Mapy y la tía Mónica (2 - Final)

El sorprendente final de esta historia, que quien proporcina los datos asegura son reales.

Mapy y la Tía Mónica II

Por Georgina del Carmen

...Continuación

Me levanté un poco tarde y al bajar a la cocina buscando algo que comer me encontré con mi tía Mony que preparaba un ligero desayuno basado en fibras que la mantenía en un escultural cuerpo, vestía una bata larga hasta los tobillos y unas sandalias de tacón alto como es su costumbre, por debajo de la bata se notaban claramente sus pequeñas pantaletas que tantas satisfacciones me habían dado desde que llegó a vivir con nosotros, mi madre y Mapy habían salido de casa temprano, a mi tía se le notaba un poco cortante en su actitud hacia mí, apenas me había saludado y casi ni volteaba a verme.

Le pregunté que le sucedía y de sopetón me dijo que estaba sorprendida de mi proceder, al inquirirle a que se refería se me quedó viendo fijamente a los ojos y sin darme oportunidad de nada me dijo "A lo que hiciste anoche con tu hermana", sentí un vuelco en el estomago y un nerviosismo súbito se apoderó de mí, quise hacerme el que no sabia de que hablaba pero fue contundente, "Los vi en el acto sexual" dijo con severidad, se hizo un interminable silencio, no sabia que decirle, solo bajé la mirada pensando en las consecuencias que ello traería no solo para mí sino también para mi hermana.

Luego de unos instantes mi tía suavizó el tono de su voz y a manera de consejo me decía que ella no era nadie para juzgar lo sucedido entre yo y Mapy, que estaba consiente de que en ocasiones las "necesidades orgánicas" sobrepasan a la razón y se cometen actos de los que tal vez mas tarde podamos arrepentirnos, que ella sabía que el organismo pide satisfacciones que en ocasiones no se pueden cumplir y había que abstenerse y subrayó "Yo mejor que nadie sé de tener esa enorme necesidad constantemente, sin poderla satisfacer", y terminó diciendo que cuando menos deberíamos tener cuidado de que nadie nos sorprendiera en ello, que por ella no habría problema pero que tomara en cuenta que si hubieran sido mis padres seria un gran problema.

Para entonces mi tía ya me hablaba con suavidad y me sonreía como quien reprime con cariño la pequeña travesura de su hijo predilecto, el alma me volvió al cuerpo y solo guardé silencio, me estabilicé emocionalmente y nuevamente mis ojos se fueron al excelente cuerpo de mi tía que a pesar de la bata no podía ocultar sus provocativas curvas y como sus deliciosas nalgas devoraban la diminuta tanga que portaba, tal vez era el descontrol de lo dicho por mi tía pero me imaginaba que ella me sonreía con coquetería, muy distinto a su sonrisa normal de siempre, incluso se me antojaba que estaba contoneando su sabroso cuerpo mas ostentosamente de lo habitual.

Durante ese día preferí evitar la presencia de mi tía pues me daba vergüenza que supiera lo sucedido con mi hermana, pero no dejaba de pensar en las palabras de mi tía cuando me dijo, "Yo mejor que nadie sé de tener esa enorme necesidad constantemente, sin poderla satisfacer", sin saber a que atribuir sus palabras. A Mapy no le comenté nada de lo acontecido con mi tía para no ponerla nerviosa y provocar con ello que nunca mas lo quisiera repetir y en virtud de que mi tía no diría nada era mejor que mi hermana no lo supiera. Pasó el día sin que nada extraordinario sucediera, evité llegar temprano para no tener la tentación de estar con Mapy y para cuando yo llegué ella ya dormía.

Lo sensacional sería a la mañana siguiente, mis padres ya se habían ido al trabajo y Mapy al colegio, como de costumbre cuando bajé a la cocina estaba mi tía preparando el desayuno, me quedé boquiabierto, no daba crédito a lo que mis ojos veían, mi tía Mony solo lucia un cortísimo baby-doll blanco completamente trasparente y una minúsculas pantaletas tipo tanga del mismo color y material y calzaba sus tradicionales sandalias destalonadas de altos tacones, podía ver su portentoso cuerpo casi desnudo llamado mas mi atención su tupida y negra vellosidad pélvica que claramente se veía a través de las traslúcidas pantaletas, al verme frente a ella no se sorprendió y con una sonrisa en sus labios solo me dijo a manera de disculpa que creía que ya me había ido, no hacía nada por cubrirse y yo extasiado miraba su espléndido cuerpo, sus enormes y erguidas chiches, sus nalgonas de diosa erótica y sus muslos firmes, carnosos y bien torneados, toda ella lucia maravillosa.

