Marcos cumple años

Mientras lo abrazaba fuertemente volví a besarlo, era evidente que la fuerza que aplicaba sobre él le gustaba mucho porque emitía unos sonidos parecidos a suspiros. Le di la vuelta y lo puse contra el muro, tome su pequeño y redondo culito entre mis manos....

Por encargo de mi madre tuve que esperar a mi primito que venía de visita a Madrid. Como ellos no iban a estar lo tuve que alojar en casa todo el fin de semana y eso, en principio,  arruinaba bastante mis planes, pero era la primera vez que Marcos venía a la ciudad así es que accedí.

Como tardaba en llegar, me fui al gym para ganar tiempo. Cuando llegó me llamó y así como estaba, fui a por él. Hacía 5 años que no lo veía y lo recordaba como un niño pero yo ya tenía 28 años y el cumplía 20 años al día siguiente de llegar

Al bajar del taxi lo reconocí, era de baja estatura, muy guapo, delgado pero con muy buen cuerpo y algo tímido. Noté además que se me quedó mirando raro, pensé que era porque estaba con ropa del gimnasio y algo sudado, pero cuando a modo de saludo me dio un abrazo me di cuenta que no le molestaba.

Subimos a casa, le di algo de beber y hablamos un rato, después me fui a duchar, y cuando salí con la toalla en mi cintura noté otra vez esa mirada extraña y nerviosa. Retuve la mirada a sus ojos con una sonrisa pícara y le dije:

-          Primito esta noche celebramos tu cumpleaños, que quieres hacer?

-          Como no conozco ningún sitio, mejor decide tu.

Unos segundos después regresé al salón solo con unos bermudas y volví a notar su mirada, esta vez clavada en mis pectorales y abdominales. Era evidente que le gustaban y como mis planes sexuales del fin de semana se habían arruinado decidí dar el paso. Me acerque a el lentamente hasta quedar a unos escasos centímetros, el comenzó a tener la respiración muy agitada y eso me envalentonó. Toque su cuello con mi mano y el cerró lo ojos, así es que sin más demora lo besé.

En ese momento el pareció derretirse y yo comencé a quitarle la ropa hasta dejarlo completamente denudo. Su cuerpecito me encantaba, era bajito, cosa que me justa mucho y estaba muy bien formado.

Mientras lo abrazaba fuertemente volví a besarlo, era evidente que la fuerza que aplicaba sobre él le gustaba mucho porque emitía unos sonidos parecidos a suspiros. Le di la vuelta y lo puse contra el muro, tome su pequeño y redondo culito entre mis manos y luego de masajearlo a gusto comencé a trabajarlo lamiendo su ano a conciencia. Marcos se retorcía de placer y gemía como desesperado y eso me ponía a 100. Mi lengua ya se había hecho dueña de su culo y ya al estar dilatado logré penetrarlo en cada embestida de mi mandíbula.

Sin soltar su culito, recorrí con mi lengua su espalada hasta llegar al cuello y colocando en ese momento mi polla en la raja de su culo entre los dos cachetes, pero sin penetrarlo, en ese momento mientras le hacía girar su cabeza hacia atrás comenzamos a besarnos apasionadamente abrazándolo fuertemente. Mi pecho se frotaba contra su suave espalda y en ese momento cogió my polla, tremendamente erecta a esa altura, y se giró poniéndose de rodillas y comenzó a tragarse mi rabo. Mis 19 centímetros no parecían demasiado para él, en realidad le gustaba tanto que comenzó a tragar rabo desesperadamente hasta legar a comérselo íntegramente, dándome un placer increíble. Sentía su garganta abrirse para recibir mi polla con devoción y me excitó tanto que cogí su cabeza con mis dos manos y la dirigí con firmeza hacia el muro inmovilizándolo, y comencé a follar su ardiente boca.

Comencé tímidamente pero fui aumentando la velocidad e intensidad mientras Marcos dejaba escapar graznidos de placer que se colaban en el poco espacio que mi polla dejaban en su garganta. La saliva cachorreaba se su boca y con los ojos casi en blanco parecía extasiado. Se separó unos segundos se mi polla y dio:

-          Me fascina el sabor de tu polla y tu olor a macho. Eres tal como te soñaba en mis pajas durante toda mi adolescencia, quiero que hagas conmigo todo lo que quieras y lo digo de verdad.

Todo esto lo dijo de rodillas con su cabeza sujeta por mis manos contra la pared y mirándome a los ojos con total sumisión y lujuria, y seguidamente volvió a engullir mi rabo y volví a mis embestidas en medio de un subidón de ego y de excitación difícil de describir.  Parecía que Marcos  lo hubiera estado deseando por años.

Unos minutos después, retiré mi polla de su boca y lo levanté en vilo poniendo su cara nuevamente contra la pared. Mientras sujetaba su nuca con una manos y la otra su cintura, comencé a penetrarlo lentamente. Sentir como mi polla ensartaba ese culito me encantaba y quería tenerlo totalmente ensartado. Con un movimiento seco, lo penetré totalmente y el arqueó su espalda mientras gemía desesperadamente. Mi pelvis y su culito parecían fundirse cada vez que lo penetraba a fondo. Su esfínter ya había cedido y aún así seguía muy apretadito friccionando deliciosamente mi polla.

Sin abandonar su culo, que ya era mío, le di la vuelta y lo puse sobre la cama y comencé a penetrarlo fuertemente, volví a sujetar su culito con ambas manos y a follarlo, entraba y salía a mi gusto mientras Marcos solo pedía más.

Me recosté sobre él y comencé lamerle el cuello a frotar mi pecho fuertemente por su espalda sin dejar de follarlo, estaba tan dentro de él, y me excitaba tanto, que por momentos no podía controlarme y me ponía algo violento pero a él parecía encanarle. Mi primito estaba hecho todo una putita y no lo dejaría a medias.

Lo incorporé un poco y comencé a bobear muy fuertemente. Sacaba mi polla por completo y la volvía a meter de un tirón mientras lo cogía de los hombros y lo atraía hacia mi.  Es se arqueaba y jadeaba en forma irregular mientras repetía, “Cabrón que bien, sigue…” al tiempo que se cascaba su polla con desesperación.

Así seguimos unos minutos en los que solo se oían sus jadeos, los míos y los azotes que mi ingle profería a su culito con cada embestida, hasta que el comenzó a correse abundantemente mientras repetía:

-            Sigue follando, sigue, sique

En ese momento presione su espalda para forzarlo a recostarse nuevamente boca abajo Apoyado sobre la cama con mis brazos extendidos comencé a realizar unos movimientos muy enérgicos que lo extasiaban, ya que se retorcía de placer entre gemidos. En ese momento comencé a correrme, llenando sus entrañas con mi semen.

Cuando terminé de eyacular me dejé caer sobre él.

Sin retirar mi polla de su culo, nos quedamos así, el boca abajo y yo sobre él, mientras recuperábamos el aliento. Marcos, comenzó a chupar los dedos de m i mano y con una sonrisa picara y dijo..

-          Ya se lo que quiero hacer para mi cumpleaños…

Y siguió chupado mis dedos mientras yo acomodé mi cabeza en su espalda.