Manolon (09)

Carmen después de conocer al camionero Manolo y a su hijo, conoce a otro camionero que tampoco la va a defraudar.

Manolón 9

Pipo

Todo el día lo pasó Carmen durmiendo en la cama de la cabina del camión mientras éste tragaba kilómetros de autopista en diracción a Francia. Pasaron la frontera sin que la chica se enterara, los gendarmes solo inspeccionaron la carga y en el furgón solo había naranjas valencianas.

Al anochecer descargaron en Lyon y salieron de la ciudad en busca de un lugar para cenar y pasar la noche.

Como siempre antes de cenar se duchaban en la zona habilitada para los camioneros y luego se dirigieron al restaurante. Los tres muy alegres y muy hambrientos.

Una vez más la chica cenó mucho, no había almorzado por estar durmiendo y ahora queria recuperar. Los dos hombres cenaron lo de siempre.

Cuando estaban tomando café Manolo le preguntó a la muchacha si quería otra sesión de sexo como la de la pasada noche y ella dijo un si rápido de satisfacción.

Manolo dispuso de las mantas en el furgón del camión. Los tres se desnudaron al mismo tiempo y como no sabían como romper el hielo, el hombre se le ocurrió que la chica hiciera lo mismo que él le había echo la noche anterior o sea una buena mamada.

Padre e hijo se tumbaron uno al lado del otro y le sugirió a la chica que les mamara la polla a ambos al mismo tiempo.

La chica dijo que no sabía. Y Manolo le dio las primeras instrucciones:

  • Acaricia las pollas y los huevos. Cuando empizen a tener consistencia puedes pasar la lengua por ella empezando por arriba y bajar para volver a subir al capullo. Cuando esten bien lamidas puedes chupar, sorber una mientras acaricias a la otra. Puedes repetir todos estos pasos tantas vez como quieras. Nosotros ya te diremos basta.

La chica obediente hizo lo que le ordenó. Primero dedicó su atención a la enorme verga de Manolo la que la había desflorado por segunda vez. La que le había dado tanto placer, un prodigio de la naturaleza que queria estudiar y conocer para no olvidar nunca.

La polla de Manolo crecía ante los ojos fascinados de la muchacha. Para ella todo aquello era nuevo. Los cojones de Manolo también llamaron su atención por lo grandes, duros y llenos de pelos negros que los tenía. También los acarició con cariño.

  • ¿Y yo qué? protestó Manolito.

La chica se había olvidado de él. No sin desgana con la mano derecha lo empezó a acariciar pero con la izquierda y con la boca continuaba con la verga de Manolo, era su preferida.

Cuando las dos polla estaban duras Manolo sugirió un cambio tercio. Le propuso a Carmen que si ayer le había abierto el coño hoy le correspondía abrir su culo.

La chica al oir la propuesta cerró instintivamente su esfinter. No es demasiado para mi dijo con voz lastimera.

  • No, lo haremos despacio y lo harás tu misma yo no te forzaré.

  • Mira echate sobre mi cuerpo y mientras tu me preparas mi polla para que pueda encularte facilmente yo te preparo el culito para que no te duela.

La chica se dispuso como le había dicho. Se tumbó sobre el inmenso cuerpo velludo de Manolo y empezó un glorioso 69.

La chica volvió a explorar la verga y los cojones de Manolo desde un punto de vista diferente. Sus tetillas y pezones volvieron a recibir las cosquillas del vello de Manolo, esto la excitaba.

Manolo abrió con sus manazas el coño de la niña y su lengua la volvió a penetrar. Pronto la lengua fue sustituida por un dedazo que buscaba sus humedad para lubrificarse y calentar a la muchacha.

Cuando tubo el dedazo húmedo de los líquidos de la chica lo dirigió a su culete y dando rodeos lo enterró hasta el fondo. La chica suspiró pero volvió a su trabajo de sorber el falo de sus sueños.

El dedo del culo entró y salió hasta que se acostumbró entonces entró un segundo dedo. Esto era como la polla de Manolito y su culito la sabía de este grosor y no protestó. De dos pasó a tres dedazos y esto ya era una molestia que no gustaba a la chica. Pero mientras tres dedos perforaban su culo otro dedo castigaba su clítoris y una lengua lamía su vulva. Tanto castigo tubo su recompensa, un inmenso orgasmo la inundó.

Mientras orgasmaba Manolo paró todos toqueteos. Cuando recuperó la respiración le ordenó a su hijo que desde atrás follara a la chica.

Manolito que contemplaba el trabajo de su padre, se arrodilló encima de su cabeza y clavó su polla en el coño de la chica mientrsa su padre lo animaba lamiendole los cojones y abriendolo la vulva para que su penetración fuera más profunda.

Después de dos o tres mete saca. Manolo cogió la polla de su hijo y la enterró en el culo de la muchacha. Aquello gustó al muchacho, era más estrecho y le daba más placer.

Mientras el chico enculaba, Manolo volvió a dedicarse al coño de la chica. Este se dirigía feliz a un segundo orgasmo mientras castigaba con mayor rapidez el vergón de Manolo.

