Manoseada en un Concierto

Recuerdo vivamente, como disfrute tanto en el concierto como en el ensayo, esa extraña excitación de sentirme deseada de ese modo, me gusta ser zarandeada, empujada, manoseada...

Manoseada en un Concierto

Me llamo Susana, ante todo daros las gracias a todos aquellos que me habéis leído, aunque os estoy mas agradecida a los que me habéis escrito comentándomelo, y como lo habéis echo.

Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 21 años, soy bisexual y morena. Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, practico mucho deporte… Soy muy juguetona, reírme, lo típico. Tengo una manera especial de ver la vida (creo, que os habéis dado cuenta), algo independiente. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo.

Os agradecería que en la calle no me digáis nada, por fa. Me gusta mucho mi intimidad, creo que tanto como a vosotros la vuestra. Si queréis dirigiros a mi, que sea por email o por el Messenger, o si me encontráis en alguna "bulla", colectivo (transporte publico), o acumulación de gente, pero "ojo" siempre que este sola (sino, atento a las consecuencias). Procuró que mis experiencias sean buscadas por mí.

No es por reindicarme, pero por que me ponéis en entredicho (comprendo que es difícil de creer, que una chica podamos ser tan abierta), pues me contáis, que conocéis a ninguna chica que sea tan abierta y explicita hablando de sexo. Por que una chica como yo, no me puedo expresar libremente, vuestra opinión sobre mí es: o soy un chico o una "puta". Creo que sois un poco machistas, por mucho que comulgáis de liberal, para todos aquellos que opináis eso de mi, perderéis a una amiga.

Por los comentarios que he podido leer, tanto chicos como chicas me cuestionáis mis aventuras en colectivos, en verdad no os tengo que dar explicaciones. Pero os propongo algo, iros al fondo de cualquier vagón, autobús o transporte público que este abarrotado, mirad a vuestro alrededor, pero con mirada inocente e ingenua, soltad alguna sonrisa y esperar ser correspondida. Si sois correspondida, no precisamente con una sonrisa, dejaros hacer, os aseguro que aunque sintáis nauseas al principio, la sensación es muy placentera y aun mas es de los mas morbosa, y gratificante. Aunque os tengo que reconocer que nosotras, lo tenemos mas fácil que los chicos (a no ser, que algún chico le empiece a gustar aunque sea solamente por el morbo si te gusta cuando un tío te acaricie, quien sabe).

Que tal estáis, os contare una experiencia que tuve hace tiempo, todo ocurrió por el mes de Julio del 2003, ese año recuerdo que hizo mucho calor (también lo recuerdo por los grupos de música, que fui a verlos). Me ocurrió durante el fin de semana, el cual nos marchamos unos amigos, a un concierto que se celebraba en la discoteca Sulfasuario, en la playa de Matalascaña (en la provincia de Huelva). Quedamos el sábado por la mañana, en la estación de autobuses para salir hacia la playa, pasaríamos el fin de semana en la playa y de paso disfrutar del concierto (también, de paso podría hacer algo de "deporte").

Nada más llegar, nos fuimos derechito al camping para apuntarnos, montar las tiendas, soltar los bártulos. Nos dirigimos a los aseos, mientras que los chicos se perdían, nosotras nos dirigimos a los aseos a colocarnos el bikini (yo me puse un bikini azul, con lazos en mi parte inferior), y encima me puse un pareo. De ahí nos dirigimos hacia la playa donde nos bañamos, nos tendimos en la arena a tomar el sol, y de paso observábamos pasar a los chicos guapos que pasaban (hay que alegrarse la vista. Estábamos dispuestas a pasar el resto del día tirada en la playa, hasta que llegue la hora en la cual comenzaba el concierto. De esta manera ahorraríamos esfuerzo y dinero, además el concierto no se iba a celebrar muy lejos de donde estábamos, que hasta la noche no comenzaría.

