Marcos edipo

Lo más amado por mi es mi mami...la quiero más que a nadie en el mundo

MARCOS EDIPO

La historia que les quiero contar es como realmente me enamoré de mi madre, fue de siempre, desde pequeño mi madre me llamaba la atención y me parecía la mujer más guapa del mundo.

Bueno, me llamo Marcos y ahora acabo de cumplir 18 años y estoy terminando mis estudios de 2º de bachillerato, para luego hacer la PAU y ver que estudio en la Universidad. Soy un tipo de casi 1,80, un poco más que mis padres, moreno, delgado, buen estudiante y con algún que otro vicio inconfesable…bueno, no tanto, mi madre. He de confesar que casi se convirtió en una obsesión para mí, a raíz sobre todo del desarrollo de mi sexualidad. Todo esto se incrementa por tener una relación muy especial, en la que nos contamos todo (eso creía al menos, sobre todo era yo el que le contaba todo). Mi madre se llama Ana y tiene 43 años, es maestra en un colegio, donde da clases a niños de 10 años. Es como les he comentado una mujer muy guapa, para mí, la más bella del mundo. Es de natural morena, pero con el paso de los años ha ido aclarando un poco su pelo, que lo lleva en una media melena algo ondulada. Es delgada, un par de cm. más baja que yo, por lo que es una mujer alta, ojos color miel, y con unas tetas y un culo que llaman la atención.

Por otro lado está mi padre, que se llama Tomás y es director comercial de una importante empresa (no quiero decir cual), que cuanta con 46 años y en los últimos 5 o 6 años ha engordado mucho y se ha descuidado bastante. También diré que vivimos en Madrid, en un pueblo que está bastante cerca del centro, en un adosado de una de las innumerables urbanizaciones que hay.

Bueno, como he dicho mi madre me ha gustado de siempre. Me encantaba poner mi cabeza en su regazo o sobre su pecho (mis primeros recuerdos de esto era de mi 4 o 5 años). Luego, cuando noté que tenía un polla que se ponía tiesa y empiezas a jugar con ella, las primeras pajas y eso…fue la musa que me inspiraba en mis sesiones masturbatorias, más que una revista con la tía más buena del mundo.

Por esa edad, por la noche empezaba a oír como mis padres follaban…por ese motivo se puede decir que odiaba a mi padre, quería a mi madre solo para mi, pero era consciente que no podía ser. Por mi parte seguí con mis cariños a mi madre, y ella encantada por eso.

Un fin de semana mi padre tuvo que irse por asuntos de su trabajo de viaje, y aproveché para quedarme en la cama con mi madre. Fue maravilloso, el poder dormir con ella y abrazarla en la cama. Incluso en un momento dado, como de forma accidental le toqué las tetas. Casi tuve una eyaculación en ese instante. Lo mejor para mí fue que me pareció que mi madre ronroneó como una gatita y además pude disfrutar de la vista de sus bragas cuando con los movimientos propios de cuando duermes se le subió el camisón hasta la cintura.

