Marcia y el vecinito del 4to C III

Marcia se esconde en la escalera, pero alguien la descubre, quien sera??

Capitulo V

Lleve dos, pague uno.

-          Así que tú eres la putita sexy que se está cogiendo a mi hermanito.

Mierda, mierda, mierda.

Me descubrieron.

Se acabó mi vida, voy a ir presa.

Encima ni siquiera me lo cogí.

Al menos no técnicamente hablando.

Un grupo de tipos puede robar la casa de la moneda en España y salir lo más bien, y yo no puedo tirarme al pendejo de enfrente sin que alguien me pesque.

Soy patética.

Me incorporo y paro lentamente. Afuera de la puerta escucho que Sexy y Tato se saludan con esos choques de manos masculinos. La persona que estaba conmigo se acercó, no podía mirarlo, moría de vergüenza, sentí su respiración contra mi cabello y como rozo mi brazo con el suyo, cuando prendió la luz de las escaleras de emergencia.

Me tomo la barbilla y me obligo a mirar, y casi me desmayo.

Era Sexy pero no mi Sexy, el chico frente a mí era una versión macerada, condensada y estacionada de mi Sexy. Mediría alrededor de 1,90 (yo era enana a su lado), tenía el cabello un poco más oscuro que Sexy pero el mismo brillo, sus ojos eran verdes pero con una mirada más dura, tenía una barbilla cincelada y donde la sonrisa de Sexy era dulce y aniñada, la de este sujeto era afilada y cínica.

No puje dejar de recorrer su cuerpo con mis ojos, era musculoso, pero de un modo atlético, llevaba jeans negros con una remera sin mangas, también negra que le ajustaba todo el torso y dejaba ver el tatuaje que tenía en el hombro y brazo, mmm, Donde terminaría ese tatuaje??

Sexy 2 se dio cuenta de cómo lo mire y me sonrío, conocedor del efecto que esa sonrisa provocaba en el lívido de las mujeres.

-          ¿Cómo te llamas bonita? – Pregunto, mientras me acariciaba la cara y bajaba su mano por el borde de mmi top hasta posarse en la sima de mi seno.

-          Marcia. Marcia Giuliano. – Respondí sin aliento, Sexy 2 Ya me estaba acariciando mi teta derecha mientras su mano derecha rodeaba mi cintura, eran toques lentos, exploratorios, pero que me encendían como a un árbol de navidad.

-          Mucho gusto Marcia, soy Renzo, pero puedes llamarme Ren, recuérdalo porque esta noche, cuando estés en tu cama, encendida, acariciándote e imaginándome allí contigo, acabaras con mi nombre en tus labios – Dijo mientras apretaba el pezón que sobresalía del corpiño. Gemí.

-          Hasta Pronto Bonita. - Acaricio mi cintura una vez más y abrió la puerta detrás mío, y me corrió con mucho cuidado me miro a los ojos y me beso, un piquito, mordió mi labio y se fue.

Aquí está en pie la estatua de Marcia que se quedó de piedra de la impresión (o de la calentura??).

¿¿Que mierda acaba de pasar??

Estaba muy caliente y ya que estaba vestida para ello pensé en salir a correr para ver si disminuía mi ritmo cardiaco (Lo sé, no es muy lógico pero a la temperatura que estaba y como palpitaba mi cuerpo, corriendo me enfriaría, créanme). Así que baje trotando las escaleras rumbo al parque.

Sábado 19 Hs

Me encontraba en la cocina viendo que podía cocinar para la noche cuando sonó el timbre, no esperaba a nadie, mis amigas habían ido a jugar al pool (y de levante seguro) pero yo estaba muy agitada todavía como para salir, conocer a Renzo me había desestabilizado, algo en el me encendía como un árbol de navidad, era su presencia, tan masculina, ufff, ya me había tocado, como el predijo trate de pensar en Sexy, pero los dedos de Ren apretando mi pezón y sus dientes mordiendo mi labio fueron mi fantasía, termine como hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnnnnnnnggggggggggggggggggggg.

Mierda, el timbre.

Abrí la puerta, y allí estaba Renzo parado sensualmente contra el marco de la puerta, llevaba la misma ropa de esta mañana, tenía una bolsa de compras en una mano y una caja de cervezas individuales en la otra.