En eso estábamos cuando observábamos como la gente, comenzaba a correr. Una chica conocida del autobús, se acerco a nosotras avisándonos que iban a ensayar, por lo que nos levantamos, me coloque el pareo, y rápidamente nos dirigimos hacia donde se divisaba la multitud (era lógico, ya que no nos lo queríamos perder). Creo que toda Huelva, estaba allí concentrada. Por lo que agarrándonos bien sujetadas de las manos, nos metimos entre la multitud, queriendo estar lo mas cerca del grupo. Nos escabullimos entre la gente, pasando como podíamos pues todas estábamos deseando de estar cerca del grupo, comente a mis amigas que no me soltarán.

Cada vez estaba mas difícil pasar entre la multitud, ocurriendo lo inevitable, que entre las prisas, me enganche con algo el pareo o quizás alguien me lo quito (seguramente, algún gracioso por hacerse notar). Me detuve, dándoles un tirón de ellas, pero las chicas me dijeron que lo dejara allí, que al fin y al cabo estábamos en la playa y con el calor que hacia seria la que más saldría ganando, por lo que continuamos quedándome solamente con el bikini. Creo que los organizadores del concierto, no habían previsto que aparecieran tanta gente para un simple ensayo, por lo que ante la calor que hacia, aparecieron con mangueras en el escenario comenzando a echar agua al personal, para sofocarnos, la verdad es que lo agradecía (sobre todo cuando el agua recorría mi ardiente cuerpo).

Pero tonta de mi (de tonta por la vida), cerré los ojos unos segundos, ya que me entro agua, me solté de las manos para poderme secarme los ojos, y poder ver, pero nada más abrirlos, las perdí de vista. Me puse muy nerviosa, por lo que decidí ir hacia adelante para buscarlas, por más que por más que me iba hacia adelante, menos divisaba a mis amigas. Me quede detenida al final entre la multitud, no sabia donde dirigirme y aun menos que hacer, había tanta gente congregada, tanto hacia adelante como hacia atrás, por lo que decidí quedarme allí. Estaba rodeada lógicamente tanto de chicos como de chicas, e incluso detrás mía había una pareja de treintañeros.

Empezó el grupo a probar sus instrumentos, las letras de las canciones, comenzamos a tararear las canciones, piropear a los cantantes (a mas de uno le hubiera echo un favor), nos contagiamos todos los que estábamos allí, saltando, bailando, en otras palabras me lo estaba pasando realmente bien. La previa del concierto estaba siendo estupenda, la euforia estaba en el ambiente, la música comenzaba, y yo esperaba que esto durara hasta la noche.

En incluso, una chica que estaba detrás de mi, me ofreció algo de beber (que no rehusé, pues estaba realmente seca), pues entre el calor que hacia, mezclado con tantos cuerpos en movimientos, era una mezcla asfixiante (olía, ya a cuerno quemado), creo que los organizadores no esperaban tanta expectación para unas pruebas. Entre los movimientos típicos del son de la música, me eche mas hacia delante mas de una vez, topándome con un chico, aunque no creo que le molestara lo mas mínimo (pues en vez de quejarse, este retrocedía aun mas hacia mi).

Mientras, que los de detrás mía, había un chico que se pegaba demasiado contra mi, pero cada vez que se pegaba, se notaba su miembro (el muy cabron, se restregaba). Me gire para advertirle con tono amenazante, me sorprendí al ver que tal chico era el treintañero, este rápidamente se me disculpa, mirando con cara sorprendido hacia la chica que iba con el (a modo que lo hacia sin darse cuenta).

El calor de nuevo comenzó a azotar, comenzando de nuevo otra vez a echar agua sobre el publico, evaporándose en segundos El publico empezó a juntarse mas de lo debido, pues comencé a notar como el chico de detrás mía, se juntaba cada vez mas a mi cuerpo, comenzaba a notar lo caliente que estaba, lo mire de nuevo hacia atrás, reiterando su comportamiento, que no se pegara tanto (en otras palabras, que dejara correr el aire). Me respondió de nuevo con una disculpa, a lo que su chica me comento algo que me dejo perpleja, pues me dijo "que si tanto me molestará que me fuera, a otra parte que dejara de molestar, que debía de estar agradecida, que fuera su chico quien me empujara en vez de otro".

