Marck, mi compañero de trabajo

Dos hombres se conocen casualmente en un tren camino del trabajo.

En la compañía donde trabajo me enviaron durante una larga temporada a desarrollar un importante proyecto fuera de mi ciudad. Cada mañana debía tomar un tren que me llevaba a las oficinas que se encontraban bastante alejadas de donde me habían buscado un agradable apartamento donde residiría mientras durara mi estancia.

El proyecto era bastante serio y me divertía la idea y la ciudad donde me encontraba era muy agradable por lo cual me sentía muy cómodo.

Cada día el viaje en tren era muy agradable pues los paisajes por donde pasábamos eran de puro contraste de donde yo era, inmensos bosques verdes de abetos y hayas unidos por inmensas praderas con lagos me hacían sentir relajadísimo durante la travesía.

Siempre tomaba el tren a la misma hora, este llegaba con esa conocida puntualidad germánica que era de agradecer, esos últimos día coincidía en la estación con un hombre de un aspecto francamente atractivo, cada mañana me saludaba con una sonrisa a la cual yo correspondía con una reverencia hecha con mi cabeza y una leve mueca. Iban pasando los días y ese saludo se hizo una costumbre. El hombre de mediana edad era alto, delgado y con aspecto juvenil, un cabello rubio y unos ojos azules le hacían bastante atractivo para mí, vestía un traje azul casi siempre que le daba un porte elegante y siempre portaba un maletín de los que sirven para portar la computadora.

Uno de esos días el destino hizo que coincidiéramos sentándonos juntos en el tren y iniciáramos una grata conversación insustancial pero nos entretuvo el viaje de ida.

Así fueron pasando días y Mark y yo fuimos entrando en intimidades, el estaba casado y tenia dos hijos varones de 12 y 14 años, Vivian en una casa cercana a donde vivía yo y usualmente trabajaba para la misma compañía pero en un área completamente diferente.

Estábamos entablando una buena amistad, tanto es el caso que nos intercambiamos teléfonos y datos, comenzamos a comunicarnos por el Messenger interno de la compañía y mas de un día coincidíamos en el comedor de empleados donde almorzábamos juntos, otros días paseábamos por el parque que había dentro de la fabrica, la verdad que cada día que pasaba Mark y yo estábamos entablando una relación bastante sincera de amistad.

Pero había algo que me daba un poco de miedo, Yo sentía algo especial por aquel hombre , era refinado, cariñoso, culto y atento conmigo y de vez en cuando nos gastábamos bromas de doble sentido que a mi me daban muchísimo morbo, incluso alguna vez hasta se me puso dura estando con el en algún lugar de los que frecuentábamos.

Pasaban los días y continuábamos esa maravillosa amistad, a mi me quedaba aun mucho tiempo con el proyecto, incluso podría demorarse mas mi estancia debido a lo complejo del mismo, pero no me importaban, me sentía tan bien allí.

Un día Mark quiso que conociera a su familia y ese sábado fui invitado a pasar el día en su casa, una bonita casa con jardín donde Ingrid su esposa nos preparó una deliciosa comida, Ingrid era una mujer bastante atractiva, alta rubia y con una piel finísima, ella era ingeniero de una importante fabrica de automóviles y viajaba con frecuencia, los chicos estudiaban en un colegio cercano y los dos eran expertos jugadores de futbol

Entable una magnifica relación con la familia, otro día vinieron a mi casa donde les preparé una comida típica española que le pareció estupenda acompañada con vinos de mi tierra que me había traído.

Yo continuaba muy atraído por Mark y el cada día contaba mas conmigo para todo, me buscaba en la fabrica, los fines de semana pasaba por casa solo o con los chicos, íbamos al futbol o montar en bici,

Mark me propuso un día que porque no íbamos los dos a pasar un fin de semana a unos lagos no muy lejanos , pensaba que me encantaría conocer esa zona y seria un buen momento de relax para el, Ingrid estaría de viaje y los chicos tenían una excursión con el colegio que los tendría fuera varios días.

Como era de esperar acepté encantado, me apasionaba la idea, incluso estuve fantaseando con ese momento maravilloso donde los dos estaríamos juntos tres días a solas, incluso dormiríamos en la misma habitación.

Mi amigo se ocupó de organizarlo todo, se le veía francamente ilusionado y yo deje todo en sus manos para que saliese como era debido.

Llegó el día de la salida, Mark me recogió en su auto a primerísima hora de la mañana, habíamos pedido un día libre en la fábrica y disfrutaríamos de tres días enteros para nosotros dos.

Salimos a la carretera y condujo durante unas dos horas por una buenísima autopista hasta que llegamos a un bosque inmenso que estaba circundado por un lago, paramos cerca de un edifico de madera donde estaba las oficinas del parque natural y esperé a Mark que hiciera las gestiones oportunas.

Al rato volvió al coche sonriente como un niño pequeño, se le veía súper ilusionado, hacia un día precioso de sol con una temperatura agradabilísima , partimos de aquel lugar por unos caminos perfectamente cuidados entrando por un inmenso bosque y condujo algún tiempo hasta que llegamos después de varios cambios de ruta por caminos un poco recónditos a una pequeña cabaña alejada de el mundanal ruido, frente a la cabaña había un maravilloso lago con unas vistas espectaculares y un embarcadero bastante pintoresco.

Yo estaba asombrado de aquella belleza de lugar, se lo hice saber a mi anfitrión que no paraba de sonreír emocionado el también de encontrarse allí.