Me sonrió mientras apoyaba las cosas en la mesita de las llaves, y tomo mi cintura entre sus mano, me acerco a él y me beso, besaba exquisitamente, con experiencia, sentía su lengua recorriendo mi boca, jugando pícaramente con la mía mientras me empujaba contra el con sus manos, recorriendo mi espalda, mis tetas se rozaban con su pecho, endureciendo mis pezones, era chocolate fundido en sus brazos, su mano derecha bajo lentamente por mi espalda y amaso mi culo, excitada me empuje contra él y su pija (que ya podía sentirla dura contra mi shortcito) y gemí.

-          Ahhhhhhhhhhmmmmmmm Reeeeeennn. Bajo por mi cuello y me mordió.

Me tomo de los hombros y se apartó de mí, Respiraba con dificultad, tenía los ojos vidriosos y cuando baje mi mirada pude notar que estaba muy alegre de verme.  Me miro y vio hacia donde se habían dirigido mis ojos. Gimió.

-          Bonita, no sigas por ahí o terminare cogiéndote contra la puerta y no comerás nada, deja primero que te alimente.

La Marcia putita de mi interior daba saltito y batía palmas mientas decía que si y si podía ser bien duro. Por suerte la Marcia racional gano esta ronda.

-          Discúlpame, pero que haces aquí Renzo?? - Pregunte mientas cruzaba los bazos.

-          Ya te dije bonita, he pensado que ya que estaba por la zona podía venir y alimentarte – respondió con la misma sonrisa que usualmente tenía su hermano, esa que me hacía sentir como que patee un cachorrito, mierda con los jodidos críos de esa familia – Es que acaso no tienes una novia que ir a molestar? .

Ok, no lo dije con el mejor de los tonos y seguro que estaba haciendo un pucherito con mi labio inferior, pero es que este pibe era la tentación personificada, era el kilo de helado en medio de una dieta. Sabía que si se quedaba me lo iba a coger, después de la calentura que me dejo esta mañana seguro sabía que no lo dejaría salir en todo el fin de semana de la cama, mmm, atado allí, dos días para que lo deguste a mi antojo, ufffff.

-          Ok, Cielito, si es lo que quieres, pero no pienso cocinarte, tú tendrás que hacerlo – Concedí.

-          Bueno, pero con tu ayuda bonita - dijo guiñándome el ojo.

Abrió dos de las botellas de cerveza individual que había traído y me dio una, tenía el aire prendido así que técnicamente la temperatura era fresca pero dentro de mi había un fuego que no creo ni un ejército de ventiladores pudiera apagar. Verlo allí tragando la cerveza era un espectáculo porno en sí mismo, no podía dejar de míralo y de desearlo.

-          Marcia… - Dijo en tono de advertencia mientras llevaba mis ojos a los suyos con su dedo en mi barbilla – Pórtate bien y vamos a cocinar ahora o la comida nunca estará – Y me dio una palmada en el cachete del culo. Normalmente me hubiera quejado del trato neandertal pero cuando se te moja la conchita por ello no puedes quejarte mucho. ¿verdad?

Así que empezamos a cocinar juntos, él había traído una tapa de asado y mientras yo preparaba el adobo él le sacaba la grasa, nunca lo había pensado, pero cocinar era muy erótico. Todos esos toqueteos accidentales, su mano en mi cintura, su apoyadita rápida en mi culo, su aliento en mi cuello cuando me pedía un utensilio, no había pasado ni cinco minutos y yo ya quería tirar todo a la mierda y montarlo en la cocina.

-          Dime bonita, ¿A qué te dedicas? – Preguntó mientras poníamos la carne adobada en una bandeja al horno.

-          Tengo una pequeña editorial de libros. ¿Tu? ¿Estudias, trabajas, que haces de tu vida?

-          Mmmm, bueno estoy estudiando ingeniería mecánica, me encanta y tengo un pequeño taller de reparación de coches, no soy millonario pero me mantengo.

-          Como todos. – Dijo mientras terminaba de colocar la bandeja en el horno.

-          Sí, claro, Che nos estamos quedando sin cervezas, a la carne todavía le falta más de una hora que te parece si me acompañas y vamos a buscar más?

-          Vamos, hay un chino a tres cuadras. Podemos ir ahí.

