Marcelo

Hola, soy una chica como tú, como tu hermana, como tu novia, vamos de lo más normal. Con un trabajo normal, una familia normal y una vida más o menos feliz, no creo que a día de hoy haya nadie completamente feliz.

Hola, soy una chica como tú, como tu hermana, como tu novia, vamos de lo más normal. Con un trabajo normal, una familia normal y una vida más o menos feliz, no creo que a día de hoy haya nadie completamente feliz.

A mi particularmente se me escapaba algo, pero seguía día a día con mi rutina hasta que un día alguien llamo a mi móvil.

-hola buenas noches, sé que es muy tarde. No me cuelgues necesito hablar contigo.

Porque no colgué?, porque esa voz me pareció maravillosa desde el primer instante?. No lo sé la cuestión es que no colgué. Y eso cambio el resto de mi vida.

Como imagináis el sacudió todo mi mundo, lo puso patas arriba y me llevo donde jamás había estado.

-Julia quédate conmigo un rato

-como sabes mi nombre?

-lo sé, el cómo da igual, lo importante es que lo sé porque me he esforzado en saberlo

Esa voz era dura y estaba cargada de erotismo puro.

-y te llamas?

-qué más da Julia, no me conoces

-pero tú a mi si

-no, no te equivoques no soy un loco de esos obsesionado con alguien. Te he visto alguna que otra vez y he intentado saber más de ti

-por qué?

-porque me enamore de tu mirada perdida

-eso suena a loco

-pues no lo estoy, soy un hombre de lo más normal

-oye es tarde y mañana madrugo

-bien, puedo llamarte mañana?

No hace falta deciros que miraba a todo hombre pensando si era el del teléfono ese día, y el siguiente y el otro, porque no volvió a llamar en toda la semana. El domingo a las dos de la madrugada sonó el móvil de nuevo

-hola Julia, no he podido llamar

Me moría de ganas de preguntar porque?, quien?, donde?. Pero tampoco lo hice

-puedo hacerte un test? O sea preguntarte cosas para saber un poco más de ti

Conteste a cada una de sus preguntas, corta y concisamente, porque? Tampoco yo lo sé.

-eres tan feo que ligas por teléfono?

-no estoy ligando contigo

-no quieres nada de mí?

-yo no he dicho eso

-qué quieres?

-todo, nunca me conformo con menos.

-pareces muy seguro de ti mismo, te aviso que tengo novio

-lo sé, no tengo prisa

-pensé que dirías que no eres celoso

-no soy celoso, pero lo mío es solo mío.

-don seguro tengo que irme a la cama

-que descanses

Por qué colgué con una sonrisa?, porque esperaba a partir de ese día cada día sus llamadas?, porque conteste a todas sus preguntas por fuertes que fueran? De nuevo no lo sé pero lo hice, conteste hasta a lo de que nunca había tenido sexo en público, ni con dos y cosas por el estilo. En dos semanas él sabía todo de mí y yo no sabía ni su nombre.

Me quede de piedra cuando me dijo una noche:

-quiero verte, tomas un café conmigo el sábado?

-no lo se

-de que tienes miedo?

-no lo se

-piénsalo y el sábado te espero en La Luna (una cafetería céntrica) a las ocho de la tarde.

-y si no voy?

-si no vas será porque eres una cobarde y a mí las cobardes no me gustan

-y si voy?

-si vas estarás a mi merced aunque no pasara nada que no quieras que pase, te ofrezco un café lo demás ira viéndose

Colgué el teléfono y temblaba, como había llegado esto? No lo sé aun hoy.

El sábado por la tarde, tarde horas en decidir que ponerme, al final me puse algo sencillo una falda de algodón y una camiseta, total si me conocía me habría visto de diario y no quería dar una sensación que no era.

Entre en la cafetería media hora antes, me senté en una mesa y estudie a todo el mundo, nadie me daba el perfil, diez minutos después alguien se acercó por detrás no le oí hasta que dijo:

-Julia puedo sentarme

Me gire y trague saliva y mire a ese hombre, nunca le había visto, no le conocía, era un hombre normal, no era guapo, pero tampoco era feo, era de complexión grande, pero no estaba gordo, no era un chaval pero no era viejo, era un hombre como tú, como tu hermano, como tu padre, un hombre normal.

Se sentó y me miro y allí acabo todo lo normal, sus ojos del color de la miel caliente me atrapo al instante, me hipnotizo y cuando dijo:

-de cerca ganas muchísimo Julia, hueles a sueños y promesas.

Esa frase me hizo mirar de donde salía y vi su boca, sus labios y en ese mismo instante me moría por besarlos, por sentirlos recorrer mi cuerpo.

-se te ocurren unas cosas

-me llamo Marcelo, encantado de conocerte Julia

Y me tendió su mano y antes de estrecharla la mire, mano grande de dedos largos y pensé en lo que se sentiría al ser acariciada por esas manos y me estrecha la mía y una corriente recorre mi brazo, le miro y me sonríe

-yo también lo noto Julia y también deseo que todo eso pase

-a que te refieres?