Entonces comenzó todo, lo inevitable. Note como rozaba mis nalgas con sus manos, aprovechaba la acumulación de la gente, no lo esperaba pero se disculpo de nuevo, a lo que le respondí con una mirada y una sonrisa (a modo, "no importa"). Por lo que sus roces fueron convirtiéndose mas continúo, insistiendo sus tocamientos sobre mis nalgas y en el recorrer de mis muslos. Mi rostro, era de desesperación por no saber que hacer, me quedaba en silencio, aguantando el tirón, pensando que debería darme la vuelta y repartir una bofetada tanto a el, como a ella.

Pero se detenía unos minutos (cuando el publico se movilizaba por alguna acción), para volverlas a notar de nuevo. Comenzaba de nuevo a recorrer mis nalgas por encima de mi bikini, con la amplitud de sus manos agarraba fuertemente mis glúteos, luego comenzó a descender recorriendo los bordes de las braguitas del bikini. Su cuerpo cada vez más pegado, empujando (a golpes de pelvis), aprovechaba los movimientos de la gente para no darse a notar. Una de sus manos se poso sobre mi muslo, acariciando lómelo muy suavemente, descendía hasta que la longitud de su brazo le permitía (por mi cabeza, no comprendía la dejadez de su novia, ya era muy descarado).

Aun más cuando pegaba su pecho desnudo junto al mió, notaba ese calor que desprendía y su húmedo pecho velludo. Cuando sentí, como me apretujaba contra mis glúteos, comencé a calentarme, a sentirme húmeda (sentía las braguitas de mi bikini, mojadas y no era precisamente por el agua), cerré los ojos por los espasmos que comenzaba a notar, como unas descargas de sensaciones recorría mi cuerpo, que difícilmente puedo explicar. Este manoseador, no dejaba de acariciarme entre tanta gente.

Por mi cabeza, en esos momentos pensaba por que siempre atraigo yo a estas clases de gente, acosadores, manoseadores y todo tipo de degenerados, aunque en verdad yo en el fondo los recesitos. Pienso que no están lo bastante satisfecho con su pareja, que tienen que reprimir sus deseos sexuales con alguna (chica como yo), a quien poder manosear, y aun sabiendo, que algunas circunstancias como las actuales, no pondré resistencia, ya sea por el escándalo, o por la vergüenza (por que en el fondo me gusta tanto como a él).

Abrí los ojos, me gire un poco mirando a los lados, tratando de ver quien podría ayudarme, pero sinceramente no creo que pudieran hacerlo, estaban todos entusiasmado con el concierto. E incluso mire a su chica, la cual estaba más atenta al grupo que a su chico. De nuevo empezó, pues no dejaba de pegarse contra mis nalgas, hasta que llego un momento en que el publico hizo la "ola", aprovechando este para colocar sus manos sobre mi cintura una a cada lado, para pegar su bulto contra mis nalgas (del puntazo que me dio, hasta creí que la había metido).

Una de sus manos comenzó a ascender por mi costado hacia mi pecho, acariciándome por encima de la fina tela, a altura de mi aureola (sentí la dureza de mis pezones, rozar mi prenda superior, casi pensé que lo rasgaba). Comenzó a apretarme cada vez más fuerte, hasta notar como pellizcaba mis pezones, aun encima del bikini. La oleada de calor, que me producía una y otra vez, me daba sensaciones de mucho placer. Bajo su mano, cuando el chico de delante de nosotros, se giraba hacia atrás, me sonrió, le devolví la sonrisa y volvió a girarse hacia adelante.

