Manual de sexo anal para heterosexuales primerizos

Una forma de practicar sexo anal sin dolor y muy placentera.

Manual de sexo anal para heterosexuales primerizos.

Hola amigos de todorelatos.

Hace mucho tiempo que no participo en la página mandando ningún relato. No tengo tiempo y además no tengo inspiración, y he decidido que si no hay algo bueno que publicar lo mejor es no publicar nada, ya hay bastante mediocridades en la página como para contribuir con una más.

Esta vez será algo distinto, se trata de un texto didáctico. Había visto esta sección y hacia tiempo que quería aportar algo, pero tampoco sabía el qué, pero ahora creo que este texto puede ser útil a todas aquella parejas que no tienen ningún problema en probar cosas nuevas, pero que tienen miedo o no saben como hacerlo para que sea agradable y placentero para los dos. Me estoy refiriendo al sexo anal.

Lo he descubierto hace poco, con una compañera que esta abierta a todo tipo de prácticas, debo decir que para ella también fue la primera vez, y lejos de resultar doloroso, desagradable, sucio o difícil, fue muy placentero, limpio y facilísimo. El objetivo de esta aportación es ayudar a todas esas parejas que desean practicar algo nuevo a que lo hagan de manera placentera desterrando todos los tabúes y miedos que se nos han ido incrustando en el subconsciente desde que tenemos uso de razón. Trataré de acabar con el mito de que es una práctica sucia y dolorosa, sobre todo para ella.

Como en toda práctica sexual debemos abstraernos de lo que nos han contado, ese amigo que lo ha hecho todo, en las más de las ocasiones un “fantasmilla”. Debemos olvidar lo que hemos visto en las pelis, esas maratones sexuales, esas penetraciones salvajes, esa resistencia casi inhumana. Debemos estar convencidos los dos de que queremos practicarlo y sobre todo no avanzar si se siente dolor, es mejor parar y volver a intentarlo otro día.

En primer lugar, ¿es necesario hablarlo antes de llevarlo a cabo?. Yo soy un firme defensor de la comunicación en la pareja, debemos hablar de todo, y la cama es un buen lugar, un sitio íntimo en el que normalmente no nos van a molestar. Dicho esto a muchas personas no les gusta que les pidan permiso para hacer esto o aquello, prefieren que el otro lleve la iniciativa, y decir “que eso no le gusta”. Sin embargo si se trata de una pareja estable yo recomiendo que no focalicemos nuestro deseo en este tipo de prácticas, llamémoslas “alternativas”. Yo prefiero ir avanzando poco a poco, en un proceso que tendrá una duración variable según la velocidad que queramos que lleve nuestra relación. Digo esto porque con el tiempo es probable que nuestra pareja nos de pistas sobre si esa práctica le desagrada o no, o incluso en un momento dado nos lo puede pedir ella.

Lo que quiero decir es que cada pareja es un mundo, y solo ellas (las parejas) son los que establecen los límites de hasta donde quieren llegar. Y que estos límites se pueden establecer de manera tácita, avanzando pasito a paso, probando esto y lo otro, o estableciendo unas normas claras desde un principio, quedando claro que clase de cosas no estamos dispuestos a hacer. En mi opinión el mejor método es el primero, pero cada uno es cada uno.

En segundo lugar, ¿cómo lo hago?. La respuesta corta es metiendo la polla en el culo de tu compañera (me estoy centrando en el sexo anal en parejas heterosexuales), y a continuación follarla como un polvo normal. Bueno esto es la teoría y si queréis el objetivo último, pero hasta llegar aquí debemos hacer un, por así decirlo, un “calentamiento”, una preparación. Debemos asimilarlo a los preliminares antes de mantener una relación sexual, normalmente no llegamos y la clavamos, primero jugamos, besamos, tocamos, excitamos, hablamos, olemos, chupamos... . Pues bien en el sexo anal es también así.

