Manoseada, entre Cofradías
Esta experiencia, me ocurrió por Semana Santa, para ser exacto el Martes Santos. Comenzó la semana bastante aburrida, pero ese día mis padres habían quedado con unos amigos suyos e insistía que debía de acompañarle...
Manoseada, entre Cofradías
Hola lectores, ante todo me voy a presentar me llamo Susana. Os estoy muy agradecida a todos aquellos que me leéis, y más a los que me habéis escrito.
Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 22 años, soy bisexual, morena. Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato (algo más de 15 minutos). Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico (tengo una manera especial de ver la vida creo, que os habéis dado cuenta). Soy conciente que mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo.
Como he comentado, en más de una vez, no es por pecar de pesada, pero os agradecería que en la calle no me digáis nada, por fa. Me gusta mucho mi intimidad, creo que tanto como a vosotros la vuestra. Si queréis dirigiros a mí, que sea por email o por el Messenger (sino, atento a las consecuencias). Como sabéis soy una chica muy morbosa, me atraen los sitios públicos, me gusta dejarme hacer, tanto a los chico como a las chica. Aunque procuró que mis experiencias sean solo buscadas por mí.
Actualmente estoy saliendo con un chico, el cual me da la libertad que tanto pido, pues tanto el como yo, somos bisexuales, eso me hace estar mas tranquila, a la hora de poder disfrutar de mi sexualidad, de mi cuerpo y del que no es el mió (os tengo que advertir, que NO, por decirme que soy un "tío", antes acabare "follando" con uno de vosotros, una ya esta un poquito harta, de repetirlo).
Me inscrito en una pagina de relaciones, el cual os debo de admitir que es bastante buena, ( www.brunoymaria.com , donde una pareja hacen sus sueños realidad, en el Púb Sueños, la cual de momento no he tenido la opurtinidad de entablar algo mas que unas palabras), aunque eso si dentro del foro, me encontráis. He de explicaros que mis gustos son en general, por la morbosidad que me produce ser manoseada, el sentirme acariciada en público, el sentir como entre la multitud me manosean, me excita (será por el morbo), que me observen cuando me tocan e incluso a cuando lo hacen contra mi voluntad, sin mi consentimiento me humillan, y noto sus miradas lascivas en mi, en silencio me observan sin hacer nada, disfrutan de cómo me hacen, de cómo soy humillada (estos son tan culpables o incluso aun mas, de los que me vejan y me manosean), solo de recordarlo siento mis braguitas húmedas, sintiendo la necesidad de satisfacerme, por lo que no tengo mas remedio de buscar remedio sea donde sea, o donde me encuentre, en mas de una ocasión, me he tenido de ir al aseo, para poderme introducir la funda de mi escalímetro o pedir a cualquier a alguien que me pueda acompañar.
Mis padres, son los verdaderos culpables de mi forma de ser, por su educación, su moral, su forma de ver la vida y querer reflejarla en mí. Siempre me han inculcado, que la mujer es ante todo fiel a su pareja, la educación, la casa y la familia es ante todo (aunque el matrimonio, no va conmigo ya que soy infiel por naturaleza, aunque no por eso soy una zorra, aunque a veces me comporte como tal, solamente me gusta sentirme deseada y poder satisfacer mis instintos, y los de los hijos, eso si que no va conmigo).
Como ocurrió, en mis primeras experiencias, que mis inicios en este mundo de caricias a escondidas, en manoseos forzado y en placeres morbosos, que tanto me gustan. Aunque creo, que fue por mi época estudiantil, por aquellos tiempos de colegio de primaria, a que chica no se le ha puesto, un viejo verde o un acosador detrás y se he refregado y manoseado. He hecho cosas que ruborizarían a más de uno, pero por el pasado, no debo avergonzarme, pues he gozado plenamente haciéndolo. De mi, dicen que tengo un cuerpo hermoso y muy ardiente, pues como sabéis no solo soy de mente abierta, sino soy muy abierta para seguir probando cosas, para seguir ampliando mis conocimientos.