Volviendo este manoseador, a colocar de nuevo su mano sobre mi cintura, al notar que pasaba el peligro, subiéndola hasta la altura de mis pechos, casi de forma "accidental", me los comenzaba a tocar. El sentir como me los recorría con, el sentir el calor de las yemas de sus dedos, producía en mi un calentamiento bastante notable, hasta llegar a morderme mis labios, por el gusto que estaba sintiendo, note como mi placer iba en aumento, como notaba que iba a tener un orgasmo.

Me sentía avergonzada, sería los nervios, o el morbo por la humillación que estaba siendo sometida, pero me sentí desfallecer cuando note como me venia, como por ese orgasmo que hizo casi desmayarme (e incluso quise reprimir este orgasmo, lo que me fue imposible). Aproveche un momento el cual el me dejo de tocar mis nalgas, ya que estaba exhorto en mis pechos.

Como tenia mis brazos pegados al cuerpo, lo mire de reojo teniendo cuidado que el no me miraba (ante el miedo de ser descubierta, no vaya a pensar que encima soy una guarra), por lo que sin que el se diera cuenta, recorrí mi mano (la izquierda, por ser esta la que estaba mas separada de su cuerpo), desde el muslo hasta la ingle, a la altura de mi pubis. Recorrí con varios de mis dedos, el borde de las braguitas de mi bikini, quería cerciorarme de mi humedad (una verdad a gritos), introduje mis dedos en mi vagina sintiéndola chorreante (he de admitir, que me arriesgue muchísimo), pero lo peor es que me gustaba.

Comenzó a descender su mano hacia mis nalgas, note que sus manoseos eran más seguidos, más constantes. Me acariciaba prácticamente con su mano abierta (de nuevo), abarcando todo mis glúteos, agarrándome fuertemente para comenzar a introducirme un dedo por mi orificio anal (que gracias a que todavía llevaba la prenda de mi bikini, lo hubiera tenido dentro). Aprovecho el bullicio, para ir colocándose poco a poco, justo detrás de mí. Colocando su erecto miembro entre mis nalgas, a modo que sintiera la tremenda erección que tenía, comenzando a darme pequeños empujones (casi, penetrándome), haciéndome sentir lo caliente que estaba.

Comencé a notar una cierta húmeda, en mi bikini a la altura de mis nalgas, aunque esta seguía cubierta por la parte inferior de mi bikini (aunque eso si, me daba la sensación que seria momentánea), que me separaba de el. Me estaba sintiendo presa de este acosador, y entre la multitud difícil de evitarlo. Me gire una vez más hacia el, le roge "que me dejara", pero creo que le excito aun mas. Estaba siendo vejada ante tanta gente, le gustaba lo pude sentir, al notar como su bulto comenzaba a temblar (disfrutaba, el verme asustada).

Tuve que cerrar mis ojos, de las oleadas de placer que sentía en mi cuerpo, los escalofríos me hacia vibrar mas de una vez. Me costaba hasta mantenerme en pie. Sentía los latidos de mi corazón acelerar, como mis venas se hinchaban de sangre, como mi pubis se encharcaba una y otra vez sin poderlo evitar. De nuevo sentí un escalofrió, al notar como la mano de acosador, comenzaba a descender hacia mi cintura (por la lentitud, creía que me contaba mis costillas), se me erizaba hasta la piel. Mientras su otra mano la cual acariciaba mis nalgas, comenzó a ascender hasta mi cintura pero por el lado opuesto.

Notaba su respiración sobre en mis cabellos, su cuerpo estaba tan pegado al mió que notaba hasta sus propios latidos. Sus manos rodearon mi cintura bajando hacia mi hombrigo, descendiendo ambas al mismo tiempo, hasta tocarme levemente sobre la fina tela de mi bikini, notaba como sus dedos se posaban suavemente sobre mi monte de Venus, como fueron descendiendo hacia mis muslos recorriendo la suavidad de mi piel.