Bajamos las cosas del coche y entramos en esa cabaña, tenía un bonito salón bastante rustico con una magnifica chimenea y dos butacones grandísimos frente a ella, un ventanal presidía la sala y desde el se contemplaba una vista espectacular del lago. Unido al salón una cocina no muy grande pero lo justo para nosotros dos. Solo había un dormitorio que para mi sorpresa solo aparentaba tener una gran cama, no dije nada al respecto, dentro había un buen baño con una bañera grañidísima y junto a esta una ventana con una vista paradisíaca.

Gracias Mark todo esto es como un sueño, este lugar es espectacular, justo lo que me venia bien para olvidarme de todo unos días, no sabes como te lo agradezco.

No tienes porque, yo también estoy feliz de compartir esto contigo, es una idea que me viene atrayendo hace mucho tiempo y se que los dos vamos a pasarlo muy bien juntos. Dijo Mark que dejando todo en la casa comenzaba a desnudarse delante de mí.

Vamos a darnos un baño en el lago, ¿te apetece? Hace una temperatura fantástica aprovechemos antes que comience a refrescar.

Imité a mi anfitrión y comencé a desprenderme, de mis ropas de viaje, me entretuve rebuscando en la bolsa de viaje un traje de baño, cuando miré vi que Mark estaba ya listo envuelto en un pareo, ¿Qué buscas? No hace falta traje de baño, aquí estamos los dos solos y nadie nos va a ver desnudos, anda quítate todo y vamos al agua.

Coji una toalla de playa que llevaba y me enrollé en ella, saliendo tras él al jardincito que había delante de la cabaña. Caminamos hasta la orilla del lago, pero Mark continuó hasta el embarcadero donde se volvió esperando que yo llegara.

Nos sentamos sobre las tablas del embarcadero el uno junto al otro, expuestos al sol de medio día que en esas latitudes no abrasa pero si da un poco de color a la piel, estuvimos ahí un buen rato conversando pausadamente, hasta que Mark se levantó de un brinco y sin decir nada, se quitó el pareo y se zambulló en el lago sin decirme nada.

Una vez que salió a la superficie su cabeza, me buscó gritándome, anda, no dudes mas, el agua esta buenísima, ven a bañarte.

Yo sin pensarlo dos veces me incorporé y soltando la toalla me tiré de cabeza al lago, nadamos un rato juntos, uno al lado del otro, flotamos como niños incluso jugamos durante un buen rato. Salimos del agua y nos refugiamos en la toalla y el pareo que llevábamos cada uno y tras secarnos un poco al sol volvimos a la casa donde preparamos nuestra primera comida allí.

Nos pusimos algo cómodo de ropa, Marck se puso unos pantalones cortos de color beige dejando al aire su torso bastante bien formado y atlético, yo me puse también unas bermudas pero como tenia un poco de fresco me puse una camiseta de mangas cortas.

Comimos en una mesa fuera de la casa, frente al lago y disfrutamos de unas riquísimas viandas y una botella de vino tinto que nos hizo ponernos un poco alegres, terminamos de comer y como estábamos un poco alegres por el vino nos tumbamos en un sillón comodísimo en el porche mirando el lago donde a lo lejos se veían navegando algunos veleritos. Estiramos las piernas sobre una mesita situada delante del sillón y ahí nos quedamos el uno junto al otro alegres y juguetones.

Por causa del madrugón comencé a tener un poco de sueño y Marck que se dio cuenta me dijo ¿quieres que vayamos a dormir un poco de siesta? Yo le hice un gesto afirmativo y tirando de mí nos fuimos al dormitorio donde solo había una gran cama que mi anfitrión destapó de un brusco movimiento de la colcha.

Después de hacer esto vi como se quitaba los pantalones y se quedaba totalmente desnudo, ahí fue donde por primera vez me atreví a mirarle directamente su cuerpo y exploré con mi rápida mirada sus atributos que le colgaban.

Se metió en la cama y dijo Vamos a que esperas, métete en la cama, vamos a dormir un poquito que tenemos mucho que hacer después de la siestecita.

Imitando a mi amigo me despojé de todas mis ropas y me introduje junto a el en la cómoda cama que tenia un magnifico edredón para cubrirnos.

Marck antes de meterse en la cama entre cerró los ventanales, dejando la habitación en una semi penumbra muy agradable, pues sin estar a oscuras totalmente la luz reinante se prestaba a la intimidad de la siesta.

Una vez los dos metidos dentro de la cama nos volvimos el uno hacia el otro y nos miramos fijamente a los ojos. Estaba claro que Marck estaba dando un paso mas en su relación conmigo, yo en cambio me sentía impotente ante esa insinuación, para mi era poco usual que dos hombres compartieran cama y menos que lo hicieran desnudos.

Nos mirábamos y ambos teníamos una sonrisa nerviosa, el vino de la comida ayudaba a desinhibirnos un poco aunque Marck estaba más que yo creo.

¿No tienes sueño ya amiguito? Dijo Marck con un tono de voz mas picaron, mas dulce, Pues no se, como nos hemos levantado me he despejado un poco, pero si me gustaría dormitar un poco. Respondí yo.

Bueno, vamos a acurrucarnos un poquito y veras como dormimos ¿OK? Si venga intentemos dormir algo.

Marck se acercó a mi y pegó su cuerpo al mío, yo al sentir su tacto tan próximo dí un brinco pero al instante reaccione y me limité a abrazarme a aquel hombre tan atractivo que me estaba pidiendo guerra.

Aquello fue el pistoletazo de salida de un montón de sentimientos reprimidos hasta ahora, Marck también me acunó con sus brazos y me acariciaba con sus grandes manos, mientras yo sentí la gran verga de aquel alemanote restregarse contra la mía y sus huevos peludos apretados contra los míos, nuestras bocas se juntaron ansiosas por poseer la del otro y nos fundimos en un calido beso lleno de amor y de avaricia , hurgando sin descanso dentro de la boca del otro las lenguas llenaban de saliva los lugares por donde pasaban y mezclábamos nuestros flujos dándonos sabor uno del otro.