Para mi fue una época de cambios, tanto en mi cuerpo como en mi forma de pensar, deseos por descubrir y por explorar. Muchas veces, he estado pensando en mis relaciones, o más bien he estado reflexionando sobre ellas. Comencemos pues después de tantas presentaciones, en una experiencia aunque es mas bien una anécdota. Desde pequeña, mi cuerpo se ha desarrollo más rápido que otras chicas, sería circunstancias que no voy a entrar. Pero es algo, lo cual he notado, que los chicos y los ya no tan chicos, se fijen en mi.
Me he esforzado en recordar mis primeros manoseos, aunque os debo decir que no es muy difícil pues tengo un diario, el cual escribo lo más íntimo de mí, me gusta hacerlo y me excita pues con todo detalle lo relato. Podría decir, que esto me ocurrió, a una temprana edad, la cual me podría tendría alrededor de los 13 años. Como norma general, en estos años, me he dado cuenta, que estos acosadores son en su mayoría hombres mayores (viejos verdes, que asumen que su única opción de tocar un cuerpo virginal y recordar viejos momentos, es de esta manera), pero es mas inusual en los chicos jóvenes, la causa exacta no lo se, pero se si es por el temor de ser sorprendido, la vergüenza o el miedo a represalias, aunque me he topado con algunos.
Esta experiencia, me ocurrió por Semana Santa, para ser exacto el Martes Santos. Comenzó la semana bastante aburrida, pero ese día mis padres habían quedado con unos amigos suyos e insistía que debía de acompañarle (los muy cabrones, me querían solo para mostrarme, como si fuera un premio de cacería). Quedamos en la Campana, desde allí iríamos a ver las procesiones por las calles de Sevilla.
La mala suerte me seguía, pues para mala suerte estos no llevaban a sus hijos, lo cual me quedaba yo sola. Fuimos a ver a San Gonzalo a su barrio (el que conozca el barrio de San Gonzalo, sabrá que son calles estrechas), nos quedamos ubicados en un sitio, donde mis padres se situaron delante para no perder los detalles del paso (decía que el artesonado era una maravilla, creo que la maravilla seria estar entre los costaleros, uummm entre tanto hombre fornido y sudoroso, bueno sigamos), dejándome a mi detrás, donde estaba bastante apretada, no solo por la acumulación de gente que había sino por los coches estacionados.
Me encontraba aburrida, encima ni me hacían caso. La gente cada vez que se movía la cofradía, se acumulaba cada vez mas personas, quedándome oprimida. En mis pensamientos estaba, cuando noto como una mano extraña, comenzaba a acariciarme la espalda descendiendo hacia mis nalgas (me dio algo de temor, pero la sensación me gustaba), fue recorriendo mi cuerpo por encima de mi vestido. Para mas inri, mi madre para ese día, me había comprado un vestido celeste, de esos con un lazo sujeto a la cintura, de flores y con la abotonadura detrás, por supuesto llevaba ropa interior blanca de algodón (con sujetador, pues ya por esa época, mis pechos eran bastantes prominente para una chica de mi edad, y si os tengo que detallar que mis pezones, cuando se me erizaba la piel, por alguna causa, se me empitona demasiado los pezones), además llevaba como no, esos horribles calcetines blanco de hilo, que tanto le gustaba a mi madre y que le gustaba que yo los llevara.
Pero por el temor de mi manoseador, comencé a llamar a mis padres, a interrumpir pero con causa, primero a mi padre el cual ni me echaba cuenta, para más tarde llamar la atención de mi madre. Estos charlaban con sus amigos, callando únicamente cuando una imagen religiosa pasaba (de esas de madera, que hoy día, incluso pienso, que si se la hubiera metido por el culo, le hubiera gustado más), se callaban, emitían algún grito de jubilo, y emocionados hasta lloraban (patético).