Otro fin de semana mis padres, los dos fueron a algo en relación con la empresa de mi padre, pero en esta ocasión era con parejas, por lo que me quedé solo en casa (acababa de cumplir 15 años). No tuvieron problemas en dejarme solo, ya que era y soy bastante responsable. Me dieron algo de dinero y me dejaron preparada la comida para ese par de días. Me quedé en casa observando como marchaban en el coche, y desde que los vi doblar la esquina de casa me fui directo a la habitación de mis padres a revolver un poco, con cuidado. Miré en primer lugar en los cajones de mi madre. La mera visión de su ropa interior me puso como un burro. Allí había desde braguitas y sujetadores normales, de los que sueles usar a diario, a otros muy, pero que muy insinuantes, negros y blancos casi transparentes, de colores vivos (azul, rojo) o incluso de piel felina, tipo leopardo. Rebusqué con cuidado pero allí no hallé nadad más, por lo que me dirigí al armario de mi madre. Al fondo había una caja, disimulada entre la ropa. La saqué intentando dejar todo como estaba y la abrí. Mi sorpresa fue encontrar un par de consoladores allí guardados. No había nada más. Mi primer instinto me llevó a oler esos artilugios…era el olor del coño de mi madre. Me puse a mil por hora y casi me corro con ese simple acto. Lo volvía a dejar tal y como estaba y me fui a buscar más cosas en el armario de mi padre. Del mismo modo pude encontrar una caja, entre la ropa, cerca del fondo, que al abrirla lo primero que vi fueron unas cuantas revistas de sexo duro, pero para gran alegría por mi parte, debajo de las mismas había unos sobres de fotos. Digo que para alegría mía porque al sacar las fotos éstas eran de mi madre. Muchas de ellas insinuantes, en ropa interior, que poco a poco iba desapareciendo para quedarse desnuda. En otro sobre de fotos pude ver fotos de mi madre, de hacía bastantes años en la playa. En zonas donde se veía mucha gente estaba en topless, pero en otras zonas, más solitarias se la veía como deslizaba sus dedos en el bañador para ir bajándolo y dejar al aire su precioso chochito. Como podréis entender, mi erección se convirtió en corrida con solo un par de sacudidas de mi polla. Aquello era un tesoro, por lo que lo llevé a mi habitación y pasé todas y cada una de aquellas fotos por el scanner de modo que las pude pasar a mi ordenador. Cuando terminé de hacer eso, se me encendido la bombilla y dije, que si yo tenía eso en el ordenador, tal vez mis padres también lo podrían haber hecho. El problema es que mis padres usan un ordenador y yo otro, de modo que cada uno le ha puesto clave al suyo para que nadie lo pueda usar. No obstante me fui a la habitación que mis padres usan como despacho y encendí el ordenador. Lo primero que me pedía era el password para poder entrar. Estuve pensando unas cuantas claves que podrían ser. No me costó mucho, con la cuarta que probé (la fecha de nacimiento de mi madre) el ordenador se encendió. Busqué en las diferentes carpetas y me fijé en una que decía "Ana personal". La abrí. Se veían fotos de diversos viajes que habíamos hecho, y en otras carpetas fotos como decía el título de la carpeta más personales. Pulsé de inmediato en una de las carpetas y me puse a ver fotos y casi me muero de emoción. Pude ver muchas, muchas fotos de mi madre sobre todo desnuda o en topless en la playa, pero también había alguna un poco más subida de tono hecha en casa. Pasé todas las fotos a un pen drive y las llevé a mi ordenador. Ese día me hice más pajas que en el resto de mi vida. Seguí con mi búsqueda y encontré unas revistas más y cintas de video porno, sobre todo de tríos. El fin de semana terminó afortunadamente para mi polla, porque si hubiese durado cinco minutos más creo que me la habría destrozado.

Desde ese día me propuse espiar a mi madre a ver si podía ver algo "al natural". Verla en su baño era poco menos que imposible, ya que estaba dentro de su habitación, pero cabía la posibilidad de ver algo cuando se cambiase en su dormitorio, en un despiste, pero sabía que era difícil. A pesar del material que había encontrado en casa, me refiero a las fotos de mi madre, la forma de ser de mis padres es de lo más conservador, y cuando íbamos todos a la playa, o con la familia, de topless, nada de nada, y usando bikinis normales, sin ser de monja, pero tampoco tangas ni brasileños. El comportamiento en casa era similar, y apenas una vez, y por descuido pude ver a mi madre, despierta, me refiero en bragas y sujetador.

Cuando estábamos solos en casa le alababa su belleza, a lo cual ella sonreía y se sonrojaba. Le daba muchos besos y le decía que la quería mucho. Nuestra relación era cada día mejor, sobre todo porque pasábamos juntos mucho tiempo, ya que mi padre, por su trabajo estaba fuera muchos días. Incluso muchas noches, especialmente los fines de semana que mi padre no estaba me acostaba a dormir con mi madre, ya que veíamos la tele juntos en la cama.

