Maravilloso verano (2)

Continuan mis aventuras esta vez una disco.

La tarde siguiente recibí la llamada de Silvia, la chica del relato anterior, quedamos y a pesar de que al principio estuve muy cohibida nos llegamos a hacer buenas amigas. Me explico que tenía 28 años y que llevaba casada con Jon, de 36, desde hacia 6 años. En ese tiempo él la había introducido en su círculo de amistades y en sus "juegos" llegando a pasárselo mejor de lo que nunca hubiera imaginado. Cuando me explicaba alguna de las cosas que habían hecho no sabía como me sentía ya que al principio me escandalizaba para después disfrutar de su relato y desear participar.

Durante unos días fuimos quedando normalmente Silvia y yo aunque de vez en cuando quedábamos los tres y finalmente el fin de semana quedamos para ir de fiesta.

Me vestí con una falda corta, una camiseta un poco ajustada y unas botas, de ropa interior me puse un tanguita negro y un sujetador a juego. Cuando llegaron Jon vestía muy formal con pantalón gris y camisa blanca, que le quedaban muy bien y Silvia llevaba un vestido ajustado bastante insinuante.

Sin perder tiempo subimos en su coche y nos fuimos a una disco no muy lejana. Estuvimos bailando y bebiendo pasándolo muy bien y sobre las 3 o las 4 de la noche Silvia me dijo:

  • A Jon le apetece "jugar" un rato ¿a ti te apetece?

La pregunta me dejo totalmente descolocada, pero Silvia reacciono enseguida.

  • Vamos, ven seguro que te gustara. – me dijo mientras me llevaba al wc.

Mientras hacíamos cola me explico que era un juego muy divertido y con el que se ligaba mucho.

  • Tenemos que quitarnos la ropa interior. – me dijo cuando estábamos dentro.

Al principio me costó reaccionar, pero finalmente decidí dejarme llevar, me la quité y la guardé en el bolso.

  • No la guardes, haz como yo, llévala en la mano y cuando salgamos haz como yo.

Al salir de wc y pasar por delante del espejo pude ver como mis pezones se marcaban a través de la camiseta, el pudor se apoderó de mi.

  • No puedo salir así me moriré de vergüenza.

  • Estas preciosa, no te preocupes y déjate llevar – me convenció Silvia y dándome un beso me cogió de la mano y salimos.

Nada más salir de wc me dio la sensación que todo el mundo me miraba y que sabían que estaba sin ropa interior. De la mano de Silvia fui hasta donde estaba Jon y al igual que ella le entregué mi ropa interior y él tras mirarla un momento nos invitó a sentarnos a su lado.

  • Necesitas una copa. – dijo acercándome un vaso. – acábatelo todo.

Normalmente apenas bebo y aquella bebida quemaba al tragar por lo que no tarde en sentirme mareada.

  • Veo que tu cuerpo ya reacciona. – dijo mientras pasaba sus manos suavemente por mis pechos. – solo te falta perder los prejuicios. Silvia, parece que ya podemos empezar.

Silvia al oírlo se levanto y cogiéndome de la mano me llevo hasta la pista de baile.

  • Tú y yo vamos a caldear el ambiente, así que déjate llevar y no dejes ni una polla por levantar.

Empezamos a bailar, ella se movía de forma voluptuosa mientras yo, por mi inexperiencia la seguía como podía. Sus manos me rozaban suavemente, de vez en cuando nuestros pechos se encontraban y todo ello junto al alcohol hizo que me desinhibiera y yo también empezara a acariciarla. No tardamos en estar rodeadas de chicos que nos miraban con lascivia.

  • Parece que ya estas preparada para el próximo paso ¿te atreves?

  • Adelante, estoy dispuesta a todo.

  • De acuerdo, pero luego no te rajes. Vamos al podium.

En cuanto subimos un enjambre de chicos se puso a nuestro alrededor para no perderse ni un detalle mientras nosotras bailábamos ahora de forma bastante recatada.

  • Vamos a darles lo que buscan? - pregunté

  • Tu primera. – Me invitó.

Empecé a bailar de la forma más provocativa que sabía hasta que vi un chico bastante atractivo y poniéndome frente a él empecé a agacharme con las piernas bien cerradas hasta que mis rodillas quedaron a la altura de su cara. Entonces hice un par de amagos de abrirlas, el chico me miraba con deseo y morbo así que las abrí completamente para él dejándole completamente alucinado. Me puse de pie de nuevo y volví junto a Silvia.

  • Que tal?

