Manoseada en el tren
Cuando estudiaba disfrutaba de manoseadas y buenas apoyadas en el tren, el metro el bus. El tiempo paso y no sino hasta principios de mes no volvi a vivir esos cachondos viajes por la ciudad
Este mes me cambiaron el horario en el trabajo y debo salir temprano de casa para llegar el tren de 7:12 en San Martín, Linea Mitre. Me beneficia pues se me hace mas rápido el día y muy temprano por la tarde estoy libre. Lo que agrega un puntito extra es viajar apretadita y fantasear unos 12-15 minutos que tarda mi viaje a destino.
De arranque nomas el primer día sentí el frotar de calientes pollas en mi cola y piernas. Observando simuladamente
pude saber que eran hombres bastante apetecibles. Odio que me apoyen y toqueteen tipos de aspecto desagradable.
Ayer lunes fue muy hot. Habia demoras y cancelaciones en el servicio, por lo que el pasaje era al menos tres veces mas de lo normal. Llego la formación y me subieron literalmente y a que no saben como???. Si un par de manos en mi cintura, un pene bien gordito y caliente en mis nalgas y un empujón que me estrello contra el pasaje que resistía la embestida de los que subíamos. La corriente humana me arranco de mi ángel apoyador y llevo por el pasillo donde no cabía un alfiler, en el transcurso del arrastre sentí manos, muslos, penes y hasta ricas colas y tetas de chicas muy guapas. Al fin se estabilizo la batalla, se cerraron las puertas y el tren en marcha, Ahí empezó el roce. Primero un roce encantador, sutil, muy suave. Casi diría que era como un suspiro acariciando mis glúteos. me sentí reconfortada y gire para ver quien era el autor de semejante seducción. Era guapo, unos 35 años, delgado y no pude ver si tenia pancita, apenas si pude ver su rostro bien afeitado y sus ojos de fuego. deje caer mis pestañas y deje seguir. En el momento que el tren se detenía en la primer parada los dos nos estábamos entendiendo muy bien. El recorría mis contornos y yo tiraba mi cola lo mas atrás posible para mostrarle devoción por sus caricias. Una de sus manos, creo que la derecha, empezó a moverse de manera extraña, pero adivine que se estaba acomodando su creciente pene que ya comenzaba a calentar mis nalguitas. Sigue tocando ahora mas profundo, mete sus dedos por la hendidura de mi culo dibujada por unos pantalones bien ajustados, sus maravillosos dedos llegan hasta mi vulvita que no tarda en humedecerse. sigue, me frota su pene acompañando el movimiento del vagón y el paso de otros pasajeros, pero sigue dándome una paja entre mis labios vaginales que me obligan a suspirar y girar nuevamente mi cabeza para mirarlo y mostrarle como aprieto mis dientes en mis labios. Me estaba llevando al éxtasis y apenas salíamos de estación Pueyrredon. Como tengo experiencia de cuando estudiaba y viajaba así de apretadita, llevo puesta siemre una toallita diaria, de lo contrario mis gotas estarían empapando mis pantalones. Ya con el tren saliendo de Urquiza no aguante mas y solté mi mano derecha que apretaba mi bolso y como pude la pase detras mio buscando esa verga ardiente, estaba durisima. la recorrí con las yemas de mis dedos y la repase con mis uñas, cosa que lo estremeció y sentí como el vapor de un suspiro penetro por mi nuca. Llegamos a Belgrano R, mucha gente baja, mucha gente sube, quedamos mas que expuestos ante varios curiosos, pero nos seguimos pajeando mutuamente. Ya debía acabar y bajarme en Colegiales si quería llegar en horario al trabajo, pero al parecer el recambio de pasaje dejo muchos huecos y mi cachondo hombre se cohibió y dejo la rica sesión mañanera. En minutos el tren abría la puerta en Colegiales y entendí que debía despedirme de él, asi que le bese la mejilla y le dije nos vemos mañana. de mas esta decir que llegue a la oficina y urgente encierro en el baño para arrancarme ese orgasmo atragantado que tenia. A él lo busque hoy martes en la estación y entre la gente del tren. Pero no lo descubrí. Ojala lo vuelva a ver, igual hoy tuve apoyadores sustitutos claro.