Manoseada en el tren, una rica aventura
Lo que sucede cuando una va a tomar el tren
Típico dia de semana, me despedía de mi amiga quien me habia acogido en su casa luego de haber bebido ambas de más en un lindo encuentro que tuvimos después de mucho tiempo, me encontraba mejor con la ducha aunque sentía un poco el alcohol, caminé unas cuadras hasta la estación del tren.
Eran las 8:10 am., hora en la que las estaciones estaban saturadas a más no poder, tuve que esperar varios minutos solamente para pasar el torniquete, mientras tanto no dejaba de sentir algunas miradas en mi. No vestía exageradamente, llevaba una blusa celeste y un pantalón blanco ceñidos a mi cuerpo con unas sandalias de plataforma que hacían juego ( mi outfit para trabajar), por las inmensas filas sentía como el sujeto atrás mio comenzaba a apoyarme su bulto en mis nalgas entre los empujones de las personas por hacer que avancen.
No le llegaba a ver el rostro, pero su percibible aroma a cerveza denotaba que estaba ebrio, sin contar su aroma fétido que por momentos sentía. Mi cuerpo notaba como sus manos comenzaban a tomarme de la cintura apegándome a él y yo no sabia que hacer, notaba las miradas y roces de sus manos por mis piernas de los sujetos a mi alrededor quienes parecían cómplices de aquel nauseabundo hombre.
La espera fue larga pero llegué a pasar el torniquete entre la multitud quienes empujaban, causa de ello y con la rapidez de las personas pasando no logré divisar al sujeto que estaba atrás mio. Miré el reloj y aun tenia tiempo de sobra, ingresé al baño un momento a arreglarme y mientras orinaba divisé una mancha de humedad en mi tanga, ¿acaso disfruté ser manoseada por ese fétido sujeto y los otros hombres? me decía a mi misma sorprendida por ese detalle, al arreglarme noté en el espejo como mi pantalón unas manchas de suciedad de sus dedos, eso me incomodó y salí ofuscada del baño a tomar mi tren.
Miraba el reloj de mi celular mientras subía por las escaleras, confirmaba con una amiga del trabajo si me cubrirían mi tardanza como habíamos quedado dias antes, al recibir el sí me puse mas tranquila y alegre. Tomé el tren a duras costas entre la multitud, por suerte estaba ventilado y esperé a llegar a mi destino. Eran mas de 10 estaciones que pasar para llegar, las personas subían y bajaban a montones, yo me acomodé pegada a la baranda cerca a otra puerta.
Me mantuve con el teléfono por minutos hasta que de la nada sentí como una mano se posaba en mi nalga, acariciándola suave apretando poco a poco, mis mejillas se colorizaron pero no entendía el por qué no actuaba, ¿me estaba gustando ser tocada?, las manos de aquel tipo misterioso pellizcaban mi nalga restregándome su bulto en mi cola, un bulto grande y percibible, me provocaba sentirlo mas e involuntariamente arqueé mi pompis sintiéndole mas rico ¡mmm la ha de tener gorda! me decía mientras me saboreaba esa verga queriendo tenerla dentro de mi.
Aquellas manos largas lograban alcanzar mi vagina, deslizaba su dedo de mi ano a mi vagina exitandome de una forma indescriptible, podíamos ser vistos pero me sentía ganosa de querer ser tocada y quitarme ese deseo que habia mojado mi tanguita por lo que correría el riesgo. Le frotaba mis nalgas de manera discreta sintiendo como atrevidamente pasaba su mano adelante rozado mi ingle y mi vagina por encima de la ropa, sentí que ya quería ser suya y en esos tocamientos le sentí acariciarme el muslo y me susurro:
- Sabia que querías mas en la fila
Mi cuerpo se paralizó por un instante, ¿Acaso era el mismo sujeto? no percibí nada oloroso y esta vez sentía su verga mucho mas grande, así que algo discreta volteé y encontré su rostro acercándose a verme de lado. ¡Era uno de los otros tipos de la fila! Mi calor aumentó, no me creía que fuera a cruzármelo a el pero estaba deseosa que no le ponía peros a mis deseos. Comencé a ser mas descarada frotándole mi culo haciendo que retroceda un poco hasta la pared disimulando mientras sentía sus manos apretar mis caderas, sentía sus arrimadas en mi y su respiración, así estuvimos hasta que miraba que era mi estación, nos volvimos a acomodar por las personas que se movían para salir, yo le sonreí pues tenia que bajar y noté como el venía atrás de mi y me emocioné.
Pude apreciarlo mejor y lucía presentable aquel hombre que tendría 35 años tal vez, me comenzó a conversar preguntando mi nombre y muchos detalles, le dije lo necesario para que entendiera que quería tenerlo dentro de mi. Escuchaba su teléfono sonar en varias ocasiones, así que caminé en dirección a mi trabajo siguiéndome el a mi lado, tenia disposición a coger con el pero no me iba a regalar.
- ¿Hermosa que te parece si vamos a un parque? conozco uno muy discreto por acá.