Es cierto que el culo a diferencia de un coño no lubrica de manera natural, necesita una ayuda, y de una manera fría podemos llegar con un lubricante (cada uno el que prefiera) untar el culo de nuestra compañera y nuestra polla y meterla. Pero ¿es esto excitante? A mi personalmente no me lo parece, a mi lo que más me gusta son los previos, el juego anterior, la penetración es solo la culminación de un proceso que puede durar desde unos minutos a varias horas. Con esto no quiero decir que no me guste penetrar, me encanta, pero esta es mejor si ha habido una tensión, una retención de los deseos durante un tiempo. Bien es cierto que muchas veces lo que buscamos, sobre todo los hombres, es un desahogo rápido, un entrar y salir. Pues bien yo creo que para estos casos es mejor el sexo tradicional, yo esperaría a otro momento para practicar sexo anal, un momento en el que tengamos tiempo y ganas de jugar, porque el sexo, y el anal no es una excepción, debe ser un juego, debe ser divertido, no algo mecánico y rutinario, debemos evitar caer en la rutina para que cada vez sea algo novedoso, que nos preguntemos ¿qué me hará hoy?, que solo de pensarlo nos empalmemos o que ellas se mojen.

Lo primero que debemos recordar es que el esfínter no está diseñado, en principio, para que en él entren objetos, es por así decirlo “solo de salida”. Además decir que el ano tiene numerosas terminaciones nerviosas que hacen que si esto no hace bien sea bastante doloroso. A diferencia de la vagina este no es tan flexible, debemos recordar que por la vagina sale la cabeza de un niño, pero tampoco es una parte rígida, con la debida atención se puede dilatar bastante sin dolor, ni tiene una lubricación natural. Todo esto puede echarnos para atrás a la hora de practicarlo, sobre todo a ellas, pero todo tiene solución en esta vida. Todo está en los previos. La dilatación y la lubricación son las palabras mágicas. Una acompaña a la otra, pero lo primero es la lubricación. La zona no se lubrica de manera natural debemos ayudarla, para ello existen en el mercado cremas, lubricantes, vaselinas, etc, que usaremos según nuestras necesidades. Debemos tener en cuenta que si usamos condón, debemos usar lubricantes al agua para no correr el peligro de dañar la goma.

Pues bien, yo propongo otra cosa, algo no tan artificial, usar la propia lubricación vaginal de nuestra pareja. Esto sé que no siempre es posible, pero si lo es os recomiendo que lo uséis, si vuestra chica lubrica en abundancia aprovecharlo.

Ella se colocará de lado de espaldas a nosotros, los dos tumbados, y comenzaremos a masturbarla (es mejor que ella ya esté mojada, por lo que recomiendo preliminares antes de empezar con la masturbación), será una masturbación que busque la mayor generación de flujo posible, por ello es importante introducir los dedos en su interior y excitar las paredes vaginales de ella. En esta posición es muy fácil penetrarla, la vagina está muy receptiva y será sumamente agradable para ella, se jugará con varios dedos (esto es al gusto) de manera progresiva, siempre evitando hacer daño, debemos dilatar la vagina previamente antes de introducir un segundo, tercer dedo. Es importante moverlos, que ella se excite, estar atentos a sus reacciones, normalmente nos indicaran la manera en que más se excita, con suspiros, movimientos convulsos, etc, cada uno ya sabe lo que su pareja le está diciendo sin hablar ¿no?.

Los dedos entraran y saldrán de su coño, y con la mano mojada por sus fluidos la restregaremos por el exterior de su ano, depositando allí los primeros restos. Esto ya nos puede dar alguna pista sobre si ella es receptiva a este tipo de prácticas o no. Volvemos a introducir los dedos en ella, que por la excitación y por la dilatación anterior ya los aceptará de dos o de tres en tres. Podemos, con la otra mano empezar a tocar su clítoris, para que la excitación aumente, mientras que continuamos trasladando fluidos del coño hacia el culo.

En un momento dado, cuando creamos que este está bien húmedo probamos, con el dedo, meñique (doy por hecho de que es la primera vez para ella) de la misma mano con la que continuamos penetrándola vaginalmente, y observamos sus reacciones. Para que la penetración sea más fácil empezar deslizando el dedo desde la parte superior del ano, que se introduzca solo cuando llegue a él, con esto minimizaremos los riesgos de hacer daño.