Por fin mi madre me echo cuenta, le comente que alguien que estaba situado detrás de mía, me estaba manoseando, pero apenas me hacían caso (encima comentaba, que no tendría tanta suerte de que alguien me pudiera tocar). Mi padre, me miraba con unos ojos de daba la sensación que quisiera partirme la cara hay mismo. Por mis insistencias, la amiga de mi madre le indicaba que me hiciera algo de caso, cosa que le hizo poca gracia, observando al caballero que estaba detrás de mi, por encima de mi hombro, este bien trajeado, con buen porte, con la mirada entre un folleto y la cofradía. Nada mas dejar de mirarlo, fijo en mí, comenzando a regañarme, dándome a entender mi falta de modales, de como podía inventar esas cosas, además incluso sugirió que podría ser un buen partido para mi.
Comencé a sentirme mal, pensando que podría ser causante que de alguna manera, podría haber incitando al hombre de alguna manera a tocarme, seria por mi culpa. Comenzando este de nuevo, a posar su manos sobre mi cintura, comenzó a recorrer mi espalda por encima de mis botones como tanteando el terreno, hasta detenerse a la altura de mi cintura. Comenzando a entretenerse precisamente con mis botones desabrochándolos, al menos abrió tres, y para colmo se atrevió a soltar el lazo, notando la holgura del vestido por mi cintura.
Volví a llamar la atención de mi madre, pero esta con cara enojada, me comento que nada más llegar a casa me iba a acordar. Por lo que me tuve que quedar en silencio, y quietecita, en otras palabras no tuve mas remedio de dejarme hacer (que pena, verdad). Note la aspereza de su mano, me daba a entender que debía de ser un hombre adulto, la había introducido por la apertura de la abotonadura que previamente había desabrochados, comenzando a recorrer mi espalda desnuda. El sentir su mano, me dejo un momento casi sin aliento, note como un escalofrió recorrer mi columna vertebral, no precisamente de frió, su mano se deslizaba por mi espalda, en forma ascendente y descendente por mi espalda.
Su mano recorría mi espalda, de arriba hacia abajo, de un lado hacia el otro, hasta notar como una de esas veces, descendió mas de la cuenta, pues la note como llego al comienzo de mis nalgas, para ser exacto la rajita de unión de mis glúteos. Esa mano tan descarada, manoseaba mis nalgas por encima de mis blancas braguitas de algodón, comencé a sudar del nerviosismo, por miedo o acaso placer, del morbo que estaba ya sintiendo. Su mano, recorría mi inocente cuerpo, mi delicada piel, pero su cuerpo cada vez se acercaba mas a mi cuerpo, notando su barriguita, su torso pegado y algo duro más abajo (no pensé, que un viejo como el tendría a su edad ese tamaño o que se le pudiera poner a sin). Note, como no se contentaba con tocar mis nalgas, pues comenzó a dirigirla hacia mi pubis, tocándome levemente, notando como me humedecía y aun peor noto un ardor entre mis piernas, notando aun más su bulto. De reojo percibí, como observaba a nuestro alrededor, comenzando a subir como podía esa mano hacia mis pechos (hasta aguante la respiración oprimiendo mi estomago hacia dentro a modo de facilitarle su ascensión), tocándome levemente mi sujetador por encima, mis inocentes pechos virginales y aun mas, mis pezones ya bastante prominente (pues se me habían endurecido y empitonado, causa de sus toqueteos). Por suerte nadie se dio cuenta (por lo menos creí), no solo de su acción, sino al haber ascendido su brazo hacia mis pechos, subido de forma involuntaria mi vestido, causa por solo haber desabrochado tres botones, ya que su brazo al subirlo, lo subió, dejando perfectamente a la vista parte de mis bragas.
Aunque creo que se habría dado cuenta algún chico y no tan chico, quedándose observando en silencio, satisfaciéndose por la visión. No se como, logro que mis pechos quedaran suelto, pues note mayor libertad, y era debido a que con su otra mano, soltó los brochotes de mi sujetador, y de paso desabrocho un par de botones mas. Comenzando a acariciarme con mayor libertad, sentí como empezó a pellizcarme los pechos a la altura de las mamas, notaba sus manos recorrer mi cuerpo e incluso ya sudorosas sería por el morbo de manosear a una niña delante de todos e intruso delante de sus padres (me sentía, asqueada, pero con una sensación muy placentera, estaba siendo vejada pero me gustaba y por alguna manera me dejaba).