Comencé a sentirme desorientada, asqueada por las sensaciones de gusto, aunque despertaba en mi ese morbo que tanto placer me atrae, estaba experimentando una nueva experiencia de acoso, siendo vejada en presencia de su pareja, y esta sin inmutarse (sería por ella, acaso que me gustaba). Me entregue a un nuevo orgasmo, que me confundía una vez más por las sensaciones que experimento.

La mano que estaba sobre mis muslos, comenzó a ascender de nuevo hasta mi cintura, rozando la tira del bikini en espera de su compañera. Que ascendió desde mi nalgas hasta colocarse en mi cintura, una a cada lado (presentí lo que ocurriría, pero en el fondo lo deseaba). Agarro por la punta del lazo, del nudo que sujetaba las braguitas de mi bikini (estas estaban en los laterales), estiro de ellas y soltándolas a la vez, desabotono el nudo. Notando como descendía entre mis piernas hasta el suelo. "Dios"… pensé, entre la multitud me dejo de cintura hacia abajo desnuda, en cierta forma me sentía cubierta desahogada por desprenderme de mi prende, aunque eso si ahora estaba indefensa (¡Qué pena!).

Ahora había conseguido de mí su propósito, me tenía a su dispocision, no podría gritar y aun menos moverme. Estaba muy nerviosa, pero incluso me sentía excitadísima. De nuevo sentí unas manos sobre mis nalgas desnudas, comenzó a recorrerlas, pellizcarlas e incluso comenzó a pasarme sus dedos, desde mi agujero anal hasta mi húmeda vagina (noto como estaba disfrutando). Su otra mano, se unió a la fiesta pero esta comenzó a posarse sobre mi pubis, descendiendo hasta mi vulva comenzando a frotármela (la vergüenza se me mezclaba con la humillación que me invadía, y el disfrute).

Lo peor venia ahora, cuando su rodilla choca entre mis piernas juntas, a modo de separar las mías. Creí, que quería apartar las braguitas de mi bikini, por lo rápidamente coloque la planta de mi pie sobre la prenda, mostrándome abierta de pierna para el, con mis muslos bien separados. Por mi mente paso la idea de agacharme, de recoger mi prenda y colocármela, de salir corriendo de allí antes que ocurriera algo peor. Pero si lo hacia me exponía, a encontrarme con algo que seguramente no buscaba, y que el lo desearía.

Escuche gritos, girándome en la lejanía se veía como algunos vigilantes de seguridad se acercaban, pero se desviaron (sentí alivio, no se por que y menos explicarlo). Me veía como una inocente chiquilla indefensa, pero ahora mismo tan caliente como cualquier mujer (o quizás, ninfomana). Retiro por unos minutos sus manos de mi cuerpo, volviéndolas a colocar pero ahora era su mano izquierda la que directamente se poso sobre mi vulva, jugueteando y disfrutando con mi placer. Mientras que su mano derecha se poso sobre mis nalgas, de nuevo acariciándomelas. Su acoso continuaba (deseaba que no acabara), situó su mano entre mis piernas, recorriendo desde mi rajita húmeda, hasta mi anito, delante hacia atrás varias veces.

Comenzó primero a frotarme mi vulva, con movimientos circulares y presionándomelos. Fue acercando un dedo a mi vagina, pasándomelo suavemente para introducírmelo muy lentamente hasta notar su nudillo chocar contra mis labios vaginales, cuando se cercioró que entraba perfectamente y que salía con libertad, comenzó con un segundo dedo y mas tarde un tercero (estaba completamente entregada), teniendo que echar mi cuerpo hacia atrás (a modo de reuhir sus dedos). Pero encontré su otra mano queriendo entrar en mi agujero trasero, entrando no tan fácil como por mi vagina (estaba extasiada del gusto, sintiéndome avergonzada). Pero nada mas sacarme sus dedos, note algo gordo y caliente, asustada quise luchar.

