Mar y Sandra

Es como tuve mi primera y más excitante experiencia, con dos mujeres a la vez.

Desde mi divorcio una de las formas más rápidas y efectivas para tener sexo ha sido la página web de meetic. Lo curioso de esa página es que se supone que se busca a personas para relaciones estables y duraderas, pero la realidad es otra o por lo menos esa ha sido mi experiencia. La mayoría de las mujeres para las que puedo resultar atractivo son de una edad que oscila de 33-38 años y muchas de ella están felizmente divorciadas y con la vida resuelta gracias a sus ex maridos, así que lo que buscan es precisamente eso amigos, con derechos múltiples, pero amigos y pocas obligaciones. Curiosamente también hay muchas mujeres casadas, las cuales se hacen pasar por divorciadas y finalmente muchas chicas extranjeras muy jóvenes probablemente buscando una solución a sus problemas. Así que esa tarde me dispuse a quedar para tomar una copa con una chica que era enfermera del clínico, tenía 32 años era pelirroja, muy alta y estilizada, ojos verdes, piernas largas y un tatoo muy interesante en la parte donde la espalda pierde su nombre. ¿Cómo sabía todo esto? por medio de las fotos que me había enviado a través de mns, pero la verdad es que no puse demasiadas ilusiones ya que muchas veces las fotos y la realidad distan mucho de parecerse. En cuanto a la personalidad, era una chica muy vital y jovial. Así que cogí el móvil que me había dado por mns y la llame.

Quedamos en la calle bailen en un garito que se llama Moon, es un sitio que la música está muy bien y el ambiente es muy divertido, con gente de mi edad. Como había quedado a las 2 para esa copa con Mar, que así se llamaba la chica, llamé alguna gente para quedar con ellos en el contraclub, un sitio que no estaba muy lejano de donde había quedado con ella, así sino se presentaba pues me volvía con mis amigos y tan ricamente. La noche fue muy divertida, una cena con mis amigos del alma, unas risas, unas copas y llegó la hora esperada. Me presenté y el sitio estaba a rebosar de gente, como conocía el portero me dejo pasar y me dispuse a meterme en el mogollón. La verdad es que con tanta gente no la encontraba, me empecé agobiar y me disponía a irme, cuando noté una mano en mi hombro. ¡Heyyyy chaval casi no me ves y eso que soy alta! Me dijo entre risas, me di la vuelta divertido y vi a Mar y me lleve una alegría tremenda al ver que era la misma y maravillosa chica de la foto, llevaba un puntillo muy gracioso, que me indicaba que el cubata que llevaba en la mano no era el primero. Vente que te presento a mis amigas. Joder la cosa se complicaba, yo esperaba un 1 contra uno y resulta que ella estaba con sus amigas, pues qué bien, pensé, valor y al toro. Así que de repente me vi rodeado de chicas de las que no recordaba su nombre. La verdad es que me lo estaba pasando muy bien, pero como vi que la cosa se complicaba, como pude escribí un mensaje a mi amigo del alma a su móvil. Necesito ayuda muchas mujeres y guapas

J

, muy muy guapas, jajajajjaa.

A los cinco minutos llego el refuerzo, por lo menos ya éramos un dos contra tres. María era morena, todo curvas y con unas impresionantes tetas, no estaba nada mal y en cuanto a Sandra era la típica rubita con cara de niña mala. Las copas siguieron circulando y la verdad es que nos dopamos un poco. A las cinco de la mañana nos fuimos para mi piso a tomar la penúltima con un puntazo considerable. Pusimos música y no sé cómo, pero mi amigo se había ido del salón con María. Nos dio la risa cuando al bajar la música oímos unos gritos y jadeos bastante sonoros. Mar sin cortarse un pelo me dijo que no le iban a dar envidia esa noche y me soltó un morreo que me encantó. Lo sorprendente fue, que cuando estaba morreando a Mar, noté como Sandra me tocaba el culo y acercaba su boca a las nuestras. Pues a mí tampoco me dejáis fuera, dicho y hecho. Allí me veía yo morreándome alternativamente con una y con otra sentado en el sofá con una chica a cada lado. Cuando Sandra me besaba frenéticamente y abría mi camisa sentí como la mano de Mar abría mis pantalones y sacaba mi polla. Comenzó a pajearmela y luego sentí como la deslizaba por su boca, chupándomela con verdadero vicio. Mientras estaba distraído con semejante espectáculo, Sandra comenzó a desnudarse y a masturbarse su coño mientras lo hacía. Yo ya desnudo en el sofá vi como Mar dejaba de chupármela para desnudase también, cosa que aprovecho la rubita para subirse a mi polla y clavársela hasta el fondo. Estaba muy mojada por lo que resultó muy sencillo. Sandra me estaba galopando de una forma salvaje y deliciosa, mientras sentía como mar tocaba y masajeaba mis huevos y me besaba con ardor. Mar alternaba las caricias a mis huevos y al clítoris de Sandra, lo que provocó que esta tuviera un orgasmo muy placentero. Cuando estaba acabando de dar los últimos golpes de cadera provocados por el orgasmo, mar le dijo que ahora le tocaba a ella, así que ya te puedes ir moviendo de ahí perrita en celo.