Mientras una de sus manos manoseaba mis pechos, con la plenitud de la palma de su mano abarcaba toda, casi calculaba la masa o la talla de mi pecho, pellizcaba mi pezón entre sus gruesos dedos y con las yemas de sus dedos (aguantaba, mordiéndome los labios por no chillar, por no emitir sonido alguno e incluso de placer). Pero semi cerré los ojos, por las agradables sensaciones y oleadas de placer que estaba sintiendo, comencé a notar algo muy dentro de mi, en mi interior, pues me picaba mucho mi vagina, y empecé a sentir el preludio de un orgasmo, notando como una explosión en mi interior, que casi me hace doblar mis rodillas e incluso me tuve que contener, para que no se oyera mi grito de satisfacción (mi gemido de placer).
Pero no solo se contentaba, con manosear mis pechos, pues su otra mano la cual ni tan siquiera me acordaba de ella, la note comenzó a palparme hasta llegar al borde de mi vestido, fui notando como se fue introduciendo por debajo de mi vestido hasta alcanzar directamente mis nalgas, comenzando a acariciarlas. Me estuvo manoseando mis glúteos por encima de mis braguitas (húmedas ya, por la parte de mi vagina, que morbo). Soltó mi pecho, bajando por mi tórax, salteando mis vértebras y pasar por mi hombrigo hasta introducirse por dentro de mis braguitas, hasta que note sus dedos por primera vez sobre mi hinchada vulva, de forma involuntaria, eche mi cuerpo hacia detrás, chocando mis nalgas contra algo muy duro y precisamente no era su mano.
Por la dificultad, que se encontraba hurgando sobre mi vagina, sobre mis labios vaginales y sentir tocatear sobre mi sensible vulva. Forzaba la costura de mi vestido por su brazo, por su acción de llegar cada vez lejos, escuche el rasgar de la tela de mi vestido por la parte de atrás, la fuerza ejercida por culpa de las ansias de acariciar mi piel, por sus manoseos en mi interior consiguió su propósito. Hasta mis blancas bragas de algodón, que eran casi la prueba de mi inocencia, le dificultaba su acceso a mi ingle, a mi zona púdica o más bien prohibida. Por lo que saco su mano de dentro de mi vestido, para que rápidamente, dirigirla hacia mis muslos desnudos, comenzando a acariciármelos, e incluso me dio, unas palmadas muy suaves sobre mis muslos, a modo de llamar mi atención, indicándome que las separa y yo sumisa obedecí.
Note su mano, subir hacia mi ingle, me sentía poseída por este acosador, pero como una autómata me dejaba hacer, esperaba su acción. Hasta sus labios en mi cuello, note su respiración, la de un viejo pervertidor, su aliento caliente con olor a menta chocaba contra mi, me embriagaba y como si tratara de cloroformo me adormeció. Mientras que una de sus manos, me acariciaba mis nalgas y recorría mis muslos, la otra, comenzó suavemente a tocar mi vagina, a palpar mi sonrojada e hinchada vulva. Me estaba dirigiendo de nuevo, hacia esas sensaciones tan morbosas, me frotaba a su antojo, me gustaba lo que me hacia, disfrutaba de esa humillación, aunque no era muy diferente a las que había sentido en otras ocasiones.
Estaba siendo vejada, hasta se mostró tosco y agresivo, su respiración se acelero, pues comenzó a bajarme las bragas tirando de los bordes hacia abajo, lográndolo (tuve que ayudarle, pues me hacia daño), dejándola caer hacia mis pies, notándola en su caer como rozaba mis rodillas y mis tobillos. Comenzó a frotarse contra mí, introduciendo de nuevo sus manos por dentro de la apertura de mí vestido hacia mis pechos, se introdujo por la apertura de mi vestido hacia mi pecho, amasándolos con fuerza, sabia que estaba disfrutando. Eche mi rostro hacia los lados, mirando a mi alrededor, notaba como era observada, clavando los ojos en el amigo de mi padre, el cual me miraba también fijamente, me observaba mientras fumaba un cigarro y sin perder la conversación que mantenía con mi padre.