-Julia eres transparente para mi, deseo besar tu boca, acariciar tu piel…

-porque?

-no pienses en porque Julia, piensa solo en lo que quieres que pase

Se levantó, me tendió la mano y yo se la di, me levante y el pago mi cuenta y salimos de la cafetería, andamos sin hablar cogidos de la mano, entramos en un hotel, se registró y subimos a la habitación, no dijimos una palabra llevábamos semanas hablando, solo hablando.

Abrió la puerta, entramos y nos miramos.

-siéntate en la cama Julia

Lo hice sin pensar en nada mas, solo su voz poblaba mi mente, se arrodillo ante mí y agarro mis tobillos, los acariciaba mientras sus manos seguían por mis pantorrillas y solo esas caricias era capaz de sentir, era como si hubiera desconectado el resto de mi ser y solo lo que él hacia dejaba constancia en mí.

Subió hasta mis muslos, sin subir mi falda solo sus manos estaban dentro, me acariciaba despacio, sin prisas con la presión justa, sin apretar, pero se notaba y llego a mis bragas, con dos dedos bordeo el elástico de las mismas y volvió atrás, yo quería más y al mirarme lo supo y sonrió, retrocedió por donde había pasado y volvió a mis muslos, esta vez había subido mi falda y miraba sus manos morenas en mi piel blanca. Yo tan solo respiraba y sentía. Bajo a besar mis ingles mientras mis bragas se mojaban, empujo con sus nudillos en el centro de estas.

-estas mojada, me gusta Julia. Me encanta verte cachonda, dímelo, dime que estas cachonda.

-estoy cachonda, Marcelo muy cachonda

Me bajo la falda, me cero las piernas y casi grito cuando se levantó, se sentó en un sillón y me dijo.

-Julia, me ha excitado conocerte, soñaba con tocarte desde que te vi en el autobús un día y luego en mi barrio, me ha calentado todas estas semanas en las que te he estado conociendo y todo iba destinado a causarte morbo, pero antes de seguir quiero que sepas algunas cosas, no voy a engañarte.

-que debo saber?

-Julia estoy casado y eso no me impide desear que seas mía completamente

No dije nada, solo le miraba, sus ojos me desnudaban y mis bragas estaban demasiado mojadas para echarme atrás, se acercó, se arrodillo y ahora sus manos desaparecieron bajo mi falda y bajaron mis bragas, se acercó a mí y curiosamente me olio

-hueles a pecado Julia, no voy a tocarte, quiero registrar algo primero en mi mente, abre las piernas

Yo me apoye en los codos flexione mis piernas y vi por primera vez su hermosa polla, cuando él la saco de su pantalón y la llevo a la entrada de mi coño, sin rozarme lo apoyo y fue metiéndose en mi sin apenas esfuerzo por lo mojada que estaba. Yo suspiraba sin dejar de mirar cómo me llenaba, sin dejar de sentir el calor de su polla dentro de mí.

-julia que placer estar dentro de ti por fin, estas mojada y eres tan estrecha que podría correrme en diez minutos

No se movía, me hablaba en el oído, su voz y su aliento excitaban mis oídos, sus palabras mi mente y su polla me llevaba al orgasmo cuando empezó a empujar dentro, me subió las piernas y la dulzura desapareció, la saco y se hundió, fuerte, fuerte abría mi vagina y mi coño le apretaba, me corrí agarrada a las sabanas fuertemente.

Me hizo poner de pie y abrir las piernas, se arrodillo y mamo mi rajita, mordisqueo mis labios y beso mi carne trémula, volvió a mordisquear el clítoris y me corrí de nuevo.

-ven Julia, quiero verte mientras gozas

Se sentó en suelo apoyado en la pared y abrió mis piernas, flexiono mis rodillas y me clavo lentamente en su polla dura, me agarro del culo y empecé a moverme, acerco la boca a mis pechos y los lamio, lamio y lamio hasta mojar todos mis pechos, mientras estrujaba mi culo apretándome a su polla, que me llenaba por completo.

-Julia tienes unas tetas preciosas y tu piel sabe tan bien como creía. Estar dentro de ti es tan lujurioso que me dan ganas de castigarte por ser tan deseable y caliente, por hacer que solo desee correrme

-no pares Marcelo

Me abrazo y me pego a su pecho, y mientras empezaba a correrme me decía al oído:

-quiero ser el dueño absoluto de tus orgasmos, córrete ahora Julia

Grite, jadee y me movía como si estuviera poseída y lo estaba, estaba poseída por él.

Cuando me relaje, me separe de su pecho

-no tengas prisa Julia, me gusta tanto sentirte

Subí mi cuerpo y vi que estaba duro, durísimo

-siéntate en el suelo

Se puso ante mí de pie y me acerco la polla a la boca

-saca la lengua Julia

Froto su polla en mi lengua, la punta y luego el resto

-abre la boca Julia, hasta donde puedes?