Sandra saco mi ardiente e inflada polla de su coño y me dispuse a recibir a Mar. Para una vez en mi vida que estaba con dos tías no estaba dispuesto a correrme y que se acabara la fiesta, tenía que ser un polvo memorable. Mar se puso encima de mi pero dándome su culo y Sandra comenzó a lamer su clítoris y mis huevos. Mientras me la follaba salvajemente, oía los jadeos de Mar y nos ruidos que hacia Sandra chupando con avidez, unidos al incesante sonido que provocaba el culo de Mar al chocar con mi cuerpo.

Sentía como mi polla ardía, el gusto que sentía era indescriptible, también tenía un incipiente dolor de huevos de aguantar mi eyaculación, el orgasmo de Mar no se hizo esperar y seguimos follando porque ella encadeno uno tras otro.

Cuando acabó le solté a ambas ¿quién pone su culo ahora?. Sandra con una media sonrisa, nos dijo: quién dijo miedo, poniéndose a cuatro patas y ofreciéndome su culo, entre las risas de las dos. Así que me dispuse a follarme su culo, puse mi mojado glande en su ano y como estaba muy mojado de sus jugos comenzó a entrar con facilidad, cosa que me sorprendió, pues normalmente las chicas necesitan un poco de adaptación para que entre mi hermosa polla. Como me resultaba tan fácil entrar por ese estrecho reducto, a los pocos minutos me la estaba follando rápida y profundamente, mientras Mar se masturbaba en el sofá viendo y dando un espectáculo.

Sandra masturbaba su clítoris mientras me la follaba y comencé a decir que no podía más, quería correrme, pero al oírlo Mar se acercó y me susurró al oído ¿es que no quieres mi culo?. Mientras deslizaba su mano a mis huevos, noté como me puso una de esas gomas que llevan las chicas para el pelo, alrededor de mis huevos. Más me sorprendió, cuando le dio otra vuelta a la goma dejándolos atrapados muy fuertemente.

Me resultaba imposible eyacular con esa goma estrujándome y seguí follándome a Sandrita de forma salvaje, hasta que tuvo un terrible orgasmo. Se aparto y dejo su lugar a Mar, el culo de Mar resulto más difícil de penetrar y tuve que hacerlo más lentamente parándome y dejándola hacer para que se fuera adaptando, Sandra masturbaba su amiga y el dolor de huevos y mi placer aumentaba de una manera increíble.

Con el rabillo del ojo vi que teníamos espectadores, mi amigo y María se acariciaban mientras nos observaban. Yo no podía más cuando comencé a encular a mar, necesito correrme, dios que gusto y las risitas de Sandra y los jadeos de mar eran mis únicas respuestas. Seguí follándome a Mar aunque algo descoordinado, pero muy profundo y duro. No podía correrme aquella maldita goma me lo impedía, sentía un placer increíble pero también un creciente dolor de huevos. Mar acabo corriéndose y sin muchos preámbulos me pidió que me pusiera de pie, mientras Sandra y Mar comenzaron a chupármela de rodillas. La mano de Mar me quito la goma, la respuesta fue inmediata, una terrible eyaculación se precipito a su boca, mientras mi amigo en el suelo se follaba María. Caí al sofá desfallecido, agotado, feliz, observando a mi amigo como se follaba a María. Me dormí rápidamente. Cuando desperté a la mañana siguiente en el sofá, solo encontré una nota, que ponía: Te llamaremos. Y en papel tres labios de carmín estampados como firmas. Espero con pasión que vuelvan a llamarme