Manoseo con desconocido en el metro

Dos jovenes de trajes tienen un fogoso encuentro en el metro, en hora punta

Era un día muy caluroso,  pasado el medio día,  una de las horas más congestionadas del metro,  donde muchos salen a almorzar y salen estudiantes del colegio.  Apenas llego el vagón, todos entramos para quedar aprisionados como animales. A mí, en lo personal no me desagradaba viajar así, ya que muchas veces he tenido la suerte de tener delante de mí alguna mujer de culo interesante, con la cual he podido disfrutar de un grato viaje, frotándome con ella. Reconozco que a veces a mí también me han punteado hombres, y a pesar de no haber participado, me ha gustado sentir algo pegado a mis nalgas. Bueno, ese día  no fui el acosador, si no la acosado.  Por lo general trataba de colocarme apoyado a la pared en la esquina, pero no pude.  Ese día venia del trabajo y usando unos pantalones de tela y chaqueta.

Las puertas se cerraron y comenzamos a movernos. Adelante mío había una mujer de unos 45 años,  usando un vestido muy delgado, ancha de caderas y cola voluminosa. De inmediato me fije en ella  y con algo de esfuerzo, logre colocarme detrás de ella.  Unos cuantos punteos en su culo, y mi verga ya había despertado.  En eso llegamos a la otra estación, y entra más gente de la que sale, quedando mas apretados aun.  En eso siento en mi culo una leve presión, que luego de cerrarse las puertas, se sintió nuevamente, una y otra vez. Veo a través del reflejo de la ventana, y apegado a las paredes del metro, detrás mío, un joven muy parecido a mi, con traje y corbata,  de unos 33 años como yo y que aparentemente buscaba algo de acción.  Mientras yo me frotaba con la gorda, sentía por detrás el contacto cada vez más evidente y seguido con este joven, hasta que en uno de esos movimientos, siento inconfundiblemente un gran bulto rozarse contra mis nalgas.  Hacía rato que no me pegaba un encuentro sexual , estaba caliente y sentir eso , a pesar de no ser gay, me excito más aun.

Como era mi costumbre ser acosador y no victimario,  sabía que él estaba esperando una respuesta de mi parte para pasar a otro nivel y sin pensarlo, así lo hice , echando el culo hacia atrás , sintiendo como respuesta inmediata , una presión más fuerte de su parte. Sentí perfectamente el volumen de su verga erecta contra mis nalgas y olvidándome de la gorda, preste más atención al joven de atrás.  Un nuevo movimiento de mi parte y él  me da un empujón ya mas descarado haciéndome sentir toda su virilidad. Comenzamos así un pequeño juego entre los dos, mientras yo echaba mi culo hacia atrás, sentía la presión al mismo tiempo de su verga , se sentía muy rico estar disfrutando con un completo desconocido, de buena situación , perfumado , vestido al igual que yo con pantalones de tela delgado, lo que hacía mejor el contacto.

Íbamos los dos disfrutando del juego, completamente ocultos de las miradas de cualquiera ya que el estaba justo en el rincón que elegía yo para mis ataques, cuando de repente siento su mano meterse en mi culo. Su acción ya era completamente descarda y sentía la presión de su dedo contra mi culo, fuertemente, cosa que me encanto y me quede quieto sintiendo como ese dedo intruso juagaba como tratando de follarme a través de la tela.

En eso siento que su mano sale y trata de meterse por arriba del pantalón para tocarme ya directamente, cosa que ya era más descarada , más difícil de sacar , y mas fácil que nos pillaran ,  por lo que llevo mi mano atrás y trato de detener la suya. El entendió el mensaje, pero en vez de detenerse, me toma la mano y me la lleva a su entrepierna sintiendo la dura herramienta del joven dentro de sus pantalones. Sin pensarlo mucho se la comienzo a tocar fuertemente,  apretándosela y soltándosela una y otra vez.   Estaba en eso, muy excitado cuando siento que el joven se bajaba el cierre de su pantalón.

Sabiendo que mi cuerpo tapaba y que nadie se daría cuenta, no lo dude y metí mi mano adentro ,  y entre los dos logramos liberar esa dura cosa de su prisión.

Mmmm que rica se sentía, dura, caliente, de muy buen tamaño.  Disimulando lo mejor que podía , aunque muerto de calor, lo comencé a masturbar , incluso apretándole hasta las bolas. Me imaginaba lo mucho que el desconocido estaba disfrutando de mis caricias, pero me daba miedo que fuera a acabar y me manchara mi ropa, por lo que a veces me detenía. En eso escucho que me dice al oído silenciosamente  “date vuelta”.   Como un puto sumiso, me di vuelta y por primera vez, veo directamente a los ojos a mi desconocido. Era de mi porte y de mi misma complexión física, delgado, pero musculoso.  De inmediato entendí sus intenciones y al igual que él , me baje el cierre liberando mi verga . Enseguida sentí su mano agarrarse de mi verga y sentir un rico manoseo.  En eso suena mi teléfono y como para disimular un poco ,  atiendo , dejándole mi verga a su disposición. Fue lo mejor que pude hacer, ya que él se encargo de hacer que nuestras vergas se juntaran , dejándola punta con punta, masturbándolas ambas al mismo tiempo.

El metro continuaba su marcha deteniéndose en cada estación, momento en el cual deteníamos un poco en caso que se fuera a bajar alguien que os estuviese tapando, pero nada, seguíamos en lo nuestro. Yo ya no aguantaba más y el solo cerraba los ojos en clara señal de lo mucho que lo estaba disfrutando, hasta que siento que se apega mas a mí, sabiendo lo que venía. Yo hago lo mismo y el con las dos vergas tomadas con su mano,  las aprieta fuertemente y siento su descarga. No me importo nada, que me manchara la ropa o yo a él y comencé a acabar copiosamente.   Un orgasmo silencioso, pero divino.  Bajé mi mano y se la toque por última vez, sintiendo toda su verga mojada en semen,  entre los de el y los míos.

Guardamos nuestras vergas y  me doy cuenta que mis pantalones estaban todos mojados.  El joven desconocido caballerosamente saca un paquete de pañuelos desechables, saca unos para el  y me pasa el paquete disimuladamente.  Nos limpiamos  , botando los papeles al piso.  Le pregunto donde se baja y en silencio me dice que hace 3 paradas estaba su estación.   De su chaqueta saca una tarjeta y me la pasa disimuladamente. Luego me da un último apretón en a mi verga , me pide el paso para comenzar a bajarse y comenzar a traspasar el sin fin de personas que iban en ese momento en el metro. La puerta se abre y el baja. Solo lo divise un par de segundo y ya no lo vi. Con la tarjeta en el bolsillo de mi pantalón ,  me baje en la siguiente estación …..