- ¿Un parque?¿Es enserio? - respondí mirando medio seria.
- Es muy tranquilo y podremos estar cómodos, ¿No te gustaría repetir lo del tren y sentir algo mas rico? - agregó tomándome de la cintura como si fuera mi novio.
El deseo me llevó y acepté, caminamos unas cuadras hasta llegar al parque, era tal cual lo describía ¡muy discreto! (abundantes arboles y arbustos grandes, ligeramente oscuro en gran parte del lugar, algunas bancas y habían muchos carros estacionados en los alrededores) nos sentamos en una banca y el me acarició descaradamente mi cuerpo, no me opuse y dejé que me manoseara a su antojo, sintiendo como se enfocó en mis senos como si no hubiera un mañana.
- ¡Que ricas tetas tienes puta! no sabes como me aguantépor tocártelas.
- ¿Te gustan bebé?
- Me fascinan!! Que bien hueles mmm pituquita rica - comenzaba a pasar su nariz por mi cuerpo mientras me llenaba de besos.
Sentía como exploraba mi cuerpo a su antojo, acariciaba con ternura mis pezones estrujándolos de a momentos. Se erguió de la nada y desvergonzado abrió su cremallera sacando su verga apuntándome directamente mientras estaba sentada, era gruesa como me la imaginaba de un generoso tamaño y con la punta babosa y mojada.
- Dame placer chiquita o... ¿me vas a negar que no quieres esto? - decía agitándola para mi.
- La quiero toda - respondí mimosa, con la boca abierta y sacando mi lenguita.
Me tomó suave de mi cabeza y me la introdujo de un golpe sosteniendo con fuerza mi cabeza, sus ricas embestidas que me daba me tenían enamorada de el, comenzaba a acelerar sus embestidas sintiendo como me escurría saliva por sus bruscos movimientos, me propinaba cachetaditas mientras me decía insultos denigrantes. Su teléfono sonaba pero eso lo hacia enfurecerse mas violando mi boca vengándose conmigo, mi garganta me dolía al sentir el choque que me provocaba vomitar con el ahogo. Arañando sus piernas le suplicaba que me la retire y mirandome superior me la retiraba dándome golpes en mi mejilla con su verga.
- Deseas mas zorrita?
- Quiero mas amor! mmm hasta que me des tu lechita - alegué mientras le hacia una paja mirando por si no venia nadie.
Me tomó de la mano e intensamente me jaló hacia un árbol cercano, posándose atrás mio manoseándome las tetas de nuevo, bufando como un animal lamiendo mi cuello, me daba fuertes nalgadas que me hacían estremecer. Me bajé el pantalón un poco y sin darme tiempo me tiró de la tanga para abajo metiéndome su verga en mi coño, como un salvaje me empezó a embestir dándome lo que anhelaba desde aquellos roces en el tren. Su verga era majestuosa, gorda y sentía su engrosamiento dentro de mis entrañas, me insultaba cubriendo mi boca y metiéndome un dedo en ella, se lo chupé como una niña buena sintiendo como me empezaba a atorar con su impetuoso dedo.
- Umm zorrita me voy a venir en tu concha - gruñía entre embestidas
- No ahí no amor! córrete en mi boquita la quiero ahí, quiero saborearla
- Tengo algo mejor en mente putita
Me abrió mas de piernas y me la puso en la entrada de mi ano, sabia que ese era mi final, tener la leche de mi amante del dia en mi culo, mi única mirada era la del grueso tronco del árbol que me hacia recordar cuan gorda la tenia él. Me introdujo la punta haciendome chillar de dolor, estrujaba la base de mis sandalias y mis manos apretaban la dura corteza del árbol, me tenia sometida a su gusto metiendo más y más rápido su verga escuchando sus jadeos mientras sostenía con suma fuerza mi cintura.
- Carajo puta me vengo
- Si amor córrete! lléname de tu leche! quiero toda tu leche.
- Si puta, así, pídemela, pídemela zorra!
- Quiero tu lechita! dámela, dámela amor! déjame llena
Tiraba duro de mi cabello mientras sentía como chorros tibios llenaban mi interior, mientras mas me tiraba del cabello mas sentía que me inundaba con su leche, mis piernas temblorosas no podían mas, me sentía adormecida. Nos quedamos en esa posición por unos minutos mientras me seguía manoseando luego me la retiró y me robó un beso de amantes metiéndome palmadas al culo, nos comenzamos a vestir y acomodar, el terminó rápido y volviéndome a dar un beso me puso frente al rostro unos billetes.
- Toma putita, por tus servicios linda zorrita! - los puso dentro de mi tanga y se fue, tratándome como si fuera una prostituta.
Revisé lo que me dió, una buena suma de dinero, después de todo me sentí una puta con el y muy satisfecha, lo que imaginé que seria un jueguito en el tren terminó de lo mejor para mi. Me arregle rápido y salí a mi trabajo entrando primero al baño a acomodarme, noté las manchas de semen que habían escurrido de mi ensuciando mi tanga pero nada me quitaba de la cabeza la cogida de aquel hombre del tren.