Marcela La Doc: Felices Vacaciones !!
Me llamo Marcela soy una rubia argentina de 40 años y aqui les cuento como encontré el modo de encender el motor sexual de mi marido y sacarle provecho a nuestros encuentros sexuales
Marcela la Doc: Felices Vacaciones!!
Mi marido estaba frente a la pileta empapando en jabón mis ropas y frotándolas en un soleado día de domingo. Tenía por obligación mía dejar mis prendas en óptimas condiciones sin usar el lavarropas ya que la chica que nos hace la limpieza salió de vacaciones. Cuando terminó con unas remeritas extendió su mano en el canasto de ropas sucias y encontró una tanga. Con un suspiro la alzó hasta su nariz y cerrando los ojos la sangre le subió a la cabeza (y al pene) haciendo saltar su miembro en una tremenda erección.
Viéndola de cerca se encontró con una capa blancuzca y seca que cubría la parte inferior, es que últimamente mis secreciones vaginales eran más abundantes que lo normal.
Yo observándolo sentada en el jardín bajo el sol en lugar de enojarme esbocé una carcajada porque siempre fue un hombre serio y equilibrado y verlo olfateando una bombacha sucia mía me dio cierta calentura, y aprovechando el momento de calentura lo agarré del erecto pito, fuimos a la habitación y tuvimos un inolvidable round sexual matutino.
Como él salió de vacaciones quedaba a cargo de todo en casa, y yo tenía que ir a trabajar por eso mi esposo debía realizar las tareas hogareñas como limpiar el piso y cocinar, me miraba acostado en la cama cuando yo me vestía y con el pene erecto en mano me tentaba y yo como buena esposa me abalanzaba sobre esa carne dura y teníamos suculentas relaciones, la cuestión es que llegaba retrasada al trabajo pero, quién me quita lo bailado ji ji ji.
Una noche volví a casa exhausta muy cansada por la rutina y el caos de transito y mi marido me esperaba cual perrito espera a su amo.
Llegue muy cansada, me senté en el living, crucé las piernas y tendí mi pie derecho hacia él. –“Amor haceme unos masajitos please” – por supuesto que así lo hizo, se arrodillo y quitó mi zapatito para masajear mi cansado pie. Reconozco que me tocan los pies y me enciendo por eso alcé el otro para que lo atendiera mientras que lamía al derecho, noté que tenia la pija parada a más no poder.
Desde que hubo esa explosión sexual después de encontrarlo excitado olfateando mi ropa interior las cosas habían cambiado -para mejor ji ji- era hermoso llegar a casa y encontrarlo caliente con ganas de hacerme el amor, por eso empecé un jueguito morboso para ponerlo más duro aun.
Le hablaba así: “Amorcito no sabes cómo me miraban en la calle! La gente está cada vez más loca y hay millones de tipos babosos. Tuve que volverme en colectivo después de ver una paciente, el colectivo estaba súper lleno y como ya mi tiempo era reducido lo tuve que abordar igual, estaba tan lleno que me tuve que agarrar por la varilla que hay en el techo y un tipo se colocó detrás de mí y me apoyo su miembro. Este sujeto no habrá tenido ropa interior o más bien habrá tenido flor de pijota, o ambas, porque se pego a mi traste y sentí levantarse esa carne, si, si, sentí fielmente el proceso de erección, no te imaginas, además se notaba que tenía ganas de salirse del pantalón, porque se paraba mas y mas y la sentía golpear contra mi cola.
¿Me perdonas si te confieso que me excité mucho? Te fui infiel con el pensamiento, pero me gustaba esa cosa dura pegada a mí, además el muy atrevido me la apoyaba en la nalga derecha después en la izquierda, no disimulaba para nada!! Pero como ya me dejó calentita la ubiqué bien en el medio, en mi zanja, y comencé lentos movimientos de sube y baja cuando doblamos en una esquina. Lo excité tanto a ese señor que creo que sin querer lo hice acabar porque sentí un liquido caliente asomarse en su pantalón, y lo sentí en el mío también. Ahí se bajó del bus, supongo avergonzado.”
Antes era indiferente, ahora se pegaba flor de calentura con mis vivencias callejeras, es que la sola idea de que otros desearan a su amada Marcela, su fiel esposa le comía la cabeza.
¿Y qué pasó con el muchacho? –Me pregunto con su pene en mano- “ Y…. me dio un poco de culpa dejarlo así, entonces cuando el colectivo ya arrancaba toqué timbre y corrí hacia el que caminaba presuroso, corrí para alcanzarlo y cuando estuve detrás de él toque su hombro, ¿disculpa estas bien? - Le pregunté- el muchacho más o menos como vos tenía unos jeans gastados y una camisa y noté lo mojado que resaltaba en ese jean por lo que se sacó la camisa afuera para disimular.
Pobrecito estaba rojo de vergüenza por lo que no se me ocurrió mejor idea que ofrecerle unas carpetas que traía en manos y lo acompañe a su domicilio para hacerle el aguante nada más.
Llegamos a su departamento sin antes subir por el ascensor, yo miraba de reojo esa mancha del pantalón, parecía que se había orinado porque era un redondel prominente.