Muchas veces, el sábado íbamos a un centro comercial de los que hay cerca de nuestra casa, comíamos algo y veíamos alguna película en el cine, normalmente eligiendo una vez cada uno, para que no solo fuesen pastelitos románticos. Nuestra complicidad era cada vez mayor

Un viernes, como tantos otros fuimos al centro comercial y ella eligió la película. Le gustó mucho y estaba muy contenta. Regresamos a casa y pusimos la tele. Mi madre quería ver un programa de cotilleo. Yo simplemente con estar a su lado era feliz. Y así se lo hice saber

  • Te quiero mucho, mami- le dije al darle un beso

  • Yo también a ti, mi vida- me dijo al devolverme el beso

  • Sabes…creo que eres la mujer más guapa del mundo

  • ¡Ja, ja, ja! Creo que eres un poco exagerado- rio mi madre ante esa aseveración

  • No te rías, lo digo en serio…ya me gustaría a mi tener una mujer tan guapa como tu- le dije poniéndome un poco serio

  • Seguro que encuentras una mujer más guapa que yo

  • De eso nada… no creo que exista en el mundo- le dije

  • Vaya…de verdad que me halagas, hijo

  • Te digo que si yo tuviera una mujer tan guapa como tu no la dejaría tanto tiempo sola- le dije en una crítica velada hacia mi padre.

  • Ya…me imagino. Pero todos los hombre sois iguales…al principio lo prometéis todo y luego…en fin- dijo mi madre con un mohín de disgusto en su cara.

  • Pues yo no seré así, lo se- estaba muy seguro de lo que decía

  • ¿Y que harías?

  • No se…estar con ella, ir al cine, de paseo, a museos…lo que nos gustase a los dos

  • ¡Pero, bueno, bribón…si eso es lo que hacemos tú y yo!- me dijo mi madre, haciéndome cosquillas

  • Bueno, no solo eso- le respondí, claro que había otras cosas

  • ¿Qué cosas?

  • Bueno, ya más personales

  • ¿Como de personales?

  • Digamos que íntimas

  • ¿Íntimas?

  • Ya sabes…cosas íntimas

  • No se a que te refieres- mi madre ¡intentaba sonsacarme!

  • Joder, mami…las cosas que hacen un hombre y una mujer

  • ¿Y que sabes tú de las cosas que hacen un hombre y una mujer?

  • Bueno…soy un hombre, algo sabré, no

  • ¿Ya sabes cosas?- dijo mi madre con cara de asombro

  • ¡Claro que se cosas!- me reafirmé

  • Y… ¿Ya has hecho cosas?- mi madre quería saber si seguía siendo virgen

  • Bueno…eso son cosas personales, ¿no?- le dije. Por supuesto que era virgen… solo quería a mi madre.

  • No te enfades, hombre. Al fin y al cabo soy tu madre y ya sabes que una madre tiene que cuidar de sus hijos

  • No, si no me enfado…pero son cosas personales

  • Vale, vale…lo capto- mi madre reculó un poco en sus indagaciones

  • Es que como te digo son cosas personales…por ejemplo que me dirías tú si te pregunto lo mismo

  • Es que no es lo mismo

  • ¿Por qué?

  • Hombre, Marcos, porque soy tu madre

  • ¡Ah!- intenté ser un poco sarcástico

  • Son cosas de mayores

  • Es lo que no entiendo, para unas cosas soy mayor, pero para otras no

  • Bueno es ley de vida- dijo mi madre

  • Ya, pero no lo entiendo. Por ejemplo cuando tu eras niña supongo que de esto ni se hablaba…pero la gente practicaba sexo. Ahora se sigue practicando, pero además se habla de ello. Y es un hecho probado que aunque no quieran hablar de ello o que aparenten que no lo hacen…pues si, tus padre suelen tener relaciones

  • Es verdad, cariño. Si que eres mayor…y tienes razón en muchas de las cosas que dices

  • Bueno, me alegra que me lo digas

  • Pero debes entender que soy tu madre

  • Y yo tu hijo y esto es una carretera de dos direcciones, de ida y venida

  • Una vez más tienes razón. Como es lógico las personas mayores tenemos relaciones, bueno lo mismo que los jóvenes

  • Claro…es lo que te quería decir. De todas formas…de verdad te digo que si tuviera una mujer tan guapa como tú no la dejaría tanto tiempo sola…estaría con ella todos los días.

