Marcela la doc: Nacho

Me encontraba acostada en mi cama sin poder pegar un ojo sintiéndome mojada por el recuerdo de Nacho en mi cuerpo.

Me encontraba acostada en mi cama sin poder pegar un ojo vistiendo solo una bombachita negra y un corpiño de encaje haciendo juego, mientras a mi lado dormía mi marido, él se dio vuelta en ese momento y yo sentí un estremecimiento y volví a la realidad, sintiéndome mojada por el recuerdo de Nacho en mi cuerpo.

Nacho es el novio de mi secretaria Verónica, es un chico de unos veinte y algo de edad, muy carilindo y fachero. Verónica me había comentado acerca de su situación económica, estaba desempleado y tenía muchas ganas de trabajar aunque sea de cadete y me pidió encarecidamente si yo podía darle alguna ocupación. Y la verdad que a mí siempre me faltaba alguien para que me haga trámites de pagos y algunos envíos entre otras cosas de la vida diaria, entonces lo cité para conversar.

Arreglamos con Verónica un día para la entrevista para Nacho, porque a pesar de que ya nos conocíamos de vista sería súper importante acordar las futuras condiciones laborales. Me acuerdo de ese día y me sonrojo de solo pensarlo, yo estaba tirando la cadena del inodoro del baño privado de mi consultorio y mientras entreabría la puerta rociaba todo con un desodorante de ambiente, el chico me esperaba sentado y me morí de vergüenza, atiné a decirle “Hola Nacho, perdón, perdón, perdón…. Como verás soy humana y voy al baño,  espero no te incomode esta imagen de mi y sobre todo no te marees con tanto desodorante de ambiente en el aire.”

Nacho se sonrió y me dijo que no había problema, supo manejar mejor que yo la situación.

Al día siguiente empezó su actividad de cadete personal, con la condición de no estar a los arrumacos con Verónica, eso se lo dejé en claro, allí se estaba para trabajar. Me asombró darme cuenta el magnetismo que había ejercido en mí por esas cosas que tiene la vida, pensar lo diferente que era él en relación a mi esposo no solo físicamente, sino mentalmente. Los días fueron pasando y se creó un lindo ambiente laboral, y en los tiempos libres hablábamos de diversos temas, nuestro placer por el cine y la lectura e incluso me confesó su fanatismo por Shannon Tweed, una actriz de cine erótico. Yo por supuesto me hice un poco la tonta como ignorando el tema, pero era de mi claro conocimiento algunas películas de esta actriz. Comprenderán que siendo una mujer casada y mayor creo haber tomado la postura correcta.

Soy un fanático de esa MILF me dijo, me gustan las veteranas, y yo ni idea de que significaba el término MILF. Terminado ese día fui a casa, me di una ducha y me senté frente a la compu a investigar esa palabra. MILF se corresponde con cualquier mujer atractiva que por su edad podría estar casada con hijos, típicamente entre 35 y 55 años de edad. Mom I’d like to fuck, traducido sería mami que me cogería.  ¿Encuadraré en este término? Me pregunte a mi misma y aproveche a ver algo de porno referido al tema de mi búsqueda.  Luego de investigar e investigar me dije  ¿Y por qué no?

Al día siguiente y como quien no quiere la cosa me encontró nuevamente en el toilette y cuando salí me dijo ¿Doctora todo bien?  “Si Nacho todo bien, ¿por qué, se escucho mucho?”. No hay problema Doctora Marcela usted es humana, además si su cuerpo le pide sentarse en el inodoro nada mas hágalo por mí no se preocupe.  “¿Nacho yo doy con el perfil de una MILF? No aguanté la calentura y se lo pregunté, a lo que me respondió Obviamente que sí Marcela, usted es toda una MILF, su pelo, sus manos, su aroma, sus pies, su cola infartante. “¿cola infartante?” Siii… usted lo sabe Marcela, cualquier hombre la desea y yo también a pesar de que mi novia está ahí afuera.

Me estaba seduciendo descaradamente y de alguna manera yo estaba caliente con él, mi sonrojamiento me delataba y le daba paso a avanzar, la cosa estaba que hervía cuando mi secretaria golpea la puerta. Claramente sirvió para disipar la calentura reinante, era hora de atender a un paciente que tenía un turno.

Salida del consultorio le envié un texto preguntando si podía llamarlo si estaba solo en ese momento, a lo que al segundo hizo sonar mi celular. Fue a entregar unos papeles y quedamos en que pasase por mi casa, mi marido iba a tardar en volver esa noche yo estaba sumamente tentada por Nacho.

Sin querer me relajaba dándome una hermosa ducha y lavándome el pelo…pensaba en Nacho, en modo con el cuál me había calentado con él, además ver esos videos porno de internet en que un joven es seducido por una hembra mayor me despertaba mil fantasías.  Al salir de la ducha me dirigí al cajón de mi ropa interior,  me puse un soutien negro con una tanga chiquita, además de una remerita blanca  y un short negro de tela que me quedaba a unos cinco dedos por encima de mi rodilla… al terminar de cambiarme me miré al espejo y me sentí bien, aunque un poco nerviosa ante la situación que se iba a plantear en menos de una hora.

