Marcelita

Mi vecina Marcelita, estaba de miedo y mal atendida por su marido.

Sucedió hace 3 años, yo, Manuel tenía 33 años, casado con Sofía, 2 hijos 1.70 de estatura, aspecto atlético, ejecutivo de un Banco y ella, mi vecina y amiga Marcelita, 29 años, casada con Enrique, 4 hijos, 1.65 de estatura, cabello castaño claro y largo, hermosa de cara, un culo que hacía las delicias de la calle.

Su marido llevaba 9 meses cesante y estaba todo el día en la casa, peleando, discutiendo y molestando, dada su situación. Ella todo el día dedicada a sus hijos, 2 en el colegio y 2 pequeños, todo el día en la casa.

La s conversaciones siempre giraban en torno a sus problemas económicos y esto parecía no tener solución y los estaba llevando a la separación, peleaban todos los días e incluso delante de terceros.

Nos juntábamos siempre los fines de semana a comer en mi casa y yo discretamente la miraba, ya que estaba para matar y el marido no la tomaba en consideración.

En varias oportunidades que conversamos en la plaza cuando llevábamos a los niños, me comentaba lo aburrida que estaba de la situación y que entre ellos nada pasaba, lo cual también me la había comentado Enrique.

Yo no pensaba tirarme el salto, pero lo deseaba y no dejaba oportunidad d encontrármela en algún sitio.

Un día, me llamó para que le ayudara a bajar unas cajas de su entretecho, ya que estaba ordenando y Enrique había ido a comer a casa de sus padres con los niños. Rápidamente me presente y comenzamos la tarea. Ella se subió a una escalera de aluminio y yo debajo recibía las cajas. Su cola quedó a la altura de mi cara y llegaba a sentir sus olores y veía como se le marcaba su calzón, lo cual me tenía muy caliente y soñaba con poder cogermela en ese momento, solos y con tiempo suficiente. Pensé en mi familia, la amistad y los problemas que me traería si me rechazaba y me arrepentí.

Luego pensé que si no pasaba nada con su marido, sería materia de trabajarla y se calentaría, así que metí sin querer la mano y le toqué su entrepierna, ella no se inmutó y le pedí disculpas. Dude en seguir, pero me entró la calentura y me la jugué, subí un peldaño de la escala y le dije que quería ver como era el entretecho, y poco a poco fui subiendo hasta quedar pegado a su cola. Ella me miró y me dijo " parece que estamos un poco estrechos los dos aquí" le contesté que si le molestaba me bajaba a lo que me dijo que no.. La mire y la abrasé, sentí que no me rechazaba y nos besamos apasionadamente.

Bajamos torpemente de la escalera y abajo comencé con las caricias, sentía como gemía, empecé a desabrochar sus pantalones y pude meter la mano bajo su calzón y tocar su vagina, la cual estaba muy mojada. Continué explorando por la cola y le propuse que fuéramos a una cama, antes que me contestará la tomé de la mano y la lleve a su dormitorio.

Ahí comenzó a decir que no estaba bien lo que hacíamos y la amistad de nosotros, etc. Le pregunté si tenía ganas lo haríamos y sería nuestro gran secreto, además que no habría segunda oportunidad. Todo esto mientras me desvestía y seguía acariciándola.

Estaba en plena faena y sonó el teléfono, era el marido y le consultó unos teléfonos que necesitaba, mientras hablaba comencé a sacarle los pantalones y no podía resistirse, seguí con su bluza y el sostén, quedando solo en calzones.

Cuando cortó el teléfono la tiré a la cama y me puse encima y la besé, se retorcía y me suplicaba que la dejara, pero su cuerpo decía lo contraria. Cuando estaba bien caliente le dije que si la penetraba, me dijo que no, mientras le sacaba los calzones y nuevamente me puse encima y continué con las caricias y besos.

Sin darse cuenta ya estaba muy excitada y yo a punto de penetrarla, cuando la tenía en posición le volví a preguntar y me contestó con un movimiento de su cuerpo que dejó la mitad del pico dentro de ella.

Desde ahí comensé a moverme y penetrarla cada vez mas rápido y ella gemía de placer y me cruzaba la s piernas por mi espalda.

Estuve 10 minutos así hasta que me fui dentro de ella, acompañado de su orgasmo que fue muy gritado.

Nos quedamos en esa posición durante 15 minutos y me confesó que necesitaba tener sexo ya que no lo practicaba hace 6 meses y nunca pensó que lo haría conmigo, pero fui muy hábil y paciente y no se dio cuenta cuando ya estaba penetrada.

Me agradeció lo que sintió que fue muy bueno y que la promesa debía cumplirla y nunca mas se repetiría.

Como ya se estaba alargando mucho la ayuda solicitada, le dije que para despediremos lo hiciéramos por la cola y se negó rotundamente, le solicité una chupada y tampoco accedió, no me quedó nada mas que pedirle una despedida en un motel, para estar tranquilos y tampoco quiso, pero yo se que si lo trabajo, lo logro.

Nos vestimos, nos besamos y me devolví a mi casa y me quedé tendido viendo TV. En la noche vino Enrique a agradecerme por la ayuda prestada, ya que su señora había ordenado la casa y estaba muy contenta y relajada con el nuevo aspecto del hogar, y me comentó que como está tan contenta, yo creo que esta noche le voy a dar como bombo en fiesta.

Espero y estoy seguro que así no será y lo demás lo contaré en otra oportunidad.