  • Muy bien! Ahora me toca a mí. Si ves que bajo quedamos en 15 minutos en el coche.

Bailaba de una manera increíble, no había chico que no babeara por ella. En un momento se agachó sin abrir las piernas agarrándose a la barandilla estiro una cogiendo a un chico con ella de manera que a la vez que abría las piernas la cara del chico se acercaba más y más a su conejito. Entonces se sentó delante del chico y agarrándose a él se deslizó por su cuerpo hasta el suelo, cosa que hizo que el vestido se subiera hasta su cintura ante los gritos de la gente.

Bajé del podium al poco y me dirigí a la salida notando manos que me recorrían de arriba abajo. Cuando estaba a pocos metros del coche pude ver a Silvia arrodillada ante el chico haciéndole una buena mamada.

  • Parece que tu amiga y tú vais muy calientes. – me dijo un chico a mi espalda. - ella ha encontrado quien la ayude si quieres puedo ayudarte a ti. – me dijo cogiéndome por la cintura.

Ante mi falta de respuesta sus manos no tardaron en perderse bajo mi camiseta. Era bastante rudo y sus manos me lastimaban ligeramente a pesar de ello mi excitación estaba por las nubes.

  • Cómetela toda putilla. – me dijo haciéndome agachar.

Mientras se la sacaba vi como Jon se acercaba. El chico se puso tenso.

  • Te importa? – le pregunto Jon. – seguro que a esta guarra le gustan a pares.

  • Sí, jajaja, parece una buena perra. – contesto metiéndome la polla en la boca.

Era la primera vez que tenía dos pollas ante mi cara y la boca se me hacia agua por no hablar del conejito.

  • Por donde prefieres? – preguntó Jon al de un rato.

  • Me gustaría romperla el culo primero.

  • Muy bien. Monta aquí zorra. – ordeno Jon tumbándose en el suelo.

Me la clavé hasta el fondo sin ninguna dificultad por lo mojado que estaba mi conejito.

  • Prepárate que ahora viene lo bueno. – dijo el chico poniendo su polla en mi culito.

Empezó a empujar sin compasión y yo notaba como aquella polla me abría en dos. Cuando consiguió meter la punta hizo un pequeño descanso y después la acabó de clavar de un solo golpe dejándome sin aire. Era la primera vez que notaba dos pollas dentro de mí, me notaba completamente llena y tenia la sensación de que en cualquier momento se rompería la fina pared que las separaba. En ese momento empezaron a moverse la sensación era inigualable la polla de mi conejito a penas se movía pero la de mi culo lo recorría entero y al complementarse las dos no tardaron en hacerme correr varias veces.

  • Cambiamos?

  • OK.

Noté como la polla de mi culo me abandonaba y su dueño me ayudaba a levantar haciendo salir la de mi conejito y dejándome vacía.

  • Gírate y siéntate otra vez.

Esta vez me clavé la polla de Jon en el culo quedándome de cuclillas con las piernas abiertas para que el chico me la clavara en mi conejito. Tras tomarnos un momento para coordinarnos pude apreciar que a pesar de que mi postura era mucho más incomoda el placer era mucho mayor ya que notaba el movimiento de sus dos pollas. Me estaban matando de placer cuando veo que se acerca Silvia.

  • Aquel tío era un picha floja se ha corrido nada más entrar dejándome más caliente y pringosa. – soltó nada más llegar toda enfadada.

  • Tal vez aquí hay una voluntaria que te ayude. – dijo Jon haciéndome inclinar más atrás.

Sin dudarlo Silvia puso su conejito sobre mi cara dejándomelo ver abierto y con restos de semen y bajó hasta ponerlo en mi boca. Era la primera vez que tenía un coño en mi boca y al principio no sabía que hacer así que ella empezó a restregarlo por mi cara a la vez que gemía. En este momento la descoordinación era absoluta así que lo único que podía hacer era mantener el culo levantado y chupar aquel conejito mientras me corría una y otra vez. El primero en acabar fue el chico dejándome toda llena de su leche. En cuanto salio de mi Silvia se ocupo de limpiarme con su lengua. Jon no tardó en hacerlo también solo que él lo hizo directamente en la boca de Silvia.

Cuando acabamos me levante como pude y fuimos hasta el coche.

  • Has gozado? – me preguntó Silvia.

  • Como nunca. Hay que repetirlo. Jajaja

  • Tenemos pensada una cosa pero tendrás que confiar en nosotros y hacer todo lo que te digamos.

  • Que tenéis pensado???

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