Era la primera vez que podía ver su magnifico cuerpo prácticamente desnudo, la verga se me endureció al instante y como nunca, sentía que me iba a explotar de lo parada que la tenia, mis ojos recorrían una y otra vez su hermoso cuerpo desde la punta de los pies hasta la cabeza, mi tía solo me miraba con sus hermosos ojos verdes y sonreía con coquetería, seguramente solo por cumplir me dijo que enseguida iría a ponerse la bata, yo le atajé diciéndole que para que si así se veía hermosa, con sonrisa entre coqueta y cínica me dijo "¿De verdad, me veo bien?", "Estupenda" le aseguré, sin dejar de recorrer su perturbadora humanidad con mi morbosa mirada, con provocativa actitud me replicó "¿No te molesta que este vestida así?", "Por supuesto que no, al contrario" le dije instantáneamente.

Tratando de desviar su intensión me comentó que cuando estaba casada así le gustaba andar en su casa a petición expresa de su marido y se había acostumbrado ya que era muy cómodo, y que tenia mucha lencería que no usaba sino en su recamara pues en casa le era difícil con todos nosotros, le dije pícaramente y con intensiones malsanas que en las mañanas solo ella y yo estabamos en casa, que por mi parte podría usar la lencería que quisiera ya que se veía divina, me tenía atrapado entre su suculento cuerpo y mi lujuria, ahora se aclaraban aquellas palabras que me había dicho la mañana anterior, sabia que era capaz de cogerme a mi hermana, así que lo seria también con ella, y como no, si estaba deliciosa y la deseaba sexualmente desde el día que llegó a casa.

En cada movimiento mi tía irradiaba sensualidad y me di cuenta que de vez en cuando volteaba a mirar el bulto que hacia mi erección bajo los pants que siempre uso por las mañanas, sin mas se acercó a mí preguntándome si de verdad me gustaba ella, asentí de inmediato y ella con descaro me dijo "Sí, se nota" mirando con fijeza en donde resaltaba mi erecta virilidad, sin pensarlo le tomé la mano poniéndola sobre mi verga diciéndole "Mira cuanto", se asió de mi verga acariciándola a todo lo largo y oprimiéndola cariñosamente, mis manos fueron al costado de su cuerpo pasándolas desde su axila hasta la parte alta de sus exquisitos los muslos sin que ella protestara en lo mas mínimo y seguía acariciando mi falo por encima del pants.

Acerqué mi rostro a sus impresionantes senos besándolos por la parte superior, mi tía solo repetía mi nombre con voz entrecortada "Jofe, Jofe" en clara muestra de cachondez, ella misma me bajó los pants liberando mi falo en toda su extensión, "Lo tienes bien rico" me decía, mis manos pasaron automáticamente a sus encantadoras nalgonas acariciándolas con verdadera "hambre" de su apetitoso trasero, en tanto ella me masturbaba alabando el tamaño de mi miembro, tal vez su exesposo lo tendría muy chico o bien era solo la calentura del momento ya que mi pene es de tamaño normal, 18 centímetros, yo me dejaba querer y disfrutaba agarrándole con insolencia sus hermosas nalgotas de reina erótica.

Bajé de sus hombros los tirantes del baby-doll dejando expuestos sus encantadores senos que besaba con vehemencia chupando sus inflamados pezones ante la complacencia de mi tía que solamente jadeaba y repetía constantemente "Rico, rico", sin dejar de friccionar mi falo, yo trataba de hacer a un lado sus diminutas pantaletas que estaban incrustadas en sus turgentes nalgas con el fin de manosearle el culo y meter mis dedos en su hendidura sexual, mi tía me solucionó las cosas diciéndome que le bajara las pantaletas, obediente lo hice de inmediato dejándolas en mitad de sus firmes muslos que lucían al igual que sus sabrosas nalgas sin el mas mínimo asomo de celulitis o estrías.

Con una mano hurgaba entre sus deliciosas nalgas y con la otra acariciaba su vellosidad pélvica buscando con la punta de los dedos el escondido clítoris entre sus mojados labios vaginales, mi tía hizo una pausa para sacarse el baby-doll y colocó mi parada verga entre sus piernas frotándose la vulva con la cabeza de mi pene, por momentos lo aprisionaba contra su vulva sujetándolo con la parte interna de sus muslos y haciendo movimientos de vaivén como si me estuviera masturbando con las piernas y su sexo, yo con mi mano por atrás, debajo de sus nalgonas de diosa encaminaba mi verga a su hendidura y por momentos el glande de mi pito lograba entrar brevemente en su vagina, pero mi tía se zafaba evitando la penetración.