No tengo la más pálida idea de cómo pude contestar las preguntas y conversar como una persona normal cuando mi tanguita era una canilla, pero Ren nunca me miro raro así que asumo que parecía un ser humano funcional, ahora que estamos en el coche, después de que bajáramos las escaleras (Ren dijo que era más seguro, y la verdad es que no estoy muy segura de mi control si estábamos en un ascensor juntos).

Me tomo de la mano todo el camino, siempre pensé que es la rutina lo que mata la pasión, pero con él, hasta ir al chino me encendía.

Compramos dos packs de coronas y volvimos, no charlamos mucho, no necesitábamos llenar todos los silencios ya que no eran incomodos. Mi cabeza pensaba en una sola cosa.

SEXO.

Era la pura verdad, me encantaba todo este jueguito, me ponía a mil, pero ya no daba más, quería recorrer todo su cuerpo con mi lengua, me importaba una mierda la tapa de asado, quería otra variedad de carne, así que pensé que si un plan funciono con su hermano, tal vez tendría que pensar uno para Sexy 2.


Entramos a mi casa y Ren fue a checar el horno como si hubiéramos vivido siempre juntos. Yo ya tenía poca ropa, así que pensé en qué estrategia usar, no tenía tiempo, ni paciencia para aguantar mucho, lo quería horizontalmente en mi sofá más pronto que tarde.

Así que me acerque al minicomponente y puse algo de música, por suerte hoy a la tarde había puesto algo grave y sexy, ya que me gustaba masturbarme con música, así no se escucha mucho cuando grito. Empecé a bailar al compás de la música, bailaba lo más sensual que me salía, tratando de exponer todos mis deseos en ese baile, sabía que en cualquier momento vendría Renzo con las botellas de cerveza y quería darle un buen espectáculo. Justo en ese momento escuche sus pasos acercándose, así que lleve mis manos a mi cintura y giraba mientras me acariciaba la cintura y movía sensualmente mi culo, pude escuchar como Ren se quedaba parado detrás mío, así que subí mis manos por mi cuerpo hasta mi cabello y jugué con él. El baile no es lo que mejor se me daba, pero moviendo las caderas fui bajando hasta el suelo y sacando culo subí muy lentamente.

Estaba tan concentrada en los movimientos que no me había dado cuenta que se había detenido la música, mire hacia Ren que estaba parado al lado del equipo, cuando me vio mirarlo se acercó a donde yo estaba y en dos pasos me levanto de la cintura, su boca tomando la mía en un beso posesivo, nos colocó en el sofá el yo acostada y el sobre mí, besándome como si yo fuera una cerveza y él hubiera recorrido el desierto. Recorría mi cuerpo con sus manos, (convengamos que yo ya tenía poca ropa) un top deportivo, y un mini short con una tanga minúscula no eran grandes barreras contra sus manos, mientras yo bailaba él se había sacado la remera así que solo traía la bermuda de jean.

Renzo me besaba y amasaba las tetas, eso me volvía loca, más que lo sentía como estaba duro detrás del jean, sentía como se apretaba contra  mi conchita, yo estaba espada.

-          Dios Marcia, te voy a partir en un millón de pedacitos.

-          Ahhhhhhhh  -  No pude evitarlo, gemí, escucharlo decirme eso me rompió la cabeza, casi no podía pensar.

Sentía como bajaba su boca por mi barbilla besando hasta la oreja, succiono el lóbulo y eso me volvió loca, yo recorría con mis manos su espalda, bajando hasta el borde del jean. Renzo seguía bajando, besaba mi cuello, y con sus manos amasaba mis muslos y mi culo, sentía como restregaba su paquete por mi entrepierna, subió sus manos por mi costado e incorporándose me saco el top, dejando mis tetas al aire, las miro a ambas con hambre y las empezó a acariciar, en ese momento perdí cualquier pensamiento racional, las manos de Ren eran mágicas, me amasaban las tetas, girando en círculos los pezones, las juntaba y separaba. Tomo una y comenzó a chuparla, me las mordía y acariciaba.

-          Ahhhh  Reeen, si por favor más, mas.