Así permanecimos por largo tiempo, intimando, explorándonos con nuestras manos, la cama cada vez era más enorme, porque cada momento estábamos más y más juntos el uno contra el otro.

Llegó el momento en que quise lamerle, saborear su piel oler sus carnes comer glotonamente su miembro esos testículos orondos con ese vello rubio que me enloquecía y lo hice pero no me saciaba no terminaba de hartarme de sus carnes, cada instante deseaba mas y mas a ese cuerpo maravilloso de Marck.

El por su lado no se comportaba de manera perezosa, glotoneaba besuqueándome en cada lugar que yo le iba dando paso , chupó mi nabo, mis huevos hasta aposentar su lengua en mi hoyito y ahí fue donde depositando gran cantidad de saliva jugó a dilatarme y una vez que decidió que aquello estaba bien abierto , me tomó y alzando mis piernas al aire colocó la punta de su prepucio en la puerta de mi ano y de una sola certera estocada me colocó toda aquella masa de carne en lo mas hondo de mis entrañas , No rechisté era tanta mi excitación que ni me dolió aquel golpetazo, el germano paró y dejo que aquella violenta punzada se calmara y cuando mi culo dejó de palpitar me beso los labio y comenzó un rítmico movimiento de fornicación que me hizo estremecer de tanto placer como me estaba proporcionando.

Me folló una y otra vez durante varios minutos, aquello era el delirio, ambos gemíamos, nos prodigábamos besos, mordiscos y toda clase de escarceos amatorios pero éramos insaciables aquel placer era adictivo.

Marck comenzó a hacer ruidos graves , gemidos diferentes a los que hasta ahora pronunció y comencé a notar como su polla se ponía mas dura, mas rígida dentro de mi, mi culo se contraía de gusto y en tan solo unos segundos los dos comenzamos a expulsar borbotones de leche, los míos fueron a parar al pecho de mi amante alguno que otro le llegaron a su barbilla y otros cayeron encima de mi pecho, Yo sentí como mis entrañas recibían buenas lechadas de mi amigo que me dejó bien cubierto de rico semen que fueron a alimentar mis intestinos.

Marck cayó rendido sobre mi, me besaba tiernamente y se apretaba contra mi, pero no podía articular palabra alguna, su pulso era acelerado, la respiración ahogada y nuestros cuerpo sudorosos de tanta agitación.

Pasado unos instantes cuando nos setimos mas serenos, nos miramos a los ojos, sonreímos y nos besamos como dos chiquillos, como dos enamorado.

Marck una ves recupero un poco de calma dijo, deseaba con todo mi alma estar contigo y poseerte.

Le besé y le dije yo me siento el hombre mas feliz del mundo junto a ti, disfrutemos de estos momentos que nos brinda la vida.

Dormimos abrazados, nuestras piernas entre lazadas, pero el sueño duró poco tiempo, el alemán decidió que más tiempo en la cama era un desperdicio de tiempo y tenia muchas cosas que enseñarme.

Nos levantamos, nos dimos una ligera ducha y salimos a refrescarnos con la brisa de aquel maravilloso parque natural.

Marck fue a buscar dentro de un cobertizo cercano a la casa y abrió sus grandes puertas para sacar un barco velero que allí estaba depositado.

Luis, ayúdame con el barco anda, me dijo el germano, preparamos todo para navegar, nos pusimos unos chalecos salvavidas y salimos al lago al viento que movía nuestro velerito.

Surcamos por largo tiempo aquel bello lago contemplando sus paisajes y todo lo que le rodeaba, aquel lugar era un paraíso apartado de todo, donde Marck y yo íbamos a pasar unos inolvidables días.

Ya comenzaba a caer la tarde y el fresco aumentaba convirtiéndose en frío , por ello decidimos tomar rumbo de regreso a nuestro embarcadero, durante el paseo Marck no dejó de prodigarme todo tipo de caricias y muestras de cariño, me besaba , pasaba una de sus manos por mi cuello y cosas así.

Volvimos al embarcadero y subimos el velero a tierra firme, recogimos las velas pero todo lo dejamos ahí pues al día siguiente haríamos una excursión nuevamente.

Entramos en la casa, pusimos leña en la chimenea e hicimos fuego, ya el sol caía sobre el lago y la noche avanzaba dentro de la casa dándole una oscuridad misteriosa pero bonita. Tomamos una copa viendo como ardía la leña en el hogar y fuimos pensando que cenaríamos aquella noche, ya con el horario alemán se acercaba la hora de la cena y debíamos comenzar a prepararla. Decidí que seria yo quien tomaría las riendas de la cocina esa noche y me puse manos a la obra mientras Marck rehacía la cama que desordenamos en la siesta apasionada que tuvimos.

Llenamos la sala de velas que unido al fuego de la chimenea daba una claridad especial a la estancia, yo rebosaba de felicidad al fin era poseído por aquel hermoso hombre, no quería pensar en los problemas que aquello conllevaba, era momentos de disfrutarlo al máximo y no pensar en el futuro.

Cenamos como dos enamorados a la luz de las velas, un buen vino, una sencilla comida que degustamos con muchísima alegría y romanticismo, teníamos un pequeño aparato de música y las canciones de Sinatra vinieron a empalagar nuestra velada.

Tras la cena, saboreamos un buen licor alemán, sentados frente la chimenea, acurrucados como dos tortolitos, nos abrazamos el uno al otro prodigándonos besos tiernos sin decir palabra.