Cuando el timbre sonó yo ya estaba lista, le adelanté un par de horas la salida a mi empleada. Fui a la puerta descalza y cuando la abrí ahí estaba mi cadete frente a mí, con su ropa de trabajo y un morral cruzado. Noté su cara de sorpresa que me halagó y me dijo "Discúlpeme Marcela guau pero que cambio radical no la reconocí con ese look tan informal",  lo hice pasar y sentía como caminaba detrás de mí y creí percibir que dirigía su vista sobre mi traste, que debo confesar lo meneaba más que de costumbre.

Sin mediar palabras y sabiendo de mis deseos y de cuál era su misión en mi casa fuimos rápido a mi habitación, me sacó la remerita mientras iba besando cada parte que quedaba al descubierto de mi femineidad. Yo mientras tanto lo abracé, cuando metió su mano entre mis piernas. En pocos minutos un hombre al cuál doblaba casi en edad, iba a descubrir mis tesoros ocultos y esto me excitó por demás, además del vértigo de hacerlo en la misma cama donde lo hago con mi marido.

Me desprendí el botón del short el cual bajó al unísono con mi tanga que quedo toda enrolladita en su interior, me tiro a la cama y me abrí de piernas entregada, Nacho  succionando los labios de mi vagina se concentró en mi clítoris.  Si bien disfruto de que me hagan sexo oral  no era muy común que yo tuviera un orgasmo con esa práctica pero esta  situación me había puesto a mil, me fue calentando más y más con el suave movimiento de su habilidosa lengua, lo que me llevó a explotar en forma memorable. Mi espalda se arqueo y empecé a transpirar. No pude contener mi satisfacción y un gemido inundó la habitación.

Corrí al baño a higienizarme y Nacho no entendió que pasaba y me siguió desnudo y con su pene parado,  me senté en el bidet y el amante de las MILF me metió su miembro en la boca haciéndome succionarlo, además de ponerme una mano allí abajo para masturbarme con ganas, de a ratos sacaba su dedos de mi interior y se los lubricaba con su saliva.

La situación era meritoria de otro orgasmo, me apoyé en cuatro patas con las rodillas sobre el inodoro y Nacho me comió la concha de una manera animal.

“Ahora quiero que me cumpla otra fantasía, tíreme un pedo Marcela, un pedo sonoro que retumbe en mi cara, mientras su lengua iba de mi ano a mi vulva, hice algo de fuerza y pude despedir un gas para satisfacerlo. Luego de eso no paré de reírme, fue maravilloso y jamás pensé que alguien se calentaría con tal escena,  Nacho no se contuvo y largó una intensa cantidad de semen en mis nalgas, fue una hermosa experiencia.

Pero yo como siempre quería mas y se la paré al minuto,  lo llevé a la cama y me puse en cuatro con unas almohadas debajo levantando mi culo hacia el techo, le señale con mi mano como diciendo te quiero aquí mismo, cuando comenzó a lamer mi orificio anal como a mí me gusta, parecía que quería introducir toda su lengua en mi ojete, estaba disfrutando de mi anatomía con total convencimiento. Sus dedos jugaban  con mi vagina y un rato después mojo con mis fluidos vaginales mi ano y empezó a penetrarme tímidamente, noté como que lo hacía buscando no incomodarme ni lastimarme, yo en cambio le pedía más y más, imaginen mi situación en ese momento.

Sin titubear le dije “Metémela en el orto Nacho” a lo que ingresó como un semental en celo, me taladró los intestinos un rato hasta que sentí sus huevos contraerse y logro salirse a tiempo para acabar afuera, lo que lamenté fue que manchó toda la sabana con su leche, la regó de semen y tuvimos que sacar todo y correr al lavarropas para borrar las huellas del crimen jaja.

Sacamos bebidas de la heladera y volvimos a la cama, nos tiramos sobre el colchón sin sabana y volvimos a hacerlo, empecé a masturbar su pene nuevamente y no demoró en reaccionar, me monté a él y empecé a cabalgar levantándome hasta casi sacarlo de mí y luego volviendo a bajar para aumentar sus sensaciones, me moví en círculos y me salí para masturbarme sobre su cara, me le senté encima y deje caer todo el peso de mi cuerpo en su rostro además de mis abundantes fluidos de placer, tuve otro orgasmo inolvidable.

Nos vestimos, ya se hizo muy tarde, lo acompañe a la puerta y antes de irse le pregunte si cumplió su deseo de hacerlo con una autentica MILF, a lo que respondió comiéndome la boca y encendiendo mi calentura nuevamente, me puso manos contra la pared y  me pegó una olfateada de culo por sobre mi short negro y me dejó así, súper excitada tanto que le bajé el cierre del pantalón para darle una mamada y se fue, dejándome con ganas de otra encamada descomunal que por cómo me dejó presiento que volverá a pasar.

Marcela la doc.