Si no lo hemos hablado antes debemos esperar a ver si ella lo rechaza o si por el contrario lo acepta de buena gana, lo más normal es que se sorprenda, pero si no le duele lo aceptará como algo novedoso. Si ella no quiere lo mejor es no insistir, no forzar la situación, podemos intentarlo en otra ocasión o incluso hablarlo después, preguntarle si le ha dolido, si se siente incomoda, si no quiere que lo volvamos a intentar... .

Mi consejo es continuar con la masturbación continuando llevando lubricación hacia el ano, en donde nuestro dedo meñique entrará y saldrá seguro ya con mucha facilidad. No debemos cejar en seguir excitándola vaginalmente. La sensación de sentirse penetrada por ambos flancos es algo extraño para una primeriza, pero por lo visto no es desagradable, es difícil de describir, según me han contado la sensación, pero no me han dicho que sea desagradable.

Como hicimos en la vagina progresaremos con la introducción de un segundo dedo. Mi consejo es extraer los dedos de la vagina e introducir en el culo el meñique y el anular y luego el corazón y el índice en la vagina, pero cada uno puede probar como le va mejor. Desde este momento no dejar de tocar su clítoris ni de mover los dedos dentro de su coño y culo. Mi objetivo es que ella se corra, a mi personalmente me gusta que mi pareja se corra entre mis dedos, pero esto es a gustosos, además cuando se corre se relaja todavía más y la penetración anal es más fácil.

Cuando sintamos o nos anuncie que se corra dedicarnos a la vagina preferentemente. Podemos mantener los dedos dentro de su culo, es una sensación muy agradable notar como se contraen sus paredes pero debemos centrarnos en su placer. Cuando haya iniciado la corrida, sin dejar de tocarle el clítoris centrarnos en el culo introduciendo un tercer dedo por él, a estas alturas debe estar los suficientemente dilatado y lubricado para aceptarlo con facilidad, notaremos como el orgasmo se prolonga y como incluso echa el culo para atrás para que la penetración sea más profunda.

Cuando saquemos los dedos y demos por terminado la masturbación su culo estará más que receptivo. Incluso si es su primera vez y nuestra polla no es como la de un caballo, entrara prácticamente sola. Ahora cada uno elige su posición, la más tradicional es a cuatro patas, pero podemos aprovechar la posición en la que nos encontramos y penetrarla de lado, eso ya es al gusto de cada cual. Como hicimos con los dedos iniciar la penetración desde la parte superior deslizando la polla hacia el ano, en donde entrará sola o con un ligera presión. Importante no forzar, si no entra dejarlo o lubricar más.

¿Es algo sucio? Puede parecer que el culo es un almacén de mierda, pero si nuestra chica lleva una higiene normal, la parte que es penetrada está totalmente limpia. No tiene porque haber restos de heces en él. Esto no es óbice para tener unas mínimas precauciones higiénicas. No introducir los dedos del culo en la vagina, podemos trasladar bacterias del ano a la vagina y provocar una infección. No chupar los dedos, por la misma razón. A mi personalmente la práctica del beso negro, no me atrae, y no la veo muy higiénica, pero allá cada uno. Yo recomiendo usar condón, por dos razones: la mayoría de ellos por no decir todos tienen lubricación, que complementará a la que hemos “fabricado” en su culo, y además evitaremos posibles infecciones.

Es posible que en algunos casos se produzca un poco de suciedad, o incluso que a nuestra pareja, por la relajación, la excitación o lo que sea, tenga una pequeña fuga de heces o de gases (un pedo, vamos), no debemos hacer un drama por ello, tomarlo con humor y considerarlo como un gaje de esta práctica, pero ya digo no es lo habitual.

En cuanto a la moralidad, esta va en cada uno. Es difícil que una chica que lo considere como algo pecaminoso, algo de putas, lo haga, podemos tratar de convencerla pero no forzar la situación, si no quiere, ya está, hay otras cosas placenteras que podemos hacer con ella.

Bueno, espero que les sea útil.

AKILEXX.