual que se presentó después de varios meses en la puerta de mi casa.

Marcos Mi amante virtual (segunda parte)

Esta es la segunda parte de la historia de un amante virtual que se presentó después de varios meses en la puerta de mi casa.

Yo acababa de hacer mi primera felatio cuando terminaba la primera parte de mi relato

Marcos quedo exhausto y yo con todas mis energías intactas. Fui a la cocina y preparé mas café, cuando regresé al living él se encontraba más repuesto, me ofreció un cigarrillo y así fumamos y tomamos el café. Yo lo notaba un poco vergonzoso pues en lugar de permanecer desnudo, se había puesto el calzón y la camisa… se ve que su verga le daba pena… una cosa era verla parada y otra era verla ya exprimida. Así me propuse volver a levantarla ya que mis deseos no estaban saciados

Mi sorpresa fue grande cuando empecé a provocarlo y noté cierto rechazo, mi autoestima iba bajando de nivel hasta verme como una porquería, fea y molesta… Marcos se dio cuenta que no estaba haciendo las cosas bien ya que me miró a los ojos y me dijo: - A ver mi reina ¿Qué es lo que estás buscando?

  • La pijita de mi machito. Quiero sentirla dentro de mi culito, como lo soñamos y lo deseamos los dos

  • Pero le debes dar un poco de tiempo ¿Sabés hace cuanto que nadie me pegaba una mamada como la que me has dado? Fue la mejor de mi vida, te lo juro.

Yo no lo podía creer, él me seguía tratando bien y además me halagaba.

  • ¿Y no hay nada que yo pudiera hacer para que ese tiempo se acorte y quiera volver a la acción?

  • Ya lo estás haciendo, mirá. – Bajo la tela de su boxer se podía ver como su verga se movía, se elevaba y se endurecía de apoco. Mi mano la recorrió por sobre la tela hasta sacarla por la bragueta, dejando al aire libre su hermosa cabecita… Así sin preámbulos acerqué mi boca para darle el estimulo que necesitaba para estar al tope.

Después de algunos mimos, ya estaba al mango. Marcos se incorporó y mientras jugaba con mi tanguita, me empezó a acariciar las nalgas, dejó caer un poco de su baba en la raya de mi culo y lo esparció hasta llegar a mi ano. Lo fue lubricando y a su vez penetrando con su dedo.

  • Despacio, mi amor, que está sin estrenar.

  • Si mi diosa, mi verga esta deseosa pero yo tengo mucha paciencia.

Y siguió introduciéndome el dedo con gran habilidad… acercó su cabeza hasta mi cola y me pasaba la lengua mientras probaba meterme el segundo dedo… Lo hizo muy bien y no me dolía. Con la otra mano me agarró el pene y comenzó a subir y bajar… Yo no me lo esperaba, lo hacía con la misma suavidad y ganas como lo estaba haciendo con mi culito.

Yo quise hacer lo mismo con su pija, pero el enseguida la puso en mi orificio de entrada… Mi tanga no fue impedimento hasta me gustaba sentir el elástico en mi entrepierna y mi pija protegida por esa telita. Mi sueño mas grande era sentir como un hombre acababa dentro de mí. Sentir su leche tibia en mis entrañas y saber que lo había satisfecho.

No hizo falta habar de eso ya que él sabía todo eso, ya que se lo había comentado por email y bajo el juramento mutuo de no haber estado sin protección, los dos confiamos en que ninguno de los dos tenía posibilidades de poseer el HIV.

Estaba yo en cualquiera, cuando él hizo presión y me empezó a penetrar. No es igual que un dedo, para nada. Aunque su pija era pequeña, era la primera y yo sentía esa maza pidiendo permiso y deslizándose por mi interior. Creo que el dolor y el placer se juntaron dentro mío. El esfínter era todo lo que sentía y su chota el transportador a un nuevo mundo. Cuando pensé que estaba toda dentro, me dijo que ya me había metido la cabeza… Pensé que no iba a poder entrar nada más pero me equivoqué. Hizo algo de fuerza y siguió su camino hacia mis tripas.

  • Tu culo es un paraíso… ¿Te duele?

  • Seguí Marcos, seguí, que quiero sentirte todo en mi interior.

Parece que esto lo entusiasmó y de un solo golpe sentí como sus piernas chocaban con mis nalgas… Yo grité… Grité muy fuerte porque sentía que me partía en dos… un dolor intenso y que en el momento pensé que era perpetuo. Pero Marcos no se asustó sino todo lo contrario, me empezó a bombear fuerte pero lento… Su pija entraba y salía cada vez con más energía. Pensé que esto me mataría pero pasó lo contrario… se fue mutando el dolor por el placer.

No tardo casi nada en acabar y su pija salio expulsada de mi ano… La sensación tan esperada de sentir su leche en mi interior fue espectacular… fueron tres chorro calidos de néctar acariciando mis tripas… Luego fueron bajando pero su color era misturado con líneas de sangre roja… Mis piernas temblaban y el líquido se escapaba de mi interior, por ellas.

Traté de pararme pero tenía las botas de taco aguja puestas y me tuve que arrastrarme hasta el bidet del baño donde me hice una limpieza reparadora e intensiva.

Marcos estaba tan muerto como lo estaba yo… tirado sobre la alfombra, ya no le importaba taparse, no sentía vergüenza y creo que no tenía mas fuerzas… le ofrecí ayuda y me pidió un cigarrillo. Se lo acerqué y él me abrazó. Compartimos unas pitadas de cigarrillo y nos reímos sin sentido. Yo estaba muy contenta y él también, todo estaba saliendo muy bien. Pasamos como una hora así jugueteando y charlando de tonteras, él totalmente desnudo y yo con mi tanga, el corpiño al tono y las botitas por supuesto.

  • ¿Dónde queda el baño?

  • Al fondo del pasillo.

  • ¿Me acompañas?

Le estiré las manos para que me ayude a pararme. Una vez los dos parados me tomo de atrás por la cintura, acercándose tanto que si pijas chocaba en mis nalgas.

Dentro del baño me pasó algo que nunca creí que me podía pasar… pero eso lo dejamos para otra entrega de esta historia… ¿Les pareces?

Esperen la tercera entrega de Marcos Mi amante virtual.

Un beso para Julieta la ardiente, a Mary Lau, La Colo, mis nuevas amigas.

Besos para todos Linda.

No se olviden de escribirme sixbarral@yahoo.com.ar