El chico no pudo aguantar más y se vació dentro de la chica. Se retiró un poco avergonzado por no tener más aguante. Por terminar tan pronto.

La chica apenas notó la liberarción de su culo pues estaba a punto de tener un nuevo orgasmo. Manolo lo notó y paró todos sus toqueteos.

La chica protestó pues se le estaba escapando un magnífico orgasmo que tenia a las puertas de su coño.

  • Si quieres tener este orgasmo tu misma metete mi polla en tu culo, le recomendó Manolo.

  • Me va a doler, protestó

  • En un primer momento si, pero luego el placer será como nunca.

Carmen se incorporó, se colocó de espaldas a Manolo y lentamente descendió hasta colocar su culito, del que goteaba semen de Manolito, justo encima del vergón. El hombre colocó sus manazas en la cintura de la chica para ayudarla en su descenso, sin forzar nada.

La chica, no muy convencida pero deseosa, encaró el glande gordo y tenso en su culito y bajo un poquito lo justo para enterrar la cabezota en su interior.

La muchacha sintó un pinchazo en su columna vertebral que paralizó todos sus movientos. Se quedó quieta. Cuando iba a lenvantarse y renunciar a la enculada las poderosa manazas de Manolo la obligaron a descender bruscamente y clavarse aquel munstruoso pollón en su interior de un solo golpe.

Aquello era demasiado para la chica. Lanzó un grito que retumbó dentro del furgón del camión.

Una vez enterrada la polla, Manolo inmobilizó a la chica. Quería sentir la estrechez de aquel culito en su verga al mismo tiempo que este se dilataba al tamaño de su intruso con lo cual el dolor empezaba a menguar.

La puerta de camión no estaba bien cerrada y el grito de Carmen fue escuchado por Fernández (ver Manolón 3) que había reconocido el camión de Manolo y lo iba a saludar. Al escuchar el grito que salía del interior del furgón, Fernández adivinó ensenguida lo que pasaba dentro. Apresuró el paso pues no quería perderse la sesión de sexo que allí tenía lugar, estaba seguro de ello.

Entró Fernández dentro del furgón, ajustó la puerta y el espectáculo que se le ofració a su vista le levantó la polla en un momento y en otro instante se quedó desnudo como todos los que estaban allí.

Fernández era camionero como Manolo, eran amigos. Éste era más alto, casi dos metros. Le gustaba el gimnasio, no tenia un gramo de grasa, ni tenia pelo en ninguna parte de su cuerpo salvo las cejas y las pestañas.

Carmen estaba pegada a la barriga de Manolo con su enorme verga dentro de su culo. Frente a ella vió aparecer un Hércules sin pelo como Tarzán. Sosteniendo en la mano una polla más corta que la de Manolo pero un poco más gorda o sea otro ejemplar de exposición.

La chica se asustó, no sabemos si por la aparición de un nuevo hombre o por el tamaño de la verga que tenia en frente y que pedía permiso para participar de la fiesta.

Manolo, como siempre al tanto de todo, le dijo a su amigo que esperara un segundo a que la chica se relajara y podría participar en la sesión.

Lentamente la manos de Manolo ayudaron a Carmen a subir y bajar por su falo. El dolor iba desapareciendo. Entonces ella empezó a moverse por su cuenta. Las manos de Manolo soltaron sus caderas y atrajo la espalda de la chica hacia sí. Colocó sus manazas en sus tetillas, se apoderó de sus pezones y empezó a jugar con ellos.

A Fernández se le ofrecia un esplendido coño lleno de humedad que pedía ser llenado por una buena verga y no se lo pensó dos veces. Apuntó su gorda polla y despacio pero sin pausa la enterró hasta el fondo. A él le gustaban las chicas fideo pues al ser tan estrechas apretaban más su verga y si encima tenia otra en el culo mejor. Frotar su verga contra otra alojada en un culete era su placer favorito.

Carmen tenía dos enormes pollas en su interior aquello era demasiado para su joven cuerpo casi virgen. Cuando la nueva polla llogó al fondo le provocó un orgasmo más bestial que el de la noche anterior. Fue un orgasmo continuo, no tenia fin, su cuerpo saltaba en medio de sus dos folladores sin control.

Aquello era un descontrol, los tres cuerpos saltaban como resortes, cada cual buscaba su orgasmo.

Solo Manolito estaba fuera de juego y con la polla otra vez dura y no sabía que hacer. Se colocó de pie sobre la cabeza de la muchacha e intentó varias veces meterle la polla en la boca pero la chica estaba fuera de control y no estaba por la labor por lo que Fernandez se la llevó a su boca y como hombre que era sabía como había que chupar una polla para dar el máximo de placer con lo que en poco tiempo obtuvo toda la leche que el chico aun tenia en sus cojones y poco después los dos hombres también soltaban su semen en el interior de la chica.

Manolo echado en el suelo sostenia a Carmen y a Fernández mientras estos recobraban la respitación. Luego los cuatro se tumbaron en las mantas cansados y satisfechos.

Una vez recuperados Manolo presentó a Fernández y a Carmen y dejaron para el dia siguiente las explicaciones pertinentes.

Continuará

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