Inesperadamente mi tía se puso en cuclillas llevando mi verga a sus sensuales labios que besaban la punta de mi endurecido garrote, lamía el tronco y volvía a la cabeza mientras con una de sus manos acariciaba mis güevos, cuando ella empezó a mamar abiertamente mi falo yo sentía que me iba al cielo y era latente la amenaza de eyaculación, lo hacia como experta consumada, se notaba que tenia una amplia destreza en eso de chupar verga, seguramente seria algo de lo que mas extrañaría de ella su ex-esposo, en tanto yo solo la sujetaba levemente por la nuca disfrutando la felación y me movía como si me la estuviera cogiendo, poco a poco mi verga entraba mas a su boca hasta que por momentos desaparecía entre sus labios alojándola en su garganta.

Tan inesperadamente como se agachó, se levantó dándome la espalda y apoyándose en la mesa del desayunador y dijo las palabras mágicas "Cógeme Jofe, hazme sentir mujer como hace tanto tiempo nadie lo hace", esas palabras sonaban a gloria en mis oídos, separó las piernas hasta donde las pantaletas, que aun conservaba a mitad de los muslos, se lo permitían, me quité por completo los pants y encaminé mi verga a su nido de placer y cuando apenas había introducido la punta me dijo que por ahí no, que no estaba preparada para ello, refiriéndose a algún anticonceptivo y con su mano encaminó mi camote a su culito.

Aunque mi falo estaba lubricado con la saliva que ella misma había dejado en él y el poco fluido sexual que había captado en la frustrada penetración vaginal, en el primer intento de penetración su culito no cedía paso al extraño visitante, no obstante que ella hacia presión empujando su cadera contra mi pito y yo trataba de empujar con sutileza, me moría de ganas de encularla y en un acto desesperado metí el dedo en el frasco de la mayonesa, que estaba destapado, tomando una porción de ella embarrándola en su exquisito ano e introduciéndola en su conducto excretor con mis dedos y masajeandole el esfínter por dentro tratando de dilatarlo, ante los frotamientos de mi dedo en su culo, mi tía solo jadeaba ruidosamente y volvía a repetir "Rico, que rico me haces sentir", "Cógeme Jofe", ella sacaba la cadera y con ambas manos separaba sus hermosas nalgotas.

Nuevamente llevé mi falo a su culito y presioné con mayor decisión ayudado por la cadera de ella que empujaba queriendo tener mi verga en sus entrañas, esta vez su culito divino se fue abriendo para dar entrada a mi mástil, poco a poco lo fue devorando, cuando la cabeza de mi pito rebasó su recto empezamos los movimientos, yo de vaivén y ella ondulatorio, a cada embate otro poco de mi pene entraba en su sabrosa colita, en tanto una de mis manos estaba posesionada de sus duros senos y la otra masajeaba su hendidura sexual, de forma especial en su macizo clítoris, mi tía jadeaba y dejaba escapar algunos quejidos producto del placer que estaba recibiendo y yo experimentaba el máximo placer sexual, todas mis fantasías eróticas que durante muchos meses había tenido con mi tía, se estaban haciendo realidad.

Me sentía el hombre mas afortunado del mundo, en apenas tres días me había cogido a mi hermana Mapy y ahora a mi más grande sueño sexual, mi tía Mónica, era increíble. De repente mi tía se puso como enloquecida gritando frases lúdicas en las que me hacia saber lo rico que estaba sintiendo y me pedía que no dejara de cogérmela, que quería mas verga, se estaba "viniendo" en estentóreo orgasmo y mi mano que tenia en su vulva, pronto estaba totalmente bañada con los fluidos que brotaban a borbotones de su sexo.

Nuestros movimientos no paraban y ella seguía pidiéndome mas verga y expresando a gritos todo el placer que estaba disfrutando, una nueva descarga de su sexo le hacia estremecer todo su cuerpo en un orgasmo más, su néctar intimo escurría por entre sus muslos, era demasiado placer para mí también y la eyaculación era inminente, le alerté y sin pensarlo se sacó mi verga del culo y rápidamente se arrodilló ante mí metiéndose mi falo en entre los labios para chupármelo y pidiendo que me "viniera" en su boca, así lo hice, mi esperma inundaba su boca y ella lo tragaba dejando escapar por la comisura de sus labios algunos escurrimientos de semen que mojaban su barbilla y goteaban en sus grandes senos.

Terminado el éxtasis se puso en pie y me besó en la boca que aun tenia residuos de mi esperma, abrazados me exponía lo mucho que había gozado después de tanto tiempo de no hacerlo, desde su divorcio, y me retaba a hacerlo continuamente, la única condición sería que nadie lo supiera y en especial Mapy a quien sabia que me estaba cogiendo, aunque ignoraba que apenas había sido la primera vez cuando nos descubrió, acepté encantado, me pidió que cuando estuviéramos a solas no la llamara tía sino por su nombre, Mony.