Todas nuestra comunicación era por medio de caricias y besos, no queríamos hablar de nada en esos momentos, no necesitábamos articular palabra alguna, solo con estar juntos nos bastaba.

Marck comenzó a contarme cual era su idea de lo que haríamos al día siguiente, pensaba salir a navegar y enseñarme un lugar apartado donde había una cascada de aguas termales donde podríamos bañarnos y después regresaríamos a la cabaña para almorzar.

Le interrumpí su relato con un beso en los labios y comencé a hacerle cosquillas, tenia ganas de guerra y no me apetecía saber en ese momento lo que haríamos al día siguiente, prefería dejarlo en sus manos, dejarme llevar por el.

El alemán reaccionó a mis besos y mis caricias y también comenzó a jugar conmigo, en ese revoltijo que formamos terminamos tirados en el suelo frente al fuego, empezó a quitarme la poca ropa que tenia puesta, yo simulando sumisión lo dejé hacer. una vez me hubo desnudado comenzó a mamarme la polla con muchísima ansiedad, parecía que estaba enloqueciendo, pasaba su lengua por todo mi tronco, mojaba mi glande como si fuese un caramelo de fresa y luego bajaba hasta mis huevos que se los metía enteros en su enorme lengua.

Yo gemía y gemía de placer, ese hombre me enloquecía con sus atenciones sexuales, sabia donde y como tocar en cada momento.

Una vez se cansó de mamarme todas mis partes se acercó hasta mi boca y me comió la boca con pasión y llegó a mi oído pidiéndome susurrando que quería que lo penetrara.

Me tenia locos de placer, aquel susurro era lo mejor que me había podido decir para excitarme mas de lo que estaba, baje por todo su cuerpo lamiéndole sus tetillas, la zona pubica las saboree con toda mi fuerza y le voltee para lamerle su rajita con toda delicadeza, introduciéndole la lengua en su ano, llenándolo de saliva que se iba metiendo dentro de su boquetito.

Con un dedo comencé a jugar dentro de sus entrañas abriéndole camino a mi verga, la cual dentro de poquito lo iba a poseer. Después de ese primer dedo hice uso de un segundo dedito a modo de juguete, aquel culito apretaditos iba cediendo a mis contoneos maliciosos pero a la ves tiernos, después de comprobar que aquel hermoso culito estaba listo para ser poseído, ensalivé mi polla mas de lo que estaba y comencé a pujar con ella dentro de mi enamorado que ponía resistencias al sentirse violentado por la retaguardia de forma un poco dolorosa.

Aguanta cariño, rápidamente se te pasará el dolor, seré muy cauteloso contigo, tú relájate y no te dolerá mucho.

Marck hizo lo indecible por relajarse, Yo continúe mi decidida toma de aquel maravilloso culito germano, una vez que mis huevos chocaron con las carnes de mi amigo paré un momento para darle tiempo a que se adaptase al trozo que tenia dentro de él.

Tras esa pausa comencé a cabalgarlo durante un largo rato, Marck ya no se quejaba de dolor alguno, ahora gemía de gusto y pedía más y más carne dentro de si.

Lo volteé una vez hubo pasado un buen rato de jodienda y mirándolo a los ojos le encaje el nabo de nuevo en sus intestinos, el gritó de placer y me alentó a que siguiera follándolo, entrelazó sus piernas a mi cintura y busco mi boca para morderme los labios como un poseído que parecía, yo descontrolado le arreaba mas leña en su recto hasta que sentí como me llegaba a borbotones un orgasmo descomunal.

Después de un momento de espasmos y quejidos de gustoso dolor me Salí de el, agachándome a su rabo que atrinqué entre mis labios sacándole todo el semen que podía tener dentro de sus cojones.

Nos quedamos juntitos abrazados mirando el fuego de la chimenea, así permanecimos por largo rato, Marck se levanto por algo fresco que beber y pasado unos minutos nos fuimos a la cama donde dormimos como dos amantes unidos y sellando tanta pasión con un bonito beso.

Nuestra primera noche juntos en la cama fue hermosa, dormimos como niños, el cansancio del día fue el mejor somnífero para los dos, amanecimos abrazados, pecho contra pecho, al abrir los ojos tenia los de Marck oscultandome de manera profunda, esperando que diera muestras de que comenzaba un nuevo día. Al ver que abría los ojos una gran sonrisa enmarcó su rostro y se apresuró a besarme tiernamente y darme unos buenos días querido mío.

Hola Marck buenos días, ¿dormiste bien junto a mi? Dormí excelentemente, ha sido una noche maravillosa.

Marck mientras hablamos rebuscaba por dentro de la cama y comprobó con sus manos que me había despertado con el mástil duro y hambriento. Al sentirlo tan animado rió y comenzó a pajearlo diciendo, este amigo ha despertado hambriento,

¿Querrá que le de un poquito de estimulo?

No Marck, dejemos los juegos eróticos para mas tarde quiero que desayunemos y salgamos a navegar, necesito aire puro, tengo ganas de estar contigo navegando por ese maravilloso lago.

Pues anda arriba españolito cariñoso, vamos a la ducha y mientras pondremos el café.

Nos levantamos, hicimos café y preparamos huevos. Chacinas y tostadas, después de ese magnifico desayuno nos duchamos juntos en la enorme bañera y después de ponernos un pantalón corto y una camiseta salimos al jardín

El día había amanecido brillante, el sol ya casi coronaba el cielo azul que había despertado aquella jornada, el agua parecía un remanso de quietud y el velero esperaba en la orilla para surcar esas calidas aguas a la busca de nuevos espacios para descubrir en esa nuestra segunda jornada de excitante vivencia con mi compañero de trabajo y ahora amante.