  • Pero Marcos, ¿de verdad crees que soy tan guapa?

  • Desde luego. Si fueras mi mujer, no te dejaría más tiempo que el necesario para ir a trabajar todos los días y volver para estar contigo.

  • ¿De veras? Y que me harías- ya hablaba en primera persona, como yo

  • Pues evidentemente lo primero como te he dicho, no dejarte sola casi nada de tiempo y por supuesto…quererte mucho y hacerte el amor todos los días

  • ¿No sería mucho eso para ti?- me guiñó un ojo al preguntármelo

  • No, que va, soy joven- le dije reafirmando lo anterior

  • Ahora dime, en serio, ¿ya lo has hecho, el amor, me refiero, claro?

  • Quieres saber la verdad…pues no

  • Bueno, no tengas prisa…todo llegará

  • No es eso…oportunidades he tenido, pero

  • Pero ¿Qué?

  • Espero poder hacerlo con la mujer adecuada

  • ¿Y como es tu mujer adecuada?

  • Como la que tengo delante de mí

  • Oh, cariño…de verdad voy a pensar que soy especial

  • Es que lo eres y mucho

  • Pues me gustaría que tu padre se diera cuenta de ello

  • Por que lo dices

  • Hijo, ya eres mayor y te habrás dado cuenta que tu padre está mucho tiempo fuera de casa y claro, soy una mujer madura en pleno apogeo sexual

  • ¿Te falta algo, no?

  • ¡Claro que me falta algo…un hombre, vamos mi marido!

  • es lo que te decía antes…jamás te dejaría si fueras mi mujer

  • Te repito que eso es lo que dicen todos, pero al final, nada de nada

  • Yo lo digo en serio

  • De todas formas esto sería hipotético, porque soy tu madre

  • Jamás diría esto en broma ni hipotéticamente- le dije a mi madre, y acto seguido me dio una bofetada que me dolió más en el alma que en mi cara, si bien su arrepentimiento fue inmediato

  • ¡Lo siento, mi vida!- me dijo mientras me daba un beso donde segundos antes me había cruzado la cara- ¡Soy muy mala! Tu me dices lo maravillosa que soy y yo te doy una bofetada…lo siento mi amor, lo siento- lo repetía una y otra vez mientras me colmaba de besos en la cara

  • Bueno, bueno

  • No de verdad que lo siento, mi vida, lo siento tanto- me besaba la cara una y otra vez- es que ya no estoy acostumbrada a los halagos

  • Pues no se por que, con lo guapa que eres

  • Gracias, mi amor. Creo que es mejor que nos pingamos a dormir

  • Buenas noches mami

  • Buenas noches, mi vida- me dijo al tiempo que nos dábamos un beso de buenas noches. Sin embargo, creo que ninguno de los dos pudo conciliar el sueño de forma adecuada. Un largo silencio siguió durante un rato, pero ni mi madre ni yo queríamos romper ese silencio. No se cuanto tiempo pasó, ya que es difícil calcularlo cuando estás en esa situación de intentar dormir, pero en un momento dado mi madre me habló, más bien me susurró- Marcos, ¿duermes?

  • No- le dije, también en voz baja

  • De veras que lo siento, mi vida- me volvió a decir mi madre

  • No pasa nada

  • Si, si que pasa…soy mala. Tú diciéndome la guapa que soy y yo…de verdad que lo siento- dijo al tiempo que me dio un beso, que por efecto de la oscuridad, supongo, fue en la boca, pero cuando me dio un segundo beso en el mismo sitio ya pensé que no era un error- lo siento, lo siento- me decía una y otra vez y cada vez que lo decía me daba otro beso en la boca. Yo casi no actuaba, no sabía que hacer. Hasta que llegó un momento en que se puso encima de mí, y me siguió besando y diciéndome que lo sentía mucho

  • Eres la más guapa del mundo- por fin me atreví a hablar- ¡Te quiero mucho, mami!