Me di cuenta, por mi actitud que se habría de algo me estaba ocurriendo, pero en vez de avisar que estaba siendo seguramente acosada, disfrutaba del momento, de mis expresiones y quien sabe que pensamientos tendría o le pasaría en ese momento por la cabeza. Pero sigamos (no vaya a enfriarme en este momento, uffffff), este frotaba sus dedos sobre mi vulva, presionaba mi botoncito, pellizcándomelo, tuve que bajar mi mano para colocarla sobre la suya, a modo de indicarle que fuera mas despacio, dejándola sobre la suya aprendí a sofocarme. En vez de retirarla, condujo su mano hacia mi vagina, introduciendo un primer dedo, mientras que los otros dedos acariciaba mis labios vaginales, los cuales cada vez los tenia, mas y terriblemente sensibles.
Notaba como ese dedo, recorría mis entrañas, mi cuerpo se convulsionaba nada mas sentir como tocaba mis partes sensibles, entraba y salía sin prisa, pero oprimiendo cada vez mas fuerte, hasta notar ambos, algo de mi se lo impedía, algo que nada mas presionar note como un dolor agudo, por lo que retiro su mano (no se, pero tuve mas miedo a que dejara de masturbarme, que al dolor si me rompiera mi himen). Note como colocaba su cuerpo cada vez más pegado al mió, algo duro y caliente choco contra mis glúteos, pegándolo a la apertura de mis nalgas, su miembro estaba muy caliente, húmedo y hasta me dio la sensación que tenia vida propia, pues parecía que se movía solo. Mis pensamientos en ese momento, creo que era la de una "salida" o incluso una perturbada, pues pedía a Dios, que no retirara su mano de mi vagina, las sensaciones que sentía eran demasiado fuerte (que coño, sensaciones extraordinarias, tan nuevas para mi como extrañas), hasta se me olvido que mis bragas se encontraban en mis pies.
Ese bulto extraño que oprimía mis glúteos, comenzó a introducirse a través de la unión de mis nalgas, colocándose muy despacio entre mis muslos, sus movimientos muy lentos, rozaba mi ingle haciéndome sentir sensaciones insospechadas que en ese momento tan aleladas por mi. La notaba, como se deslizaba por mi orificio anal hasta chocar contra mi entrada vaginal, exactamente contra mi vulva. Con mi mano sobre la suya, me enseñaba a marcar el compás de mi masturbación y el entre mis piernas la suya (he de reconocer, que varias veces, en los autobuses o algún que otro sitio se han frotado contra mi, pero nunca, por lo menos en ese momento habían llegado tan lejos, hoy día agradezco esos momentos). Su aliento seguía chocando contra mi cuello, hasta en un momento dado, me susurro, en forma de comentario o intruso de aviso que no me asustara, si notara algo líquido, caliente y de cierta forma viscosa, chocar contra mi piel.
Que de cierta forma, era como un premio por haber sido tan complaciente con el, que no me asustara, esas palabras, me hizo sentirme como una puta (pero no se porque, deseaba sentirla, me gusta esa sensación). No paso mas de un par de minutos de sus comentarios, cuando comencé a notar como me vino a mi misma la sensación de un nuevo orgasmo, coincidiendo con el deslizamiento de su miembro entre mis glúteos, descendiendo desde mi vagina hacia mis glúteos y de nuevo ascendiendo hacia mi vagina, chocando involuntariamente contra mi dilatado agujerito, notando cierto dolor (aunque, no mucho mas que cuando me introduzco, algún juguete cuando me masturbo en casa), no me introdujo mucho mas que la cabeza de su miembro (menos mal, que por su dimensión no era mucho mas grueso, que el mango de un desatascador que utilizo para poder satisfacerme), notando como un chorro liquido chocar contra mi estrecho agujerito.