Me llamo Marcela - le dije y le pasé la mano - ni siquiera recuerdo su nombre, Guillermo, Alberto, no lo recuerdo. Entramos a su domicilio, me senté mientras me pidió que lo espere iba a sacarse esa ropa manchada, al rato volvió con una malla de esas tipo de playa y una remerita, ¿ahora estas mejor? Le pregunté y me dijo que si con una sonrisa picara. Marcela, ya que te tengo aquí en casa después del desafortunado episodio te pregunto, ¿por qué lo hiciste? – ¿Hacer qué? ¿Calentarte o venir con vos? Vayamos por parte entonces: quien se me apoyó fuiste vos, yo ni te toqué ni siquiera te miré o hablé, lo que noté es que sos bastante atrevidito y audaz porque me la apoyaste sin descaro, y lo sonreí tímidamente sonrojándome.
Marce, convengamos que vos hiciste todo para dejarme así, es que desde que te vi en la fila del colectivo me dejaste tentado, tenés una figura hermosa que a cualquier hombre le pasaría lo mismo que a mí. Guaaaauuu…. Fue todo un piropo!! Ahhh con razón te me apoyaste atrás entonces, le repliqué, y nos reímos.
Pero dejame preguntarte otra cosa: ¿Cómo haces para tener semejante trasero? Discúlpame que sea tan bestia pero no puedo dejarte pasar la oportunidad. Es todo herencia, mi madre venía bien de atrás y mi abuela era del sur de Brasil, y las brasileras son súper culonas, por eso estoy más que segura que es todo hereditario, la única actividad física que hago es andar en bicicleta. Ahora… dejame preguntar a mí: ¿traías ropa interior cuando sucedió lo del bus? ¿O venís bien dotado? - no sé, queres darme vos tu opinión, no quiero fanfarronearte Marce. Ok, ¿puedo?, si, si… ahí mismo se acercó, le desaté la malla y asomó un miembro flácido, tamaño normal.
Marce discúlpame me dejas sin palabras, es como un sueño que estés aquí después de lo que pasó en el colectivo, solo te pido algo: ¿podemos repetir la escena? Dejame colocarme detrás cumplime esta fantasía después no te pido mas nada. Era buen chico, y confieso que me gustó un poquito, por lo q le di el visto bueno. Simulamos una escena con las sillas del comedor se me pegó al culo y el pito se le empezó a levantar.
A esta altura de mi relato mi marido me miraba azorado con el pito duro, enrojecido colorado y venoso. ¿Marcela tuviste sexo con ese tipo? Preguntó mientras se masturbaba frenéticamente.
Mi amor, es que me dieron muchas ganitas, además no sabes lo que era sentir esa pijota apoyada en mi traste no pude evitar mojarme toda, vení comparalo vos mismo y lo llevé al dormitorio. Le hice arrodillar a la altura de mi cola me incliné hacia adelante mi me fui bajando lentamente el pantalón. Notó mi tanguita algo almidonada por mis secreciones ya secas para aquel entonces. Se me abalanzo a mi vagina, me lamió largamente y comprobando mis jugos íntimos.
¿Mi amor no te enojas si te confieso que tuve sexo con ese hombre? No Marcela, no, no me enojo pero contame como fue, me decía sumergido entre mis piernas.
¿No te enojas en serio? ¿Bueno yo te cuento pero no quiero que te pongas mal si? No Marcela, contame, contame, mientras pija en mano estaba inclinado detrás de mí.
Amor métemela please, dale, dale, quiero sentirte adentro….!!! Me tiro a la cama y jugó en la entrada de mi mojada vulva con su pene algo que me vuelve completamente loca porque me provoca una excitación inexplicable. De a poco me penetró y yo abierta logré colocarle un pie en la boca de tan caliente que me encontraba.
Mi vida apenas te siento!!! Es que ese hombre del colectivo tenia flor de pijota, era inmensa!!!! Me ensanchó por dentro!!! A los dos movimientos ya estuve hecha una crema, me hizo acabar no sabes cómo!!! Tenía una Señora Pija!!! Y mi enajenado marido me lamia los pies y empujaba su virilidad en mi interior.
Después me la metió por atrás mi amor, ¿no te enojas? Mira como me dejó, mi agujerito esta rojo por la entrada de esa cosa gorda!!!! Ahora no me voy a poder sentar más!!!
Ahí sin pensarlo me dio vuelta se enterró en mis nalgas y me lamió el culo como quizás lo había soñado en mi más húmedo sueño, me lo lamió con devoción, quizás imaginando que otro hombre me hizo la cola, esta cola gorda y redonda come tanga que tengo. Fue la mejor lamida de culo que me propició mi marido, los dos estábamos súper calientes yo hecha una crema otra vez, estaba ahí metido en mi traste y por minutos dejaba de respirar, no aguante mas y le pedí que me la meta en el culo, si, así, de una, olvidé mi recato y mi pudor, y me la hizo entrar con furia, mi cola se adaptó fácilmente tanto que acabé primero y cuando lo sentía venirse le pedí que me acabe ahí, que no se salga, su pija estallo una y otra vez adentro de mi gran culo, me dejó totalmente satisfecha.
Cuando la sacó me pidió que se la frote como se la froté al del colectivo, y en posición cucharita le hice la demostración.
Me di una merecida ducha calentita, el lo hizo primero, y cuando salí mi amado esposo estaba cocinando. Le di un rico beso y me pidió que mañana cuando regrese le traiga otra de mis aventuras sexuales. Como voy a disfrutarlo en estas vacaciones suyas!!! Creo que ya estoy tentada otra vez, ja, ja, ja.-
Marcela La Doc.