Marbella

Primer relato como autora de esta página

EXPERIENCIA DE CUARENTENA

Buenas noches, es mi primer relato como el de muchos, nunca pensé en escribir en esta página de relatos eróticos, pero debido a la cuarentena y al empezar a leer accidentalmente como muchos dicen llegue a esta página. Empecé  a leer y poco a poco me fueron gustando todos los relatos que mencionan diferentes experiencias, me sentí un poco extraña pues nunca pensé que me fuera excitando al leer los relatos.

Ya  que soy una mujer madura entrada en los 42 años, de clase media, tengo un local de jugos, me gusta mucho entrar a cursos por línea, tengo un esposo de 53 años que es licenciado, con un hijo, en plena etapa de la adolescencia y un sobrino que lo cuidamos como si fuera también un hijo más. Rentamos unos cuartos en un lugar, pero por la cuarentena los demás inquilinos también están más tiempo en su casa  y eso ocasiona que se vea más lleno el lugar donde rentamos.

Poco a poco les iré comentando más de los detalles generales de mi vida, ya que me han pasado muchas cosas que se escriben aquí en los relatos. Permítanme presentarme formalmente en esta página de todorelatos, ya que es mi debut como autora de un relato.

Sólo les mencionare mi nombre Marbella, pero la mayoría me dice Doña Mar o Doña Marbe. Mido aproximadamente 1.55cm, morena clara, ojos cafes, cabello ondulado un poquito debajo de las caderas de largo, tetas de 38 “C”, piernas sexys, ya que me gusta hacer actividades físicas que ya les iré comentando, puedo decir que me cargo un buen par de nalgas, ya que muchos hombres voltean a verme esa parte de mi cuerpo, pues mis nalgas, mis piernas y mis pechos siempre han sido mi mayor atractivo.

En lo referente a este primer relato, aunque tengo sexo con mi marido, ya no es el mismo como antes, en cuanto a la emoción y durabilidad del encuentro sexual, mientras mas avanzan los años una como mujer tiene más apetito sexual y mi esposo es diferente el por su estrés de trabajo y algunas enfermedades hacen que tenga menos apetito y que dure menos en la cama.

En estos días cuando he estado escuchando las noticias con mi familia mientras comemos y en las noticias mencionan que muchos hombres  obligan a sus mujeres a tener sexo en esta cuarentena, es algo que hace que mi panochita reaccione con unos latidos que estremecen mi cuerpo, no  puedo controlar esas palpitaciones que causan un recorrido desde mi cabeza hasta mis pies, mientras seguimos escuchando y comiendo, me imagino como esos hombres sacian sus deseos con los cuerpos de sus esposas, y yo aquí en casa con un cuerpo ardiendo por dentro que mi marido no puede apagar mi fuego, mientras tomo mi vaso de agua en el comedor, me imagino como seria estar yo en esa situación, que mi marido me siguiera por toda la casa, hasta alcanzarme, quitarme mi blusa, mis leggins, mi bra y mi tanga para dejarme desnuda, el también desnudo tirarme en el sillón de mi sala, ponerme en posición de misionero y meterme su verga para llenarme toda mi panocha, amasando mis pechos, mordiendolos y besándolos, mientras su verga sigue bombeando mi panochita.

Empiezan a salir gemidos que no puedo controlar de mi boca, sonidos que retumban en toda la casa, después me pone en la famosa posición de perrito, empinadita, ofreciéndole mis nalgotas como una sumisa entregada al deseo, el alista su verga erecta y empieza a introducirla y quedar toda adentro de mí, empieza  a bambolearme con ritmo y duración, hasta con un grito ahogado en plena excitación, los dos conjuntamente tenemos un rico orgasmo que nos hace volver  a la realidad, caemos tendidos en el piso de la sala, con nuestros cuerpos desnudos pero satisfechos.

Después regreso a mi realidad, y estoy ahí en mi comedor con mi esposo, hijo y sobrino comiendo normalmente, pero sintiendo mi tanga empapada del deseo carnal que me invade por dentro en esta cuarentena. Terminamos de comer, todos se van a sus quehaceres, yo me quedo   un rato sentada para que no me delate la humedad que se marca en mi leggins.

Al poco rato, discretamente me voy al baño, llevando a escondidas un consolador (después les comentare la historia sobre como adquirí ese consolador) me acaricio mis pechos, empiezo a excitarme, coloco el consolador aderiendolo a la tapa del baño, me bajo los leggins  a la altura poco debajo de las rodillas, mi hago mi tanga roja a un lado, lubrico el consolador, me voy sentando encima de él, disfrutando cada centímetro que se introduce en mi panocha, al tenerlo todo, empiezo a darme ricos sentones, tapándome la boca para no sacar gemidos que me puedan delatar. Al sentirme satisfecha salgo del baño como sin nada.

Espero les allá gustado este primer relato, sé que me falta mucho por mejorar, mi correo es sol878141@gmail. com, por si quieren apoyarme en ir mejorando o conocer más de mí.