Subieron al barco y se sentaron juntos en la popa del barquito velero, izaron las velas y el velero comenzó su singladura buscando algún lugar que solo Marck sabia en esa embarcación.

Estaba pegaditos refugiándose del fresco aire de la mañana, el viento les daba en la cara y sus manos se entrelazaron cariñosamente, se buscaban mutuamente, jamás olvidarían esos momentos tan felices que estaban viviendo los dos hombres.

Pasado un rato se aproximaban a una orilla desierta del inmenso bosque que los había capturado esos días y atracaron, anduvieron agarrados de la mano por una senda que los conducía espesura adentro y confiaba en el conocimiento del alemán que le guiaba.

¿Qué, españolito te preguntas donde te llevo?

Sonreí y le dije que no me importaba el destino, que todo estaba bien como iba.

Llegamos aun claro del bosque y en el centro de este una pequeña laguna presidida por un salto de agua que de un manantial caí al vacío como la cola de un caballo.

Nos aproximamos a este punto y allí ambos dos nos dispusimos a desnudarnos como Marck me indicó.

El lugar era verdaderamente espectacular, el sonido del agua que caía en la laguna desde una altura de unos diez metros, los pájaros que habitaban entre los árboles, la brisa que corría hacían que la estancia en aquel lugar fuera impresionante.

Nos introdujimos por detrás del gran salto de agua y para mi asombro y el agua que caía estaba calentita, era reconfortante esa agua que te caía por el cuerpo, mi compañero me miraba con una sonrisa maravillosa, continuamos caminando tras la cortina de agua nuestros cuerpos desnudos chorreaban agua calentita, la condensación tras esa cascada era muy alta y el ambiente era bastante caliente. Llegamos a un lugar similar a una gruta ,allí nos sentamos sobre unas rocas ligadas por el agua que caía y estuvimos un rato besándonos y prodigándonos en caricias, nuestros miembros estaba nuevamente duros, Marck bajó hasta el mío y me propinó una buena mamada del palo que ardía de duro que estaba, lamia y lamia mi nabo como si de un helado se tratara, este germano era insaciable, mas sexo tenía mas quería el tío, yo disfrutaba placidamente de la mamada que me estaba propinando dejado caer sobre la piedra, con sus manos acariciaba mis tetillas duras e irritadas de tanto trajín tenido estos días, pero no tenia dolor, era puro placer el que me daba , tanta lamida de nabo fue imposible contenerme por mas tiempo y comencé a soltar dos chorretones de leche que mi amante se merendó en un momento como si un aperitivo se tratara.

Una vez que me dejó la polla limpita tras la corrida, su palo pedía guerra frente a mi y bajándome hasta el suelo donde me senté y comencé a chuparle las bolas, metiéndomelas en mi boca como si de dos caramelazos se tratara, Marck gemía de gusto con el nabo me daba en la cara y eso me producía muchísimo morbo, le atrinqué el cacho de polla y la engullí con ansias, quería que vibrará de placer y se la mamé con toda el cariño que podía prodigarle a ese maravilloso hombre con quien compartía mi fin de semana, sentí al instante como su lechecita caliente inundaba mi boca, un trallazo me corría por el gaznate hacia abajo, que gusto sentía al saborear su leche, era sabrosa, dulzona y con una textura cremosa que me encantaba. Marck buscó mi boca y nos juntamos en un calido beso saboreando los restos de semen de ambas corridas.

Durante largo rato nos bañamos bajo esa impresionante cascada de aguas calidas y a ratos helada, era una sensación relajante maravillosa, después nos tumbamos en un claro junto a la cascada lleno de helechos y dormitamos un buen rato.

Volvimos al velerito y volvimos a surcar el lago, comimos algunos sándwiches que teníamos allí y bebimos unos refrescos, paseamos un buen rato por el inmenso lago que por cada sitio que pasábamos nos mostraba nuevos y espectaculares paisajes.

Cuando la tarde iba cayendo convirtiéndose la luz más tenue y el sol caían suavemente, regresamos a casa, dejamos el barco en la orilla preparado para navegar al día siguiente antes del regreso y nos dispusimos para bañarnos y Marck me informó que esa noche quería llevarme a cenar a un lugar especial.

Pusimos el baño lleno de espuma, una buena opera y velas alrededor de la bañera y nos metimos en ese baño templado los dos juntos a disfrutar de nuestros roces y compañía. Serví dos copas de vino que tomamos mientras nos dábamos el baño.

Conversamos amigablemente viendo como el sol llegaba a su ocaso desde la ventana, no había nadie que intimidara nuestra convivencia, nos sentíamos como dos amantes libres que no tenían que dar cuenta a nadie de su amor.

Realmente entre Marck y yo había nacido una bonita historia de amor donde yo sería el gran perjudicado, pues la hora de mi regreso se acercaba a pasos gigantes, cada día quedaba menos para nuestra relación se convirtiera en una cosa efímera, lejana y que la distancia unida a sus circunstancias familiares terminaran por evaporarse.

No era hora de hablar de aquello, eran momentos para gozar de nosotros dos, olvidar todo, no pensar en el futuro, pero Marck sacó el tema en esa bañera, en ese crepúsculo del día tan maravilloso que pasamos juntos.

Mi querido amigo, durante mucho tiempo deseaba contarte esto y te rogaria que no me interrumpieras, deseo compartir esta vivencia que me esta matando por dentro pero es hora que sepas cosas de mi.

Carlos yo soy gay y lo se de siempre, las circunstancias hicieron que conociera a Ingrid y me casara con ella, tuvimos nuestros hijos y todo aparentemente estaba bien, alguna vez muy esporádicamente yo he tenido algunos escarceos sexuales pero nunca amorosos, desde mi juventud mas tierna no me he enamorado de nadie, es terrible vivir sin amor, Yo quiero mucho a Ingrid pero jamás estuve enamorado de ella.