  • Y yo a ti, mi vida, y yo a ti- en ese momento encendió la luz de su mesita de noche. Estaba sentada sobre mi cuerpo. Me miró fijamente a los ojos y me besó. A diferencia de los previos, esta vez dejó avanzar un poco su lengua en mi boca. Le respondí abriendo mi boca y devolviéndole el beso. Nos seguimos besando. Me volvió a mirar fijamente a los ojos y se subió el camisón, mostrándome sus preciosas tetas.

  • ¡Mami!

  • ¿De verdad sigues pensando que soy guapa?- dijo mi madre con una sonrisa en los labios.

  • No solo eres guapa, eres la más guapa- le dije besándola por primera vez para mi tomando la iniciativa

  • Gracias mi vida- nos besamos de nuevo. Cada vez los besos duraban más. Se acomodó bien entre mis piernas, de modo que su conejito quedaba justo encima de mi paquete, que para que decirlo, tenía una erección de burro. Le toqué suavemente una de sus tetas. Mi madre gimió de forma muy suave, tanto como mi caricia. Obviamente aquello le gustaba. Suponía que mi madre era una mujer ardiente bastante desatendida. Nuevamente le acaricié el otro pecho, con idéntico resultado. Por mi parte estaba a punto d reventar. Me llevé uno de sus pezones a la boca- ¡Que bueno, mi vida, que bueno!- decía mi madre mientras jugaba con su pezón en mi boca. Su cabello le tocaba la espalda al dejar caer su cabeza hacia atrás. Me llevé su otro pezón a mis labios mientras con mis manos masajeaba suavemente su otra teta. Estuvimos así un par de minutos. De nuevo, una mirada, un beso. Se levantó y se quitó las bragas, la única prenda que llevaba puesta.

  • Mami, eres preciosa- le dije al contemplarla por primera vez desnuda, al menos en vivo- Rápidamente la imité y me quité el pijama y los calzoncillos, dejando al descubierto mi hasta ese entonces erección más importante. Me fui de nuevo a la cama, mi madre se acercó como antes.

  • Gracias, mi amor…de verdad que si parece que lo crees- dijo señalando mi polla

  • Eres la más guapa, ya te lo he dicho- reafirmaba lo dicho previamente. De nuevo me miró fijamente a los ojos. Hizo lo mismo que antes, pero, a diferencia de unos minutos antes, esta vez lo hizo sin ropa, y yo tampoco la llevaba. Casi temblando nos fuimos colocando. Mi madre me ayudó a que mi polla entrase en su húmedo coño. Sin embargo nada más meterla me corrí, sintiendo como una especie de descarga eléctrica al soltar mi viscoso líquido- ¡Mamá…lo siento!- le dije, casi queriendo llorar

  • ¡Ssshhh!...no pasa nada mi vida- me dijo besándome de nuevo. Lo bueno de ser joven es que si bien esto te puede ocurrir, de hecho te ocurre, es que en poco tiempo estas de nuevo listo para el combate. Mi madre se limpió y me limpió a mí. Mi juguete estaba listo para entrar en acción de nuevo. Esta vez mi madre se puso sobre la cama y abrió sus piernas. Ahora si que tuve una perfecta panorámica de su sonrosado coñito. Era una visión deliciosa. El más deseado agujero de la más deseada mujer para mí. Me puse sobre mamá y acerqué mi polla. Estaba como un flan. De forma suave y delicada fue metiendo mi polla. Al menos esta vez no me corrí de inmediato, eso si, tampoco es que durase mucho.

  • Mami…eres la mejor- le dije resoplando

  • Jamás me imaginé que fuese de este modo en el que me decías que me querías tanto

  • Estoy enamorado de ti desde que tengo uso de razón. Para mi no hay nadie como tú

  • Vaya…eso me hace muy, muy especial- respondió mamá con una gran sonrisa en los labios

  • La más especial del mundo

  • Como es lógico esto no lo puede saber nadie

  • Claro, es evidente. No creo que la gente pueda entender una relación de este tipo

  • Es más que eso. Posiblemente seríamos unos apestados en la sociedad en la que vivimos si se tuviera conocimiento.