Aun no habíamos terminado por ese día, nos metimos bañar juntos y nuevamente la enculé mientras nos duchábamos, elegí la ropa que se pondría ese día en especial la ropa interior ya que tenia una verdadera gama de modelos y estilos a cual mas de sensuales y excitantes, ese día en especial le pedí que se pusiera liguero y medias ya que me excitaba sobremanera cuando le veía que portaba liguero, creo que a todos los hombres nos excita tan sensual prenda, pero ese maravilloso día aun no terminaba de darme satisfacciones.

Pasaba de medio día y Mapy regresó del colegio, mientras yo me preparaba para irme a la escuela, entré a su recamara cuando se estaba cambiando el uniforme escolar por ropa casual, apenas se había quitado la camisola y estaba en un atractivo brassiere negro de media copa, en cuanto me acerqué le abracé por la cintura y luego de un beso en los labios le bajé el tirante del sostén y empecé a besarle los hombros y el cuello sabedor de la excitante reacción que ello le produce, no obstante la ardiente mañana que había pasado con Mony, mi verga se entiesó de manera instantánea, mi hermana dócil como siempre se dejaba besar y acariciar las nalgas repegando su pelvis contra el bulto de mi verga, sus jadeos me ponían mas excitado al grado de pensar en dejar de asistir a clases y quedarme a coger con mi dulce hermanita.

Le bajé el cierre de la falda y por ahí metí la mano para acariciarle las nalguitas, la diminuta tanga que traía me permitía tocar sus glúteos a placer, Mapy se acercó a mi oído y casi musitando me dijo a manera de reproche, "Creí que ya te habrías arrepentido", le expliqué que cuando llegué ya era tarde y ella estaba dormida, pero que esa noche me esperara en su recamara para compensarla sexualmente de la noche anterior, ella estuvo de acuerdo y como despedida le dije que si me dejaba darle un beso, ella aceptó besándome en la boca, pero le expresé que el beso se lo quería dar en otro lado, ella sonrió picara tal vez sin saber en donde se lo daría, pero aceptó, me coloqué tras ella y le pedí que se levantara la falda, lo hizo y me agaché, hice a un lado sus pantaletitas y separándole las nalgas le besé en el culito, Mapy solo se estremeció dejandome besarle y lamerle el culo.

Se notaba muy cachonda, tanto como yo mismo me había puesto, estaba algo sorprendida, tal vez nunca se lo habían besado o no esperaba que yo lo hiciera, pero dijo que le había agradado, le prometí que en la noche habría mucho mas de eso y en cada centímetro de su cuerpo, agarrándome la verga por encima del pantalón me preguntó con cierta ingenuidad, "¿Yo te voy a besar aquí?", le dije que sí, que mucho, mucho, ella sonrío coqueta y agregó "¿Puedo empezar ahorita?", no podía negarme, ella se sentó en la orilla de la cama y yo de pie frente a ella me saqué la verga acercándosela a la boca.

Mapy tomó mi falo e introduciéndolo a su boca lo chupaba con extremo placer, se notaba que el acto no le era desconocido, aunque distaba mucho del arte de la felación que domina extraordinariamente mi sabrosa tía Mony, aunque no quisiera hacer comparaciones éstas eran inevitables, sin embargo el hecho de quien me la estuviera mamando fuera mi propia hermanita menor me ponía al tope del éxtasis, no aguanté mucho y aun cuando le alerté de la eyaculación que estaba por darse, Mapy seguía mamando mi falo recibiendo los chorros de esperma que brotaban de mi miembro viril, mi hermana los tragaba con deleite sin despegar sus labios de mi instrumento de placer hasta que dejó de emanar la leche.

Esa noche le visite en su recamara cuando ya todos estaban dormidos o cuando menos en sus respectivos aposentos, ni un milímetro del cuerpo de Mapy quedó sin que por él pasara mi lengua e intenté encularla sin conseguirlo por ser aun virgen de su culito, fue hasta la tercera noche de intentos cuando lo logré, fomentando en ella el gusto por el sexo anal que ahora disfruta tanto como mi tía, a quien me seguí cogiendo todos los días por las mañanas, parecía que la cocina era nuestro lugar preferido, aunque ya también lo he hecho en todas las partes de la casa.

Hace ya dos años que me las estoy cogiendo, a Mapy por las noches y a mi sabrosa tía por las mañanas, siempre enfundada en sugestiva lencería digna de una matrona de burdel de lujo. Mi hermana aun ignora que tengo sexo con la tía y ésta jamas hace comentarios respecto de que me este fornicando también a Mapy y tan solo disfruta de los constantes enculamientos que le doy.

Fin

Georgina del Carmen