Por unas circunstancias que desconozco, ella un día se enteró de que estuve con un hombre y tuve el valor de reconocerle mi condición. Ella no dijo nada, solo que lo suponía, el instinto femenino es a veces muy fuerte y ella pensó y acertó.

Desde entonces ella es esquiva conmigo en la cama, nuestra relación ha pasado a ser la de dos amigos que conviven juntos pero no hay nada más. Ella se ha dado cuenta que el amor ha surgido contigo, sabe que su partida ha terminado y antes de salir de viaje me ha pedido el divorcio amistosamente.

Yo estaba mudo, incrédulo ante aquellas revelaciones, mis expectativas con aquel hermoso hombre de quien me había enamorado hasta las trancas eran otras muy distintas, ahora podía tener una esperanza, mi relación con el, si me lo pedía seria de otra manera, incluso se me pasó por la cabeza la idea de pedir mi traslado definitivo a las oficinas de Alemania, cosa que incluso los altos cargos verían con buenos ojos, pues pensaban que yo no querría moverme de mi país de ninguna manera.

Marck continúo hablando. Ahora lo importante es que mis hijos vivan los cambios que se avecinan con absoluta naturalidad y sin trauma alguno, los adoro y tengo una relación maravillosa con ellos, se que jamás los perderé pero debo tener paciencia y ser prudente con ellos.

Carlos estoy profundamente enamorado de ti y quería pedirte algo,

Marck, puedes pedirme lo que quieras, sabes que te amo con todo mi corazón, ahora mismo tú eres mi prioridad.

Bueno españolito, en primer lugar tu te vas quedar aquí ahora por un mes mas aproximadamente ¿no es así?

Si Marck, quizás un poco mas, pero mi trabajo esta a punto de finalizar.

Bien. me gustaría que ahora cuando volvamos pueda trasladarme a vivir contigo, si tu me lo permites, quiero aprovechar cada minuto que pases en Alemania a tu lado y cuando te vayas me quedaré con ese apartamento para nosotros dos, será agradable recordarte en esa casa, así se me hará menos dura tu ausencia.

Sentí como mis lagrimas bajaban por mis mejillas, aquello me estaba produciendo tal emoción que se me hacia insostenible por momento.

Todos mis sueños se estaba haciendo realidad, Marck era mío y yo sería solo para el, la maravilla mas grande que me podía ocurrir en esos momentos.

Marck, me besaba y acariciaba la cara, secándome las lagrimas, pero el, el muy bobo lloraba al mismo tiempo que yo.

Marck, mi casa es tu casa, le dije al germano, sabes que me harás muy feliz viniendo a vivir conmigo, es lo que yo mas deseaba en este mundo, ojal pudiéramos vivir juntos para siempre sin distancias.

Marck me agarró y alzándome en la bañera me abrazó y comenzamos a reír como dos niños que jugaban.

Sabes mi amor, debemos prepararnos para salir, tenemos que ir a cenar y es tarde, ok, de acuerdo Marck, salgamos y vistámonos, debemos celebrar este compromiso nuestro, nuestra nueva situación como pareja.

Después de vestirnos encendimos la chimenea con un gran tronco de lecha, así a nuestro regreso la casa estaría con una temperatura maravillosa.

Salimos hacia el lugar donde mi novio me quería llevar a cenar, circulamos por medio de esos bellos bosques ahora oscuros pero bellos y llegamos a un lugar donde una gran casa de madera rodeada de preciosos jardines hacia las veces de un restaurante

El lugar era precioso, la casa de madera típicamente alemana estaba rodeada de unos magníficos jardines donde cientos de plantas de variedades diversas florecían dando una tonalidad multi color al lugar, podían verse arbustos florecidos, plantas de diversas formas y colores, todo perfectamente ordenado y cuidado por alguna mano experta, como hacia fresco a esa hora de la noche pasamos al interior del comedor, donde teníamos reservada una mesa a nombre de Marck, una mable señora vestida con ropas típicas nos condujo hasta la mesa situada junto a una ventana que nos dejaba ver una bonita imagen del jardín florido que había en el exterior.

El comedor estaba perfectamente decorado con elementos típicos de la región donde nos encontrábamos, las mesas tenían todos unos manteles de hilo blanco y sobre ellos un centro de flores de diversos colores y una vela encendida, la vajilla en tonos azules y blancos y unas copas típicamente alemanas de cristal verde y blanco.

Marck no me concedió el derecho a pedir nada de la cena, el amablemente me pidió que le permitiera ordenar la cena en mi nombre y yo le cedí ese gusto porque el conocía bien las especialidades del lugar además de en esos momentos yo le concediera todo tipo de amabilidades y mimos posibles.

Nos sirvieron unas jarras inmensas de cerveza que bebimos con avidez, estábamos sedientos después del baño y las emociones vividas. Nos trajeron unos espárragos blancos recién hervidos estupendos que comimos glotonamente, incluso nos permitimos el juego de hacer gestos obscenos con ellos, mientras reíamos como chuiquillos.

Tras los espárragos el plato fuerte y especial de la casa, un venado al horno loncheado que estaba espectacular acompañado por verduritas al vapor exquisitamente cocinadas al dente.

Todo aquello lo saboreamos con un buen vino tinto que os hizo propasarnos un poco en carantoñas y mimos en publico pero nadie hizo gesto alguno de asustarse y menos de sentirse molesto por ello.

Nosotros en cambio lo disfrutamos como dos adolescentes que se enamoran por primera vez en su vida.

Terminamos esa copiosa cena con una exquisita apple strudell, caliente y especiada con canela, era riquísima. Un licor de cerezas hizo las veces de digestivo tras esa excelente fiesta gastronomita que nos habíamos dado.