Me la metió esperando que lo frenara pero no lo hice se metió por completo y ahora él estaba perdido, le agarre del culo y empecé a succionar, a metérmela por completo después hasta que jadeó y note como se corría en mi garganta, la saque un poco y siguieron dos chorros en mi boca, la saque y deje que terminara otro chorro en mis tetas, ante su mirara la frote con dos dedos mientras me relamía la de la boca y luego me chupaba los dedos, para volver a limpiar bien su polla.

Solo entonces nos tumbamos en la cama, me cogió la mano y le pedí

-qué piensas?

-en lo que te dije, quiero que seas mía, quiero ser el dueño de tus orgasmos, quiero provocar cada uno de ellos. Aceptas ser mía?

No sé por qué lo hice, como todo con él no se nunca el porqué, pero como le hubieras hecho tu misma, tu hermana, tu novia, cualquier mujer que hubiera vistos sus ojos mientras te hacia el amor y mientras se corría.

Simplemente asentí con la cabeza y le cedió el control total de mi cuerpo, mientras sus dedos jugaban de nuevo entre mis piernas…

No supe nada del hasta tres semanas después, estaba enfadada muy enfadada.

-hola Julia

-hola Marcelo

-sé que estas enfadada, te has corrido estos días?

Porque le conteste, porque fui sincera? No lo se, con él siempre era así me dominaba, me controlaba, no sé si era su voz, el recuerdo de sus manos, de sus ojos, de… no lo sé la verdad pero lo hacía.

-no, no me he corrido

-buena chica, hazlo ahora

-ahora?

-sí, quítate las bragas, sal de casa y sube al final de la escalera

-y mi novio?

-dejémosle dormir, sube a por tu orgasmo ahora Julia

Porque Salí? Por qué obedecí?, porque no pensé más en mi novio? No podía de repente el fuego hizo que mi piel se mojara, mi coño vibrara y cogí las llaves, me quite las bragas y subí a por mí orgasmo. Al final de la escalera estaba el, no me dio un beso, no me dijo hola, no me dio cariñitos

-ponte de rodillas y chúpamela Julia

Que creéis que hice? Creéis que me fui indignada después de dos semanas? Creéis que me dolió su falta de sensibilidad? Creéis que volví a la cama junto a mi novio? …

No lo hice, nada de lo anterior, me arrodille, agarre su maravillosa polla y empecé a lamerla como si me fuera la vida en ello, mi único deseo nada más verle y oírle era complacerle, el cogió un libro de química y empezó a leer para mí.

-sigue chupando Julia

Su voz llenaba mis oídos, mi mente y su polla captaba lo demás, lamia, chupaba, mordía, cada vez que paraba de leer por un jadeo o gemido, me sentía la reina del mundo y mi coño se encharcaba.

-sube Julia, quiero estar dentro de ti

No dejo de leer, aunque su voz era trémula cuando baje mi cuerpo y me clave toda su carne en mi interior, movía mis caderas al ritmo de mi mente.

En ese momento descubrí que había estado esperando dos largas semanas ese orgasmo que se formaba en mi interior y solo él podía darme.

-córrete Julia, quiero verlo de nuevo, llevo soñando con esto dos semanas, apenas he logrado mantenerme lejos de ti princesa.

Me corrí poseída por sus palabras, por su mirada, por su polla hurgando mis entrañas, y dejo el libro me agarro las caderas y me follo, me follo, me follo mientras me corría, mordía su hombro para no chillar en mi escalera.

-muy bien Julia, me ha gustado ver que te pones cachonda oyéndome leer el tostón ese

-es tu voz, lo que digas da casi igual

-eso quería cariño, levántate

Me apoyo en la barandilla, subió una pierna mía dos escalones, tiro de mis caderas y me hundió la polla en el coño, se quedó quieto y se acercó a besar mi cuello, subió mi pelo y lamio mi nuca, la mordió, al igual que mi cuello y gire la cara, atrapo mi boca con la suya, su polla estaba quieta dentro de mí. Se acercó a mi oído:

-Julia, puedo correrme dentro de ti?

-si

Se agarró a mis tetas y solo entonces empezó a moverse, entraba y salía creándome una necesidad de más que crecía lentamente en mí, y me dio más, más fuerte, más brusco y descendió el ritmo.

-no te imaginas lo que tengo que controlarme contigo

Empezó de nuevo a subir el ritmo de sus embestidas, la rudeza de esta y en cada arremetida me empotraba más a la barandilla y de nuevo me corrí, apreté su polla y note los chorros de su semen en mi interior, eso lanzo de nuevo mi orgasmo que me deshice en mil pedazos.

-gracias Julia, vuelve a casa mi vida.

Y que creéis que hice? Pues baje lentamente agarrada a esa barandilla, dispuesta a obedecer a ese hombre, dispuesta hacer lo que me pidiera por sentir estos orgasmos que solo él me provocaba y sonriendo al recordar una frase

“apenas he logrado mantenerme dos semanas lejos de ti”

Tampoco para él había sido fácil, más adelante lo sabría con certeza, ahora me limpiaba su semen en el baño y me eche en el sofá decidida a darle un giro a mi vida. Pero no ahora, ahora estaba muy cansada.