Renzo me soltó y se arrodillo en el sofá, se desabrocho la bragueta y bajo el jean hasta las rodillas, no llevaba ropa interior así que el pequeño Renie (que de pequeño no tenía nada) salto paradito y listo para la batalla,  era grueso y cabezón, estaba duro y con las venas marcadas, me miro y se acarició un par de veces, no pude dejar de gemir, verlo así, semi desnudo acariciándose era un espectáculo, seguro que yo con las tetas al aire, despeinada, la respiración acelerada y desnuda (ya que Ren e había sacado el short mientras babeaba por su pija) era otro. Sentí la mano de Renzo en mi concha me acariciaba lentamente, yo estaba a mil entre él y su hermano quería que alguien me dé verga, no que me entretengan.

Lo mire a los ojos y acariciándome las tetas abrí mas las piernas y le dije.

-          Ren, cógeme – Moví las caderas así a arriba – cógeme por favor que estoy muy ca…ahhhhhhhhhhh.

No pude terminar la oración, Sexy dos me la había metido de una, sentía esa barra caliente y dura, sus manos en mi culo sosteniéndome.

-          Marcia , bonita, yo quería hacer esto lento, que lo disfrutes, darte de comer, jugar un rato y después cogerte toda la noche, pero vos sos una putita impaciente no?? – Dijo y salió lentamente, sentía cada centímetro de su pija, volvió a clavármela rápido.

Salía y entraba cada vez más y más rápido.

-          Reeeennnnn siiiiii dioooossssss siiiiiiiiii.

-          Mierda ufff  sos una puta caliente Marcia – me dijo Ren, y eso me puso más caliente, el entraba y salía. yo largaba y largaba jugos se escuchaba ese ruidito mojado que hacia al entrar y salir y eso nos encendía mas.

-          Ahhhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, Reeeennnn, que ricoooo!!!!

-          Toma puta, querías esto no?? Caminando por ahí siempre, calentando a todos con ese culo, querías pija no puta??

-          Siiiiii Reeeen ahhhh queriaaaa pijaaaa, DIOSSSSSS cógeme duroooooo, uffffffff.

-          Si nena te cojo, toma bebe, tómala toda. – Renzo seguía entrando y saliendo a un ritmo de vértigo, era una cogida rápida y dura en toda regla.

Yo tenía mis piernas alrededor de la cintura de Renzo y empujaba su culo contra mí, el me cogía con una potencia muy fuerte, no iba a aguantar mucho ya se me había nublado la vista, sentía esa electricidad que recorría todo mi cuerpo previo a un orgasmo.

-          Reeeeennnn me voyyy.

-          Si nena, termina para mí, quiero sentir como terminas con mi pija dentro.

-          Ahhhhhhh, ahhhhhhhh.

-          Mójamela toda bebe.

-          Ahhhhhhhhhh Reeeennn.

-          Siiii dale bebe, di mi nombre.

-          RRRRRRRRRRRRRRRRREEEEEEEEEEEEEEEEEENNNNNNNNNNNNNNNNNNNN.

-          Ahhhhh si Marcia, apretármela toda, ahhhhh.

Ren se salió de dentro mío y se paró a mi lado pajeandose, yo apenas podía respirar pero podía verlo, estaba todo sudado y tenía los ojos vidriosos, se estaba pajeando rapidísimo, tenía la cabeza colorada, iba cada vez más rápido.

-          Uffff nena tómala toda. - Dijo mientras terminaba llenándome las tetas de leche, chorro tras chorro cayendo en mis tetas. – Ufff Dios amo esas tetas.

Renzo salió del salón y volvió al rato con una toalla húmeda me limpio las tetas y la conchita, salte un poco al sentir el contacto con la toalla fría.

-          No creas que terminamos cariño – Me dijo Ren mientras se acercaba y me besaba, él ya se había vestido (en que momento??) – esta noche recién empieza.

-          Claro querido, todavía no me has alimentado – conteste picara mirando su entrepierna – Me refiero a la cena claro.

Me estaba riendo mientras me vestía cuando veo que Ren saca algo de entre los almohadones que se cayeron al suelo con nuestro ejercicio.

-          Vaya, vaya, Marcia. ¿Qué tenemos aquí? – Pregunto Renzo con una sonrisa diabólica mostrándome un vibrador rosado.

Upsss. Encontró a Alex.

Continuara en ¨Tres no siempre son multitud¨


Queridos Lectores, lamento mucho la espera de este relato es que estuve con mucho trabajo, igual siempre lo bueno tarda! jajajaaj

Besitos en todos lados!!