Estuvimos la mayor parte de la cena jugueteando como críos pero llegada la partea de la comida conversamos sobre como íbamos a instrumentar nuestra relación, interrogue a Marck si se plantea la posibilidad de pedir un traslado a España, el en su posición dentro de la compañía estaba en perfecto derecho y capacidad cualificada para optar a un puesto importante en la planta que existe en España. Sería algo viable y hasta me hace mucha ilusión, pero creo prudente esperar un poco de tiempo para ver como va nuestra relación, ten en cuenta que aquí dejo a dos hijos de los cuales ni quiero ni puedo olvidarme, dijo Marck serio y reflexivo.

¿Y tu Carlos, te planteas la idea de venir a vivir a Alemania? Sabes que los altos jefes lo verían con buenos ojos, Marck interrogó.

Pues chico, sí, me lo he planteado pero hay una causa que me hace dudar y no eres tú precisamente, más bien el posicionamiento que tendría dentro de la compañía si viniera aquí. Me pasaría la vida viajando y trabajando doce horas al dia y eso seria perjudicial para nosotros.

Pues si, es cierto, tu venida aquí mermaria tu calidad de vida y desde luego la mia tambien, así que seria mas conveniente que tu te quedaras en España y veremos cuando seria posible mi traslado.

De todas formas los fines de semana y quizás algunos viajes míos por trabajo serian motivo continuo de nuestros encuentros.

Recuerda que ahora los vuelos son baratísimos y ambos podemos viajar de continuo para estar juntos.

Ni lo dudes dijo Marck sonriendo y con cara de celoso, los fines de semana serán solo nuestros.

No Marck, hay algo, tú tienes que dar atención a los chicos y más de una vez tendrás que llevarlos a casa a que pasen el fin de semana contigo.

Si por supuesto, pero no impide que tú vengas, ellos sabrán a su debido tiempo el papel que tú juegas en mi vida y eso no tiene ningún tipo de discusión,

¿Entendido? Me expetó de manera seria.

Si señor, no le discuto su criterio.

Volvimos a casa tras esa deliciosa cena, Marck no perdía momento de continuar con su juego de seducción, jamás había estado con un hombre tan apasionante, tenía dentro de si tantísimos sentimientos reprimidos ¿Cómo había transcurrido su vida hasta ahora?

La sala esta iluminada por las llamas que quemaban en la chimenea los troncos que colocamos antes de salir, la temperatura calida del lugar hizo que nos despojáramos rápidamente de los jerseys que llevábamos , Marck sin encender luces de ninguna estancia puso música y se acercó a mi abrazándome tiernamente, quería que iniciáramos un baile esa canción de Sinatra me estaba volviendo loco de emoción , jamás me habían tratado con tanta sutileza, dimos pasos en el salón siguiendo las indicaciones de La Voz que susurraba en nuestros corazones una hermosa balada inmortal. Mi alemana amado me decía al oído cosas bonitas, sus susurros hacían que mi piel se erizara, besaba con pasión cada hueco de mi cara, de mis oídos, de mi cuello, creía desfallecer de placer.

Me ayudó a desprenderme de mi camisa, sutilmente desabotonó uno a uno cada botón y la dejó caer sobre el sofá, yo por mi lado torpemente hice lo mismo y paré cuando su precioso pecho hizo presencia ante mis ojos.

Quitó el botón de mi pantalón bajó la cremallera, dejando caer mis pantalones al suelo continuaba nuestra danza, suave, cadenciosa por todo lo largo de la pequeña sala que esa noche se convertía en un gran salón palaciego donde ambos bailábamos nuestra danza del amor.

Ya Marck estaba desnudo también, se rozaba contra mi con ternura, con emoción de saborear todo mi cuerpo, latía excitado su miembro viril sobre mi vientre, mojándolo con su precum, yo resoplaba de excitación, aquello era una autentica locura de placer.

Nos recostamos en la butaca junto a la ventana que daba al lago, allí me besó profundamente, su lengua acarició mi garganta, era una obsesión posesiva la del germano sobre todo mi ser, yo me dejaba placidamente. Colocó mis piernas al aire y metió su cara entre mis glúteos saboreando glotonamente mi ano, los vellos de mi raja, mordisqueó cada una de mis nalgas, hasta que decidió entrar dentro de mi y poseerme .Aquello era el no va mas, ser follado por el hombre que mas deseas con aquella música con la luz de la hoguera junto a la ventana que da al lago.

No tuve tiempo de saborear más aquella avalancha de placeres desorbitados, me vacié a borbotones, el mayor y más intenso orgasmo que había tenido en mi vida.

Marck continuaba taladrándome estaba poseído por el placer, me había entregado a el y el se daba a mi en aquella follada maravillosa, de repente gritó, tuvo unas cuantas convulsiones y sentí en mis entrañas el chorro de leche caliente que mi macho me regalaba. Caímos rendidos los dos juntos en la oscuridad de la sala.

Pasado un buen rato despertamos con frío en medio del salón, desnudos y con la chimenea casi apagada, Marck me ayudó a levantarme de donde estábamos y nos fuimos a la cama, donde nos acurrucamos y continuamos durmiendo placidamente hasta el amanecer.

El domingo despertó lleno de luz, el pronóstico para el día era bastante halagüeño y decidimos que iríamos a desayunar a un pequeño lugar cercano en el lado opuesto del lago.

Después de darnos una ducha y recoger un poco la casa, salimos al embarcadero y tras preparar el velero comenzamos la navegación hacia ese lugar donde tomaríamos un suculento desayuno dominical típicamente alemán, con esa comida ya practicante tendríamos para todo el día, pues es bastante abundante y variada.