  • No te preocupes…con estar a tu lado soy más que feliz

  • Gracias mi vida- me dio otro beso. No abrazamos y nos besamos muchas veces. Poco a poco el cansancio nos fue venciendo y caímos en un profundo y genial sueño.

A la mañana siguiente al despertarme pude contemplar el bello rostro de mi madre durmiendo a mi lado. Al cabo de unos minutos se despertó y me sonrió al verme como la observaba

  • ¡Buenos días, mi amor!- dijo mi madre

  • ¡Buenos días, preciosa!- le dije yo y le di un beso.

  • Guau, la mejor forma de despertarse-

  • A tu lado, si, la mejor forma

  • Vas a hacer que me lo crea

  • Pues puedes hacerlo, porque es cierto…eres la más guapa

  • Anda, adulador, vamos a desayunar

Tomamos café, zumo de naranja y tostadas y nos fuimos al salón. Al ir hacia el salón, pasé por mi habitación y cogí la cámara digital. Nos sentamos y nos miramos como embobados. Mi madre sonreía. Aproveché para hacerle una foto

  • No me hagas fotos, que estoy horrible

  • Que va…estás preciosa

  • No…estoy sin peinar

  • Solo sonríe- le dije. Y mi madre lo hizo. Le di un beso. Era la mujer de mi vida…preciosa.- Ves…la más guapa- le dije al enseñarle en la pantalla una foto suya con una gran sonrisa

  • Vaya…si que no estoy mal, a pesar de no estar arreglada

  • A ti no te hace falta arreglarte…eres guapa de natural

  • Si es que voy a engordar por los piropos

  • Te los mereces todos…sonría por favor- le dije poniendo la cámara para hacer una foto- mi madre posó…sonriendo, puso un par de caras, bajándose un tirante de su camisón- ¡Puff!- le dije al ver esa pose

  • ¿Te gusta?

  • Ya lo creo- siguió sonriendo y posando- un poco más bajo, por favor- le dije a ver si se bajaba todo el tirante y me dejaba ver sus tetas

  • No sabes tu nada- rió mi madre- así, ¿te parece bien?- dijo al mientras bajaba la tela de su camisón y me mostraba su teta derecha. Aproveché de inmediato para hacerle no una, sino varias fotos- será mejor que borres esas fotos

  • ¡No! Si estás preciosa

  • Si alguien las viera

  • No te preocupes…será nuestro otro secreto

  • Eres un pillo de aquí te espero- reía, todo el tiempo reía. Se bajó la otra parte del camisón, se puso las manos sobre las tetas y me sacó la lengua mientras le seguía haciendo fotos. Se quitó las manos de las tetas y mi cámara no daba abasto.

  • Voy a pasarlas, a ver que tal se ven en el ordenador

  • Tráela al mío- dijo mi madre. Nos dirigimos a su despacho. Conectamos la cámara al ordenador y pasamos las fotos. En la pantalla del ordenador todavía se la veía más guapa

  • Ves como eres una diosa

  • De veras, hijo, que no es para tanto- dijo mi madre, de nuevo roja como una amapola- mira, te voy a enseñar unas fotos de cuando estaba mejor- dijo mientras buscaba lo que ya conocía- Mira…con unos cuantos años menos- me enseñaba las fotos privadas de ella- aproveché para hacerle una copia legal.

  • Es que tienes un cuerpazo.

  • Oye, hijo, de verdad…mucho cuidado con lo que haces con estas fotos

  • No te preocupes…son mi tesoro- dije imitando al enano del señor de los anillos- Una cosa, mami…supongo que usas algún método anticonceptivo…lo digo porque me corrí dentro de ti dos veces anoche.

  • Por eso no te preocupes, mi vida…tengo hecha la ligadura de trompas.

