Manolon (08)
Manolito se liga a una adolescente y su padre les enseña otras posibilidades de placer.
Manolón 8
Pipo
A la mañana siguiente, Manolito tenía el culo escocido, le dolía pero también recordaba el orgasmo que le había provocado su padre y esto le gustó más.
Mientras recordaba sus hazañas de la noche anterior, su padre conducía al límite de velocidad por la autopista en dirección a Valencia. Él estaba todavía desnudo tumbado en la cama del camión.
Manolo al notar que hijo se había despertado le pasó un tubo de crema y le recomendó que se la pusiera en su ano para alibiar el escozor.
Las horas pasaban y los kilómetros también, pronto estarían en Castellón, no llegarían a Valencia, su casa. Cargarían naranjas en Castellón y se volverían a Francia a descargar.
Al anochecer cargaron el camión y se volvieron a Francia. Cuando oscureció, Manolo se salió de la autopista y un área de servicio aparcó para descansar, estirar las piernas, cenar y dormir.
Manolito estaba en la barra del bar bebiendo una cerveza. Esperaba a su padre que todavía no había terminado de ducharse. Estaba solo y con cara de aburrido mirando la tele.
De pronto una voz le dice: ¡Hola!
El chico se vuelve y se encuentra con una chiquilla de su edad.
Sin tiempo para reaccionar, la chiquilla le cuenta que se ha fugado de su casa. Su padre adoptivo la pegaba y la había violado. Que estaba harta de malos tratos. Que se llamaba Carmen, que no tenía un duro y que tenía hambre. Que si la invitaba a comer.
Mientras la chica le contaba su vida, Manolo se acercaba a donde estaba su hijo.
Veo que has ligado le dijo con voz alegre.
Papá, esta es Carmen, se ha ido de su casa y quiere que la invitemos a cenar.
Mientras cenaban, Carmen les contó los mal tratos que recibía y porqué había decidido ir al lugar más lejos posible de su casa.
Nosotros vamos a Lyon (Francia) si quieres puedes venir con nosotros, se ofreció Manolo.
Mientras cenaban, Manolo estubo estudiando a la joven. Era la típica jovencita moderna de ahora, alta como su hijo, delgada como un fideo, con unas tetillas que apenas se notaban debajo de la camiseta y el pelo muy corto, casi como un chico.
La chica tenía hambre, comió casi tanto como Manolo que triplicaba su peso.
- Así me gusta que la gente coma con ganas, dijo Manolo, feliz
Mientrsa tomaban el café después de la cena, ya más tranquilos con el estómago lleno se pusieron a hacer planes.
- Nosotros vamos a Lyon, para pasar la noche nos podemos acomodar en el furgón del camión, dentro de la cabina no cabemos los tres. Tu hijo, puedes dormir en la cabina estarás más cómodo, yo haré compañía a Carmen.
A la chica no le pareció mal la propuesta del camionero y a Manolito tampoco.
Manolo se llevó varias mantas de la cabina al furgón y deseó buenas noches a su hijo.
Manolito se desnudó y cuando estaba echado desnudo en la cama del camión pensó en su padre, en Carmen y pensó que seguro que estaba jodiendo y él, caliente como un burro, mirando el techo del camión.
Despacio y sin hacer ruido abrió la puerta del furgón y sus ojos se abrieron como platos y su verga se levantó de golpe.
Su padre estaba desnudo sentado en medio del furgón. Carmen de pie, su padre le estaba lamiendo su coño. La chica tenía los ojos cerrados y la cabeza levantada como si mirase al techo. Solo suspiraba.
Los dedos de Manolo le abrían la vulva y su lengua hacía recorridos de arriba abajo. De vez encuando se detenía en el clítoris que era sorbido, mordisqueado, mamado y también castigado con un dedo.
De pronto la chiquilla empezó a temblar y a preguntarse que era aquello que le sucedía.
Manolo adivinó que la chica, según decía había sido violada por su padre adoptivo pero su primer orgasmo lo estaba teniendo en aquel momento. Pobre chica, pensó sin dejar de trabajar su coño.
El vergón de Manolo se levantó mirando el coño que queria penetrar. Cada vez estaba más grande.
- No puedo más me tiemblan las piernas.
Por primera vez la chica miró hacía abajo. Entre sus piernas tenía a Manolo, un camionero lleno de pelo como munca había visto nadie, parecía un oso barrigón. Le puso sus manos en la cabeza y Manolo paró su chupar coño.
Al echar la cabeza para tras, Manolo descubrió su vergón a la chica y esta al ver el mosntruo quiso juntar sus piernas pero no pudo, tenía a su amante entre ellas.
Quiso huir pero las manazas de Manolo no lo consintieron.
Manolo no quería forzarla. Sólo violan los que tienen la verga pequeñita y él tenia una verga monstruosa y quien la probaba repetía no le hacía falta forzar ni pagar nada para tener sexo.
Después del orgasmo de la chica, su cuerpo recuperó la entereza y Manolo volvió a atacar su coñito casi virgen.