Presionándome aun mas a su cuerpo, introduciéndome su miembro entre mis piernas, comenzando su vaivén, notando como la cabeza de su miembro chocaba una y otra vez contra mi rajita (con mi vagina húmeda, que sufrimiento sentía, pues deseaba sentirla bien dentro), mientras que con su mano izquierda me presionaba contra el. Dirigiéndola hacia mi vagina, comenzando a masturbarme, frotaba mi vulva. Notaba esa barra de carne caliente, se movía entre mis piernas a modo de lima, yo me mantenía callada como podía pues no quería que se notase mi placer (ni el, y menos nadie).

Aunque escuche gemidos, me saco de mi trance. Mire hacia la derecha, mirando a su chica la cual, con los ojos cerrados y la boca entre abierta soltaba pequeños quejidos. Baje mi mirada hacia abajo, sorprendiéndome como el cacho cabron, masturbaba a su chica con la mano derecha al mismo tiempo que lo hacia conmigo. Se dio cuenta de donde miraba, retirando la mano de su chica, y dirigiéndola hacia la mía, sujetándomela la llevo hacia la entre pierna de su chica.

La cual nada mas tocarla, mi primera reacción fue retirarla, pero note su humedad y me excito aun mas, por lo que decidida mientras que su hombre me estaba haciendo en ese momento la mujer mas satisfecha, fue echar a un lado el borde inferior de su bikini e hundir, varios de mis dedos, dentro de húmeda y caliente cueva. Comencé a frotarle su vulva muy rápidamente, nada de ternura sino en plan salvaje, con insistencia hasta escucharle dar gritos de placer, que entre los gritos de la multitud apenas se percatara.

Hasta lograr orgasmos simultáneos, tanto suyo, como mió. Cuando note, como su chico estallo en mi, se vino sobre mi cuerpo, notando como su néctar caliente humedecía mi entrepierna, lo notaba recorrer mis muslos, descendiendo por mi parte interna, como taponaba mis entradas tanto vaginal como anal (que cantidad de leche acumulaba, pensé). Estaba pringosa de su líquido, fui notando como su miembro descendía, como su intensidad, como su bravura fue encogiendo, como de notar como chocaba contra mi vagina a ir como rápidamente se iba encogiendo hasta pasar por mi agujero dolorido.

Una vez acabados ambos, retiro su miembro de mis piernas, me soltó y se retiro de detrás de mí. Aproveche yo, para agacharme y recoger mi prenda de mi bikini, para colocármela. Cuando una vez estaba arrodillada ante el, observe su miembro flácido e impregnado de semen, a modo de ser agradecida (aunque para muchos, más seria una zorrita), se lo agarre con la mano (el chico echo su cuerpo hacia atrás, seguramente ante el temor que le pudiera hacer algo).

Pero me lo lleve a mis labios, para introducírmela dentro de mi boca hasta el fondo (saboreando su néctar, un poco acido pero es un sabor que me gusta tanto), una y otra vez notando como iba creciendo dentro de mi boca, la saque y comencé a pasarle la lengua por su alrededor hasta dejársela bien limpia, y bien endurecida con la idea de que ahora sea su novia quien le satisfaga.

Me puse de pie, ya con mi prenda colocada (aunque un poco sucia), observando como el ensayo había finalizado y como el tumulto comenzaba a moverse, a retirarse de donde vinieron, y a la espera de esta noche para volver a venir, pero esta vez al concierto. Por mi parte comencé a andar hacia la salida (pringosa y llena de su líquido blanquecino), cuando me encontré en el suelo mi pareo, pisoteado y un poco roto, me agache a recogerlo y me lo coloque. Me marche a la playa con la idea de llegar y meterme en el agua, para limpiarme y retirar de mí, esa resto que el me había dejado.

Aunque mas deseosa de ir esta noche al concierto, pensando ya en la ropita sexy que me colocaría y quien sabe si me pondría braguitas. Recuerdo vivamente, como disfrute tanto en el concierto como en el ensayo, esa extraña excitación de sentirme deseada de ese modo, me gusta ser zarandeada, empujada, manoseada...

Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com