  • Ah, bueno- la besé en el cuello y ella ronroneó como una gatita. Estaba de pie detrás de ella, que estaba sentada en la silla del ordenador y le cogí las tetas y las estrujé suavemente

  • Para, para, que me pones muy mala

  • Es que estás tan buena, mami- se giró y me besó. La cogí en brazos y la besé apasionadamente. Ahora tenía puesto el camisón, pero no se había puesto las bragas. Mi polla parecía no haber bajado desde la noche anterior. Con una mano me bajé los pantalones y los calzoncillos y dejé que mi dura verga buscase de nuevo la entrada del conejo materno. En seguida encontré lo que buscaba y empecé de nuevo a follarla- que buena estás mami

  • Oh, si mi vida…que bueno…como me haces disfrutar…hacía tanto tiempo- nos apoyamos en la pared y seguimos con el folleteo. No fue mucho más que la noche anterior, pero se puede decir que me corrí en poco tiempo

  • Puff…es más difícil de lo que parece- le dije al correrme tan pronto por tercera vez

  • No te preocupes, mi vida, es normal, tiempo al tiempo- me dijo atuzándome el pelo.

Ese día fuimos a dar un paseo por Madrid. Fuimos al Museo del Prado, comimos en el centro y volvimos a casa casi a la hora de cenar. Mi madre dijo que ella prepararía la cena, que me fuese a jugar o a ver la tele a mi dormitorio mientras lo preparaba todo. Hice tiempo, mirando de nuevo las fotos de mi madre, jugando a la play…hasta que mi madre me llamó

  • Vamos a cenar mi vida- mi madre se había arreglado, con un vestido de noche, muy bonito, negro. Fue una cena fría, con embutido, patés, etc. y una botella de vino. De postre fresas con nata.

  • Estaba delicioso, mami. Eres una joya- Cuando terminamos mi madre se levantó de la silla y vino hacia mí. Me tomó de la mano y nos dirigimos a su dormitorio. Al llegar se soltó el nudo que tenía su vestido en su nuca y lo dejó caer a lo largo de su cuerpo. Se quedó con uno de los conjuntos de ropa interior que ya había visto un tiempo antes, como de piel de leopardo.

  • Esto es porque soy tu gatita- dijo mi madre, mostrándome el conjunto interior- pero ten cuidado porque a veces araño- sonrió, haciendo un gesto con la mano derecha. Nos besamos y cumpliendo con su palabra, me arañó suavemente la espalda, lo que me encendió aún más si cabe. Me quité la ropa y le desabroché el sujetador a mi madre. Le chupé sus tetas y como ella antes, le arañé muy delicadamente su precioso culo. Los besos se apasionaron cada vez más, hasta que mi madre incluso me mordía los labios. Casi le arranco las bragas a mi madre y nos tiramos literalmente en la cama. Ella abrió las piernas todo lo que pudo y mi polla, ya a punto se dirigió de inmediato a mi tan amado coño materno. Esta vez follamos con pasión, y afortunadamente, para los dos, esta vez duré bastante más que las veces precedentes- Así, mi vida, hasta el fondo- pedía mi madre

  • Eres la mejor, la mejor- casi no podía hablar, solo jadeaba

  • Fóllame así, mi vida, así

  • Arrrrrgggg

  • Así, mi vida, mi coño…es tuyo…fóllalo, así

  • Es genial, mami…genial

  • Fóllame más mi vida…lléname el coño…me matas de gusto

  • Estoy a punto de irme, mami

  • Un poco, mi amor, un poco…hazme correr como una perra

  • Me voy, mami, me voy

  • Vente dentro del coño de mami…mami lo quiero dentro, todo dentro, mi amor

  • Ya me voy, ya me voy- dije justo en el instante que noté el primer chorro de mi caliente leche inundando el chocho de mi madre.

  • ¡Que bueno, mi vida, que bueno!. Me has hecho gozar como hacía mucho que no lo hacía. Me has hecho sentir…un poco puta

  • Gracias, mami

  • ¿Por qué, mi vida?

  • Por hacerme el hombre más feliz de la tierra

  • Tu me has hecho a mi la mujer más feliz del mundo…no creo que nadie se sienta tan querida como yo ahora

  • Ya te lo he dicho…nadie te querrá tanto como yo

  • Eso es lo que tenemos que hacer las madres

  • Pero es lo que yo hago ahora- y le di un beso