La lengua volvió a recorrer todos los rincones de su sexo, el clítoris volvió a ser castigado con los dientes, con los labios, pellizcado por los dedos. Las manazas del hombre apretujaban los glúteos como si quisiera exprimirlos. Todos los movimientos del hombre se volvieron cada vez más rápidos. La muchacha volvió pronto al clímax. Estaba a punto de desfallecer pero se acordó del vergón que le esperaba si desfallecia y descendia. Sus piernas volvieron a temblar, su cuerpo se tensó y su coño se volvió a inundar por un segundo orgasmo.
No podia con su alma, sus piernas se doblaron, su cuerpo descendió al mismo tiempo que la enorme polla de Manolo entraba en su interior casi virgen.
Al notar la penetración quiso la muchacha levantarse pero las manazas de Manolo no lo permitieron. La chica quedó empalada. Le dolia era demasiado grande para su pequeño cuerpo, suerte que estaba toda mojada pues eso suavizó la penetración.
Cuando Manolo tubo toda su verga dentro de la muchacha fue él el que suspiró de placer. Hacia tanto rato que queria lograrlo pero no queria forzar la situación sabía que el momento llegaria.
Por primera vez los dos cuerpos estaban quietos, solo resoplaban. Los dos estaban disfrutando de los momentos de placer. La chica no tenia fuerzas para levantarse e iniciar el mete saca.
Manolo con sus peludas manazas la cogió por los glúteos y la levantaba y bajaba al ritmo que él queria, la chica era una muñeca en sus manos.
Los pezones de la muchacha estaban duros como nunca, ahora al refregarse en el pecho velludo de su amante la excitaron todavía más. Pasó sus brazos por la enorme anatomia de su hombre y se pegó a él como una lapa. Su vientre, sus tetas, su coño toda su alma se pegaba al enorme cuerpo de su osito. Solo faltaba su boca que también se pegó a su hombre. La lengua de él le entró hasta la campanilla parecía como si quisiera sorberle todo el aire de sus pulmones.
Los orgasmos de la muchacha estaban descontrolados. No controlaba su cuerpo era un pelele. Saltaba lo que querian que saltara no podía más.
De pronto los movimientos de Manolo se aceleraron, la enorme polla parecía crecer todavía más en su interior y de manera inesperada explotó. Su interior quedó inundado de semen, notaba los lechazos. Cuando estos pararon el cuerpo sudoroso de Manolo se desplomó sobre la manta y sobre él la delgada y blanca chica.
Manolito estubo durante todo el rato mirando sin intervenir, fazcinado por la lucha de su padre y la chica. Cuando ellos terminaron él tenía una erección de campeonato y le dolían los huevos de estar tanto rato en tensión. Había que descargar, vaciar, no podía pasar la noche con aquella calentura.
Con la polla en la mano se dirigió a donde estaban los dos amantes y como todavía estaban unidos, y él solo tenia a su disposición el agujero del culo a él dirigió su verga.
Después del espectáculo la polla de Manolín estaba brillante por el liquido preseminal que despedia desde hacía rato. Lubrificada como estaba apuntó y con un golpe de riñones la enterró en el interior de la chica.
Carmen estaba desprevenida no espereba un ataque por el culo aquello si que era nuevo para ella.
Quiso reaccionar pero no pudo el cuerpo de muchacho le impedia levantarse y las manos del hombre la cogieron por el cuello para morrearse de nuevo.
El padre al ver la iniciativa de su hijo agarró a la muchacha para facilitarle el trabajo.
La penetración anal de Manolito despertó la polla de Manolo, que despues del orgasmo se empezaba a encoger dentro del coño de la chica.
El enorme cuerpo de Manolo estaba quieto, era como una roca sólida que aguantaba la lucha sexual de dos jovenes que nunca tenían suficiente placer.
El trabajo de hijo en el culo de chica volvió a inchar la verga de Manolo. Pronto volvía a estar con todo su esplendor. La chica volvía a restregar sus tetillas en el amplio pecho velludo del camionero. Su culo no le dolía y su coño ya se había acostumbrado al enorme vergón de Manolo.
Esta situación no duró mucho, estaban todos muy calientes. Primero empezó a inundar el culo de la chica de semen para derramarse por su espalda posteriormente.
Sin el peso del muchacho a su espalda, Carmen se incorporó y como una amazona empezó a cabalgar a Manolo. Saltaba sin parar.
Manolo levantó sus peludos brazos y con sus manazas empezó a jugar, pellizcar, tirar de las tetillas y pezones de la chica. De pronto cogió a la chica por la cintura y la inmobolizó mientras su verga soltaba semen a chorros por segunda vez. La chica volvía a orgasmar por enésima vez.
Una vez terminaron los tres se tumbaron en la manta a recobrar el aliento.
Estoy destrozada de placer, no imaginaba que esto pudiera existir dijo la chica feliz.
Esto solo es el principio, previno Manolo, mañana más, si quieres.
Si quiero ser feliz de una vez, disfrutar de la vida.
Los tres cuerpos desnudos durmieron sobre la manta en el furgón del camión.
Continuará
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