Arribamos al embarcadero del restaurante y varias mesas repletas de familias que saboreaban sus desayunos al sol nos esperaban , músicos bavaros tocaban sus instrumentos y niños bailaban a su rededor, el ambiente era bastante festivo y animaba a la alegría y el buen humor, nosotros ya lo traíamos puesto de casa así que no podíamos ponernos mas alegres de lo que ya estábamos, nos dieron una buena mesa en el prado en un lugar soleado y nos sirvieron café y jugos de frutas, Marck siempre autoritario en estos temas se ocupó de pedir la comida para los dos, me encantaba como pensaba lo que si y lo que no me podría gustar.

Trajeron un buen surtido de salchichas de todas clases huevos y tocino, pan negro, dulces diversos, yogures y frutas, aquello era todo un festín gastronomito que no se si podría superar, era demasiado para mi.

Marck muy serio me espetó debes comer de todo, tienes que alimentarte bien, has perdido muchas energías estos días.

Luego me soltaba una tremenda carcajada y nos disponíamos a comer de todo glotonamente, hacer el amor nos abría el apetito y comimos con auténticos ogros.

Disfrutamos de aquella alegre fiesta campestre que se había organizado allí, incluso Marck bailó con una chica adolescente que le pidió la siguiese. Era todo muy divertido y nos sentimos felices por ello.

Ya había pasado la hora del mediodía, iba siendo hora de regresar a la cabaña y preparar el retorno al hogar, por primera vez Marck volvía a casa conmigo, cuando íbamos navegando en medio del lago me comunicó que antes de salir de viaje había dejado preparado todo su equipaje y que había dejado encargado a unos amigos que le llevasen las cosas a mi casa sin mi consentimiento. Esto último lo dijo ruborizándose.

Yo le sonreí y me acerque a su cara dándole un tierno beso en la mejilla que luego acabó en sus labios maravillosos.

Continuamos nuestra singladura marinera por el lago abrazados el uno junto al otro, nada nos importaba ni nadie nos violentaba en aquella actitud amorosa que teníamos y ya divisábamos nuestra morada donde nos tocaba recoger la casa , nuestras pertenencias e iniciar el regreso a una hora cómoda para descansar antes de reincorporarnos al trabajo la mañana del lunes.

Al arribar al desembarcadero de la cabaña el germano me preguntó si me apetecía un ultimo baño con el a lo que respondí afirmativamente.

Dejamos el velero en la orilla y allí mismo nos desprendimos de nuestras ropas informales quedándonos desnudos nuevamente, Marck me empujó hacia el agua y seguidamente se zambulló junto a mi abrazándome con todo su amor y entrelazando sus piernas con mi cuerpo.

Acercó su boca a mi oído diciéndome, quiero que me penetres aquí mismo, ahora, te necesito dentro de mí.

Obediente a mi hombre lo besé tiernamente, cada día lo amaba mas, necesitaba del como si desde siempre lo hubiera tenido conmigo, si mi vida sin el no hubiera existido, Marck había dado un giro a mi vida brutal y el estaba dando pasos de gigante por mi amor, le debía todo y con todo mi entrega le correspondía en sus deseos mas básicos.

Mis manos jugaban bajo el agua buscando la mayor excitación de mi alemanote que se retorcía de gusto al recibir mis caricias mas apasionadas. Saque a flote su polla y comencé a mamarle allí en medio de lago, lo hice con pasión, con entrega grata procurándole el máximo disfrute y mi plena satisfacción. Con la otra mano que no aguantaba su polla jugaba dentro de su culito dilatándole despacito su ano, haciendo circulitos dentro de el.

Una vez que creí ya estaría bien dilatado lo senté sobre mis piernas y mi verga le fue entrando con facilidad, ya lo tenia todo dentro y tras esperar se acostumbrara a mi cacho de carne dentro de sus entrañas comencé a bombearlo con pasión. Lo abracé lo voltee y continúe poseyéndolo con todo mi amor, con la pasión mas salvaje que llevaba dentro de mi , aquel alemanote gemía como animal herido, el placer que le procuraba era inmenso y así lo demostraba el teutón.

Noté próximo el orgasmo y con el la corrida lo avisé le previne de aquel terminar gozoso de mi penetración y el comenzó a chapotear meneándose la verga que en breve soltaría borbotones de leche que yo ansioso quería recoger dentro de mi boca para que no se desperdiciase así como así.

Me corrí fuera de el, busque ávidamente su carajo, lo engullí y en ese momento me inundó con su semen caliente arañando mi garganta placenteramente.

Salimos del agua después de nadar un poco y juguetear en la orilla del lago, debíamos ordenar la cabaña para salir a la ciudad, no era conveniente llegar demasiado tarde a casa, allí aun había tarea por hacer Marck se instalaba hoy por primera vez y debíamos ordenar todas sus pertenencias, después durante la semana tendríamos poco tiempo.

Nos dispusimos a hacer labores propias de amos de casa, ordenamos la casa, hicimos la cama, limpiamos la cocina y dejamos todo perfecto tal como lo encontramos. Después hicimos nuestro equipaje, guardamos el barco en el cobertizo y cerramos la cabaña.

Antes de partir nos prometimos repetir ese maravilloso fin de semana donde descubrimos nuestro amor y de donde iniciamos una nueva vida juntos.

Tras entregar las llaves en las oficinas salimos a la carretera, Marck conducía el coche muy alegre pero a la vez triste, pero íbamos a nuestro hogar donde a partir de ese día iniciábamos nuestra convivencia cotidiana un autentico reto en dos hombres ya maduros con sus vidas hechas, no era fácil, pero si un reto excitante.