Creo que me entrego el premio, lo que el mismo me comentaba, se vino sobre mi, se quedo inmóvil, casi petrificado, apenas por unos minutos se movió, dejo que se escurriera hasta la ultima gota. Me quise separar de el, pero el rápidamente coloco sus manos sobre mi cintura, a modo de inmovilizarme y no dejar que me moviera, creo que quería que notara como su néctar recorría mis muslos hacia abajo, como descendía ese liquido caliente y húmedo por la parte interna de mis muslos, dejándome pegajosa aunque eso si bastante satisfecha, y hasta agradecida por la culminación (para una chica tan inocente y pura, era algo nuevo. Creo que en otras chicas con esa edad, esas situaciones le hubiera intruso traumatizado).
Salí de mi trance de satisfacción, por los sonidos de la música de la banda del paso, la cual era la señal de que la cofradía había llegado a su fin. Nada más pasar, la gente fueron desapareciendo, en busca de nuevas cofradías a ver. Los empujones comenzaron, dándome cuenta como mi extraño acosador había desaparecido, ese manoseador había dejando en mí una cierta añoranza, aunque eso si dejo una prueba, una verificación que lo ocurrido era verdad, una mancha blanca en el suelo.
Mi madre, se acerco a mi, tomándome del brazo solo para comentarme que no se le había olvidado lo de antes, fijándose en mi, precisamente en mi vestido, pues se fijo en el lazo, como este estaba suelto y caía a cada lado de mi, me giro sin que mi padre y sus amigos se dieran cuenta, observando mi madre como mi vestido estaba abierto por detrás mía, como una mancha a la altura de mis nalgas había en mi vestido, fijando su vista mas abajo, con cara de asombro y con sus ojos fijos en mis pies, al ver mis bragas sobre mis zapatos, junto a ella una mancha blanquecina (era para verla, la muy cabrona, se quería comportar como una madre preocupada, si supiera los orgasmos que mi acosador ha logrado en mi, que envidia tendría seguro, se estaría seguro corriendo por dentro).
Pero para mas inri, mi madre comenzó a echarme una regañina, acusándome de haber provocado ese suceso, por que seguramente había incitado a ese pobre señor a ello, calentado y mas tarde, dejarme hacer. Por mucho que le explicaba, que no a ocurrido nada de lo que ella comulgaba, nos acercamos a urgencias a planificación familiar, a mi padre y demás solo le comento que me había picado un insecto e iríamos a que me miren. A mi madre, los médicos le explicaron que yo seguía tan virgen como al principio, que lo primero que debía de hacer primero, era escuchar más (algo que me gusto, sobre todo la cara de mi madre). Según opinaban el medico, a la vista de los hechos, alguien de cierta forma había abusado de mi, pero sin llegar a la penetración, sin coito, que por las muestras se había satisfecho conmigo y de paso me lo había echo pasar a mi (este, de paso había disfrutado de su ocultamiento, no dejaba de mirarle el bulto, mientras me tenia sobre la mesa tocándome sin que mi madre estuviera delante).
Saliendo de allí, nos dirigimos a casa con los amigos de mis padres, para tomar algo. Mi madre no quiso dar explicaciones y menos a mi padre, lo mejor que me dejo tranquila, y dejándome que me quedara con ellos y con sus amigos (sabéis, no me había aseado, por lo que mis piernas todavía permanecía llena de ese jugo viscoso pegado a mi, me sentía muy a gusto y con ganas de mas). Hasta en un momento que se me acerco el amigo de mi padre, colocando su mano sobre mis nalgas sin que los demás se percatara de ello, se me insinuó, comentando que había visto lo ocurrido o mejor dicho adivinaba los echo solo de ver mi cara de satisfacción. Aunque, eso si yo lo negaba todo, con una copa en la mano y con una sonrisa burlona, no dejaba de decirme la cara de zorrita que tenia, su mano la tenia sobre mis nalgas por debajo de mi falda, y a modo de contestarle a sus insinuaciones, comencé a abrir mis muslos para que pudiera cerciorarse de que sus comentarios eran reales, haber que cara colocaba al tocar la humedad pegada a mis nalgas, bueno lo dejare para otro momento, vale os dejo de momento, besos.
Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil.
Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com.